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Fernando Torres y Andrés Iniesta, unidos por la carta de Trinidad y Tobago

Fernando Torres y Andrés Iniesta tienen mucho en común, además de dos Eurocopas y un Mundial en su palmarés. Miembros de una generación d...

21-02-2013

Fernando Torres y Andrés Iniesta tienen mucho en común, además de dos Eurocopas y un Mundial en su palmarés. Miembros de una generación de oro, la relación siempre ha sido muy estrecha entre los dos jugadores desde sus primeros pasos juntos en las categorías inferiores de la Selección española. En base a esta estrecha relación, Fernando Torres fue requerido para colaborar con relato en la elaboración de un libro sobre el mago de Fuentealbilla.

Portada del Libro 'Andres Iniesta. 8 grandes historias'Así nació ‘Andrés Iniesta. 8 grandes historias’, un libro de Jordi Gil y Javier Giraldo -periodistas del diario SPORT- que se encargaron de seleccionar 8 momentos decisivos en la trayectoria del futbolista y se pusieron en contacto con 8 protagonistas que vivieron de cerca alguno de los capítulos de la evolución del manchego. A continuación, el correspondiente a Fernando Torres:


- Unidos por la carta de Trinidad y Tobago


Andrés era una persona tímida e introvertida, quizá por eso hicimos una buena amistad ya que yo era parecido a él en ese sentido. Una vez, ya en privado con otros compañeros, perdía esa timidez y era uno más. Entonces, él se sentía cómodo en grupos pequeños donde poder estar en confianza. Tiene un gran sentido del humor, muy irónico.

Recuerdo una carta que escribimos en el avión de vuelta cuando regresábamos de jugar el Mundial sub 17 de Trinidad y Tobago. Había sido un torneo difícil porque nos volvíamos sin pasar la primera fase después de no cumplir con las expectativas previstas. Andrés y yo éramos los dos señalados por lo sucedido. Era un escrito de nuestras vivencias ocultando la frustración que sentíamos por lo vivido. Sin embargo, se nos ocurrió escribirlo en forma de comedia, con mucho sentido del humor. Nunca salió de nuestras manos ni sé donde está ahora pero me encantaría recuperarla. Sería un ‘best seller’.

Meses antes habíamos jugado juntos el Europeo sub 16. Llegamos con mucha ilusión al campeonato. Era la primera vez que esa generación de jugadores disputaba una fase final. Llegábamos con ilusión, pero las expectativas eran inciertas ya que no conocíamos a los rivales ni hasta dónde nosotros podíamos dar. Andrés era nuestra alma, el pilar del equipo, era un futbolista diferente, único. Según el día que él tuviera decidía hacia donde se manejaba el partido. Además, era un líder humilde, respetado por todos, algo que no siempre ocurre en los colectivos.

Se lesionó en la fase inicial y ello nos dejó la sensación de que nuestras opciones se esfumaban. La gente sólo hablaba del percance y de su inconveniente. No pensábamos que sería posible ganar sin él, pero a la vez era un aliciente más para vencer. Le debíamos tanto que ganar el torneo era una manera de empezar a devolvérselo. Cuando marqué el gol de la final y se lo dediqué era una idea del grupo. Preparamos la mayoría de los compañeros la camiseta la noche anterior a la final en la habitación. Yo decidí llevarla. Fue un privilegio ser el encargado de ponérmela y encima poder marcar el gol. No pudimos encontrar una mejor celebración al título.

Andrés se incorporó a la selección absoluta en 2006 done jugadores como él Xavi o Silva y Andrés se transformaron en nuestros motores. El cambio se plasmó en la Eurocopa del 2008. Fue un momento mágico, pero no fue así desde el principio. El equipo era muy discutido antes de empezar e incluso fue abucheado en los encuentros de preparación justo antes de viajar a Austria. Durante el torneo nuestro medio campo fue extraordinario: Senna, Xavi, Silva e Iniesta se acoplaron a la perfección y ahí comenzó a gestarse el estilo de la selección. Andrés empezó a asumir el papel fundamental que le correspondía.

Luis Aragonés tuvo mucho que ver en todo esto. Él se atrevió a juntar a estos jugadores y a darles importancia. Como repetía una y otra vez, el dueño de balón era el dueño del juego y para eso no había jugadores más capacitados. Donde otros veían jugadores buenos a los que les faltaba algo, Luis vio a los mejores del mundo en sus puestos, y lo más importante, así se lo hizo ver a ellos.

Celebramos la Eurocopa con la inconsciencia de lo que habíamos conseguido, sin saber ni lo que suponía ni la repercusión que iba a tener. Nunca habíamos vivido algo así a nivel de selecciones. Quizá por eso fue tan bonito.

A la vez nos hizo soñar, porque cuando ganas la euforia te hace soñar con más ya que no te puede conformar. Ya ese día recuerdo oír hablar de Sudáfrica. Era el principio de un sueño. Me tocó marcar el gol de la final y es una sensación indescriptible, sobre todo cuando el árbitro pita el final. Fue una alegría desbordante.

Después vino el Mundial, donde todo lo anterior se superaba, la Euro quedaba atrás. Puedo imaginarme la sensación de Andrés al marcar ese gol, sería algo así como el doble de la que yo sentí con el añadido del minuto en que se produjo. Eso lo hace aún más excepcional.

Andrés es hoy en día el protagonista del momento con el que ha soñado toda España, con el que sueñan todos los aficionados de fútbol del mundo. Es el artífice de marcar el gol que no se puede superar. Y eso no le pasa a cualquiera, solo a los elegidos. Su importancia en la historia del fútbol español es incalculable.



- Extraído de ‘Andrés Iniesta. 8 grandes historias’, editado por Sport