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“Recuerdo el 11-M como uno de los días más tristes de mi vida”

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10-03-2005
“Recuerdo el 11-M como uno de los días más tristes de mi vida” “La verdad es que aún me estremezco cuando pienso en aquel día. Estaba dormido, en la cama como un día cualquiera. Me levanté sobresaltado porque escuché a lo lejos frases de rabia, algo no iba bien. Avancé por el pasillo hacia donde estaban mis padres y escuché la voz de un locutor de televisión. Lo primero que pensé es que era algo grave, porque en casa no se suele encender la televisión a esas horas de la mañana. Al entrar en la cocina la cara de mis padres no se me olvidará jamás. “Ha sido un atentado en Atocha, en los trenes de cercanías”. Al preguntar si había fallecidos me contestaron “Parece ser que hay entre 10 y 18 muertos, pero pueden ser más”. Rápidamente mi cabeza pensó en mis familiares y amigos que utilizaban con frecuencia los trenes de cercanías para ir a Madrid. Entonces me di cuenta realmente de la magnitud de la tragedia, cualquiera de mis seres queridos podía haber estado en esos trenes o en la estación. Por suerte todos estaban a salvo, pero las imágenes que llegaban desde Atocha, con la gente ensangrentada y corriendo despavorida, calaron muy hondo en mí, causando una gran sensación de tristeza y sufrimiento.
Luego fui al entrenamiento, allí no se hablaba de otra cosa, ni de la Real, ni de la convocatoria... no se hablaba de fútbol. Pensamos no jugar frente a la Real Sociedad, suspender el partido era la opción más lógica, allí nadie tenía ganas de entrenar, ni de viajar, y mucho menos de jugarnos tres puntos. Las noticias que llegaban sobre los afectados reflejaban cifras de víctimas mortales en contínua ascensión: un centenar, ciento veinte, ciento sesenta, cada vez más. Mi mente no alcanzaba a comprender quién había sido capaz de cometer tal atrocidad y recordé cuando yo viajaba en cercanías. Muchas caras sin nombre me venían a la cabeza y aumentaban la sensación de angustia, se había convertido en uno de los días más tristes de mi vida.

Con el relato de este episodio de mi vida pretendo aportar mi grano de arena, un humilde homenaje a todas las víctimas de este horrible atentado recordando a los que ya no están, los que nos quitaron, y brindar mi apoyo a los que quedaron entre nosotros con una herida abierta. Ahora no nos queda más remedio que mirar hacia delante y ver que la ciudad de Madrid, un año después de la tragedia, ha recuperado su alegría de vivir en paz y convivencia”.