Anatomía de un entrenador campeón con ADN Atlético (MARCA)
Pablo Brotons, periodista del Diario Marca, dibuja un detallado análisis de la evolución de Fernando Torres en los banquillos con el Juvenil A rojiblanco para Marca.com
...Con el título de la Copa de Campeones logrado en Nerja terminó el periplo de Fernando Torres en el banquillo del Juvenil A del Atlético de Madrid. A partir de la próxima temporada, el ídolo rojiblanco dará un paso al frente y será el entrenador del filial en Primera Federación, tercera categoría del fútbol español.
"Despedirse así en el último año de juvenil tiene que ser maravilloso. Yo en 2001 perdí la primera final que jugó el Atlético de Madrid y ahora siento que hemos cerrado un círculo con la victoria de este gran grupo que les posiciona mejor para cumplir su sueño, que es jugar en nuestro primer equipo. Si creen, trabajan, lo persiguen y están juntos en los momentos malos, son capaces de todo. Es lo que necesitamos transmitir, eso es el Atleti", comentaba Torres a la conclusión de la final en los medios del club.
Ha sido un viaje de tres años que arrancó en verano de 2021 y por el que muy pocos (incluidos los de su círculo próximo) hubieran apostado cuando 'El Niño' colgó las botas en agosto de 2019. No se vio venir que el Fernando Torres jugador estaba dejando paso al Fernando Torres entrenador. El apoyo recibido por parte de la dirección de la Academia del Atlético, que creyó en él desde el primer día, ha resultado fundamental.
Aunque el principal objetivo de club y técnico pasa por proyectar el mayor número de jugadores hacia el primer equipo, a pocos escapa que los resultados siempre cuentan. En el currículum de Torres, en este sentido, ya figuran la Copa de Campeones (2024), dos títulos de Liga del Grupo 5 en la División de Honor (2022 y 2024, aventajando al Real Madrid en nueve y siete puntos respectivamente) y una clasificación, la primera y única del Atlético, para la Final Four de la UEFA Youth League (2022).
Tres cursos sobresalientes. Tres hornadas de jugadores de diferente condición que exigían empezar de cero cada mes de agosto. Tres sistemas de juego, en fin, que pasamos a analizar para intentar dar a conocer la evolución del Torres entrenador a los que en este tiempo no hayan tenido la oportunidad de darse una vuelta por Alcalá de Henares y demás campos de la geografía madrileña, española o europea.
TEMPORADA 2021/22
No iremos muy desencaminados si consideramos esta plantilla como la de mayor potencial que han tenido a sus órdenes en estos tres años Fernando Torres y su mano derecha, Ricardo Ortega. La columna vertebral formada por Iturbe-Kostis-Gismera-Barrios habla por sí sola. Los cuatro han hecho ya sus pinitos con los mayores y en el caso del centrocampista de Moratalaz es jugador del primer equipo a todos los efectos desde enero de 2023.
"El 8 está manejando el partido como quiere". "Pues era nuestro en cadetes, no le renovaron y se fue al Atleti". Ese intercambio de impresiones entre dos aficionados del Real Madrid se produjo en las gradas de Valdebebas a escaso medio metro de quien escribe.
El 8 era Pablo Barrios, que si aquella mañana dijo presente en partido de Liga con el tanto del triunfo y jugándose a lo que él decía, sólo fue el preludio de la exhibición que ofreció un mes después en idéntico escenario y ante el mismo rival, en octavos de la Youth League, con dos golazos espectaculares.
Un Atlético protagonista con el balón
A lo largo de la temporada Torres manejó varios sistemas de juego, con preferencia por los tres centrales (Boñar o Ibra Camara, Kostis y el 'capi' David Navarro) y dos laterales profundos (Sergio Díez y Corral) en un 5-3-2 que inevitablemente en ataque se convertía en 3-5-2 o 3-4-1-2.
El equilibrio en el centro del campo lo ponía Aitor Gismera, con el mencionado Barrios dirigiendo las operaciones y Javier Currás en la mediapunta, potenciando entre los tres el juego interior. El tándem Gismera-Barrios logró lo que quería el entrenador: que el Atlético fuese protagonista de los partidos con el balón, llevando la iniciativa y creando el mayor número de oportunidades de gol para que Marcos Denia (o Ricoy) y un Salim El Jebari que asomaba la cabeza las aprovecharan al máximo.
TEMPORADA 2022/23
Segunda campaña de Torres en el Juvenil A y lavado de cara casi total en la plantilla. Del bloque de jugadores más utilizados en la primera apenas quedaban Salim El Jebari (que arrancó la temporada con problemas físicos), Marcos Denia y Boñar, requerido a menudo por el filial.
Rony Mbomio (lesionado de gravedad en la recta final del curso, aún no ha regresado más de un año después) y Julio Díaz, que habían aparecido al final de la temporada anterior en la eliminatoria de Copa de Campeones ante el Celta, se consolidaron en defensa.
La gran aparición fue Adrián Niño, delantero roteño fichado al Atlético Sanluqueño un año antes. De complexión física y cualidades que recuerdan a las del propio Fernando Torres, se vio desde el primer día que era un jugador diferente. Rápido y muy buen rematador, Niño marcó 36 goles en 33 partidos, ocho de ellos en la Youth League, estableciendo un récord al ver puerta en los seis choques de la fase de grupos. Se lesionó en los cuartos de final en Milán y ya no pudo jugar más el resto de la temporada.
Presión y alta intensidad
Salvo en ocasiones puntuales, se mantuvo la línea de cinco atrás con dos laterales (Santamaría y Julio) de mayor recorrido aún que los de la temporada precedente. Si en bloque bajo defensivo podemos hablar de un 5-2-3, a la hora de la transición ofensiva ese sistema se transformaba en un 3-4-3, con los laterales subiendo al medio a la altura de Javichu y un David Muñoz que irrumpió más o menos a partir de enero.
Con el arsenal ofensivo que ofrecían los Niño, Abde (ganó el pulso a Marcos Denia) y un hablidoso Salim El Jebari, el planteamiento en muchos partidos pasó por presionar arriba después de pérdida para recuperar el balón rápidamente (o forzar la pérdida del rival) y salir al contraataque o iniciar una nueva posesión para crear ocasiones de gol.
TEMPORADA 2023/24
Fernando Torres ha sabido sacar el máximo rendimiento de un grupo de jugadores cuyo núcleo duro se conoce con los ojos cerrados pues vienen jugando juntos desde hace tiempo en las diferentes categorías. Hablamos de David Muñoz, Julio Díaz (ambos ya subieron la temporada anterior), Rayane (19 goles en todas las competiciones, incluidos dos en momentos clave ante Levante y Betis en la Copa de Campeones), Iker Luque, Darío Frey, Javi Alonso, Caste, Rosado, Félix...
El salto de calidad se consumó con las incorporaciones del argentino Gero Spina, central procedente de Estudiantes con jerarquía y muy buena salida desde atrás, y Jano Monserrate, centrocampista ofensivo fichado en enero procedente del Zaragoza con una zurda magnífica y gusto por el balón. Capítulo aparte para Omar Janneh, delantero poderoso cuya progresión ha ido paralela a su botín de goles (20, 17 en Liga y tres en Copa de Campeones). Jano y Omar aún seguirán en edad juvenil la próxima temporada.
Cambio a defensa de cuatro
A tenor de las características de esta plantilla, diferente a las precedentes, el técnico fuenlabreño cambió y apostó por una defensa de cuatro desde el primer día, con Rosado o Rublico por la derecha (echó mano de Boñar en Youth League y Copa de Campeones), Seydou Fall (titular indiscutible en la recta final por delante de Vasiljevic y Raúl Girona) y Spina como centrales, y Julio Díaz en la izquierda cada vez con más desborde en ataque.
En la portería, la desgracia se cebó por partida doble con Esquivel. Primero, con el problema cardiaco que le hizo desplomarse en pleno partido ante el Celtic de la Youth League y que, por fortuna, pudo superar. Y después, con la lesión de ligamento cruzado en un entrenamiento hace unas semanas que le mantendrá unos cuantos meses en el dique seco.
Un 4-2-3-1 que en fase de ataque pasaba a ser un evidente 4-3-3. Darío Frey, insustituible pivote que igual vale para dar equilibrio y apoyar en la salida de balón como para tapar huecos en defensa, tuvo de principal acompañante a David Muñoz en los partidos trascendentales de la temporada. Magnífico su despliegue ante Mallorca y Betis en Nerja. Ya comentada la estupenda aparición del zaragozano Jano Monserrate en invierno.
Más posesión y control de los partidos
En ataque, amén de los 39 goles firmados entre Omar y Rayane (secundados por los 10 en Liga de un Javi Alonso que perdió protagonismo en la segunda mitad de la temporada), Iker Luque fue una constante pesadilla para las retaguardias contrarias en el extremo derecho. Un rayo por la banda, resultó vital su sacrificio defensivo en la final con el Betis.
Un equipo con más posesión sin olvidar la presión de alta intensidad cuando tocaba. Una apuesta la de Torres, en esta ocasión, por el control del juego y la elaboración de ataques con paciencia para buscar y encontrar los resquicios del rival. Esto le permitió dominar los partidos y romper las defensas cerradas.
Todos los hombres de Torres
El botín en este último año con el Juvenil A de División de Honor ahí está. Segundo título de Liga en tres temporadas y triunfo en la Copa de Campeones. Culminación soñada de un trabajo de tres años que ahora se proyectará en el Atlético B, donde los Iturbe, Boñar, Kostis, Gismera, Salim El Jebari o Niño esperan con los brazos abiertos (tal cual) al entrenador que los proyectó.
A ellos se sumarán varios de los recientes triunfadores de Liga y Copa de Campeones. Apunten: Gero Spina, Julio Díaz, Darío Frey, David Muñoz, Rayane, Iker Luque, Jano Monserrate, Omar Janneh...
Artículo de Pablo Brotons para Marca.com