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F9T - Web oficial de Fernando Torres F9T - Web oficial de Fernando Torres

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Ha sido un viaje maravilloso

Andrés Iniesta . Futbolista Profesional

23-08-2019
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Qué extraño. No me digas que no, Fernando. Es muy extraño, diría que hermosamente extraño. Aquí estamos los dos, a punto de jugar tu último partido como profesional. A mí aún me queda. Aquí estamos. En la otra punta del mundo. Es como si la vida, caprichosa ella, nos hubiera traído hasta Japón para despedirnos. El fútbol nos unió hace más de 20 años, cuando éramos unos niños. Bueno, tú serás para siempre El Niño. Y no nos separará nunca. Nos encontramos cuando teníamos sueños utópicos. Aquel gol que nos dio el Europeo sub'16 con la selección en Inglaterra. No olvidaré nunca el gesto que tuviste de dedicarme ese tanto. Yo lo veía por la televisión porque me tuve que volver a casa por una lesión.

Recuerdas, Fernando, aquella camiseta firmada en Trinidad y Tobago con una promesa que parecía irrealizable. Pero lo hicimos. Y desde entonces, siempre juntos. Viena, Johannesburgo... Aquel inolvidable pase de Xavi para que le dieras la razón al sabio, al maestro, a Luis. Aquel centro tuyo para que todos marcáramos el gol más importante de nuestras vidas. Separados, pero siempre juntos. Y hasta el último momento. Por encima de camisetas o clubes. Vivíamos en ciudades distintas. Tú, en Madrid y yo, en Barcelona. Pero jamás fuimos enemigos. Simplemente amigos que vestían una camiseta diferente, fusionados, eso sí, siempre en una piel roja. O Rojita, como queramos llamarle.

Porque nuestra historia, aunque muchos no lo sepan, viene desde lejos. Desde muy lejos. Poco importó que un día rompieras fronteras camino de la Premier, donde descubrieron el talento de un Niño único, primero en el Liverpool y después en el Chelsea. Cuando volviste a tu casa, al Atlético, me emocioné como todos los demás porque el fútbol, más allá de éxitos o fracasos deportivos, es una forma de entender la vida. Y tú, Fernando, has dignificado este deporte. Nuestro deporte. No hablo de los goles que has marcado, pues hace años que perdí la cuenta, ni de los títulos que has conquistado en tu maravillosa carrera. Hablo de tu comportamiento, de tu respeto al juego, al compañero, al rival y, por supuesto, a la pelota.

Esa que empezamos a pasarnos en campos anónimos, lejos de focos, cámaras, hasta llegar a compartir miles de experiencias previas antes de ganar un Mundial para nuestro país. Cuando coincidamos en España, te enseñaré aquella camiseta, aquel tesoro que nadie más descubrió. Aunque, es verdad, no existe mayor tesoro que tu amistad, Fernando.

Ha sido un maravilloso viaje. Nos ha llevado por todos los rincones del mundo. Y mira dónde estamos hoy. En Tosu, jugando tú y yo un partido de fútbol. Uno más. Pero no es uno más. Es tu último partido. ¡Quién nos lo iba a decir! Te enfrentas al Guaje Villa y a mí. Luego, volverás a casa. Te esperan los tuyos, aunque tienes que saber que el balón estará hoy más triste que ayer. Disfruta de todo lo que te viene ahora y sé feliz. Pero qué extraño, Fernando. No te has ido todavía y ya te extraño.


- Carta pubicada en El Mundo (23-08-19)

Gracias, Fernando, por haberme hecho tan feliz

J.A. Sirvent . Fotógrafo de Fernando9torres.com

21-06-2019

Si hay algo de lo que me siento orgulloso en tantos años de profesión es de haber podido compartir muchos momentos con Fernando. Porque Torrespara mí, es Fernando. Para muchos será el Niño, el jugador que marcó goles decisivos con España o con el Atlético, incluso con el Liverpool o Chelsea, pero para quien esto escribe siempre será Fernando.

Aún recuerdo sus inicios en el Atleti, que no era ni mucho menos lo que es hoy. Le tocó tirar del carro pero nunca perdió su esencia, esa humildad y carisma que le hizo único. Se convirtió en estrella, en un referente de nuestro fútbol y nunca tuvo una mala palabra hacia nadie. Respetó a los rivales como ninguno y yo tuve la suerte de ser testigo directo de momentos que han sido cruciales en su carrera. En la de todos nosotros.


Fernando Torres y J.A. Sirvent en el Soccer Stadium (11-08-10) Foto: Pablo García

Torres anuncia que deja el fútbol y lo ha hecho con la misma elegancia de siempre, sin alzar la voz. Seguro que podré seguir haciéndole fotos, aunque no ya de corto. Seguro que seguirá vinculado al Atleti, al fútbol, porque los más grandes no pueden desaparecer nunca.

Gracias, FERNANDO , con mayúsculas, por haberme hecho vivir los momentos más felices de mi vida, algunos también de mi familia. Gracias porque esta profesión merece la pena si uno convive con personas como tú. Gracias por tus goles, algunos históricos, pero, sobre todo, por tu comportamiento. Gracias por haber podido hacer el álbum de tu vida. Espero haberte correspondido como te mereces. Pero aún quedan muchos momentos bonitos y mi ilusión es seguir estando a tu lado.

 

- Columna de J.A. Sirvent publicada en Mundo Deportivo

 

 

 

La camiseta de Fernando Torres

José Antonio Martín (Petón) . Consejero Delegado de Bahía Internacional

21-05-2018

Ahora que Fernando Torres va a dejar de ser solo Fernando Torres para convertirse en Ben Barek y Luis Pereira, en Adelardo y Gárate, en Campos y Futre, en Alfonso Olaso y en Collar; en Luis Aragonés; llega el momento de decírselo en alto: «De nada y gracias a ti». En mi despacho, frente a la puerta para que nadie escape de ese primer vistazo, está la camiseta manchada con la que el delantero centro de España ganó su primera Copa de Europa con la selección, la sub'16. Marcó, claro. Marcó en esa, en la siguiente y en las dos con los profesionales en la mejor etapa del fútbol nacional. Nadie ha hecho eso y yo no veré quien lo repita.

Liquidó aquella primera final de Sunderland con un gol que valió para que los sub'16 alzaran la más pura, la más joven, de las copas continentales. Repitió con la sub'19 en Noruega: Iniesta encontró una rendija y silbando enhebró el balón por aquel ¿hueco? para Fernando en diagonal. Gol. Pongan ustedes Xavi donde aquella final encontró a Andrés, y verán al '9' adelantando a Lahm en Viena. En las tres, sub'16, sub'19 y absoluta, España ganó uno a cero. Siempre con gol de Torres.

La última Eurocopa fue ante Italia; firmó el tercero.

Y luego marcó el mejor de todos sus goles en las finales. Con un tanto más se proclamaba máximo goleador del torneo. Recibió por la izquierda y entró por el chaflán del área, allá donde deben salir los centrales cuando el lateral es vencido; pero centrales no había. El despiste en el eje lo intentó resolver Buffon ocupando el lateral del área pequeña.

Imposible, el Kalahari a la derecha, el Sahara a su izquierda, Fernando VII, el billar, ¿por dónde quieres qué te la encalome, Gigi, majete? Y firma el pichichi de la Eurocopa. Mas entonces, el ariete miró atrás: llegaba Juan Mata, su amigo en Londres; entraba en el área con la melancolía de un campeonato sin protagonismo y más por la obligación de acompañar la jugada que por fe en el pase atrás. «El goleador no cede el balón si puede meterla él. El delantero bueno es egoísta». ¿O no han escuchado ustedes la radio? En ese momento, repitió Fernando una de sus frases preferidas (¿Quién dijo rendirse?, su historia con Carlos Matallanas, Editorial Córner): «Me cago en el egoísmo» (sic). Toma, Juan. Y gol de Mata. El mejor de Torres.En la camiseta del despacho, Fernando viene a decir gracias. Por ayudarle tanto, dice. Gracias a ti, chaval. Gracias por que ya nadie en el mundo identifica al Atlético de Madrid con Torrente. Gracias, porque todo el mundo sabe que el Atlético de Madrid, tanta emoción, es Fernando Torres.


- Artículo de José Antonio Martín (Petón) para El Mundo

 

Fernando Torres, campeón de la Lealtad

José Antonio Martín (Petón) . Consejero Delegado de Bahía Internacional

20-05-2018

Fernando Torres, capitán del Atlético de Madrid, máximo goleador de la competición, mejor jugador europeo, levanta al aire de Italia la Nike Cup, el campeonato de Europa en categoría cadete. Fernando José Torres Sanz, 15 años pecosos y avispados. Al alzar el trofeo lleva al cuello la bufanda del Atleti.

Viene de hacerle otro destrozo al Barça, pero está muy preocupado por el partido. Hay que ganar o ganar. Y no sabe si el equipo está muy católico… es difícil acompasar los biorritmos de tanto duende libertario. Lo peor de todo es que no va a poder jugar. Ahí está, en la grada, aterido bajo la niebla suburbial de Madrid; oculto bajo un gorro, guantes gruesos, las solapas del chaquetón alzadas. Las once y media de la mañana y un bocata de panceta: señores, juega el Fortuna. Pasa un intuitivo entre las cuatro filas de la tribunilla y los banquillos; mira hacia el espectador de la tercera tan atento al juego y piensa: ese pavo tiene un aire a Fernando Torres… pero en flaco, añade. El nueve de la Selección está viendo a sus amigos y, en el centro, a su ídolo, el capitán del Fortuna, un Futbolista, el jugador que quería ser cuando tenía once años y el capi estaba en el juvenil del Carabanchel. Gana el Fortuna y Fernando se abraza, entusiasmado, con el capitán Carlos Matallanas.

Fernando Torres clava la bandera del Atleti sobre el frontis del autobús que conduce a la España campeona de Europa por las calles de la capital. Solo un club tiene su escudo en ese viaje. Fernando Torres (“supersónico y magistral”, escribe el cronista) marca con el Liverpool al rival del Atleti y se va a la cámara resaltando ante mil millones de espectadores las rayas rojas y blancas que dibujan el hombro de su camiseta. Y su corazón.

Fernando Torres le dice a un amigo: “Me llamó el Cholo, sólo quiero volver. Ayúdame”. Fernando Torres llena el Calderón una mañana de invierno. Miles se quedaron fuera. No había partido.

Fernando Torres le da el hombro a Juanfran tras el penalti de Milán. Una lágrima cae sobre el hombro del lateral y en ese abrazo, y en esa lágrima, va la hinchada del Atleti que compra todas las camisetas de Juanfran en tres días.

Fernando Torres, récord de títulos, de goles en finales, levanta en Lyon la copa que más deseaba. Al alzar el trofeo lleva al cuello la bufanda del Atleti. Dos tardes después, en Neptuno, la emoción le corta el habla cuando se dirige a la multitud colchonera. Siempre pasa cuando un elegido queda Campeón de la Lealtad.



- Columna de José Antonio Martín ‘Petón’ en Diario AS

 

Gabi y Torres, media vida juntos

Javier G. Gómara . Periodista de Mundo Deportivo

17-05-2018

Gabriel Fernández, capitán del Atlético de Madrid, tuvo un bonito gesto con Fernando Torres, al entregarle el trofeo para que el delantero colchonero lo levantara en su penúltimo partido como rojiblanco. El Niño le pidió que fueran los dos los que lo hicieran, dejando una imagen para la historia.

Porque ambos son canteranos colchoneros y coincidieron en conjuntos del fútbol base rojiblanco. Torres llegó antes al primer equipo y después aterrizó Gabi. Compartieron vestuario un par de años, hasta que el centrocampista dejó el Atlético. Más tarde lo haría Torres. Pero ambos regresaron.

Primero, en 2011, el hoy capitán, tras portar también el brazalete en el Real Zaragoza. Unos años más tarde fue Torres el que cogió el camino de vuelta a casa. Y ahora volverán a separarse, pero con una imagen que quedará para la posteridad. La de los dos levantando al cielo de Lyon la Europa League.

Es el sexto título que consigue Gabi con el Atlético de Madrid. Y el primero de Fernando Torres que, pese a su extenso y brillante palmarés, no sabía lo que era celebrar un trofeo como colchonero. Gabi le dejó que fuese él quien levantase la copa. Este viernes visitará por primera vez Neptuno de rojiblanco. Y el domingo se despedirá del Atlético.


- Artículo publicado en Mundo Deportivo (17-05-18)

 

El Niño y la ilusión

Carlos Matallanas . Periodista y ex-futbolista

12-04-2018

Dijo Cruyff algo así como que nunca nos debíamos olvidar de que el fútbol no es más que un juego y que su principal objetivo es educar a los niños, bien a través de su práctica, bien como espectadores. Javier Marías resumió su pasión por este deporte, y por el Real Madrid en particular, sentenciando que “el fútbol es la recuperación semanal de la infancia”. No se puede desligar el éxito del balompié como el deporte más seguido del planeta de la evidente facilidad que tiene para emocionar. Pero no hace falta reflexionar sobre todo esto para ser un buen aficionado al fútbol. Tampoco para ser un gran profesional. En el día a día de los partidos y campeonatos todos tienen sus prioridades.

Me han mostrado varias personas su interés por mi opinión sobre la marcha de Torres del Atlético de Madrid. Realmente, ya se ha dicho prácticamente todo y no tengo nada que aportar como seguidor rojiblanco, algo que llevo en privado. Como explicaba mi compañero Álvaro Rigal en ‘El Confidencial’, escribiendo con el corazón en un puño y el carné de socio en el otro, Fernando le salvó la vida a una generación entera de atléticos. Una verdad que todo seguidor rojiblanco tendrá presente mientras viva. Tampoco voy a decir lo que supone a nivel personal, lo que tenía que decirle ya lo hice en un mensaje cuando me anunció hace unas semanas que todo se acabaría al final de temporada. Y tampoco voy a rebatir la sagrada legitimidad que tiene Simeone como entrenador para decidir, eligiendo las alineaciones que entiende las mejores para ganar partidos. Nunca conviene olvidar que todos los grandes entrenadores son egoístas, esto quiere decir que jamás van a prescindir de un jugador que piensen que está mejor que los demás. Se puede polemizar mucho, pero, en definitiva, el Cholo creyó que Torres estaba peor que algún compañero siempre que fue suplente. Luego, cada cual podrá compartir o no la decisión, pero sólo a uno le pagan por preparar al equipo.

Lo único que quiero hoy es lamentar que está próximo el fin de una ilusión. La emoción de ver saltar a Torres al terreno de juego vestido de rojo y blanco. Esa ilusión ha sido un plus para todo atlético siempre, pero sobre todo en esta segunda etapa. Un partido del Atlético de Madrid es muy diferente si el de Fuenlabrada está participando. Cuando sale del banquillo, hay un antes y un después, Griezmann, Costa, Saúl y hasta el espíritu de Luis pasan a un segundo plano, y todos los ojos se dirigen a cada movimiento, a cada intervención del Niño. Se desea que marque el Atleti, claro, pero se prefiere que lo haga el 9.

Esta sensación de fin de una ilusión es la mayor desazón que va a dejar su marcha. Porque el rectángulo verde, el único que no miente, no ha determinado todavía que esto tenga que acabarse. El perfil bajo demostrado por el delantero recuerda al que tuvo al final Del Piero en la Juventus, por ejemplo. El mismo que no quiso asumir Raúl en el Real Madrid, decisión igual de respetable. El caso es que, como jugador de fondo de armario, ha cumplido de sobra, y el balance deportivo es mucho más positivo del que se desprende de algunos análisis. Los tramos finales de las últimas dos temporadas, cuando Simeone le dio respaldo deportivo y continuidad, junto con muchas actuaciones de la presente han mostrado un delantero a la altura de los retos del equipo. Eso hace que muchos se queden con ganas de más, viendo que se repartían minutos entre los otros delanteros que él demostraba merecer más. Porque no le han visto tan mal como para ni servir de primer delantero suplente un año más.

De puertas para fuera, el Atlético de Madrid pierde un elemento de intimidación que tampoco ha sido usado en toda su extensión tras su regreso. Porque siempre la mayor ilusión de una afición es el mayor miedo de la afición rival. Y esto sigue latente aún hoy con Torres. Antes del reciente Barcelona-Atlético, Ter Stegen fue preguntado en una entrevista por el ataque rojiblanco. El alemán contestó rotundo, dando sólo un nombre, a quien más temía era a Torres. Igual pensará Sergio Ramos, quien ha seguido perdiendo duelos y sufriendo hasta el último derbi que han jugado en contra. Pero Simeone optó por no usar esa arma en las últimas visitas al Camp Nou y al Bernabéu. Como tampoco la utilizó en demasiados de los momentos cruciales de los últimos tres años.

Por ejemplo, en la Champions de 2015, cuando se mantenía el empate en la vuelta de los cuartos ante el Madrid y, en el tramo final, fue expulsado Arda Turan. Quedaba un cambio y se acercaba la prórroga. El Cholo optó por poner tres centrales metiendo a Giménez, que calentaba en la banda junto a Torres, en vez de refrescar la presión, dar aire al equipo con alguien que permitiera salir al bloque trabajando los envíos largos y, sobre todo, que infundiera temor a un eterno rival ya desbocado y a un Bernabéu que, tres meses antes, lo acababa de ver marcando un doblete, echándolos de la Copa. Salió Giménez y marcó Chicharito, aprovechando que la defensa se estaba aún acoplando. Ni siquiera hizo falta la prórroga. Pudo haber salido bien, Simeone, en la encrucijada, apostó con toda la intención de pasar la eliminatoria. De la misma manera que ahora eligió que la figura de Torres no le sirve para que el proyecto del equipo siga creciendo. Y por el bien del club y afición, todos desean que sea la decisión acertada, aunque duela. Pero eso no quita para que otros crean que esta ilusión tenía todavía mucho que decir y aportar.


Si cuenta la leyenda que el Cid ganó batallas después de muerto, imaginen lo que podría hacer si aún le quedasen uno o dos años de vida (deportiva). Fernando ha sido tratado como uno más y él lo ha acatado con histórico respeto. El error ha sido que él no es ni será uno más.



- Carlos Matallanas es periodista y ex-futbolista, padece ELA y ha escrito este artículo con las pupilas (Diario AS)

 

Gracias, Torres (por todo lo importante)

Álvaro Rigal . Periodista de El Confidencial

10-04-2018

El día que Fernando Torres marcó su primer gol con el primer equipo del Atlético de Madrid, estaba rodeado de los siguientes jugadores: Amaya, Juan Gómez, Hernández, Fagiani, Aguilera, Mena, Cubillo, Luque y el 'Petete' Correa. El rival era el Albacete Balompié. Era un partido de Segunda División. Yo tenía 16 años. Fernando tenía 17.

Hay que acordarse de lo que era aquello cuando apareció un chaval rubio de pecas con el 35 a la espalda.

Yo me acuerdo de esa temporada. Y de la siguiente, también en Segunda. Y de todas las siguientes, con Manzano, con Ferrando, con Bianchi. Me acuerdo de ir al Calderón y que no le ganásemos ni al Racing de Ferrol (no es una forma de hablar). De coger el metro e ir al estadio durante años para ver a todo tipo de jugadores absurdos que pululaban por el campo sin intuir lo que significaba para nosotros el escudo que llevaban en el pecho. Horas enteras de mi vida sentado en la grada esperando que Álvaro Novo o el Kiki Musampa fueran capaces de meter un centro al área.

No íbamos a verlos a ellos, claro. Íbamos a ver a Torres.

Columna 'Gracias, Torres' en El Confidencial

Fernando Torres, con la camiseta que le quedaba grande, ocupada por publicidad de películas ridículas. Fernando Torres, al que le colocaron el brazalete de capitán a los 19 años.

Y vaya si merecía la pena ir a verle. El gol al Betis rematando con el empeine en el aire. El autopase a Naybet que puso en pie al Calderón entero. El gol de espuela al Alavés. Los golazos al Barça ganándole carreras a Puyol. El gol al Mallorca con el exterior. Era un espectáculo, me los sé todos de memoria. Pero eso no era lo importante.

Lo importante era que Fernando se dejaba la piel. Jugando solo en punta, pegándose con todos, ofreciéndose, cayendo a banda, presionando, peleando cada balón, encarando a dos, tres defensas, sin tener a nadie cerca. Rogando que el entrenador pusiera de titular a Nikolaidis para que no le marcasen a él todos los rivales a la vez. Jugándose el tipo por conseguir que le llegase un balón en condiciones medio decentes para poder rematar.

Fernando Torres nos dio goles cuando nadie los metía, nos dio corazón cuando el equipo era un zombi, nos dio identidad cuando era imposible identificarse con nadie y nos dio orgullo cuando no había razones para presumir del Atleti. Ese niño que había visto el Doblete sentado en las escaleras del estadio nos salvó la vida a toda una generación de atléticos.

Columna 'Gracias, Torres' en El ConfidencialSiete años estuvo. No uno ni dos, como es habitual en tantos otros jugadores jóvenes que en cuanto hacen diez partidos buenos en equipos de media tabla se largan en busca de dinero y títulos. Siete años rechazando ofertas de la Premier y siendo internacional con la selección española mientras que el Atleti aspiraba a la Intertoto.

Se fue después de que nos metieran 0-6 en casa y a la mitad de sus compañeros les diera igual. Se fue después de haber apadrinado en la delantera a un chavalito argentino al que apodaban Kun. Se fue dejando en el club una millonada, y llegaron Forlán, Reyes, Raúl García…

“El sábado viví mi mejor experiencia como jugador. Me emocioné y nunca olvidaré lo sucedido. Oír a todo el estadio corear mi nombre después de fallar el penalti me dejó alucinado. Ni lo vivido en el Mundial, ni momentos anteriores con el Atleti, ni con la selección en categorías inferiores, nada comparado con esto”. (Fernando Torres, 2007)

- El mejor del mundo (tras Cristiano y Messi)

Se fue a Liverpool, y parece que muchos aficionados y periodistas en España no se quisieron enterar de lo que ocurrió en esos años. Será porque andaban despistados, o será porque les molestaba que Torres dejase claro que nunca jugaría en ese otro club de la capital en el que todos los niños sueñan con jugar desde pequeñitos. Bueno, pues ya se lo recuerdo yo: Fernando Torres se convirtió en una estrella del fútbol mundial.

Fue una gozada verlo. Rodeado de buenos jugadores y liberado de la presión de llevar un club entero a sus espaldas, Torres explotó como uno de los mejores delanteros del siglo XXI, y no en un escenario cualquiera. Una afición histórica, de las que entienden de fútbol, cayó rendida a sus pies inmediatamente. “We brought the lad from sunny Spain, he gets the ball he scores again...”. 'The Kop' supo cantarle la canción que se merecía, y no era para menos: mejor debutante extranjero de la Premier con 24 goles, Balón de Bronce tras Cristiano y Messi, dos hat-tricks consecutivos en Anfield… aquello fue un festival.

Y qué goles. Remates con rosca a la escuadra, regates en el área definiendo suave, carreras ganadas al hueco… el repertorio era espectacular. Por si lo dudáis, también me los sé de memoria. El gol desde 25 metros al Middlesbrough después de caerse al suelo, el engaño al portero del Newcastle sin tocar el balón, el chicharro inesperado a la media vuelta al Blackburn (para mí el mejor gol de toda su carrera). Pero eso no era lo importante.

Lo importante por ejemplo lo explicó un mito como Steven Gerrard: “No me avergüenza decir que lloré cuando Fernando se fue. Era una persona maravillosa. Ayudaba a todos los miembros del club y a sus familias. A los médicos, los fisios, los utilleros… era una persona muy humilde. Es una lástima que nadie viera lo que hacía”.

Lo importante para nosotros también era que, en esta vorágine de focos, portadas y campañas de publicidad con multinacionales, Fernando Torres nunca dejó de recordar que él era del Atleti. No solo lo decía cada vez que tenía ocasión, es que además se le notaba.

Se le notaba y no lo pudo disimular en marzo de 2009, cuando el Liverpool se enfrentó al Real Madrid en el partido de vuelta de octavos de Champions. Ese partido que el Marca de Inda calentó con una portada que decía “Esto es Anfield, ¿y qué?”, y que el entonces presidente Boluda pronosticó que sería “un chorreo”. El Liverpool ganó 4-0 y Fernando Torres no solo jugó un partidazo, sino que tras marcar el primer gol, por primera y única vez en toda su carrera, se señaló su nombre en la camiseta. Años había estando Torres soportando burlas y chistecitos porque le marcaba a muchos equipos pero no al Madrid, igual que años habíamos estado aguantando a los madridistas en el colegio o en la universidad por lo mal que iba el Atleti. Ese día no se pudo aguantar las ganas de decirle al mundo quién era el que estaba eliminando al Madrid, y cómo le comprendimos.

No hay nada de malo en ello. Tanta rivalidad ha tenido siempre Torres con el Madrid como amistad con su capitán Sergio Ramos, como ambos han demostrado en innumerables ocasiones a lo largo de los años.

- El 9 de España

Muchas portadas y muchos desprecios había tenido también que aguantar el seleccionador Luis Aragonés antes de llegar a la fase final de la Eurocopa de 2008 y callar a todo el mundo con la exhibición de España ante Rusia en el primer partido. “Hat-trick de Villa”, dirán esos que solo saben valorar a los jugadores por sus estadísticas (los que no saben de fútbol, vaya). Pues sí, fue hat-trick de Villa, que después de marcar el tercero se fue directo al banquillo a dedicárselo a Torres, que había sido sustituido. ¿Por qué? “Estos días se estaba hablando mucho de que Fernando no estaba acoplado. Se lo he querido dedicar porque mis dos primeros goles son casi suyos. El primero me lo regala a puerta vacía, y en el segundo provoca con su movimiento que Iniesta quede libre. Ha hecho un partido imponente”.

Los que saben lo han visto siempre. Los que no saben no lo verán nunca.

Columna 'Gracias, Torres' en El Confidencial

Lo que sí vimos todos unos días después fue cómo Torres le ganaba un balón nada menos que a Philipp Lahm y lo picaba por encima de Lehmann en un derroche de potencia, precisión y clase. Cualquier aficionado al fútbol en España puede ahora cerrar los ojos y ver ese gol histórico. Algunos no se sorprendieron porque ya le habían visto marcar en la final y ser el mejor jugador del torneo tanto en el europeo sub-16 como en el sub-19. En sus momentos buenos y en sus momentos malos, a lo largo de toda su carrera, Torres nunca ha dejado de ser un jugador de los que se crecen en los partidos grandes. Pero eso no es lo importante.

Columna 'Gracias, Torres' en El Confidencial

Lo importante fue ver la ética profesional de Torres cuando se acercaba el Mundial de Sudáfrica. Es de justicia recordarlo ahora que han pasado ocho años. En abril de 2010, Torres se lesionó el menisco externo jugando los cuartos de final de la Europa League con el Liverpool contra el Benfica. La lesión se produjo en el minuto 2 de partido. Faltaban dos meses para el Mundial. Cualquiera hubiera parado para evitar riesgos, pero Torres siempre ha puesto al equipo por encima de sus intereses personales. Jugó 85 minutos lesionado y el Liverpool pasó de ronda.

Cuando se confirmó el alcance de la lesión, tuvo que ser operado y recuperarse a contrarreloj. No es una forma de hablar: había tanta prisa por operarle para cumplir los plazos que, al no poder volar a Barcelona para pasar por el quirófano del doctor Cugat (le cancelaron el vuelo por la nube de cenizas volcánicas), viajó desde Inglaterra en coche. Porque todo el mundo esperaba que llegase al Mundial. Algunos ahora no se lo creen, pero en aquel momento, la gran estrella internacional de la Selección, el jugador al que reconocían en todo el planeta, no era Casillas ni Iniesta sino Fernando Torres.

Columna 'Gracias, Torres' en El ConfidencialYo mismo había intuido ese cambio de estatus meses antes. En 2010 yo estaba estudiando en París cuando se celebró en el Stade de France un amistoso Francia-España. A pesar de que las entradas eran caras, conseguí convencer a algunos otros estudiantes Erasmus de que fuéramos a verlo. No recuerdo qué argumentos utilicé, pero sé que seguro que no confesé el único que me importaba: a mí la Selección me interesaba relativamente poco, pero me moría de ganas de volver a ver jugar a Fernando en directo, tres años después de su último partido en el Calderón. Estaba hasta nervioso con la perspectiva. Sin embargo, la sensación fue rara. Salió Torres al campo y al verle en persona me pareció otro. El físico, la forma de moverse, su rol en el equipo... de repente ya no reconocí al chaval del Atleti, sino que veía a una estrella de otra dimensión. Me alegré y me puse triste al mismo tiempo.

Pero volviendo a la lesión. El caso es que después de machacarse seis semanas en una recuperación exprés, comenzó el Mundial y enseguida se hizo patente una realidad: Torres no estaba aún para jugar. Para los que llevábamos toda la vida siguiéndole, era dolorosísimo verle sin chispa, fuera de forma, incapaz de resolver jugadas que eran habituales en él. Para la manada de gañanes que se enganchan al Mundial al grito de “yo soy ehpañol” fue motivo suficiente para iniciar una campaña global de insultos, mofas en grupos de Facebook y faltas de respeto en general. Se reían de un jugador que un mes antes estaba con muletas, pero qué les vas a explicar a los que nunca entienden nada. Como para decirles que el golazo de Villa a Chile llega porque el portero tiene que salir muy lejos del área a cortar una carrera de Torres.

Torres perdió la titularidad y pasó a un rol secundario con la misma elegancia con la que siempre ha sabido dar un paso al lado y asumir cualquier decisión de sus entrenadores por el bien del equipo. Su puesto en el once lo ocupó Pedrito, ese sujeto que cuando varios años después se encontró sin minutos en la Eurocopa de 2016, proclamó: “Tenía otra expectativa, no está siendo lo que yo deseaba. Si no veo continuidad, tampoco merece la pena seguir viniendo solo para hacer grupo y estar con los compañeros”. Maneras de vivir.

Con todo, con Torres cojo, lento y fuera de forma, Del Bosque recurrió a él en la final del Mundial para desatascar el 0-0. Porque todos sus entrenadores, incluso los que menos confianza le dieron, siempre han dicho de él que es un jugador “especial”, “distinto” o “carismático”. Y ahí salió Torres, y en los diez minutos que pudo jugar hasta que volvió a caer lesionado tuvo tiempo de desmarcarse cayendo a banda, pedirla y colgar un balón al área que, tras un mal despeje, quedó a los pies de Cesc para que se la dejara a Iniesta en posición de remate.

Columna 'Gracias, Torres' en El ConfidencialLuego llegaría la Eurocopa de 2012, que arrancó con un doblete de Torres en el primer partido y terminó con el propio Fernando marcando el tercero en la final y renunciando a un remate claro que le haría pichichi del torneo para cederle el gol a su amigo y compañero en el Chelsea Juan Mata.

Tres títulos con la Selección y tres paseos en autobús por Madrid llevando una bandera o una bufanda de España con el escudo del Atleti. Pidiendo la copa al pasar por Neptuno para ofrecérsela a la gente justo en ese punto. Es difícil explicar ahora lo que significaba eso entonces para nosotros, pero no se nos olvida.

P. Este año no hay atléticos en la Selección.

R. Hay uno.

P. Bueno, Luis Aragonés.

R. Entonces hay dos.

(Entrevista a Fernando Torres en 'Público', 2008)


- Campeón de todo

Es fácil decir que los años de Torres en el Chelsea fueron un desastre, porque sin duda fueron los peores de su carrera. Pero tampoco pasa nada por recordar un par de cosas.

Semifinales de Champions, Barça-Chelsea en el Camp Nou. El Barça atacando con todo porque necesita un gol. Sale Torres en el minuto 80, contraataque, galopada de 50 metros, regate a Valdés y su equipo a la final. Poco después, final de la Champions League contra el Bayern en Munich. Di Matteo sale con cinco centrocampistas, Torres no es titular. “Fue una gran decepción, quizá la mayor de mi vida”, diría luego. Sin embargo, cuando el Bayern se adelanta en el minuto 82, otra vez un entrenador recurre a Torres, que sale como un toro a jugarse cada balón que le pasa cerca. En una de esas fuerza un córner en el minuto 88, y en ese córner empatan. Campeones en los penaltis.

Año siguiente. Final de la Europa League, Chelsea-Benfica. Esta vez Torres sí es titular y marca el 1-0. El partido acaba 2-1. En ese momento, Fernando Torres es el vigente campeón de Mundial, Eurocopa, Champions League y Europa League, habiendo jugado en las cuatro finales (y marcado en dos).

Columna 'Gracias, Torres' en El Confidencial

Todavía quedaban las semifinales de Champions de 2014, en las que todos los aficionados del Atleti que habíamos viajado a Londres vimos desde el fondo de Stamford Bridge cómo Torres nos marcaba el 1-0 que en ese momento nos dejaba fuera y no lo celebraba pese a la importancia del momento y estar jugando en casa.

Una carrera entera jugando partidos grandes, ganando finales y siendo importante. No está mal para ser los años malos. No por casualidad en su último cumpleaños recibió felicitaciones en redes sociales de la FIFA, la Champions y todos los clubes por los que ha pasado, un tratamiento que solo se dispensa a las leyendas del fútbol mundial. Pero eso no es lo importante.

Lo importante es que mientras Torres no conseguía triunfar en el Chelsea, mientras las aficiones rivales se reían de sus malas rachas y los tabloides hacían sangre con el alto precio de su traspaso y su escaso rendimiento, Fernando Torres siguió siendo un ejemplo. Nunca le vimos escupir a un cámara que le grabase de cerca en un momento difícil, ni tirar el micrófono de un periodista, ni pegar un pelotazo a la grada para desahogarse, ni salir de fiesta después de perder un partido. Quizá por eso la afición del Chelsea siempre estuvo con él, al grito de “he scores when he wants”.

- Uno de nosotros

Y así llegamos al capítulo final, que empieza llenando un estadio para dar la bienvenida a un jugador, sin que hubiese partido. A ver cuántos pueden decir eso.

Columna 'Gracias, Torres' en El Confidencial

 

En esta última etapa en el Atleti, algunos aficionados poco cabales (de los que desgraciadamente cada vez parece haber más) han querido transmitir la idea de que Torres ha sido un emblema, un símbolo estupendo, pero con poca aportación en el campo. Una percepción muy injusta y, sobre todo, errónea.

Desde su regreso, Torres ha marcado 35 goles. Que no está mal, pero sobre todo habría que ver qué goles. Porque Torres nunca ha sido de los que meten solo goles de relleno. Más bien al contrario, si algo ha demostrado es su capacidad para marcar goles en partidos difíciles, para marcar el 1-0, para marcar goles que dan puntos. Le hemos visto marcar dos goles al Madrid en el Bernabéu para eliminarles de la Copa del Rey, o marcar el 0-1 en el Camp Nou en cuartos de final de Champions. Le hemos visto marcar goles importantes a final de temporada en los campos de Villareal, Levante o Athletic de Bilbao.

Le hemos visto también ser titular en las semifinales de Champions en Munich, dando una asistencia a Griezmann para dejarle solo delante del portero y sellar el pase a la final. Y le hemos visto también siendo titular en la final de Champions en Milán, provocando un penalti que, si el propio Griezmann no hubiera estrellado en el larguero, podría haber sido una historia muy diferente.

Columna 'Gracias, Torres' en El Confidencial

Goles que han dado puntos, goles que han resuelto eliminatorias. Goles importantes que no marcó Jackson Martínez (que vino para ser titular por 36 millones), ni tampoco marcó Mario Mandzukic (que vino para ser titular por 22 millones), ni tampoco ha marcado Kevin Gameiro (que vino para ser titular por 30 millones). Goles y grandes partidos que sí ha hecho Fernando Torres, que vino casi regalado para ser suplente y que siempre ha estado ahí para dar la cara cuando otros fallaban.

Al final resulta que, pese a no haber estado aquí en sus mejores años, solo cuatro jugadores han marcado más goles que Torres en los 115 años de historia del club. Cuatro en 115 años. Luis Aragonés, Escudero, Campos y Gárate. Y después, Fernando Torres. Pero eso no es lo importante.

Lo importante son cosas como ese partido en el Calderón en enero de 2016 contra el Levante. Faltan 15 minutos y seguimos 0-0. El Atleti solo puede hacer un cambio más, Fernando Torres está en la banda y el estadio está coreando su nombre, porque el Calderón le canta a Torres solo con que salga a calentar. Simeone hace el último cambio en busca del gol, quita a Jackson Martínez y mete a... Thomas Partey. Absoluta humillación para Torres, que se quita el peto mientras ve como el míster prefiere a un joven canterano que apenas ha jugado en Primera y ni siquiera es delantero. Cinco minutos después... marca Thomas. ¿Dónde está Torres? Celebrando como un loco subido encima de sus compañeros. Porque ha marcado el Atleti, y eso es lo único que importa.

Columna 'Gracias, Torres' en El Confidencial

Columna 'Gracias, Torres' en El ConfidencialLo importante es que, durante toda su carrera, hay una celebración tras marcar un gol que siempre ha sido característica de Fernando Torres. No me refiero al 'arquero' imitando a Kiko que ha hecho en ocasiones especiales como un guiño para los aficionados. No, los que le hemos visto a lo largo de los años sabemos que no hay celebración más típica de Torres tras marcar un gol que la de irse a buscar al compañero que le ha dado la asistencia. Ya fuera Petrov hace doce años o Carrasco el año pasado.

Lo importante es también regalarle la camiseta de su gol 100 a Manuel Briñas, su anciano entrenador de cantera. O negarse una y otra vez a entrar en polémicas de prensa cuando año tras año se dudaba de su continuidad y él se limitaba a decir que estaba concentrado en ayudar al equipo. Lo importante es cómo todo el fútbol español contuvo el aliento cuando perdió el conocimiento tras un golpe jugando en Riazor y la sensación de alivio general cuando se recuperó.

Lo importante es dar una entrevista y dejar titulares como:

- “La madre que saca adelante a cinco hijos, sola, sin su pareja, trabajando 12 horas al día. Eso es un ídolo”

- “He llorado en una concentración larga, echando de menos a mis hijos. Cuando me llaman y me preguntan cuándo voy a volver”

- “Envidio a la gente que pudo ir a la universidad. Envidio estudiar fuera de tu país, esa etapa entre los 18 y los 24 años en que estás viajando, conociendo gente, formándote...”

- “Sé de dónde vengo. Soy de un barrio del sur, obrero. Tengo muy claro lo que es importante”


Lo importante es que desde que a su amigo Carlos Matallanas le diagnosticaron ELA, Torres ha sacado tiempo para apoyarle de muchas maneras y visibilizar su lucha, incluida esa grabación de “Fútbol y vida”, una conversación que es todo grandeza, que conmueve y pone la piel de gallina.

Lo importante es que cuando nuestro compañero Mata recibió en la redacción de El Confidencial la Medalla de Bronce al Mérito Deportivo, Torres apareció para acompañarle, a pesar de los compromisos y la compleja realidad diaria de los futbolistas de élite.

Torres, con Carlos Matallanas en LiverpoolEvidentemente su presencia destacaba como destaca cualquier deportista profesional entre gente normal, pero él se mantuvo todo el rato en última fila, discretísimo, sin robarle un segundo de protagonismo a su amigo Carlos. Y al final se hizo fotos y firmó autógrafos a todo el que se lo pidió, como se le ha visto hacer siempre, en cada entrenamiento o en cada lugar donde se le hayan acercado los aficionados, el tiempo que haga falta.

Ahora Fernando Torres anuncia que se va del Atleti. Tiene 34 años, yo tengo 33. He pasado toda mi vida adulta viéndole jugar y sé que para mí y para toda una generación de atléticos, no volverá a haber otro igual. Vendrán otros jugadores, que serán muy buenos, que serán canteranos, que meterán muchos goles, y estará muy bien.

Pero sé que nunca voy a volver a celebrar los goles que marca un futbolista sintiendo que lo marco un poco yo, que lo marcamos un poco todos los que fuimos niños con una camiseta del Atleti pegando pelotazos por los rincones.

Porque no es que Fernando Torres sea uno de los nuestros. Es que es uno de nosotros.

 

Torres, el eterno luchador

Isaac Suárez . Periodista de MARCA

30-01-2018

El partido del pasado domingo supuso la más clara representación de lo que es el día a día de Fernando Torres: en principio no había sido el elegido pero acabó agrandando su leyenda. No estaba prevista su titularidad, jugó por los problemas estomacales sufridos por Gameiro momentos antes. Cuando abandonó el Wanda Metropolitano lo hacía como el quinto máximo goleador de la historia del Atlético, como un mito andante.


Los máximos goleadores de la historia del Atlético:

- Luis Aragonés 172 goles en 368 partidos
- Escudero 169 goles en 330 partidos
- Campos 135 goles en 235 partidos
- Gárate 134 goles en 325 partidos
- Peiró 124 goles en 219 partidos
- Torres 124 goles en 384 partidos


Fernando Torres, en el ring de su gimnasio Nine Fitness

Por más que no han sido pocos los que han querido enterrarle, El Niño sigue más vivo que nunca. Incluso hubo los que han querido verlo fuera de la plantilla en este mercado de invierno ante la esperada llegada de Diego Costa. Sin embargo, como los grandes campeones del cuadrilátero, jamás se ha quedado sobre la lona lamentándose de los golpes. Quizás era cuestión de que no lo conocían, en su diccionario no aparece el término de rendirse."Nuestra mayor debilidad radica en renunciar, la forma más segura de tener éxito es intentarlo. Una vez más. ¡El límite está donde tú decides!", escribió ayer en las redes sociales acompañando una foto en la que posaba vestido con guantes de boxeo en una de las esquinas del ring de su gimnasio. Y es que detrás de otra de sus grandes pasiones también se encuentra la vigencia de Fernando Torres.

Como el mejor púgil que se imagine, el 9 del Atlético trabaja a destajo para que el inevitable paso del tiempo no haga mella sobre su físico, posee una voluntad de hierro, una actitud indesmayable y un espíritu deportivo que le impide justificar su situación a través de la excusa o la culpa de terceros. Son los motivos por los que consigue voltear un rol secundario para acabar convirtiéndose en una pieza importante y ayudar al equipo. En definitiva, no desfallecer en la espera de su oportunidad y estar preparado para aprovecharla cuando llega el momento. Así ha sido y así seguirá siendo hasta el día que le toque irse, sin un mal gesto ni una mala palabra por supuesto, del club de su vida.El 9 siempre apareceEl golazo con el que Torres ingresó en el olimpo de los grandes anotadores rojiblalncos para compartir eternidad con Luis Aragonés, Escudero, Campos, Gárate y Peiró no es más que un reflejo de la dimensión de su figura. Sin embargo, más allá de los incuestionables números, el Niño encarna los valores del club por su humildad, su comportamiento dentro y fuera del vestuario y su encomiable carácter de sobreponerse a todas las adversidades.

Más allá de que el Calderón se quedara pequeño para mostrar todo el afecto que despierta entre la afición o que sus tres primeros partidos sirvieran para demostrar a Barcelona y Real Madrid -doblete al eterno rival incluido- que no había vuelto para retirarse, la rutina de Fernando Torres desde su regreso al Atlético se ha convertido en un combate contra la continua y anualmente renovada competencia por ejercer de pareja de Griezmann.

Aunque Simeone fuera el artífice de que el Niño volviera a vestir de rojiblanco, desde el primer día le dejó claro que su condición de mito no iba a otorgarle privilegios.Tampoco lo esperaba. Como tampoco participaría nunca en una lucha de egos con otro ídolo como El Cholo. De ahí que asumiendo su rol, acabó rebasando por la derecha a un Mandzukic que hasta su llegada había firmado 14 goles y a Raúl Jiménez. Al verano siguiente asistió a la llegada de Jackson Martínez, Vietto y Correa para ocupar su mismo puesto, pero el final de curso puso a cada uno en su sitio. Después sería Gameiro el que comprobaría que su sombra es muy alargada. Por eso, incluso ahora con Costa, Torres no tirará la toalla. Aún debe cumplir el sueño de levantar un título con el Atlético.


- Artículo de Isaac Suárez publicado en MARCA (30-01-2018)

 

La emoción de ser el Atleti

Patricia Cazón . Periodista de AS

12-12-2017

Fernando Torres. Tú eres Atleti. Aquel primero, aquel en el que asomaste, de la mano de Luis y sus consejos. El chico que había jugado a fútbol sala, aquel al que una mano de abuelo llevó al Calderón. Poco tardaste en saltar al campo, en hacer que una afición se agarrara a algo, a la luz de tus pecas, en la negrura de Segunda. Emociona escucharte cómo lo vivías tú, tu necesidad de no fallarles. Cuánto te honra. Cómo te cuenta. Aquel chico que eras hoy tiene canas en la nuca pero abre la boca y sigue igual: llenando el aire de rojiblanco. Es imposible no emocionarse. Que no contagies desde dentro el sentir rojiblanco. Hasta Roncero alza una servilleta cantando Lololololo. “Es un héroe de La Roja”, explica. Sólo hay que mirar detrás de ti para comprobarlo, a esa foto, Casillas alzando la Copa al cielo de Sudáfrica. O esa otra en la que te buscas, la de Viena. Tu gol lo guarda también una vitrina en As. Es tu camiseta, el 9, aquel salto a Lahm.

Siete años lejos, tres desde que volviste. Y cómo trabajas, luchas por ganarte el sitio, en cada minuto que te dejan. Cambias el aire sólo con salir a calentar. Y lo notas. Lo dices. Que te llega, el cariño con que se pronuncia tu nombre, Lolololo. “Y es para mí como una Champions”, confiesas. O aquello otro. Tu vuelta, el Calderón lleno, sin fútbol, sólo por volver a verte, porque aquí estabas, tú, de nuevo, Torres, con la rojiblanca. Te emocionas, emocionas. Y dices que tú esto “no lo encontrarás en ninguna otra parte del mundo”. Pero esta afición tampoco lo hará, encontrar a uno de los suyos como tú. Porque tú, Fernando, eres el Atleti. Y no, nunca puedes terminarte por favor.


- Columna publicada en el Diario AS (12-12-17)

 

El complejo futuro de Fernando Torres

Ladislao J. Moñino . Periodista de El País

02-11-2017

El fin de la segunda etapa de Fernando Torres (33 años) en el Atlético podría certificarse con la apertura del próximo mercado invernal. El jugador no quiere marcharse, pero la condición de quinto delantero a la que le ha relegado Diego Pablo Simeone es una invitación a buscarse una salida. La presencia de Diego Costa a partir del próximo mes de enero es un empujón más y oscurece el panorama de Torres, que muy pocas veces ha contado con la confianza plena de su entrenador desde su jaleado regreso al club en diciembre de 2014.

En lo que va del presente curso, el jugador percibe que su rol en el equipo ha sido muy rebajado. Suma 332 minutos entre las tres competiciones repartidos en una decena de partidos, entre los que en solo dos fue titular (Girona y Elche). Nunca había sido tan poco utilizado por Simeone. Torres siempre ha mantenido que solo permanecería en el club si se sentía útil y ahora se siente poco o muy poco.

Con Gameiro aún convaleciente de su operación de pubalgia y avalado por haber sido el máximo goleador de la pretemporada, Torres encabezó el ataque del Atlético en el primer partido de Liga en Girona. Disputó 60 minutos y no regresó al once titular hasta el partido de Copa en Elche disputado la semana pasada. A ningún jugador de los que fueron alineados en Montilivi desde el inicio le ha penalizado tanto el mal primer tiempo disputado en Girona como a Torres. Desde aquel día ha sido la última opción atacante de su entrenador. Todos los acompañantes de Griezmann han tenido más oportunidades de inicio. De todos, solo Correa (841 minutos) ha dado golpes autoritarios de juego y ha visto puerta (cuatro goles) para asentarse en el equipo. Vietto (419 minutos), que estaba en el mercado a una semana de empezar la Liga, ha disfrutado de seis titularidades, en las que no ha podido ratificar con un solo gol sus buenos movimientos. Gameiro (309 minutos) ha formado en cuatro ocasiones en el once titular. Marcó un gol decisivo en Vigo (0-1), y fue el encargado de comandar la delantera en los dos traspiés ante el Qarabag (0-0 y 1-1). El martes, después de errar en un control y tras haber fallado un mano a mano, Gameiro escuchó la disconformidad de la grada con su rendimiento.

Desde su reencuentro, la relación entre Simeone y Torres ha estado marcada por su condición de iconos. Ambos son dos símbolos intocables de la hinchada. Ese condicionante ha generado una relación delicada, siempre con el temor de fondo de que un enfrentamiento podría dinamitar a la entidad. Simeone siempre ha defendido que fichó al jugador y no al mito. A su vez, Torres nunca ha levantado la voz ante sus decisiones, aunque algunas no le beneficiaran o las considerara injustas. La primera vez que fue desactivado por su entrenador fue tras su esplendoroso regreso en el Bernabéu con dos goles que valieron una eliminatoria de Copa. Simeone prefirió dar continuidad a la figura de Mandzukic, aunque este rebajó sus prestaciones goleadoras desde el mes de febrero y encajaba poco con el estilo contragolpeador del equipo.

Haber finalizado bien las dos temporadas y media, con goles decisivos en la Champions o en la recta final de la Liga, tampoco le dio el crédito suficiente para empezar los cursos siguientes en la primera línea. De inicio, pesó siempre más la condición de grandes apuestas económicas como Jackson Martínez (42 millones) y Gameiro (32). También ha habido ocasiones en las que las lesiones de este último en el tramo final de la temporada pasada propiciaran que Torres gozara en dos ocasiones de continuidad. En la primera respondió con goles; en la segunda, no. Ahora, con esa escasa participación de fondo, no es descartable su marcha. El futuro de Torres en el Atlético es tan complejo como incierto.

 

- Columna publicada en El País (02-11-2017)

 

Torres marca el camino en Champions

Luis Aznar . Periodista de MARCA

20-10-2017

El paso de las horas ofrece perspectiva, algo muy necesario a la hora de analizar la situación del Atlético en la Champions. El tiempo también brinda la oportunidad de consultar la historia y caer en la cuenta que la empresa que tienen ante sí los rojiblancos no es, ni mucho menos, una misión imposible. Hasta 14 equipos distintos han logrado superar la fase de grupos en igual o peor situación que la que atraviesan los del Cholo.Uno de ellos, además, contaba en sus filas con un miembro del actual vestuario rojiblanco, con lo que conoce de primera mano el sufrimiento de haber comenzado con mal pie la competición pero salir adelante y alcanzar... las semifinales. El equipo es el Liverpool y el futbolista que ya se ha visto en esta tesitura es Fernando Torres. Aquello sucedió en la temporada 07-08.

Los reds, de hecho, apenas sumaban un punto en aquella edición de la máxima competición europea. Dos derrotas (ante el Olympique de Marsella y el Besiktas) y un empate (frente al Oporto) les habían llevado al borde del abismo. Pero en la segunda vuelta de aquel Grupo A el Liverpool se convirtió en una apisonadora. 8-0 al Besiktas, 4-1 al Oporto y 0-4 en Marsella fueron los resultados que condujeron a los de Benítez a octavos. El Niño firmó tres dianas en esos encuentros.Ya en las eliminatorias, el conjunto de Anfield despachó a Inter -con otra diana de Fernando- y al Arsenal -de nuevo, con tanto de Torres-. En semifinales, cierto es, se toparon con un Chelsea que terminaría cayendo con el United en la final.

El de Fuenlabrada, por cierto, también marcó en semis.Sin embargo, no hace falta aferrarse a un caso como el de aquel Liverpool de Torres, Gerrard, Xabi Alonso y compañía. Otros equipos con menos lustre y menos historia también han conseguidos sobreponerse a arranques europeos dubitativos.Sin ir más lejos, la Roma, conjunto con el que se jugará el pase el Atlético, logró avanzar hasta octavos hace dos temporadas con dos puntos en sus tres primeros partidos. De hecho, los giallorossi apenas necesitaron de un empate (contra el Bate Borisov) y un triunfo (ante el Bayer Leverkusen) para alcanzar la segunda plaza de un grupo que terminó encabezando el Barcelona y en el que los alemanes se quedaron fuera por el golaverage.

Además de estos dos casos, que por uno u otro motivo tocan de cerca al Atlético, existen otros tres dignos de ser destacados, ya que sus respectivos protagonistas no sólo se metieron en octavos de final sino que lo hicieron como primeros de grupo. Se trata del Dínamo de Kiev (98-99), el Arsenal (03-04) y el Panathinaikos (08-09).De este modo, más allá de la autocrítica que tenga que hacer el vestuario rojiblanco, los futbolistas del Atlético pueden agarrarse a la historia para apoyar su fe en la remontada europea. Es casi un juego de niños.



- Artículo publicado en MARCA (20-10-17)

Torres, el 9 más inspirado del Atlético en la pretemporada

F.J. Díaz . Periodista de AS

08-08-2017

Fernando Torres parece decidido a aprovechar la oportunidad que está teniendo en este inicio de temporada. El delantero madrileño lleva dos goles en esta pretemporada y es el máximo goleador rojiblanco hasta ahora. Simeone parece decidido a formar con Griezmann y con el Niño en el ataque en el inicio liguero y Torres, sin hacer grandes partidos, sí está marcando goles. La manera de jugar del Niño ha cambiado un poco y ahora está muy cerca del área, atento a ese último centro que puede suponer un gol. Así hizo los dos tantos que lleva, uno ante el Nápoles, rematando casi en el área pequeña, y el otro frente al Brighton, de un bonito testarazo.

Su rol en el equipo sigue siendo el mismo, estrella en Toluca, Múnich y Brighton, uno de los jugadores más reconocidos y admirados. Su carrera ha sido importante y allá donde va se lo saben reconocer. En el otro lado de la balanza se encuentra Griezmann, cuyo arranque está siendo muy flojo. Ante el Brighton apareció poco. Tuvo una ocasión de esas que no suele fallar y tiró el balón casi al córner. A Griezmann le falta esa chispa que le hace ser un jugador único. Simeone ya dijo en rueda de prensa que hay jugadores que adquieren antes la forma física y otros que la adquieren más tarde. Griezmann se encuentra entre estos.

En Toluca el equipo no marcó. En Múnich lo hicieron Torres y Vietto ante el Nápoles y Keidi frente al Liverpool. Gaitán, Torres y Lucas lo hicieron en Brighton. El Atlético necesita hacer goles. La solvencia defensiva está ahí y solo el conjunto inglés, en el segundo tiempo, y el Liverpool, en la recta final, le hicieron algo de daño. Pero el equipo necesita los goles de Griezmann, Carrasco, Correa... Hasta ahora es Torres quien está haciendo de 9 puro. Y marcando. Gran noticia para el Niño, para el Cholo y para el Atlético.


- Columna de J.F. Díaz publicada en AS (08-08-17)

Territorio Torres

Isaac Suárez . Periodista de MARCA

17-04-2017

Leyenda en el Atlético desde que con apenas 17 años irrumpiera para devolver los valores a una entidad que penaba en Segunda uno de los momentos más dramáticos de su historia. Icono mundial desde que entrara en el olimpo de mitos del Liverpool, primero, y levantara una Champions con el Chelsea, más tarde. Dos años y ocho meses después de su salida hacia un Milan por el que sentía admiración infantil -mucho más tarde de lo que habría deseado un Berlusconi que intentó vestirlo de rossonero desde su estreno, topándose siempre con la negativa de Jesús Gil-, Fernando Torres regresa por primera vez al país donde fraguó la fama que le lleva a ser idolotrado en cualquier punto del planeta.

El curriculum que The Kid se labró durante sus siete temporadas en Inglaterra siembra pánico en la isla. En Liverpool no necesitó títulos para ser elegido uno de los tres mejores jugadores del mundo. Comenzó como el debutante con mejor promedio goleador (24 tantos) de su historia, fue el más rápido -72 partidos- en alcanzar 50 goles, el primero en marcar en ocho encuentros consecutivos del campenato doméstico en Anfield, el pionero en firmar dos hat-tricks seguidos en casa desde 1946 y abandonó la entidad -81 goles y 142 encuentros (0,57 por aparición) después-, mejorando el promedio de todas las leyendas reds: Owen, Rush, Fowler, Kenny Dalglish....

- Títulos con el Chelsea

Infografía de la trayectoria de Fernando Torres en Inglaterra. Por MARCASu registro anotador decayó en el Chelsea -45 dianas en 172 citas-, pero aun así se ganó el cariño de Stamford Bridge aportando su granito de arena en la Champions y la Europa League conquistadas en 2012 y 2013, respectivamente. La FA Cup con los Blues redondea su palmarés. Incluso en la propia Premier dejó rastro, pues llegó a ser el extranjero que más goles firmaba en la temporada de su estreno.

Aun así, el Niño aún encuentra retos dentro de su obsesión por ganar la Orejona con el equipo de su vida: bendecir el King Power Stadium como fue costumbre en su paso por territorio británico. De hecho, sólo siete de los 33 estadios de la Premier que ha pisado se le resisitieron.

Su idilio, cómo no, comenzó en Anfield, donde le bastó su presentación para celebrar su primer tanto inglés, ni más ni menos que ante el entonces vigente campeón Chelsea. Después engrosaría una lista en la que hasta nueve clubes supieron de su peligro desde la primera vez que irrumpió en sus casas: al Reading le endosó un hat-trick, al Chelsea le hizo la pascua en Champions, al Tottenham y a los cinco clubes a los que marcó en su única visita, léanse Brentford, Leeds, Preston North End, Swindon Town y Cardiff.

Mañana tiene una cita pendiente para cerrar el círculo en Leicester, al que ya vacunó en Stamford Bridge con un doblete en el 5-1 del Chelsea.

- Artículo e Infografía publicada en MARCA (17-04-17)

Carlos Matallanas, mi futbolista héroe

Alfredo Relaño . Director del Diario AS

04-04-2017

En El Puerto de Santa María vive un ex futbolista modesto al que una enfermedad rara y diabólica ha retirado del fútbol y pretende retirarle de la vida. Se llama Carlos Gómez Matallanas, o Carlos Matallanas a secas, por esa economía que solemos hacer de los apellidos comunes. Es hermano de un compañero de AS, Javier Matallanas, y ambos nietos de Bernardino Matallanas, cazatalentos del fútbol madrileño en los años sesenta y setenta, uno de esos tipos que son raíz invisible del árbol del fútbol. Carlos Matallanas dejó de jugar al fútbol cuando le atacó la ELA, una enfermedad sigilosa, implacable en sus consecuencias.

Este periódico se honró durante un tiempo con sus artículos. Ya no los ofrece. Carece del suficiente control de sus músculos como para escribir con sus diez dedos. Aún privado de eso, es capaz de comunicarse por un sistema que a los demás nos parecería ciencia ficción, pero que está ahí: le colocan una pantalla ante su faz y, concentrando su mirada en cada letra, va componiendo sus escritos. Así ha publicado aún alguno en El Confidencial, donde ya publicaba antes que en AS. Así sigue enviando análisis a clubes que se los piden. El que quiera saber de esto en detalle puede buscar en internet un reciente reportaje de Pedro Simón en El Mundo (Abrir pdf).

Es una lucha hermosa y emocionante contra la derrota, a favor de la vida. Con su mujer, sus padres y sus hermanos. Y también con gente del fútbol, como el Niño Torres, amigo de tantos años. No deja de tener esperanzas en un milagro que al menos le permita seguir como está, vivo, viendo a los suyos, analizando fútbol. Es un caso de heroísmo como no conozco otro. Una pelea sorda, minuto a minuto, contra el mal que le corroe. Le llegue o no a tiempo el remedio, él disfruta sus días extendiendo el reclamo de ayuda presente y futura para esa enfermedad traicionera y dando un ejemplo solemne para cualquiera que esté en dificultades.

- Columna de Alfredo Relaño publicada en el Diario AS (04-04-17)

Torres no lo tuvo fácil y siempre salió vencedor

F.J. Díaz . Periodista de AS

31-03-2017

Escribir sobre Torres supone no hablar desde la objetividad. En mi caso es difícil ser objetivo cuando uno se refiere a un Niño al que ha visto formarse, crecer y ser una figura mundial desde sus inicios en el Atlético. Para muchos de los que le conocimos cuando aún era un imberbe, Fernando ha sido especial. Y le hemos visto sobreponerse a muchas circunstancias: a una lesión grave que estuvo a punto de cortarle su gran proyección en sus comienzos; tuvo que ser el estandarte y la bandera de un club que vivió sus peores momentos de la historia; tuvo que apretar muchas veces los dientes al ver que no ganaba a su eterno rival; tuvo que lamentar no poder jugar contra los más grandes de Europa defendiendo la camiseta del Atlético. Torres nunca lo tuvo fácil y lo que consiguió se lo ganó a pulso. Regresó al club rojiblanco después de triunfar en la Premier y se metió a su afición en el bolsillo como lo hizo desde el primer día.

La temporada pasada cuajó una segunda vuelta memorable y ahora se encuentra en una situación parecida. Torres está acostumbrado a luchar y saldrá de nuevo vencedor. Sus goles le dieron alegrías al equipo en la recta final de la pasada campaña y ahora, y más después de lo que le sucedió en Riazor, está preparado para dejarse el alma por su Atleti. Jugando noventa minutos o estando en el banquillo. Sabe que puede estar en juego su continuidad en el club, pero por encima de todo él mirará por su equipo. La experiencia le ha dicho que puede ser decisivo de muchas maneras y no sólo marcando goles históricos. Niño, disfruta del fútbol, de tu Atleti, de ese Calderón que ya se va y de esa hinchada que te adora. Y haz que nos sintamos orgullosos de ti… por enésima vez.



- Columna publicada en Diario AS (31-03-17)

 

Se nos tuvo que ‘morir’ Torres...

Pedro Simón . Periodista de El Mundo

04-03-2017

Hay un cuento soberbio de Sergi Pàmies (siempre Pàmies) que comienza así: “Me tuve que morir para saber si me querían”.

Yo ya sabía que a Fernando Torres le queríamos todos mucho, pero hasta las 22:40 horas de este 2 de marzo de 2017 no sabía exactamente cuánto. Allí, grogui, en el suelo, recordando a un sparring de Tyson, no estaba el 9 del Atleti. No. Allí tendido en la hierba estaba el tipo que ocupa el lado derecho de nuestro sofá, el padrino de la niña y el amigo con el que salimos a montar en bici. Así que cuando el jueves Fernando se murió por un rato (porque todos pensábamos que se moría viendo a Giménez llorar y a Fajr rezar y aquella Piedad de Miguel Ángel que era el triángulo Gabi-Vrsaljko-Fernando tratando de que el último no se tragara la lengua); cuando vimos aquello, digo; cuando cayó desde el cielo como un pierrot al que le cortaras las cuerdas de un tijeretazo; cuando Simeone escuchó un crac y nos olvidamos de todo (el tiro al palo, el resultado, la lucha por entrar en Champions, a la mierda todo), entonces, insisto, fuimos conscientes de una cosa: como en el cuento de Pàmies, se nos tuvo que morir cinco minutos para saber lo que le queríamos.

El que se ahogaba inconsciente ha sido como ese hijo que volvía en el anuncio del turrón. Y como era familia mirábamos al teléfono pensando que en cualquier momento sonaría e iban a ser Olalla o ‘el Mono’. Llamando en persona a todos y cada uno de los atléticos: que Fernando está bien, que no te preocupes, que te manda muchos besos, que duérmete ya.

Conocí a Fernando un mes de julio de 2015. Era por una entrevista. Hice una cosa que nunca hago: me llevé a los hijos a la cita. Porque quería que escucharan en persona cosas como las que dijo. “Cuando mis padres me decían que no se podía, ahí se acababa la conversación”. “Yo he vivido toda mi vida en un piso de Fuenlabrada de 80 metros, sé de dónde vengo”. “El ídolo de verdad es la madre que saca adelante a cinco hijos, sola, sin su pareja, trabajando 12 horas al día”.

Este jueves, el mayor, que tenía examen de Historia al día siguiente, me vino en el minuto 85 en cuanto escuchó el grito que di. Pensaba que nos habían marcado un gol. Vio a Fernando, se asustó, volvió al Neolítico, se asustó más.

¿Cómo llevas el examen? -le dije a la mañana siguiente.

-¿Cómo está Fernando? -me contestó. Como si nos hubiese llamado la tita Olalla o el Mono, que es ese pariente que siempre trae regalos.

Por si no estás, por si te cansas de jugar sólo 20 minutos, por si te vas a China, por si acaso no volvemos a coincidir, yo te pienso decir a voces desde la grada lo que te quiero el próximo día. Eso, claro, y pedir la renovación de Vrsaljko.


- Columna publicada en El Mundo (04-03-17)

Nicolás es fan de Torres... como su padre

Luis Aznar . Periodista de MARCA

24-02-2017

Nicolás acaba de cumplir tres años, es madrileño y del Atlético. Y además, puede presumir de ser el socio número 100.000 del club rojiblanco. Un motivo de orgullo para él y para toda su familia, ya que tanto sus padres, Miguel y Elia, como sus tíos y primos son seguidores del equipo del Cholo. Sobre todo su tío Ángel, como él mismo dice: "Nadie es tan del Atlético como él".

El peque ya conoce el Calderón. Fue con su padre a ver el partido del Betis, así que además se llevó de recuerdo una victoria. Aquel día marcó su tocayo Gaitán, pero Nicolás tiene claro que su jugador favorito es Fernando Torres. Miguel, su papá, reconoce que es por su culpa. Miguel es muy torrista y no ha podido evitar influir en su hijo. Ahora, y a pesar de ser tan pequeño, Nicolás reconoce perfectamente al 9 cada vez que le ve en la tele.

También espera que juegue cuando su padre le lleve a ver el último partido del Atlético en el Calderón. No faltarán en la visita del Athletic, ya que Miguel quiere compartir con su pequeño un día que promete ser especial, emotivo e histórico para todos los hinchas rojiblancos. De cualquier forma, también acudirá al estreno del Wanda Metropolitano porque ya tiene su localidad reservada. Nicolás es un rojiblanco de presente y futuro.

 

Para Torres todo empezó en (la calle) Alemania

Isaac Suárez . Periodista de MARCA

20-02-2017

En 2002 marcó a Alemania el tanto que valía el Europeo sub 19 -acabó como máximo goleador y mejor jugador del torneo-, en 2006 llegó a liderar la tabla de máximos artilleros del Mundial celebrado en el país germano, en 2008 cambió la historia del fútbol español tras batir en la final a Neuer, en 2012 conquistó la Champions en Múnich venciendo al Bayern, la temporada pasada volvió a derrotar a los teutones para jugar la primera final con su Atlético...

Cartel Calle Alemania - Fernando Torres


Hoy toma tierra en Leverkusen como Fernando Torres por su casa. Nunca mejor dicho para un Niño que dio sus primeras patadas al balón delante del portal de su casa, en Fuenlabrada, situado en la calle... de Alemania.

"Allí estaban todo el día echando unos tiros o lanzándose penaltis unos a otros", recuerda José Antonio Camacho, el padre de uno de los compañeros de juego de Torres y amigo de sus progenitores. "También jugaban en el patio que había detrás de su bloque de pisos, donde hay un parque. El conserje les echaba broncas continuamente por jugar en su césped", añade ante un cartel que, sin tener en cuenta la leyenda forjada allí, prohibe hoy en día jugar a la pelota.

- Un niño diferente


La calle de Alemania y el parque de Granada, emplazado al otro lado del portal 4 en el que se crió Torres, fueron el trampolín hacia su primer equipo, el Mario's Holanda de fútbol sala, en el que jugaba su pandilla del barrio. "Fernan -así se refiere a él- era un pelín más alto que los demás, pero era diferente porque regateaba a los cuatro contrarios, volvía para atrás y los volvía a regatear antes de marcar", rememora.

Calle Alemania - Fernando Torres


"No pensábamos ni que existiera donde llegó, nadie podía imaginarse que iba a ganar dos Eurocopas en color, un Mundial... Eso sí, cuando fichó por el Atlético sabíamos que llegaría al primer equipo. Atrás quedaban las dos horas de viaje diarias en tren con Flor (su madre) hasta Orcasitas", reconoce.

Calle Alemania - Fernando Torres


Su ingreso en la cantera rojiblanca se produjo luciendo unas botas que permanecen en la retina de ambos como si la venta se hubiera producido hoy. "Eran unas Joma rojas. A Fernan le llamaban mucho la atención. Su padre y su hermano Isra, siete años mayor, le decían que se las compraban si metía cinco goles. ¡Así que metió nueve! Ya era impresionante en su primer año de alevines, jugaba aún aquí, en el Rayo 13", explica el dueño de Deportes Camacho. "Gracias por venderme mis primeras botas", reza la dedicatoria del Niño sobre su propia imagen, en el póster que preside la entrada de la tienda.
"Las compró todas aquí hasta que en su primer año de cadete lo fichó Nike. Ahí ya fue cuando podría vendérmelas él a mí", bromea Camacho.

- Embajador de 'Fuenla'

El único lado malo de la dimensión alcanzada por el Niño más ilustre del barrio -en la calle Alemania también nació Fernando, excentrocampista de Valladolid, Betis o Deportivo- es que su popularidad le impide regresar como un vecino más a una casa que aún sigue siendo de su propiedad. "No puede venir porque se crea un problema de orden público. Se desborda todo y es muy complicado. Casi nos cuesta un disgusto", señala en referencia al tumulto creado cuando inauguró unos campos de fútbol en su localidad. "Cuando le entregaron la Medalla de Oro de la ciudad, en 2012, tuvo que hacerse entre semana y a las diez de la mañana, y entró escoltado por su hermano y un amigo que miden 1,90, porque era una locura", añade.

Calle Alemania - Fernando Torres

A José Antonio le queda el consuelo de que al menos una vez al año cuenta con su presencia en la comida anual de la peña que creó -aunque la presida el hermano de Torres, él es el motor- en honor a la leyenda del Atlético. Precisamente para él y todos sus miembros dejó escrito un mensaje con la entrada del nuevo año. "Amigos, vecinos y compañeros de viaje, si hemos visto nuestros sueños a punto de cumplirse este pasado año, sólo espero que esta nueva temporada nos sirva para no rendirnos y luchar con más fuerza". Hoy se planta en Leverkusen para empezar a cumplir su promesa.


- Artículo publicado en  MARCA (20-02-17)

Y entonces salió Fernando

Pedro Simón . Periodista de El Mundo

04-02-2017

Y entonces salió Fernando Torres y habló muy bajito con Gabi. Y el nueve, que “está acabado” (me recordaba el del asiento de al lado), empezó a presionar a Piqué como si el central le debiera dinero o se hubiera acostado con su mujer.

Y entonces salió Torres, que “está para partido homenaje” (me decía el del asiento de al lado), y el equipo dio diez pasos al frente y ni uno atrás. Y vimos una cacería apasionante como las de los lobos de El hombre y la tierra desde el segundo anfiteatro.

Y entonces salió Torres, que “es un paquete y debería estar jugando en China” (insistía el hombre). Y con él apretamos arriba. Y jugamos más juntos. Y metimos la pierna. Y corrimos sobre la hierba como si fuésemos una manada de bisontes. Como si al rival no hubiese que dejarlo salir del campo para impedirle dar testimonio de lo ocurrido allí dentro.

El caso es que perdimos 1-2. Pero he aquí la buena noticia: jugamos como cuando les eliminábamos.

Si al Atlético jugase como en la primera parte contra el Barcelona en Copa, el equipo estaría luchando por no descender. Si el Atlético jugase como en la segunda parte contra el Barcelona en Copa, ya habríamos reservado un hotel en Cardiff. Si el Atlético dejase mudo al del asiento de al lado, lo de menos sería cómo jugásemos. Porque esa ya sería una maravillosa victoria.

No se trata tanto de saber lo que queremos ser (que eso sí lo sabemos), sino de lo que tenemos que hacer para serlo. Jugar más juntos. Atreverse más. Quitarse el miedo. Correr más que el rival. Ser más solidarios. Saber quiénes somos.

No sé si recuerdan el El corazón del ángel. En la película, Harry Angel (Mickey Rourke) es un investigador mitad mister Jekyll y mitad mister Hyde que, cuando no es consciente, se dedica a sembrar el mal por la ciudad. En la escena final, Lucifer (Robert de Niro) viene a por su alma. Harry (que por fin descubre su lado oscuro y se mira en un espejo buscándose) no para de repetirse: “Sé quién soy, sé quién soy, sé quién soy”.

Había salido Torres, Gabi ya no podía correr más, Juanfran iba y volvía, apretaba el Calderón y en ese momento supimos quiénes éramos. Hacía meses que no nos veíamos. El del asiento de al lado decía: “Tenían que haber sacado antes a Fernando”.


- Crónica publicada en El Mundo (04-02-17)

Sobre la vuelta y la ida de Torres

Javier G. Matallanas . Director Adjunto del Diario AS

01-02-2017

En la vorágine informativa que vivimos hay que mantener la calma y la pausa para analizar los acontecimientos. Hay cosas que pasan de soslayo, declaraciones que duran lo que dura la alerta de la app de AS, un click o un post de Facebook. Esa inmediatez en la producción frenética de noticias y en el consumo de información provoca que, desde el periodismo, descuidemos nuestras funciones. Como ejemplo pongo unas declaraciones de Fernando Torres en la Gala de la Asociación de la Prensa Deportiva de Madrid: El Niño deslizó en ellas que está en la rampa de salida del Atleti. “Juego cada partido como si fuera el último”, manifestó para acto seguido pedir, con su aplomo y sentido común habitual, que no se montara un debate como hace un año sobre si el Atleti debe ampliar su contrato que expira el 30 de junio.

¿Y si estamos ante los últimos partidos de Torres en su Atleti? No es cuestión de pedir su titularidad. Simeone le utilizará cuando lo estime conveniente, como hizo la pasada campaña cuando le puso, por primera vez desde que le repescó, tres partidos seguidos de titular y Torres le devolvió la confianza con goles. Y El Niño ayudara, desde el césped o desde fuera, al Cholo ahora que vive su peor momento como entrenador colchonero. Su vuelta fue un suceso que trascendió al Atleti. Casi 50.000 almas le recibieron en el Calderón un 4 de enero de 2015. El ambientazo fue emocionante: dejó preciosa aquella mañana de sol de invierno. Su vuelta mejoró LaLiga. Y su enorme relevancia hace que, sin dramas ni debates, no pasen inadvertidos los que pueden ser sus últimos partidos en España y en su Atleti. ¡Hoy juega Torres! (un rato). ¡Disfruten del Pecas!


- Colummna de Javier G. Matallanas publicada en AS (01-02-17)

Torres desenchufa a Xabi Alonso

Diego Torres . Periodista de El País

29-09-2016

El Bayern salió al Calderón con un plan de dominación. El Atlético entró al campo con un plan para no dejarse dominar. El instrumento del Bayern fue la posesión del balón y su circulación a partir del punto de apoyo que le ofrecía Xabi Alonso. La herramienta del Atlético fueron las olas de presión coordinada sobre el campo alemán, con Fernando Torres como primer hostigador de la manada. El juego quedó espontáneamente condicionado por un duelo de viejos conocidos: Torres contra Alonso.

El Manzanares es un microclima. Las noches son las más húmedas, frías y ventosas de la ciudad. Casi siempre. No en la velada de este miércoles, debut del recinto en la temporada de Champions. Las gradas se llenaron a rebosar. El público comenzó a cantar cuando los equipos salieron al campo y moduló los coros durante 20 minutos de interminable aliento. El mismo verso una y otra vez: “¡Vamos Atleti, vamos-vamos Atleti aeee…!”

El rugido ininterrumpido y monocorde parecía motivar cada maniobra. Cuando Savic y Godín llevaron la línea hasta las inmediaciones del círculo central, el bloque avanzó 20 metros y Griezmann, Torres, Carrasco, Saúl y Torres se desplegaron en un abanico de acoso sincronizado sobre Boateng, Alonso y Javi Martínez. A donde iba el balón florecía un avispero. Javi Martínez fue la víctima. Torres le sacó la pelota y se marchó solo. Pisó el área, hizo el recorte, y como el disparo le quedó para la zurda debió armar la pierna con más tiempo. Lo necesario para que el central riojano recuperase la posición y la pelota.

Torres y Alonso coincidieron en el Liverpool entre 2007 y 2009. La suya fue una sociedad prolífica. Probablemente, Alonso nunca dio más pases de gol ni Torres hizo más goles que en aquellos años de convivencia en la ciudad del Mersey. También se reunieron en la selección española. Juntos ganaron dos Eurocopas y un Mundial. Aunque ya no fue lo mismo, quedaron los recuerdos y el conocimiento. Primero, Torres caló al compañero. Cuando se enfrentaron, la labor de inteligencia ya estaba hecha. El punta del Atlético siempre supo colocarse donde más molesto resultaba. Durante una hora las líneas de pase entre Alonso y sus centrales quedaron interrumpidas.

La primera ocasión fue de Torres. La segunda, en el minuto 20, también. A la salida de un córner, el madrileño estrelló el tiro en el segundo palo. Pasaron otros diez minutos. El Bayern se desplegó. Savic despejó de cabeza. Alonso fue a controlar el balón y Torres, que lo vigilaba para cortarle los suministros, no le permitió prosperar. La pelota quedó suelta en la zona por donde se movía el jugador local con los pies más finos. Griezmann pensó rápido y metió el pase vertical sobre Carrasco. El belga controló y se perfiló. Dos gestos y el remate. Un zurdazo y gol. El 1-0 constató un hecho: el Bayern estaba maniatado. La gente saltaba. El hormigón vibraba sobre el río.

Ancelotti esperó a la segunda parte para confirmar que el cerco a su equipo se prolongaba. No tardó en hacer los tres cambios: quitó a Müller, Thiago y Boateng; y dio entrada a Kimmich, Robben y Hummels. Quiso aumentar el número de jugadores en el mediocampo para evitar las superioridades del rival. Lahm abandonó el lateral y se incrustó como interior, con un punto más de agresividad que Thiago; en el lugar del lateral, Kimmich reforzó el costado derecho progresando como extremo; y Robben se ofreció mejor a los volantes que Müller.

Para entonces, Xabi y su cuadrilla ya podían tocar la pelota con más espacios. Torres fue sustituido en medio de una ovación atronadora. El Atlético estaba a salvo tras su famoso doble muro de plomo.

- Artículo publicado en El País (29-09-16)

Fernando Torres: un futbolista de época en El Ministerio del Tiempo de Pablo Olivares

J.G. Matallanas . Director Adjunto del Diario AS

02-05-2016

Hace diez años, en una entrevista en la revista que por entonces editaba el Atlético a Pablo Olivares, ideólogo y guionista del corto 'Campeones', la más maravillosa película de fútbol que se ha hecho jamás, le preguntaban: "Fernando Torres, ¿Oscar o Goya?". Y contestó: "Creo que a Fernando habrá que estarle agradecido durante décadas. El otro día cumplió 22 años y no creo que ningún jugador haya hecho tanto por el Atleti como él a esa edad. Torres debutó a falta de 4 ó 5 partidos, con 17 años, y estuvimos a punto de ascender sobre todo por su aportación. Luego, subimos sin ningún género de dudas, y estos años, si no hubiera sido por él, yo creo que el Atleti hubiera tenido serios problemas por mantenerse. La gente le critica, pero yo le he visto ser él contra medio campo contrario, sin apoyos. Me recordaba a Hugo Sánchez, que hacía en el Madrid la mitad de cosas que en el Atleti. Esperemos que Torres siga hasta que pueda disfrutar de un equipo que llegue a las cotas a las que ha llegado este club, pero tanto si se va ahora como si lo hace dentro de diez años, habrá que estarle agradecido. Torres es un jugador del antiguo Atleti en el Atleti actual". Impresionante análisis, viéndolo con la perspectiva de lo que ha ocurrido desde 2006, del gran Pablo Olivares, atlético de pro.

Pablo Olivares falleció víctima de la enfermedad asesina ELA el 20 de noviembre de 2014. No pudo ver el regreso de Fernando Torres al Atlético en enero de 2015. Torres se fue del Atlético en 2007, un año después de esa entrevista. Y, tras triunfar en el Liverpool, ganar títulos con el Chelsea y pasear el escudo del Atleti en las celebraciones de las dos Eurocopas y el Mundial que ganó con España, como anticipó Pablo, regresó al Atleti “a disfrutar de un equipo que alcanzó las cotas a las que ha llegado este club”, o incluso a superarlas, de la mano de Diego Pablo Simeone. Pablo no vivió como casi 50.000 personas recibieron a El Niño en el Manzanares el 5 de enero de enero 2015. Ni, como nada más llegar, Torres le marcó dos goles al Madrid en Copa del Rey, uno en el inicio de cada parte, en el Bernabéu.

Pablo, junto a su hermano Javier, ideó la serie El Ministerio del Tiempo. Un proyecto que llevaban años preparando los Olivares, dos de los mejores guionistas que ha dado la piel de toro que han escrito series como Isabel, Los Serrano o Doctor Mateo. Seguro que cuando en 2006 Pablo respondía “Torres es un jugador del antiguo Atleti en el Atleti actual”, esa frase tan rotunda, acertada y magnífica, ya se había imaginado un capítulo de El Ministerio del Tiempo la serie española que triunfa ahora los lunes en La 1 de TVE en el que Torres se iba a reforzar el ataque con Gárate a la final de la Copa de Europa de 1974 en Bruselas. Fernando se enrolaría en una misión junto a Julián, Amelia y Alonso para ayudar a marcar otro gol además del golazo de falta de Luis Aragonés para que el tanto de Schwarzenbeck hubiera sido el gol del honor del todopoderoso Bayern de Beckenbauer. Todos habrán imaginado usar una máquina del tiempo para viajar al pasado. Y los atléticos lo harían recurrentemente a 1974 para cambiar la historia. Pablo Olivares no llegó a ver el estreno de El Ministerio del Tiempo. Cuando le venció la ELA tenían escrita la escaleta y seis capítulos de la serie. “El último, un guion de 70 páginas, Pablo lo escribió con un ratón ocular, letra a letra; creo que eso define su voluntad y su dedicación”, según desveló su hermano Javier.

El Atlético juega este martes uno de los partidos más importantes de su historia. Juega para meterse en su tercera final, segunda en dos años, de la Copa de Europa. El Fernando Torres, que cumplió en marzo 32 años, del que hablaba Pablo Olivares en 2006, ha aumentado su leyenda en una década. Fernando Torres vuelve al Allianz Arena, el estadio donde ganó la Champions en 2012 con el Chelsea venciendo en la final al Bayern de Munich. Su historia está vinculada a los alemanes desde su gol en Viena en 2008 que hizo a España campeona dando buena cuenta de Alemania. Haga lo que haga mañana, Fernando Torres se ha ganado la renovación y Miguel Angel Gil se la va a dar porque Simeone así lo quiere. De fondo está el choque de estilos entre Guardiola y el Cholo. En la ida se impuso el fútbol de Simeone y se ha abierto un debate en Europa sobre el tiqui taca. El debate seguirá abierto pase lo que pase mañana. Guardiola será fiel a su estilo. Y el Cholo, al suyo.

Aunque a Simeone no le guste hablar de revancha y no permita que Adelardo, en su condición de presidente de la Fundación del Atlético, dé entrevistas recordando aquella final, es inevitable vincular el partido de mañana en el Allianz Arena de Munich con el del 15 de mayo de 1974 en el estadio Heysel de Bruselas. “El fútbol no hay revancha, sino nuevas oportunidades”, dice el Cholo. A veces la vida no te da otra oportunidad. Y el fútbol si le ha dado la ocasión a Torres y compañía de dar buena cuenta del Bayern de Beckenbauer. Torres es un futbolista de época en el Atleti campeón de hoy y de siempre. En el Atleti de Luis Aragonés. En el Atleti de Pablo Olivares.

- Columna de J.G. Matallanas en El Confidencial (02-05-16)

Atlético's number 9

Ainhoa Sánchez . Periodista de MARCA

19-04-2016

Fernando Torres aún no sabe dónde estará el curso que viene. Cuando a Simeone se le preguntaba por el futuro del Niño durante el mercado de invierno, el técnico argentino remitía al rendimiento del jugador para tomar una decisión al final de la presente temporada. Así que Torres se puso las botas y se dedicó a hacer lo que mejor se le ha dado desde que con 10 años ingresó en la cantera del Atlético: marcar goles.

El 9 rojiblanco se ha convertido en el delantero español más efectivo desde que comenzó 2016. Fernando ha marcado seis goles en los nueve partidos ligueros que ha jugado este año, lo que hace que El Niño celebre un gol con la camiseta del Atlético en la competición doméstica cada 91 minutos.

Página doble en el Diario MARCA

-Visualiza el pdf completo de MARCA en F9T/Quiosco-


No hay otro goleador que opte a un puesto de delantero en la selección española que necesite menos minutos para firmar dianas de lo que necesita Fernando. Borja Bastón, jugador del Eibar cedido esta campaña por el Atlético, es el segundo en la lista de delanteros más efectivos, firmando un tanto cada 119 minutos. Otros arietes como Álvaro Negredo, con un gol cada 125 minutos, y Aritz Aduriz, que necesita 149 minutos para marcar un tanto y que fue convocado para los últimos compromisos internacionales de La Roja, siguen por detrás de Torres. Lo mismo que Diego Costa, que aparece por detrás del jugador del Valencia y por delante del goleador del Athletic de Bilbao. El futbolista del Chelsea manda un balón a las redes de sus porteros rivales en la Premier cada 139 minutos.

De la efectividad de Fernando Torres se está aprovechado el Atlético. Con sus goles el Niño se ha convertido en una pieza clave para el esquema de juego de Simeone partido sí y partido también. El trabajo que hace cada entrenamiento y cada minuto que está vestido de corto recibe su recompensa en forma de goles y el equipo lo celebra. La recta final de la temporada que está protagonizando Fernando bien vale una semifinal de Champions y un coliderato.

- Como en el Liverpool


Desde que volvió al Atlético en enero del pasado año, Fernando Torres está viviendo su mejor momento con la elástica rojiblanca, justo cuando el equipo más lo necesita. El delantero lleva una racha goleadora marcando gol en los últimos cuatro partidos que ha disputado.

En los últimos duelos ligueros que ha jugado el Atlético ante Betis, Espanyol y Granada, además de los 35 minutos que jugó contra el Barça en la ida de cuartos de Champions antes de ser expulsado, El Niño dejó su rúbrica en forma de goles.

Desde su etapa en Liverpool en la temporada 2009-2010 Fernando no vivía una racha así. En aquella ocasión The Kid marcó siete goles en cuatro partidos consecutivos, tres pertenecientes a la Premier y uno más en la Europa League.

Los rivales que sufrieron los zarpazos del Niño fueron el Portsmouth, el Lille, el Manchester United y el Sunderland. El primero de ellos perdió en Anfield por 4-1, con dos tantos de Torres para los reds. El equipo francés también sufrió al goleador madrileño por partida doble, esta vez en competición europea y con un marcador en contra de 3-0. El Manchester ganó el partido ante el Liverpool en Old Trafford 2-1, pero también vio como Fernando mandaba a sus redes un balón. Y por último el Sunderland, que también se llevó un doblete de Torres en Anfield en la derrota por 3-0 que sufrió.

 

- Artículo publicado en MARCA (19-04-16)

Cuando el pueblo tiene razón

Tomás Guasch . Periodista de Cope

21-02-2016

Hay futbolistas que trascienden resultados, generaciones. Es gente querida y bandera cuando juega y después. Como no quiero encabritarme con maltratados casos cercanos apelo a Buffon y Del Piero, que jugaron con su Juve en Segunda, además... El portero sigue. Su gente le adora y a técnicos y directivos no se les ocurre invitarle a salir pese a que a sus 38 años no es el mejor Buffon: sería un extraterrestre. El entrenador decide si le pone o no. No más. Es un futbolista/club.

También Fernando Torres. El diseño de las plantillas lo deciden los técnicos -que en un momento dado pueden fichar a un Jackson, un Douglas, un Lucas Silva- o el presidente y acostumbra a ser peor. Rara vez interviene la afición. El tuétano. Y en ciertos casos especiales -uno cada 100 años- debería decidir. Acertaría seguro. Los colchoneros quieren que su Niño siga. No verle marchar otra vez, ya para siempre. Porque le consideran útil para el servicio y porque no quieren perder al mayor de sus símbolos/era moderna. En la mañana de su vuelta -tiene razón Fernando cuando dice que no fue una presentación sino un reencuentro- quedó claro. Y ahora que se especula con su futuro, el clamor es estruendo. No quieren despedirle por la puerta grande ni por la pequeña: quieren que se quede.

No veo razón futbolística para lo contrario, ni hablar de todo lo demás. A sus 31 años le quedan goles y hay pocos futbolistas capaces de expresarse y vivir como lo hizo Fernando la otra noche en la Cope. Hablar al chaval que sueña con ser como él y al veterano atletista. Símbolo y ejemplo. En todo. Es un imperdible. Es los valores del Atlético y de la vida. El Atlético tiene valores, muchos. Torres los reafirma y advierte de la necesidad de inculcarlos a los que se van incorporando a un club cuya gente sabe lo que quiere: a los suyos, al suyo. Eso es tan importante como una Champions o más. Y que diez. Saben que sin Torres serían menos en lo fundamental. Claro.

- Columna publicada en MARCA (21-02-16)

 

Fernando Torres leyenda

Chema Candela . Periodista de Radio Nacional de España

09-02-2016

El sábado marcó su gol cien con la camiseta del Atlético de Madrid. Una vuelta completa de campeonato ha tenido que pasar para que Fernando volviese a ver portería. La alegría fue inmensa en un Estadio Calderón que idolatra a “El Niño”.

Quince años desde que marcase su primer gol del que fui testigo. Sucedió en el 2001, en el Estadio Carlos Belmonte de Albacete. El Atlético vivía su primer año en ‘el Infierno’ de la Segunda división. Fernando Torres acababa de saltar al césped sustituyendo a Kiko. Carlos Garcia Cantarero, técnico rojiblanco, se jugó el todo por el todo, porque la victoria era imprescindible. Falta a favor del conjunto colchonero, balón en el área pequeña, que Torres aprovecha, marcando de cabeza. Ese fue su regalo cómo futbolista rojiblanco. Los noventa y nueve restantes, fueron consecuencia de vestir la camiseta a rayas rojas y blancas.

La lástima es que ese gol, y el resto que llegaron esa temporada, no sirvieron para el añorado ascenso. Tuvo que ser un año después, ya con Luis Aragonés en el banquillo, cuando el equipo ascendió, dejando atrás esa pesadilla.

Con ‘El Sabio de Hortaleza’, Fernando creció como futbolista. Luis creyó desde el primer día en él. Le cuidó, le mimó, le enseñó y le hizo cada día un mejor jugador.

Luego la historia ya la conocen. El Atlético necesitaba imperiosamente dinero para mejorar sus maltrechas arcas y decidió desprenderse de ‘El Niño’. Una oferta irrechazable del Liverpool por aquel entonces entrenado por Rafa Benítez, terminó con Fernando en el conjunto ‘Red’. Su fichaje se convirtió en el más caro, hasta aquel momento de la Premier.

En el equipo inglés se ganó el cariño y respeto de la afición. Jugó muy buenas temporadas lo que sirvió para que el Chelsea de José Mourinho se fijase en él y le contratase. De nuevo fue el traspaso más caro de la Premier. En el Chelsea le costó adaptarse, pese a que en el club londinense logró la Champions League. Al final optó por recalar en el Milán, dónde su paso fu esporádico ya que en el mercado invernal regresó a su casa, el Atlético de Madrid. Todavía recuerdo el día de su presentación con el Estadio Vicente Calderón lleno de aficionados, para dar la bienvenida a su ídolo.

No pudo tener mejor comienzo Fernando en su ‘reentrée’ rojiblanca. Sus goles en el Bernabéu, apearon al máximo rival de la Copa del Rey. Luego durante la temporada fue gozando de minutos, minutos que le han faltado en la presente campaña, en la que se está jugando su continuidad en el club de la ribera del Manzanares.

Lo que sí es cierto, es que el Icono se ha convertido en Leyenda del Atlético de Madrid. Fernando Torres se lo merecía por el amor al escudo y por lo que ha dado al equipo de su vida.


- Columna publicada en El Transistor Atlético (09-02-16)

 

La prueba del 9

Pedro Simón . Periodista de El Mundo

08-02-2016

Hacia el año 2000, en un restaurante de plato grande y tajada pequeña, un alto directivo del Real Madrid y un emisario de Fernando Torres comían porque el primero quería reeditar la famosa escena de los documentales de La 2, ya saben: la imagen de un pez gordo zampándose a un pez chico.

Descartado el merengue, el postre fue un «no», la oferta fue rechazada y el portavoz torrista terminó la mandarina antes de hacer entrega del recado.

- Fernando me ha dicho que no quiere ni escuchar ofertas vuestras.

- ¿Pero cómo puede ser que este chico quiera jugar en el AZ [léase Atlético de Madrid] pudiendo hacerlo en el Ajax [léase Real Madrid]? -le inquirió el directivo.

- Pues ten cuidado a ver si un día el AZ le acaba mojando la oreja al Ajax.

El curso siguiente, hubo una alergia en España por culpa de las monedas de euro, el obrero Lula Da Silva era elegido presidente de Brasil, Marruecos invadía Perejil y, por supuesto, el AZ ganaba la Liga holandesa.

Gol 100 de Fernando Torres con el Atlético

La primera vez que el Real Madrid quiso fichar a Torres, el chico tenía 14 años, jugaba con chavales de 16, tenía un póster con la imagen de Kiko en su casa de Fuenlabrada y -como le pasaba a todos los críos con las matemáticas- se le atragantaba la prueba del 9.

Podías creer tener un buen resultado, un problema encarrilado, medio tanto hecho, pero si te fallaba la prueba del 9, había que volver a empezar desde el principio.

Eso lo sabe Fernando.

Eso lo sabe cualquier equipo de fútbol.

Eso lo sabe mi hijo: si el 9 no marca, si nuestro 9 no sonríe, entonces cantamos más bajito el gol.

Ahora que hay ratos en que corre un silencio como de nuevo rico por el Manzanares, ahora que hay quien perdió la memoria, ahora que el Calderón, en ocasiones, parece un imán para ciertos comepipas de gatillo fácil, ahora que hay quien dice que Fernando ya no; yo me acuerdo de cuando en la grada no éramos tantos pero estábamos más juntos. Me acuerdo de aquel crío que a los 17 años se colgó la camiseta a la espalda y parecía un Supermán con pecas. Del veinteañero que, temporada tras temporada, justo antes de sacar de centro después de que se adelantara el rival, decía que «no» con la cabeza. De aquel tipo del Liverpool que en los fastos de la Eurocopa, solísimo sobre el autobús, hacía ondear una bandera del Atleti.
En el fútbol hay tipos que celebran abrazándose a sí mismos y tipos que celebran abrazándose a un octogenario arrabalero que lleva muletas y que es de Carabanchel.

Al hijo le perdonas mil veces, con el hijo tienes paciencia, al hijo le animas, al hijo no le vendes jamás, al hijo le esperas siempre. Si este deporte tiene algo de pedagógico, tendría que ser esto: el fútbol no es sólo fútbol. Y el Atleti menos.

Yo quiero que los míos se miren en espejos como el de Fernando, un tipo que cuenta que galáctica es «la mujer que le da de comer a sus cinco hijos, sola, sin pareja, trabajando 12 horas al día»; que te dice que mejor le pidas un autógrafo al «vecino que se levanta cada día a las seis» para subirse a una fugoneta; que no quiere que se sepa que ayuda económicamente a un montón de amigos sin curro.

Porque entre ser un ídolo y ser un hombre, Fernando siempre eligió lo segundo.

Con eso debería servirnos en el Calderón. Con eso y con aquel recado de sobremesa para el tiburón blanco. Y a la mierda, Fernando. A la mierda el gol número 100.


- Artículo publicado en el Diario El Mundo (08-02-16) / Foto: J.A. Sirvent

Torres a cien

Juan Pablo Colmenarejo . Periodista de Cope

06-02-2016

Los asistentes al Estadio Vicente Calderón han participado hoy de una de esas pequeñas cosas que deja la idea del ser del Aleti en una ciudad y un país donde casi todo es blanco o negro y apenas hay sitio para la amplia gama de grises con la que nos gustaría a muchos que se resolvieran o trataran algunas de las cosas que en este modesto blog no vienen a cuento. Ha marcado Fernando Torres el gol cien con la camiseta del Atlético de Madrid. Ha tardado una vuelta entera en hacerlo porque el 99 se lo metió al Eibar con un gesto parecido al gol de Viena de 2008.

A estas alturas de la vida la mayoría de los que somos de Torres pase lo que pase ya no vamos a cambiar de torero. Hemos vivido momentos eléctricos con Agüero, segundos espectaculares con Forlán, saltos mortales con Falcao y carreras de manada con Diego Costa. Todos han puesto en pie el Calderón y por supuesto han roto las cuerdas vocales a cualquiera que estuviera cerca o lejos. Pero Fernando Torres es de la familia de cada uno. Desde pequeño entró por una puerta que siempre quedaba abierta esperando su ida y su vuelta. Nadie le reprochó su marcha porque el Aleti era un valle de lágrimas. Hace uno año Simeone le buscó. Fue un acierto. Su contribución al tercer puesto con los goles en Villareal y en el campo del Levante añaden otra línea en su hoja de servicios. Torres ha estado parado un mes por un golpe en el tobillo que no le impedía jugar pero que suponía un riesgo para su salud. De ese tipo de hematomas mal curados sabe mucho Kiko. Los de Torres hemos llorado como niños viendo su gol 100 como el 1. Fue el 3 de junio de 2001, un remate de cabeza en Albacete, con el Aleti en Segunda, que no se nos olvida. Y es que no se nos olvida. ¿Por qué será?

 

- Columna publicada en El Grafitero Metropolitano (06-02-16)

 

Torres, nadie por encima del Atlético, pero algunos por debajo

Chema G. Fuente . Periodista de Mundo Deportivo

02-02-2016

¿Qué importancia tienen nuestros mitos? ¿Qué trascendencia los hombres y mujeres que, con sus esfuerzos y sacrificios, nos llevaron a este punto de una determinada historia? ¿Qué valor poseen aquellos que son depositarios de los valores y sentimientos que comparte un determinado grupo de personas, en este caso aficionados?

Les confieso que hacía tiempo que no tenía demasiadas ganas de escribir unas líneas de opinión en algo relativo a este tinglado, hastiado de la impostura, la superficialidad, y el fanatismo de todo lo que lo rodea. Hacía tiempo que nada me atraía lo suficiente como para abrirle la cancela a los adjetivos porque a fuerza de ver pasar días y días uno se convence cada vez más de que el enorme Andrés Montes tenía tantísima razón cuando decía aquello de que todo esto es una gran mentira.

Ya digo que hacía tiempo que no me asaltaba el ánimo para ello… hasta que ayer escuché y leí las reflexiones de Fernando Torres. Ansiosos como estábamos por conocer qué se le pasaba por el cuerpo al fuenlabreño en un momento difícil como el actual, uno sólo puede admirar la templanza, mesura, sentido común y sobre todo sentido de pertenencia que el canterano demostró. Vive el ‘Niño’ una etapa de madurez interesante en la que nos viene dejando unas reflexiones alejadas de los lugares comunes, de la nada en la que se convierten entrevistas y unas ruedas de prensa una tras otras. Gusta escuchar a algunos futbolistas en este punto de sus carreras en los que la experiencia les templa, en los que no hay miedo al futuro porque el pasado les respalda y no hay temor al que dirán, hablan con la sabiduría que sólo conceden las cicatrices y más para los que vendrán que para los que se fueron.

Primer entrenamiento de Torres en su regreso al Atlético. Foto: J.A. Sirvent

No fue Fernando nunca un tipo de salidas de pata de banco. A algunos les habría gustado, un grito por aquí, un horrible esmoquin por allá, un insulto a la mierda de los periodistas a través de las redes sociales paracullá. Uno no lleva tantísimo en esto pero ya le ha dado tiempo a ver muchos, muchísimos chicos con talento, pasar por el Atlético y estrellarse a la vuelta de la esquina. Si Fernando no lo hizo fue porque tuvo lo que a muchos le faltan, una familia y un entorno que le pusiese en su sitio cuando las sirenas de la fama vana les llamaban a las aguas de la catástrofe. Fueron los mástiles del barco de Odiseo a los que atarse para ver lo que ha hundido a tantos.

Recuerdo una anécdota, no sé si apócrifa o real, porque a estas alturas de película uno no está seguro de nada, en la que, al poco de aparecer el Niño en escena, con todo aquello que se desató, no sé si recuerdan (el barril al que aferrarse en el naufragio que vivía el Atlético), un tal Escudero habló para poner las cosas en el lugar que le tocaban. Decía el ‘Chaba’ que aquello del fenómeno ‘fan’ que se había generado estaba bien pero que había que esperar para darle las llaves del olimpo de mitos al chico de Fuenlabrada. Y a él, cosas de la edad y del maltrato desmemoriado que le da el Atlético a los suyos, se atrevió a preguntar que quién era ese tal Escudero. Y en ese momento saltó la voz de su conciencia y el que todavía le es consejero y custodio fiel a día de hoy: “Es sólo el máximo goleador de la historia del Atlético de Madrid, así que respeto”. Y no hubo más que hablar, porque Fernando comprendió, hasta diríamos que se ruborizó de su atrevimiento juvenil. No mucho después se hacía una foto con Escudero, junto a otras leyendas del club, y le mostraba en persona el respeto que se merecía. Y lo que es más importante, aprendía la lección de los inteligentes: escuchar, aprender y hablar lo necesario.

Y ahora habla lo indispensable. Y cuando lo hace conviene escuchar porque se escucha a un tipo que tiene una de las carreras más exitosas del fútbol español aunque le pese a esa legión de detractores que tiene y cuyos argumentos vuelan como los aquenios de un diente de león en medio de un huracán, o como las bravatas del cobarde cuando la pelea de verdad se aproxima. A esa banda de odiadores se las aleja con el currículum del chico y fotos como la de los goles que le dieron la Eurocopa a España. Aunque joda, tendrán que celebrar toda la vida con la foto del Niño robándole la cartera a Lahm y Lehmann. Y uno tiene para sí que no es Torres lo que les molesta, lo que les fastidia es que, como Luis antes que él, mostrasen orgullosos el escudo de la osa y el madroño en un país en el que algunos le regatean la alegría al Mundial porque la base de la Roja no era de ‘marca blanca’.

Pero no estamos aquí para hablar de esta tribu cansina, sino de lo que dejó Fernando en su comparecencia del otro día. Muchos esperaban a un ególatra y se encontraron a un modesto. Muchos aguardaban a un resentido y hallaron a un generoso. Muchos deseaban a un derrotado y se encontraron a un luchador. Muchos le soñaban fuera y él no sólo dijo estar dentro (porque qué coño, es su casa), sino que exigió que nadie se distrajese del objetivo real: ganar y ganar, y volver a ganar, y ganar… Y se puso el sombrero de copa de caballero inglés que le dejó su paso por la mejor liga del mundo y quedó como un señor al señalar que admira a Simeone y recordar que “nadie está por encima del Atlético”.

Y semejante forma de desempeñarse en este momento difícil para él habla de un señor y un atlético con todas las letras. Y él no lo dirá, pero sí “nadie está por encima del Atlético” pero añade el que firma que hay muchos que han estado por debajo de él. Y me refiero al trato que se le ha dispensado a cuenta de su no renovación, agotando el tiempo como trileros, mirando para otro lado mientras se silbaba cuando el asunto salía a colación. Exigía la situación la charla que Simeone tuvo con él para aclarar el asunto y el Cholo estuvo a la altura de lo que se espera de él. No exigía la respuesta aquella de la rueda de prensa, que si no fue un agravio lo pareció. Urgía resolver por parte del club este tema y se dejó para cuando ya fue inevitable. Y no entro a valorar los motivos deportivos y económicos, que los habrá, hablo de los gestos de cariño que se merecen emblemas del Atlético, actitudes acorde a las personas por lo que en su día sacrificaron y trabajaron (a algunos se les olvida rápido que le pidieron tirar de un carro enfangado a un chaval de 20 años). Se ha echado de menos también palabras de afecto, que son gratis eh, de algunos compañeros con ascendencia del vestuario, que las sacaron a pasear cuando el asunto ya estaba liquidado y casi a regañadientes.

Le confesaba Torres no hace mucho a Pedro Simón que “muchos creen que el fútbol es “yo, yo, yo”, hacer los goles, ser el capitán. Y eso no es el fútbol. Si vas así, acabarás solo”. Por eso, por ruedas de prensa como la de ayer, por gestos como los que tiene con la afición, por sacrificios que no se han contado y por ser atlético hasta el alma, él no acabará nunca solo, tendrá el respeto de toda su gente, la gente del Atlético.



- Columna publicada en Mundo deportivo (02-02-16)

14 años goleando

Luis Aznar . Periodista de MARCA

21-09-2015

El 3 de junio de 2001, un chaval llamado Fernando Torres, con apenas 17 años recién cumplidos, firmaba de cabeza en Albacete su primer gol con la camiseta del Atlético. Por aquel entonces el conjunto rojiblanco peleaba por su retorno a Primera división de la mano de Carlos García Cantarero, que tiraba de sangre fresca y de la casa en busca de un milagro que terminó por no llegar.

Aquella diana, que sirvió, eso sí, para que el Atlético se llevara del Carlos Belmonte los tres puntos y siguiera vivo en la pugna por subir, fue la primera de muchas de un delantero que entonces era todo ilusión y ahora ya es leyenda. Concretamente, fue la primera de las 99 que llevan su nombre en estos más de 14 años que han pasado desde entonces.

Y es que El Niño firmó en Eibar su segundo tanto del curso para quedarse sólo a uno del centenar con la rojiblanca. Palabras mayores que le sitúan entre los más grandes arietes que han vestido la camiseta del Atlético. Para ser exactos, ya está en el Top 10 de goleadores de la historia del club. Tal lista la encabeza Luis Aragonés, con 170 dianas en su currículo. Tras él, Escudero y Campos completan el podio de goleadores, mientras que Gárate, Peiró, Adelardo, Collar, Juncosa y Agüero completan la tabla de futbolistas que han marcado más goles que Torres y, por tanto, han alcanzado la centena con la rojiblanca.

Los dos últimos, Juncosa y Agüero, llegaron hasta los 101 goles en su etapa en el club, cifra que tiene ahora a tiro Fernando. De superarla, se colocaría como el octavo máximo goleador de la historia del club y apuntaría directamente a los 105 de Collar.

Torres ha puesto su sello en goles de todo tipo y condición. Este curso, ambos recibiendo una asistencia al hueco después de dibujar un desmarque y superando a su marcador Jordi Alba contra el Barcelona, Dos Santos contra el Eibar- y al portero con un toque sutil -Ter Stegen contra el Barcelona, Riesgo contra el Eibar-.

- No repetía desde 2006

Pero estas dos dianas no son más que la punta del iceberg, ya que en el currículo del 9 hay víctimas de todo orden. El Barça es una de sus preferidas y al Real Madrid le ha empezado a coger el gusto en esta segunda etapa, pero es que también ha visto puerta contra equipos más modestos como el Real Jaén o el Racing, ahora en Segunda B. El de Fuenlabrada, por otro lado, se ha prodigado en todas las competiciones salvo la Champions, torneo en el que sí anotó desde el punto de penalti en la tanda frente al Leverkusen el pasado curso.

Fernando, además, vuelve a dar la sensación de estar en racha en el Atlético, ya que no marcaba en dos jornadas ligueras consecutivas desde noviembre de 2006, cuando anotó frente a Villarreal y Levante en las fechas décima y undécima de la temporada de su adiós. Su próximo objetivo está a la vuelta de la esquina, toda vez que el Getafe visita el Calderón mañana mismo. La centena está a tiro.

 

- Columna publicada en MARCA.com (21-09-15)

 

El gesto público de un amigo muy inteligente llamado Fernando Torres

Carlos Matallanas . Periodista y ex-futbolista

29-04-2015

Ha pasado una semana desde que se lanzó ‘Fútbol&Vida’, un proyecto muy especial que hemos llevado a cabo con Fernando Torres. Quienes han visto el vídeo han comprobado que ya se explica el porqué de ese encuentro, que acabó siendo fabulosamente realizado por el personal del Atlético de Madrid. Pero este miércoles quiero insistir en ello.

Fernando y yo nos conocemos desde chavales, cuando él y mi hermanoGonzalo coincidieron en las categorías inferiores del Atlético y se hicieron, además, amigos. Sus padres y los míos entablaron amistad también, y desde entonces mi familia ha vivido muy de cerca los avatares de la suya y viceversa. Y por supuesto, hemos tenido el enorme privilegio de ver en primera persona la evolución de una carrera deportiva de primerísimo nivel como la de Fernando.

Yo le saco tres años. Él conserva más o menos el mismo grupo de amigos desde la adolescencia, aquella etapa donde casi todo ser humano anda despistado por la vida pero en la que aquel espigado fuenlabreño comenzó a sentir sobre sus hombros responsabilidades que la mayoría de personas no tienen en toda su existencia.

Siendo él ya internacional absoluto y capitán del equipo rojiblanco, empecé a coincidir en mi modesta carrera futbolística con algunos de esos que eran amigos de él y de mi hermano, uniéndose un poco más mis lazos con todos ellos. Pese a ser muy jóvenes y compartir vestuario, esos tres años de margen se notaban, y era inevitable para mí sentir que todos ellos me veían un poco igual que lo hacía Gonzalo, como un hermano mayor, pero no tan mayor como para no sentirle como alguien del grupo, como un amigo más. Es decir, había un respeto hacia mi figura y hacia lo que yo decía o hacía, que supongo que lo marcaba el margen de edad. Y Fernando, a su reservada manera, creo que mantuvo también siempre esa misma mirada sobre mí. La misma cariñosa mirada que mantienen por ejemplo Óscar y Juli, dos de esos anómimos y leales amigos.

Eso para explicar el trato corto con el Torres persona, no con el Torres estrella del fútbol. Trato personal que de todos modos está totalmente condicionado por la figura de deportista de élite de Fernando. No me refiero a que él sea un ser diferente al común de los mortales, al contrario, sino que su realidad, absorbente y mucho más compleja de lo que la gente de a pie se puede imaginar, debe ser tenida muy en cuenta para entenderlo todo. El mantenimiento de ese respeto hacia su espacio, que mantuve más si cabe una vez empecé a ejercer de periodista, es lo que seguro más ha permitido que se mantenga en el tiempo la amistad y el contacto cercano pese a la distancia. Porque aunque el vídeo ha servido para que él se muestre en público como una persona tan normal como cualquier otra (como es él en realidad), eso no nos puede hacer olvidar que su vida no es tan normal como la de cualquier otro hombre de 31 años.

De ahí la enorme importancia de lo que ocurre en el vídeo, y que creo que es lo que ha impactado y gustado tanto entre el aficionado medio. En él se puede constatar lo buen tío que es y lo bien amueblado que tiene el coco. Estar bien educado por una familia sencilla hace mucho, y quienes le conocemos lo sabemos de sobra, pero ha quedado patente para todo el mundo a través de esta singular grabación. Y es que ser alguien mediático no significa que la gente te llegue a conocer bien. De hecho, puede pasar lo contrario.

Visitando a Fernando en Liverpool en marzo de 2008.Él le dio total prioridad a este proyecto, fue quien tomó la iniciativa y quien le ha dado el toque diferencial con su actitud y predisposición. Y eso que no ha sido fácil llevarlo a cabo. Los propios impedimentos que pone mi enfermedad se sumaban a la agenda de un jugador de Primera división. Y no solo eso, a uno de los jugadores más relevantes de nuestro fútbol. La imagen pública de un personaje es eso, la imagen pública. Quien la quiere llevar bien, protegerla y evitar que altere su ámbito privado, porque detrás de cada esquina hay maestros en intentar echar por tierra trayectorias o reputaciones, necesita siempre de la ayuda de expertos. Un núcleo de confianza que le dote al personaje de seguridad en todo lo que hace en su día a día, y que le permita que su actividad principal, jugar al fútbol, no se vea afectada.

Esto por la gente de la calle parece que cuesta entenderlo a veces, y se llegan a desvirtuar los perfiles de la gente conocida. Pero si hicieran el simple ejercicio mental de imaginar que cada vez que salgan a la calle los próximos 15 años, absolutamente todas las personas con las que se crucen les van a reconocer, muchas de ellas les dirigirán constantemente comentarios directos, incluso a veces negativos o desagradables, sería más fácil que se viera como lógica y normal esa protección.

Ya digo que los Matallanas conocemos la sencillez de Torres en su intimidad. Por supuesto que entendía y esperaba su apoyo sincero, inmediato y en privado nada más enterarse de la noticia, como así sucedió. En el lado personal, tiene la misma importancia que todos los mensajes que me ha hecho llegar a lo largo de estos meses la gente que me quiere y me tiene cariño. Lo que sí me ha fascinado, y por eso escribo hoy de esto en el blog, es que no dudara ni un segundo en poner todo el peso de su imagen pública para ayudarme y darme fuerzas a mí en esta lucha personal, y por extensión, a todos los que saben muy bien el grave problema que es la esclerosis lateral amiotrófica.

Cuando digo todo el peso es todo el peso, sin reservas, porque en la conversación sabe que no cabe guardarse nada, y quiere que quede claro que los dos somos muy parecidos, como llega a afirmar. Así, no solo se convirtió en embajador de Project MinE en España nada más conocer mi enfermedad, o los gimnasios que llevan su nombre han organizado eventos para recaudar dinero.Quiso además desde el primer momento hacer algo diferente, no simplemente mostrar que un jugador famoso tiene un amigo al que le ha pasado una desgracia. Él, por iniciativa propia, insisto, quería ir más allá, dejar patente que lo que a mí me pasa le puede pasar a cualquiera, entendiendo perfectamente cuál era mi filosofía de lucha. Y para ello no dudó en mostrarse de tú a tú frente a mi hermano y a mí delante de seis cámaras. Sacó durante un rato a la escena pública esa forma de ser que sabemos que es la suya, la real, pero que suele mantener en privado porque, sinceramente, es muy raro que en los ámbitos mediáticos actuales haya hueco para estos testimonios tan directos y sinceros. Como decimos, para que su vida funcione en la mayor armonía posible, lo más prudente es protegerse en el ámbito público. De ahí mi enorme satisfacción por notar su extraordinario apoyo de esta manera, con un balón por medio.

Yo sabía que iba a realizar una charla-entrevista pocas veces vista, para eso iba preparado aquel jueves lluvioso en Majadahonda. Pero me encontré al Fernando del jardín de su casa, y ahí entendí que estaba dando todo lo que tenía para intentar ayudar en esta batalla. De hecho, de tan cómodos que estábamos, la charla podría haberse alargado mucho más, si no fuera porque el tiempo se nos había ido de las manos y desde fuera nos dijeron que había que acabar.

Fernando Torres celebra la Eurocopa de 2008 conquistada gracias a su gol a Alemania.


Parecerá lo contrario, pero yo no soy muy dado a este tipo de alabanzas. Y seguro que a él no le gustará demasiado que le dé tanta importancia a lo que hizo, pero sabe que si lo hago es porque también es relevante profundizar un poco más en el origen y la razón de ser de ese ‘Fútbol&Vida’ que tanto ha impactado a miles de espectadores. Y creemos que lo seguirá haciendo, porque recuerdo aquí que los 17 minutos publicados eran un extracto de la conversación completa. La versión íntegra y definitiva, que superará la hora de duración, será lanzada en pocas semanas, cuando se finalice el producto y se determine cuál es el mejor canal de lanzamiento.

Ahí se podrá seguir viendo, ya de manera final y siempre con la excusa del fútbol (el elemento que vertebra nuestras vidas), la manera que tiene Fernando Torres de ver el mundo y los problemas cotidianos. Que es la misma que tiene cualquier persona sensata y que busca ser buena persona, buen profesional y mejorar en su vida sin tener por ello que empeorar la de los demás. Si ha sido a través de mi ELA cómo muchos han cambiado los ojos con que miraban al Niño, bienvenido sea. Porque esa lección también es muy importante para el deporte y el fútbol. Y también ese era nuestro objetivo.


Porque con su determinación y su manera de preguntar y responder en esta entrevista, sobre todo se da muestras de la enorme inteligencia de Fernando Torres. No hay nada más injusto para alguien que conoce muy de cerca el deporte de élite que la facilidad que se tiene desde diversos ámbitos para generalizar y tachar de inculto, egoísta, tonto o ignorante al deportista de primer nivel. Y más si cabe al futbolista. Y más si cabe al futbolista millonario. Y digo que es injusto porque los muchos criticones y envidiosos (así los veo yo) olvidan poner en esa balanza que usan, donde se le da tanta importancia a la formación académica, elementos como la inteligencia emocional, el control del propio cuerpo, el dominio de los momentos extremos de presión o la destreza mental, entre varios factores más.

En el mundo del deporte hay bobos, desagradecidos, cortos de miras, engreídos o insensatos en la misma proporción aproximada que los habrá en el mundo de las ciencias, de la literatura, del arte, de la docencia universitaria, de las finanzas o de las grandes empresas. Pero desde la perspectiva del éxito que se tiene en la actualidad, donde parece que un título académico ya hace a la persona y al profesional de una tacada solo con poseerlo o donde cualquier pelotazo encumbra al más jeta, queda poco hueco para atender a las demostraciones reales, prácticas y productivas del saber hacer, el saber vivir y el saber mejorar.

Desde aquí, modestamente les invito a que no vuelvan a generalizar en esto ni a infravalorar el deporte o el fútbol en sí mismos. Lo practiquen o no, sean aficionados o lo detesten, conviene no poner etiquetas tan dañinas e incompletas. La facilidad para discernir que este era el momento de hacer lo que ha hecho respecto a mi enfermedad es una virtud de Fernando Torres, futbolista. Y por el contrario, les aseguro que estoy comprobando muy de cerca cómo hasta los más preparados y letrados profesionales de disciplinas muy complejas o sesudas, pueden carecer de la capacidad mínima para buscar su felicidad o la de quienes tienen alrededor. O ser incapaces de ponerse en el lugar del otro, o incluso mucho más incapaces de ayudar. Por muchas carreras universitarias que alberguen sus currículums.

Hasta aquí la reflexión global que quería compartir en este foro acerca del gesto de un crack en todos los sentidos. Un gesto hecho con tal inteligencia y naturalidad que, por poco común, a todos nos ha cogido por sorpresa. Ya para dentro de los muros de mi casa me guardo a buen recaudo el significado de ese gesto hecho por Fernando Torres, amigo. Que en estos cruciales momentos, como todos los que me quieren, simplemente desea hacerme ver que está ahí, cerca. Para que no se nos olvide que nunca caminaremos solos. Y mucho menos, en mitad de la tormenta.

Si desea colaborar en la lucha contra la ELA puede hacerlo en la web del Proyecto MinE, una iniciativa para apoyar la investigación que parte de los propios enfermos.


- Artículo publicado en ElConfidencial.com (29-04-15)

No era un domingo cualquiera

Pablo Brotóns . Periodista de MARCA

05-01-2015

No era una presentación más. Porque Fernando Torres no es un jugador más. Siempre ha sido, es y será el motivo de orgullo de una afición, la del Atlético, vigente campeón de Liga, que acudió en masa a la ribera del Manzanares.

Siete años y medio después, con más de 150 goles, un Mundial, dos Eurocopas, una Champions, una Europa League y una FA Cup en la mochila, Fernando José Torres Sanz volvió a casa. A su casa. Al Vicente Calderón.

La peña, su peña, no le falló. ¿Alguien lo dudaba? Más de 45.000 aficionados acudieron al estadio para verle radiante con ese nú- mero 19 que un día lució su hermano Kiko. El Niño regresa hecho un hombre a un Atlético ganador que juega de tú a tú a los grandes de Europa, algo que, sin ir más lejos, exaspera al omnipotente vecino de enfrente. Es superior a sus fuerzas. Se siente, es lo que hay.

Este Atlético es muy distinto al que Torres dejó el 21 de junio de 2007, precisamente el día en que José Tomás, rojiblanco hasta la médula, volvía a los ruedos. Como diría uno que yo me sé, esto había que colarlo sí o sí. Fernando sabe muy bien que su Atlético de hoy nada tiene que ver con el de entonces. No hace falta recordárselo. Porque cuando los demás van, él vuelve. “Sé que llego a un equipo campeón. Lo he visto desde fuera y ahora quiero disfrutarlo desde dentro. Me he emocionado con las victorias y he sufrido con las derrotas. Quiero ganar títulos aquí”, dijo en la presentación.

La apuesta de Fernando Torres es arriesgada. Todavía hay quien le mirará con lupa. Por fortuna no son muchos y en todo caso siempre toparán con la legión invencible, una afición que le adora y que sabrá defenderlo con uñas y dientes. Esa afición que pasó de ir a misa y puso a enfriar las mahous mientras se daba una vuelta por el Calderón. Porque no era un domingo cualquiera.

 

- Columna publicada en MARCA (05-01-15)

 

 

Torres, ‘tifosi’ y ‘selfies’: una nueva filosofía que agrada a Inzaghi

G.B. Olivero . Periodista de La Gazzetta dello Sport

04-09-2014

A las nueve en punto de la tarde del martes, Fernando Torres estaba a punto de salir de Casa Milan. Había llegado por la tarde para visitar el museo junto a Barbara Berlusconi y Adriano Galliani. A las 19:00 se había reunido con los periodistas para una de las ruedas de Prensa más largas de cuantas se recuerdan. A las 20:00 acudió a la tienda del A.C. Milán para premiar la pasión de un centenar de aficionados que guardaron cola con la esperanza de conseguir una foto, un ‘selfie’, un autógrafo.

Transcurrido el tiempo fue invitado para acudir al ágape y todo parecía indicar que era el momento de decir adiós. Torres, sin embargo, advirtió que aún permanecía en la tienda un pequeño grupo de fans: los últimos que habían guardado turno en la cola, mas los rezagados de última hora que se habían sumado. Entonces ‘El Niño’ se dirigió a Adriano Galliani y marcó su primer gol para los ‘rossoneri’: “No me iré mientras quede alguien que haya venido por mí”.

Torres regresó a la tienda y se puso a disposición de los aficionados ante la incredulidad general. Incrédulos porque, por desgracia, ya no es habitual ver estos comportamientos. Debería ser la norma, pero se ha convertido en la excepción.

- Primero el hombre, después el futbolista

Torres dejó Casa Milán a las 22:00. Antes de marcharse se fotografió con todo el personal de la tienda y los miembros de seguridad. Galliani disfrutó de la escena convencido, una vez más, de que había tomado la decisión correcta. Una decisión que también afecta a la filosofía del equipo.

El A.C. Milan encara el nuevo y limpio estilo de Fernando Torres y Jack Bonaventura (ayer el centrocampista habló a Milan Channel: “Estoy emocionado por firmar el contrato. Llevar esta camiseta es un sueño, a los aficionados sólo les prometo dar todo mi esfuerzo") y los que vendrán.

Inzaghi ha dicho en referencia a Torres: "Elegimos primero al hombre y después al futbolista". Galliani, cansado de ‘Cassanatas’ y ‘Balotellinas’, piensa del mismo modo. Este es también el motivo de que el Director General ‘rossoneri’ acudiera a Milanello: era el primer día de trabajo para Torres y Jack. Tenía que estar allí para destacar el valor de los últimos fichajes. Valor técnico y humano. Este puede no ser aún el Milan de los títulos, pero sin duda es el Milan de las personas.

 

 

- Columna publicada en La Gazzetta dello Sport (04-09-14)

 

El Niño asombra a Xabi

José Miguélez . Periodista

11-06-2014

De no estar para nada ni nadie a estar mejor que nunca. O eso le parece a Xabi Alonso, que fue su compañero en el Liverpool y lo es desde hace tiempo, incluso en categorías inferiores, en la selección. “Me ha sorprendido Fernando Torres; lo veo muy rápido y con mucha chispa”, declaró en una entrevista con la Cope el tolosarra. “Lo veo mejor que en veces anteriores”, apostilló. Lo dice tan sólo unos días después de que El Niño se subiera al furgón de la selección en marcha, o casi. No estaba en la mayoría de las quinielas para formar la lista final. Pero como siempre, puntual con la gran competición, el nueve de España asomó dando voces. Le tocará esquivar el reproche masivo de esa legión sonora que lo desprecia, posiblemente concentre el debate nacional desde que el árbitro silbe el comienzo de Brasil 2014, pero finalmente estará.

Pese a la competencia. Negredo tomó carrerilla, pero luego se frenó en seco. Fernando Llorente hizo el viaje inverso, de menos a más. Pero Del Bosque no esperó al último día para dejarlos fuera a ambos de la nómina previa de 30 que tuvo que recitar para la FIFA. Pero luego ni les permitió entrar en el hotel. A Soldado le había dejado fuera mucho antes. Diego Costa quedó pendiente de su estado físico y Villa de que el seleccionador resolviera el dilema del momento de forma o los galones. Así que Fernando Torres, tacita a tacita, jugando también muy poco en el Chelsea de Mourinho, sin mucho gol en el equipaje, volvió a colocar su nombre entre los elegidos. Si Del Bosque le esperó en Suráfrica, cuando su rodilla no estaba en condiciones, cómo no iba a aguardarle ahora.

El Niño es el tipo que lo empezó todo, el hombre que marcó el gol más importante de la historia de La Roja hasta que Iniesta le adelantó por la derecha en 2010. Luego fue el máximo goleador de la Eurocopa de 2012, el héroe de la final, su especialidad. Y ahora está mejor que nunca, según la mirada incisiva de Xabi Alonso. Y apunta a titular, o eso se desprende de los entrenamientos de Del Bosque en Brasil. El Niño, tantas veces acabado, tantas veces insultado, tantas veces sentenciado, vuelve al frente del ataque. Con otro peinado, como siempre, pero vuelve. A Brasil también


- Columna publicada en Vozpopuli.com (11-06-14)

 

Del Bosque confía en Torres

J.G. Matallanas . Director Adjunto del Diario AS

31-05-2014

Fernando Torres debutó con la Selección absoluta el 4 de septiembre de 2003 en Guimaraes ante Portugal. Casi 11 años después, tras haber disputado 107 partidos y haber anotado 37 goles (es el tercer goleador histórico y ya tiene a Raúl a tiro de siete goles) con La Roja, El Niño sigue siendo el 9 de España y lo será en el Mundial de Brasil. Lo fino que ha llegado a final de temporada y su gran rendimiento en las fases finales con la Selección han convencido a Del Bosque para darle toda la confianza por delante de Negredo y Llorente, que han hecho también méritos más que suficientes. Pero el seleccionador ha elegido al delantero de Fuenlabrada. La idea de Del Bosque es jugar en el debut ante Holanda con el frente de ataque que acabó ayer el partido (Iniesta, Pedro, Silva y Fàbregas), manteniendo a este último de falso nueve como en la Euro 2012.

Torres no tiene problemas por empezar de suplente y acabar máximo goleador como esa Eurocopa y en la Copa Confederaciones 2013. El último penalti que había tirado lo había fallado en Maracaná. Pero ayer quiso tirar el penalti y lo marcó. El Niño se siente muy feliz porque jugará su tercer Mundial con España y porque nota la confianza de Del Bosque.

- Columna publicada en el Diario AS (31-05-14)

 

Poderosas razones para no mirar

Juanma Trueba . Periodista de AS

03-05-2014

Stamford Bridge, semifinal de Champions, minuto 60, empate a un gol. Diego Costa intenta colocar el balón en el punto de penalti, hundido por un topo o por una rueda de autobús. Fernando Torres se gira para no ver el lanzamiento. Se acuclilla y entrecruza las manos como si estuviera rezando, o implorando. Su gesto contrasta con la actitud de Hazard y Juanfran, que no pierden detalle. Hasta esta línea, lo evidente. A partir de aquí, las preguntas. ¿Por qué no mira Fernando Torres? La primera respuesta es la más sencilla. Ante la inminencia de un desastre, no queremos ver, como si no viendo fuéramos capaces de conjurar el peligro, como si así pudiéramos sumergirnos en su sueño que nos permitiera despertar a salvo en otra parte. Por esa misma razón nos cubrimos con una sábana cada vez que intuimos la presencia de un asesino dentro del armario. No es muy lógico, pero a veces funciona.

En el fútbol, lo frecuente es que sean los jugadores de un mismo equipo los que se giren ante el lanzamiento de un compañero. En ese caso, se trata, simplemente, de liberarle de nuestro miedo: no te miro, no te contagio. El cuestionario se complica ahora. ¿Qué temía Torres, el acierto o el fallo del Atleti? Ya sé que hablamos de un profesional intachable, íntegro y juicioso, pero con corazón. Torres ingresó en el Atlético a los once años y debutó en el primer equipo con 17. Con él ascendió a Primera. Después de siete temporadas, se marchó sin títulos. Pese a la distancia, nunca disimuló sus sentimientos, puestos de manifiesto en cada fiesta con la Selección: jamás falta en ellas su bandera rojiblanca. A nadie extraña que la afición del Atleti aún le sienta como propio.

Ajeno. En el Chelsea, además, nunca ha terminado de encajar. Tardó cuatro meses en marcar su primer gol. Ha sido ninguneado por la prensa y por Mourinho (“No tengo delanteros”). ¿Qué hubieran hecho ustedes, sensatos lectores, en su situación? Quizá lo mismo: entregarse por el club que les paga y hasta marcar un gol. Me queda una pregunta. Después de cumplir con su conciencia y su contrato, ¿qué hubieran deseado? Les recuerdo que ya han ganado una Champions con el Chelsea. No me respondan. Dénse la vuelta y dejen de rezar. Costa marcó gol.


- Columna publicada en AS (03-05-14)

Los nueves, Mourinho, Torres y Del Bosque

J.G. Matallanas . Director Adjunto del Diario AS

22-04-2014

Los guiones que prepara el fútbol son de lo más rebuscados. Suelen rizar el rizo. Del enfrentamiento Atlético-Chelsea destaca la vuelta de Fernando Torres al Vicente Calderón. Mourinho hizo público el menosprecio a sus delanteros tras la derrota en París ante el PSG. A Demba Ba, Mou no le consideraba por ser un fichaje de Rafa Benítez (le tiene mucha envidia al madrileño). Etoo, que se quedó en Londres, cree que fue un error volver con Mou porque se ha encontrado un entrenador menos convincente y persuasivo que en el Inter. Y Torres, entre lesiones y rotaciones, no ha conseguido tampoco continuidad con el entrenador de Setúbal. Para Mou el escenario ideal es que ningún jugador destaque por encima del resto ni, sobre todo, de él. Y Mou necesita gastarse mucho dinero en jugadores para salir campeón. Así lo logró en el Chelsea, en el Inter y en el Madrid. Desde que regresó al Chelsea advirtió que no ganaría nada si no se gastaban una morterada en fichajes. El Atlético es favorito en esta eliminatoria porque Simeone tiene más hambre que Mourinho.

Torres se juega su presencia en el Mundial en esta semifinal. Ese es el guión diabólico. Torres es hincha del Atlético, pero se debe al Chelsea y una brillante actuación suya (si Mou decide ponerle que últimamente prefiere a Ba) podría dejar sin la final soñada desde hace 40 años por su equipo del alma. Torres debería ir al Mundial al margen de lo que hiciera en esta semifinal porque es el mejor 9 posible para esta Roja campeona, como pensaba Luis Aragonés y como ha demostrado. Pero Del Bosque no ha sido nunca generoso con él. Siempre se lo ha tenido que ganar. Y otra vez lo peleará.

 

- Columna publicada en AS (22-04-14)

El Niño que jugaba al ‘gol alemán’

Sefutbol.com . Web Oficial de la Selección Española

20-03-2014

Cumpliendo cien años anda y está más joven que el Niño que galopa por la banda... Así cantaba Joaquín Sabina sus motivos para un sentimiento en el centenario del Atlético de Madrid, el club que vio nacer en la élite a Fernando José Torres Sanz, el Niño que como Peter Pan nunca dejó de serlo pese a sus, no cien, sino ciento seis partidos vistiendo la camiseta de la Selección española.

Muchos años antes de pasear su figura rubia y espigada por los mejores estadios del mundo, Torres fue un chaval que perseguía balones de cuero en su Fuenlabrada natal, donde solía perder siempre a las canicas y ganar al gol alemán, una especie de juego infantil con una portería de por medio y cuyo castigo para el primer eliminado es soportar el fusilamiento de los otros participantes ofreciendo las posaderas propias como diana.

No parece probable que el Niño recordarse el gol alemán de su infancia cuando Xavi Hernández le tiró un pase profundo en la final de El Prater y el delantero se zafaba del acoso de Philip Lahm para empujar el balón por encima del gigante Lehmann y ganarle -precisamente ante los germanos- su particular sprint hacia la eternidad.


Xavi Hernández le dio los pases en sus goles frente a Alemania e Italia, ambos tantos supusieron la Eurocopa para España

 

El tanto que le daba a España su segunda Eurocopa es hoy una imagen grabada a fuego en la retina de los aficionados, su instantánea decora las habitaciones de los jóvenes que sueñan con llegar algún día a la Selección, pero lo cierto es que aquella imagen no fue fruto de la casualidad ni producto de la suerte de un recién llegado.

Fernando Torres llevaba ya un lustro siendo habitual en la Absoluta, después de una exitosa trayectoria en las diferentes categorías de la Selección. Debutó a las órdenes de Iñaki Sáez en septiembre de 2003 durante un amistoso ante la Portugal de Luiz Felipe Scolari en Guimaraes y que concluyó con victoria española por cero goles a tres.

Especial de sefutbol.com por el 30 aniversario de Torres

Su estreno goleador llegaría al año siguiente en Génova, donde España arrancaba un empate ante los azzurri, con quienes volvíamos a encontrarnos en la eliminatoria de cuartos de la Eurocopa de Austria, tras las experiencias de Portugal 2004 y el Mundial de Alemania en 2006. La victoria en los penaltis iba a ser fundamental para que la Selección creyese por fin en sus posibilidades ya con Luis Aragonés al frente, al que Torres siempre le ha agradecido su magisterio y aún recordaba con motivo de su fallecimiento cómo "nos reunía a todos para que gritásemos como uno solo aquello de ganar, ganar y ganar."


Ha sido el delantero que más partidos ha jugado en la historia de la Selección española, 106 en total

 

Tras el triunfo de El Prater llegaría Vicente del Bosque y con él el Mundial de Sudáfrica con presencia del Niño en la finalísima del Soccer City, al igual que en la del Olímpico de Kiev dos años después en un nueva Eurocopa y de nuevo con gol en el último partido, otra vez -sincronías de la vida- a pase de Xavi Hernández.

Así hasta las 106 internacionalidades -ningún otro delantero ha jugado tantas veces en la Selección- con 36 goles a sus 30 años recién cumplidos y siempre siendo el Niño al que cantaba Sabina, quien desde los parques de Fuenlabrada se hizo universal junto a una generación de futbolistas que supieron llevar a España al lugar donde los chavales no crecen ni envejecen las alegrías. Algunos lo siguen llamando el País de Nunca Jamás.



- Columna publicada en Sefutbol.com (20-03-14)

 

Que sigan rajando...

Chema G. Fuente . Periodista de Mundo Deportivo

24-06-2013

Máximo goleador del Campeonato Europeo Sub-16 de la UEFA de 2001. Mejor jugador del Campeonato Europeo Sub-16 de la UEFA de 2001. Máximo goleador del Campeonato Europeo Sub-19 de la UEFA en 2002. Mejor jugador del Campeonato Europeo Sub-19 de la UEFA de 2002. Máximo goleador español de la Primera División en 2005. Incluido por el sindicato de jugadores (PFA) en el once ideal de la Premier League en 2008. Jugador del mes de febrero en la Premier League en 2008. Mejor delantero de la UEFA de 2008. Mejor jugador debutante en la Premier League inglesaen 2008. Mejor jugador de la final de la Eurocopa de 2008. Balón de Bronce en 2008. Tercer lugar del Jugador Mundial de la FIFA en 2008. Once Ideal de la UEFA Euro de 2008. Parte del equipo del año Eurocopa de 2008. Mejor jugador del mes de septiembre en la Premier Legue en 2009. Incluido por el sindicato de jugadores (PFA) en el once ideal de la Premier en 2009. Bota de Plata de la Copa Confederaciones de 2009. Once ideal del torneo la Copa Confederaciones 2009. Incluido en el equipo ideal FIFPro en 2008. Incluido en el equipo ideal FIFPro en 2009. Bota de oro de la Eurocopa de 2012. Parte del once ideal de la Eurocopa 2012. Campeón del Europeo Sub-16 y Sub-19. Campeón de la Eurocopa de naciones en 2008 y 2012. Campeón del mundo con España en 2010. Campeón de la FA Cup inglesa con el Chelsea en 2012. Campéon de la Champions con el Chelsea en 2012. Campeón de la Europa League con el Chelsea en 2013. Se llama Fernando José Torres Sanz y es del Atleti. Ahora que sigan rajando...

 

- Columna publicada en Mundo Deportivo (24-06-2013)

 

Torres marca cuando él quiere

J.G. Matallanas . Director Adjunto del Diario AS

16-05-2013

"Torres scores when he wants". Es el cántico que a la afición del Chelsea se le ocurrió cuando la sequía goleadora de El Niño se prolongaba meses después de su mudanza de Anfield a Stamford Bridge. Y es así, Torres marca cuando quiere. Torres marca cuando le ponen y le dan confianza. Y Torres suele marcar en finales europeas. El delantero de Fuenlabrada ya sabía lo que es ganar siendo el protagonista (Euro 2008), ganar participando (Mundial 2010), ganar desde el banquillo (FA Cup 2012), ganar en los penaltis (Champions 2012) y volver a ser campeón con La Roja marcando en otra final (Euro 2012) y acabando Bota de Oro.

Y ayer volvió a ser protagonista abriendo la lata en otra final con un golazo que demuestra que sigue siendo el delantero más veloz y más potente que tiene España (¡y debe ser fijo en La Roja!). Hasta se acordó de Kiko, su ídolo del Atleti, para celebrarlo. ¡Emocionante!

Torres se tuvo que inventar el gol de la nada. No le había llegado ni un balón en condiciones cerca del área hasta entonces. Mata no le encontraba. El Benfica perdonaba demasiado en el área de los ingleses. Y Fernando marcó en la única ocasión que tuvo y que él se creó. Cardozo empató. Pero Torres siempre gana las finales, como es habitual ya en su gran carrera profesional, y por eso apareció Ivanovic para rematar la Europa League en el último suspiro de la final de Amsterdam. Y Rafa Benítez también volvió a campeonar. Gracias a El Niño. Gracias al 9 de España.

 

- Columna publicada en el Diario AS (16-05-2013)

 

Ahora, por favor, dejen de llamar a Torres un fiasco

Harry Redknapp . Entrenador

07-04-2013

Gastar grandes sumar de dinero en un delantero no garantiza goles. Fernando Torres lo ha demostrado en las últimas temporadas, pero este año ha estado sigilosamente engordando sus números. Lleva 19 goles esta temporada y está en el Top 5.

Los tiempos de Clive Owen marcando 49 goles en una campaña se han acabado en Inglaterra. Las defensas están mucho mejor organizadas y los delanteros tienen que correr con el balón mucho más que entonces.

Si analizas el juego de Clive, y estoy seguro de que él no se ofenderá, no era bueno por alto, no tenía velocidad ni regate en el uno contra uno. Simplemente era un gran rematador.

Hoy en día esto no es suficiente. Jimmy Greaves fue un goleador de clase mundial y podía conseguir 35-40 goles cada año. Pero en el fútbol moderno es más difícil marcar ante defensas que son más rápidos y con mejor toque de balón.

Por esto, 19 goles de Torres es un buen registro. Si tienes un delantero que te da 20 goles por temporada debes estar satisfecho.

Torres está comenzando a marcar regularmente de nuevo. No creo que esté al mismo nivel que alcanzó en Liverpool, cuando era un jugador sorprendente, pero lentamente está yendo a mejor. Y debería permanecer en Stamford Bridge.

Mucha gente lo denomina un fiasco o un dinero malgastado. Pero en este estado de forma y con el Chelsea en la posición en que se encuentra él puede ayudarles a conseguir títulos.

El Chelsea está en semifinales de la F.A. Cup, cuartos de final de la Europa League y en situación de regresar a la Champions League. Debería quedarse en el Chelsea y ayudar a reconstruir el equipo la próxima temporada, porque da la sensación de que tendrán un gran resurgir.

Creo que marcará de nuevo esta temporada, lo que le llevará a 20 goles alcanzando una referencia de éxito en la actual Premier League.

Sin duda está marcando más que cualquiera de nuestros delanteros ingleses. Theo Walcott es quien más se acerca con 18. Wayne Rooney ha marcado 16 goles para su club esta temporada. Más allá de esto no hay mucha más competencia para Torres en Inglaterra – un fiasco.

El porqué de que Torres esté marcando de nuevo está fuera de mi alcance. Los delanteros dependen mucho de la confianza y el detalle más leve puede hacer cambiar el estado de ánimo.

¿Cuánto tiempo practica después de los entrenamientos? ¿Cuánto trabajo de finalización hace? ¿Es suficiente? No soy capaz de resolver estas incógnitas. Pero Frank Lampard Senior, mi antiguo compañero y asistente en el West Ham, solía pronunciar una frase muy cierta en el fútbol: cuanto más trabajas, más suerte tienes.

Un delantero debería buscar unos registros de un gol cada dos partidos para realmente ganarse su salario. Si lo consigue puede irse de vacaciones en verano con la certeza de que ha cumplido con las obligaciones de su trabajo.

 

- Columna publicada en el Diario The Sun (07-04-13)

Extremos (en la grada)

María José Navarro . Periodista

13-06-2012

Se esperaba que la Eurocopa trajera una alegría pasajera al españolito angustiado y, tras el primer partido, ya estamos todos a la gresca; así somos, qué esperaban. La selección, que se supone que une y esas cosas, acaba llevando hasta la caricatura las diferencias entre ciudades, regiones y clubs. El españolito, radical y pontificador, espera Eurocopas y Mundiales para dar su opinión con grandes voces en bares, heladerías y radios. La afición del equipo sin extremos está llena de extremistas y si el jugador que no gusta mete un gol, muchos se llevan un disgusto paradójico. La radicalidad absoluta y patria se personifica en Torres, jugador que sin querer está siempre en el ojo del huracán.

Tras el partido del domingo, media España vio cómo el equipo ganó pegada y espacios con su presencia, la otra media vio fallos garrafales y motivos para el escarnio. La crítica, que en España suele ir de la mano de la falta de respeto, radicaliza posturas y desborda la imaginación: al final resulta que los detractores vieron cómo Torres falló catorce goles facilísimos y sus seguidores, hartos ya tener que defender al jugador juegue bien o mal, nos preguntamos si somos del mismo equipo. Torres, eso sí, es utilísimo: cada cosa que hace genera un tsunami, cada fallo es celebrado por muchos, cada gol de un compañero se toma como un escupitajo en su brillante currículum mientras su número 9 tapa debates más serios y cuestiones más espinosas. El periodismo fanático en país de fanáticos obliga a ser más fanático o bien a pasar definitivamente de todo. Una pena.

- Columna publicada en el Diario La Razón (13-06-12)

El gol que llevó a la gloria a una gran generación

Miguel Ángel Lara . Periodista

02-06-2012

Hoy nada sería igual sin ese gol, sin ese toque sutil para superar la salida de Lehmann después de haber reventado en velocidad a Lahm para aprovechar el pase al hueco de Xavi. Nada sería igual sin el remate con el que Fernando Torres firmó el gol que convirtió a una generación de grandes futbolistas en una de elegidos, los que han hecho que España se quitara de encima décadas de complejos futbolísticos, de sinsabores y llantos.

El Niño sabe lo que es el fracaso en la Selección. Su primera fase final fue de una amargura infinita, la Euro de Portugal. Y conoce lo que es el valor de un grupo. Por eso el ‘yo’ aparece poco o nunca en su discurso. El equipo es su máxima. Por eso, con el MARCA Leyenda en sus manos, se acordó de sus compañeros, del esfuerzo para ser campeones, de cambiar la cara de perdedores de los españoles. Pero también tuvo un recuerdo para los que desde 1964 no pudieron llevar a España al lugar que ocupa ahora.

Hace cuatro años, el 29 de junio, España lloró de alegría con su Niño. Él afrontó la final con calma, tranquilo. El día anterior quedó con MARCA en la puerta trasera del hotel de concentración para hacer una foto especial. La principal estaba tomada opr aficionados. A la hora acordada apareció un Fernando tranquilo, risueño. En sus manos estaba el balón con el que se iba a jugar la final. Se hizo la foto con él y una con un aficionado que se encontró de repente con dos periodistas, un fotógrafo y al ‘9’ de España sentado en una escalera con un balón en sus manos.

“Vamos a ganar”. Fue la despedida de Torres antes de que Paloma Antoranz, jea de Prensa de la Selección, se lo llevara al interior del hotel para la comida, No había sido una Eurocopa sencilla para él Marcó ante Suecia, pero fue la lesión de David Villa en la semifinal ante Rusia la que le aseguró un puesto fijo en la final.

Para que Torres tuviera claro que era su final, Luis Aragonés le encaró. Le hizo la señal de la cruz antes de salir al campo y le dijo cosas que solo Luis puede decir. Por el mensaje y por el tono. Su seleccionador le dijo que iba a marcar dos goles. La visión de El Sabio falló por poco. Torre hizo el gol, pepro antes había estrellado una pelota en la madera. Ese remate, el del palo, cambió un partido que había nacido hablando alemán.

- Columna publicada en MARCA (02-06-12)

Las formas de ganar de ‘El Niño’

J.G. Matallanas . Director Adjunto del Diario AS

20-05-2012

Se esperaba Torres ser titular anoche. Durante toda la semana Di Matteo había entrenado con Drogba y Fernando juntos en el previsible once incial. Desde que se enteró en la comida de su suplencia intentó digerir ese enfado, esa sombra entre las cejas que se le ponen a todos los futbolistas cuando se enteran de que no juegan de inicio. El partido se puso como el de la final de la Cup. Parecía que el amarraregui técnico del Chelsea buscaba la prórroga y los penaltis. Hasta que marcó Müller en el 82' y en ese mismo minuto llamó a Torres buscando el empate. Y lo consiguió. El Niño forzó el córner, Mata lo botó con maestría y Drogba hizo el 1-1. Y llegó la prórroga.

Torres, que cambió la cara al ultra defensivo Chelsea cuando él no tuvo que defender, reclamó un penalti y a la siguiente jugada el árbitro portugués sí pitó uno, de delantero defendiendo, de Drogba sobre Ribery y Torres volvió a protestar el suyo a su paisano Velasco Carballo. Se puede ganar siendo protagonista (Viena 2008), ganar participando (Johanesburgo 2010), ganar desde el banquillo (Cup 2012) y ganar en los penaltis (Champions 2012). Y de paso vengar a tu Atleti y olvidar al maldito Schwarzenbeck. ¡Grande Fer!


- Columna publicada en el Diario AS (20-05-12)

El gol que necesitaba Fernando

J.G. Matallanas . Director Adjunto del Diario AS

25-04-2012

Pasaban los minutos y Di Matteo no sacaba a Fernando Torres en una plaza que nunca ha perdido el respeto al delantero madrileño. En Can Barça siempre han valorado a El Niño. No se les olvidaba que les había marcado siete goles en diez partidos. Le sufrieron con el Atlético (hasta aquel 0-6 fatídico para los colchoneros tras el que Torres decidió migrar del Manzanares al Mersey) y ayer los culés vieron como un gol del querubín de Fuenlabrada finiquitaba el ciclo triunfal del Barça de Guardiola, Messi, Iniesta, Xavi, Puyol, Busquets y compañía. Una lástima que la edad dorada del Barça termine con un catenaccio irritante para la vista que obligó a Drogba a jugar de lateral. Uno, que deseaba la primera final de Champions Madrid-Barça española, y apretaba por los de Pep, confiando en que el gol culé llegaría, vivió diez minutos instalado en la esquizofrenia cuando Di Matteo por fin dio entrada a Torres.

De lateral iba a rendir menos que Drogba (uno de los cinco mejores delanteros del mundo, junto a Fernando, ¿por qué en el Chelsea sólo juega uno?). Torres tuvo una primera ocasión de plantarse solo pero se le fue largo el control. El Barça seguía sitiando a Cech y Torres defendiendo junto a sus compañeros. Hasta que le llegó otra pelota, arrancó con un control de clase y, con esa zancada elegante y potente, se plantó solo ante Valdés para dejar mudo al Camp Nou y marcar un gol que necesitaba, después de 14 durísimos meses en Londres. Abramovich le fichó para ganar la Champions. Ya está en la final. Y estará en la Eurocopa 2012.

- Columna publicada en el Diario AS (25-04-12)

 

Llega el momento Torres

Tomás Guasch . Periodista

05-04-2012

Los delanteros de verdad aparecen en cuanto asoma abril: claro. Ahora les acompañan los gestos. Esta noche, Raúl frente al pichici. San Mamés le aplaudirá, como anteayer en el Camp Nou a Seedorf. Falcao y Soldado frente a su destino, encontrase en la final de la Europa League. De Cristiano, Messi y tal nada, no quiero repetirme. Mal rollo en forma de delantero sólo Ibra con guardiola: sabía cómo ponerle la muleta, altita y gritándole ¡Mou!, y Pep embistió. En el Bernabéu, gesto/fiesta de los 4.000 chipriotas que tomaron Madrid, bendito fútbol.

Pero delanteros ahora mismo, dos: Robben y Torres. Amenazas gordas para la final española de la Champions. una de las grandes cachondadas de parte de mi gremio no hace tanto fue sostener que Robben es mejor que Messi. No, nadie fue encarcelado por ello, ni siquiera juzgado. Robben eso sí, es un gran futbolista capaz de ganar una eliminatoria y más ahora, que apenas se lesiona. El Bayern tiene peligro de mitad de campo hacia arriba. No como para un trivote, pero lo tiene…

Y Torres. Un tipo que llva recibiendo palos desde los 17 años y los ha tomado todos. Si fuera boxeador no habría quien lo tumbara, menudo fajador. Torres está de vuelta, asimilados los últimos tantarantanes vestido de azul. Campeón de Europa con 16 años la primera vez es la amenaza número uno de Barça… y Madrid. Se los puede cargar a los dos, uno detrás de otro. A su talento descomunal une la magia de los que se levantan de la lona y ganan el combate imposible. Lo que hizo casi sin tener que afeitarse. Llega el momento Torres, ojito.


- Columna publicada en el Diario MARCA (05-04-2012)

La hora de Fernando

Marcos López . Columnista de MARCA

14-03-2012

Está fino, como un tiro a tenor de los entrenamientos, el gol llegará. Tira desmarques, deja espacios y cumple con la precisión. Está perfecto en todo lo que no se cuantifica, en el juego invisible. Va de un área a otra sin perder el cambio de ritmo. No se esconde, sus compañeros valoran los intangibles pero confían en que sus goles sirvan para guardar debajo de la alfombra los mil y un problemas de una entidad con dudas razonables.

Stanford Bridge le respeta, no marca pero están con él. Siente el aliento, el aplauso cada vez que sale a calentar. Le aman. Desde el primer día le cantan la misma que retumbaba en Anfield, “Fernando Torres, Chelsea number nine”. Le miman, saben que vive con la necesidad de hacer soñar a los suyos con sus goles. Su hermetismo oculta su deseo, manifiesta su profesionalidad y es que no escatima en tener cerca a su gente para estar siempre preparado para competir. Vive atormentado, tímido en el área. La grada lo intuye, percibe su compromiso por eso no hay debate. Es uno de los suyos.

Toca remontar, el sueño de Stanford está definido, pasan los suyos. Una noche mágica, inolvidable, una batalla épica de esas que ocurrían con Mourinho. La perfección llegará con Torres, el gol del ‘9’ sería un punto inicial para comenzar a volar o bien el jugador del último momento, el balón que besa las mallas para el éxtasis final. La vida es sueño, una derrota en la ida siempre es una oportunidad para escribir la historia.

El Chelsea juega lento, Mata es el acelerador de partículas. El ‘10’ le cambia la velocidad al juego, mejora la jugada. Es el único capaz de ver los desmarques del ‘9’ y ofrecerle una pelota ganadora. Su juego asociativo es básico en un Chelsea que repite pases y va escaso de jugadores capaces de superar el uno contra uno. Remontar es darle el balón a Mata y que el resto empiecen a correr. Todo esto con cordura, el fútbol es ajedrez cuando se trata de derribar muros, equipos donde todos están por detrás de la línea del balón.

Oriol Romeu, el vértice bajo. No estará, al menos no se le espera pero su calidad, robar y soltar, le viene de lujo al juego de ataque ya que el primer toque es clave para que el Chelsea tenga esperanzas en el contraataque. No le terminan de entender, quizás hay demasiados nombres y ninguno repare que lo importante es el rendimiento.

Ellos han cambiado los gustos, el poder africano ha dejado paso a la ilusión que generan los españoles. Siempre quedará Drogba pero hoy puede ser el primer día grande, un desafío para Mata ya que él, y sólo él, tiene las llaves del equipo. Una noche especial para Torres y es que siempre tendrá su momento y quizás un partido para que Oriol observe desde la barrera y sienta que tiene que desfallecer en cada entrenamiento para ser uno de los elegidos. No será fácil, el Nápoles es fuerte al contraataque, Lavezzi sabe aguantarla y Cavani es matador. Corren todos y su tridente impresiona. Atrás, hay está la debilidad napolitana. Mañana no lo sé, hoy todos seremos blues. ¡Vamos!

 

Nosotros, que somos de Torres

Carlos Fuentes . Blog ´El rojo y el blanco´

06-02-2012

Nosotros, que somos de Torres, somos de Torres desde hace muchísimo tiempo. Ya no sabemos muy bien desde cuándo somos de Torres, la verdad, porque tenemos la sensación de que Torres, que sólo tiene 27 años aunque tenga aplomo de ministro de transportes o de cirujano jefe, lleva con nosotros toda la vida. Y en el fondo casi es así, que Torres lleva con nosotros 11 años de profesional y unos cuantos más antes de serlo, saliendo cada día de la semana en los periódicos, cada dos días en las teles, cada media hora en las conversaciones de bar y cada fin de semana en nuestros brindis nocturnos, cuando toca acordarse de lo importante.

Nosotros, que somos de Torres, empezamos a ser de Torres en diferentes momentos. Algunos nos hicimos de Torres cuando vimos un chaval con pecas y el pelo a tazón que, banderín en mano, cumplía en partidos de fútbol 7 con los rituales de los capitanes de brazalete verde sobre camiseta de algodón de nuestra infancia. Otros se hicieron de Torres al verle liderar la selección sub-16 en aquel Europeo de 2001, marcando en la final y siendo el mejor jugador del torneo; otros, al verle liderar la selección sub-19 en aquel Europeo de 2002, marcando en la final y siendo el mejor jugador del torneo; otros, más tardíos, se hicieron de Torres al verle marcar el gol de la final de la Eurocopa de 2008, aquél gol picando el balón sobre el portero a pase de Xavi que todos hemos visto mil veces y podemos ver otras cien mil, aquél remate fino dejando atrás a su marcador en un derroche de potencia y clase que, aún cerrando los ojos, podemos describir a la perfección. Algunos se hicieron de Torres en aquel partido al que llegaba cuestionado, como no, y en el que terminó siendo el mejor jugador de la final, dando a España con su gol su primer título importante. Nosotros, que somos de Torres, sentimos especialmente nuestro ese título que marcaba el triunfo de un estilo y de un grupo, de un equipo cuestionado por enfrentamientos cainitas, el triunfo de un entrenador cercano, Luis Aragonés, al que la prensa había linchado durante meses por no cumplir con las expectativas oficialistas y apostar por ser él mismo, sin plegarse a lo que hubiera sido más fácil. Ese mismo año, el de la Eurocopa, hace sólo tres años y pico, Torres había destrozado todos los registros de un debutante en la historia del Liverpool y de la Premier, había recogido premios y marcado goles, había desembarcado en una ciudad sabia en fútbol con el aura de un mesías y había conseguido que nosotros, los de Torres, fuéramos aún más numerosos y aún más orgullosos. Eso sí, no nos hicimos de Torres por ninguna de las cosas descritas en este párrafo, por ninguna de ellas, no.

Nosotros, que somos de Torres, no nos hicimos de Torres por ser un jugador de fútbol extraordinario ni una estrella mundial. Lo que nos hizo hacernos de Torres no fueron sus goles en remates acrobáticos de esos que cuando los mete otro son históricos y sale repetidos en los telediarios pero cuando los mete Torres no, ni su facilidad por clavar en el suelo centrales experimentados con regates imprevisibles, no, no fue eso lo que nos hizo ser de Torres. No nos hicimos de Torres por sus diagonales y galopadas, por sus remates de exterior como aquél de Mallorca, por la espuela ante el Alavés o el puñado de goles increíbles ante el Barça. No nos hicimos de Torres por el gol ante el Betis a pase de Jorge Larena, ni por el gol a Bélgica a pase de Reyes, que tiene guasa la cosa. No nos hicimos de Torres por su clase, su zancada o su enorme repertorio de remates, ni por su decisión a la hora de fajarse con defensas corpulentos sin miedo ni complejos. No nos hicimos de Torres porque fuera mejor goleador español de Primera División dos años seguidos a pesar de jugar en un equipo con jugadores muy por debajo de su calidad y méritos, no. Todo eso son razones suficientes para ser de Torres, sí, pero entonces quizás haya unos pocos jugadores enormes de los que también podríamos ser si fuera sólo por eso. Pero no, no, no fue eso lo que nos hizo hacernos de Torres a nosotros, nosotros, que somos de Torres.

Nosotros, que somos de Torres, tampoco nos hicimos de Torres por llevar la contraria, aunque, no vamos a negarlo, eso ayuda. Ayudó para hacernos de Torres el ver que, desde el principio de su carrera, se le comparaba con jugadores inferiores con camisetas más populares, se subrayaban sus defectos, se magnificaban sus fallos. No nos hicimos de Torres por la rabia que nos daba ver que cada racha de cinco partidos sin marcar se convirtiera en noticia generadora de comentarios jocosos mientras que otros jugadores, depositarios de una fracción mínima de talento de Torres, fueran ensalzados tras meter dos goles a un Segunda B rematando cómodos un balón en el área pequeña. Ayudaron para hacernos de Torres, no lo vamos a negar, las críticas constantes, los deseos de muchos de verle fracasar, la comparación con jugadores de su misma edad y currículum pigmeo tras cinco buenos partidos de estos y una mala racha de Torres. Ayudó el ver cómo se cuestionaba constantemente a un jugador que en otro país sería ídolo nacional, ayudó el ver cómo los medios deseaban una pronta recuperación a compañeros de demarcación en la selección mientras que afirmaban sin reparo que Torres, con una lesión incómoda y sólo veinticinco años, probablemente no volvería a ser el mismo, probablemente tendría que renunciar a su juego de siempre. Ayudan para ser más de Torres las críticas a ciegas, las reflexiones sobre momentos de forma que vienen de gente que obviamente no ve los partidos de Torres, esas afirmaciones audaces de ignorantes y forofos que destilan un odio que únicamente puede tener un origen. Todo eso ayuda a ser de Torres, sí, ayuda, pero no es por eso por lo que somos de Torres, tampoco es por eso, no.

Nosotros, que somos de Torres, vimos con rabia y con pena pero también con comprensión cómo Torres se iba al Liverpool. Nosotros, que somos de Torres, nos quedamos sin faro ni guía y con un poco de angustia, tanto por nosotros, que somos de Torres, como por el propio Torres. Torres se fue a Liverpool por una millonada, con todos los focos sobre él, de la mano de un entrenador que fiaba a Torres todo el crédito de un equipo con un historial impresionante. Cuando Torres fue a Liverpool nosotros, que somos de Torres, entramos en los foros de los aficionados de su nuevo club y contestamos a las dudas, a las suposiciones, a los prejuicios. Entramos, eso sí, sin miedo porque nosotros, que somos de Torres, teníamos ya entonces una fe ilimitada en sus posibilidades y en su talento, pero sobre todo en su compromiso y capacidad de trabajar para el equipo. Va una estrella, sí, dijimos, pero sobre todo va uno más del equipo, el que más corre, el que más busca, el que aprieta más los dientes cuando el resto de compañeros bajan los brazos. Torres, que hizo lo que todos sabíamos que iba a hacer, se convirtió en el ídolo de un estadio experto en pocos meses, rompió récords, trajo el orgullo y la esperanza. Tardó poco en hacerse uno más, en dar su primera rueda de prensa en inglés, en identificarse plenamente con una de las gradas con más historia del fútbol. Nosotros, que somos de Torres, fuimos a Liverpool y nos quedamos asombrados de la devoción que despertaba, aunque luego vimos que sólo se le juzgaba con justicia, justo lo que no se hizo aquí. Gracias a Torres los aficionados del Liverpool, a los que siempre estaremos agradecidos, nos recibieron con los brazos abiertos y la complicidad del que sabe, como uno, que tiene la suerte de ver cada domingo a un fenómeno que juega al fútbol como un ángel y lo vive como un aficionado. Nosotros, que somos de Torres, disfrutamos esa época aunque Torres no jugara en nuestro equipo y siempre tendremos un recuerdo especial para la gente del Liverpool, los que tan bien nos trataron por ser ellos también, como nosotros, de Torres. Pero, eso sí, no es por sus números en Liverpool ni por su salto a la condición de estrella de la Premier por lo que somos de Torres, no, nosotros no.

Nosotros, que somos de Torres, vimos con cierto asombro y también con cierto extraño alivio cómo Torres se iba del Liverpool. El equipo perdía elementos importantes y no parecía levantar cabeza, el tiempo pasaba y el futuro perdía color rojo. Por culpa del fútbol moderno y los inversores extranjeros, por culpa de los proyectos a medio y largo plazo, por culpa de los insuficientes proyectos a corto plazo, Torres decidió irse del Liverpool para buscar un club que ofreciera estabilidad en la parte alta de la clasificación y en la Liga de Campeones, una competición que alguien como Torres no puede ver por la tele. Nosotros, que somos de Torres, lo sentimos por sus seguidores en Liverpool, tan fieles a Torres y tan amables con nosotros, que somos de Torres, porque entendimos que a Torres no le quedaban muchas opciones. Lo sentimos por ellos pero comprendimos lo que empujaba a Torres a cambiar de aires, cruzamos los dedos pidiendo que hubiera acertado, que el equipo fuera lo que necesitaba; que los compañeros le recibieran como uno más y no como la estrella que venía a hacerles sombra, que le dieran balones y no se jugaran todo ellos por no engordar la leyenda del que venía con vitola de estrella mundial. Las cosas, por ahora, no han ido todo lo bien que nos habría gustado. Torres llegó a un equipo en cambio, con un estilo de juego que le va poco, en el que los espacios no abundan y las ocasiones escasean. Torres se encontró en un equipo que transmitía la sensación de estar formado por clanes, con figuras asentadas que deciden lo que ocurre, que no quieren competencia en las alineaciones titulares ni en las fotos de la tienda oficial.

Nosotros, que somos de Torres, hemos visto que Torres lo ha pasado mal en el Chelsea, mientras era mirado con lupa por todo el mundo dado el precio del traspaso; Torres ha marcado pocos goles, se le ha visto incómodo en el campo, poco integrado en un sistema de juego que no es el ideal para sus extraordinarias condiciones. Aún así, Torres ha ido cambiando, se ha ido adaptando. Tras una buena racha de cuatro goles en seis partidos, Torres fue al banquillo en una decisión que no se entiende si no es por la presión que algunos jugadores ejercen sobre el entrenador. Últimamente nosotros, que somos de Torres y hemos visto casi todos los partidos que ha jugado en su carrera, vemos bien a Torres, jugando más de centrocampista de delantero, más de pasador que rematador, más de portor que de trapecista estrella, como ya le pasara en algún momento del pasado. Aún así, Torres no está marcando todo lo que debería, no tiene muchas ocasiones y, en las que le llegan, tampoco tiene ese punto de suerte que lleva al balón un poco más abajo del larguero, un poco más a la izquierda de un poste. Y mientras nosotros, que somos de Torres, vemos las críticas que vienen de gente que no ve ni un partido, que confunde fútbol con goles, que concibe este como una colección de resúmenes de domingo por la noche y no como una sucesión de partidos completos, vemos cómo estos hacen risitas y chascarrillos y pretenden hacer sangre comparando a Torres con jugadores de equipos que juegan con menos presión y más ocasiones, con situaciones incomparables. Pero eso ya sabemos que está ahí porque siempre lo ha estado, lo sabemos bien desde hace tiempo, lo sabemos nosotros, que somos de Torres, y no es la responsabilidad de defender a Torres de las críticas lo que nos hace ser de Torres, tampoco es eso.

Porque a nosotros, que somos de Torres, lo que nos hizo ser de Torres fueron cosas más sencillas y en los días que corren, mucho menos habituales que un gol por la escuadra o un anuncio en Thailandia. Lo que nos hizo ser de Torres fueron carreras para presionar a un rival mientras el resto del equipo se desentendía de la responsabilidad, fue la sensación de que en el campo había uno de los nuestros, tan del Atleti como nosotros, tan de los nuestros como los nuestros. Nos hicimos más de Torres cuando le vimos tan destrozado como nosotros tras un cero seis que no dibujó ni una cara de disgusto en la mayoría de jugadores que por aquél entonces faltaban al respeto a las rayas rojiblancas, porque era el único jugador que hacía a los niños que iban al estadio estar orgullosos de la camiseta maltratada por el club, la camiseta que todos pedimos a los Reyes Magos en cuanto tuvimos la ocasión. Nos hizo hacernos de Torres ver cómo dejaba claro una y otra vez que su sitio estaba entre nosotros aunque no jugase aquí, que Torres, como nosotros, era del Atleti por delante de cualquier otra cosa, que nunca se iría al equipo al que ninguno de nosotros se iría nunca a pesar de que esa frase le iba a pesar como una losa a ojos de la prensa y de la afición más forofa e irracional. Nos hicimos muy de Torres cada vez que le escuchamos hablar, siempre respetuoso con rivales y compañeros, siempre humilde a pesar de ser una estrella, sin reclamar atención ni dar escándalos ni decir “me lo merezco” cada vez que le hacía un gol a un equipo modesto. Nos hicimos de Torres cuando dijo que el día más importante de su carrera deportiva fue aquél en que escuchó al Calderón corear su nombre tras fallar un penalti. Nos hicimos más de Torres cuando celebró esa Eurocopa y ese Mundial que casi le cuesta una pierna con una bandera del Atleti, sacando medio cuerpo del autobús para hacerse una foto en Neptuno con la Copa del Mundo entre cientos de camisetas del Atleti porque aquel día fuimos ahí a verle muchos de nosotros, que somos de Torres.

Nosotros, que somos de Torres lo somos por todas estas cosas, que son muchas y distintas pero poco repetibles y altamente inusuales entre los futbolistas modernos. Nosotros, que somos de Torres, somos muchos y somos desde bluesmen aficionados al boxeo a jefes de prensa que esperan niña torrista, desde editores de gran futuro y gran pasado con bigote rubio y olivar podado a oscenses de camisa azul y corazón rojiblanco, brillantes abogados de gafa de pasta y reloj suizo, zaragozanos exiliados en Madrid, madrileños exiliados en busca de tierras verdes con sidra y gallettes, expertos en estadística y ases de la hemeroteca, italianos de Rosario Central, miopes con rebeca, ilicitanos aficionados a las Lambrettas, concejales de cultura, asturianos con porte de ala-pivot, marineros de tierra jerezana, manchegas dispuestas a retar a bolsazos al que ose hacer un chistecito de esos que últimamente se hacen por Internet, flankers con residencia en El Escorial, informáticos escépticos, bloggeros constantes, bloggeras inconstantes, periodistas de grandes y pequeños medios, equilibristas de las ondas, eremitas de Zizurkil y agentes secretos. De Torres somos también quinceañeras enamoradas, mamás que querrían un yerno así, porteros de finca urbana y de discoteca de polígono, vividores, ascetas, monjes benedictinos, filósofos positivistas, intelectuales de gafa gruesa y biblioteca extensa, vendedores de sofás, cocineros vascos, cicloturistas aficionados a la polifonía, ladrones de obras de arte, distinguidos portugueses, zurdos con canas, entomólogos, asesinos del área, investigadores del virus del cólera y gaiteros escoceses; todos esos, todos, somos nosotros, que somos de Torres.

Y nosotros, que somos de Torres, somos de Torres porque debemos mucho a Torres. A Torres le debemos el no habernos fallado nunca, el haber presumido siempre de lo que es él, que es lo mismo que somos nosotros pero con menos regate y zancada. Le debemos el haber salvado una generación de atléticos sin referentes y de habernos dado motivos para el orgullo en tiempos de sequía deportiva y vergüenza institucional. Le debemos las carreras desesperadas que sólo nacían del escudo, el no dudar ante la responsabilidad de echarse a la espalda el inmenso peso de un club histórico en sus horas más bajas. Le debemos los partidos en que corrió por tres y jugó por ocho, los puntos conseguidos gracias a él y sólo a él, los brincos desde el asiento por un remate lejano o un regate en carrera. Le debemos el buen recibimiento en Liverpool, el tener tema de conversación con todos los taxistas de Buenos Aires y la sonrisa cuando vemos su camiseta en cualquier lugar del mundo. Le debemos el orgullo especial de la Eurocopa y la sonrisa y las llamadas y los mensajes entre nosotros cuando volvió a aparecer el escudo en ese autobús descapotado en 2010. Todo eso le debemos a Torres nosotros, que somos de Torres.

Y por eso nosotros, que somos de Torres y que por conocer a Torres esperamos que también triunfe en el Chelsea y en la próxima Eurocopa, tenemos clara una cosa: que nos da exactamente igual que se critique a Torres, que nos da exactamente igual que se digan idioteces sobre Torres, que nos da exactamente igual que se hable de los partidos de Torres sin verlos, que se hable de los números de Torres cuando son malos y se oculten los buenos, que se compare a Torres con medianías. Que nos da igual todo eso porque tenemos claro quién es Torres y lo que Torres significa, y que, de hecho, aún sabiendo que no será así, nos daría exactamente igual si Torres no volviera a meter un gol nunca porque, con lo que ha hecho ya, nos sobra para saber que es un jugador histórico que en cualquier otro sitio sería respetado y venerado. Porque nosotros, que somos de Torres, no necesitamos más motivos para ser de Torres ni necesitamos que demuestre nada más, que estamos orgullosos de Torres y de ser de Torres y que, por encima de todo, nosotros, que somos de Torres, lo que estamos hacia Torres es, sobre todo, eternamente agradecidos.

 

- Columna publicada en El rojo y el blanco (05-02-12)

¡Uy, si Torres jugara en el Madrid!

Tomás Guasch . Periodista

02-02-2012

Torres ha cumplido un año en el Chelsea, ha habido comentarios al respecto. El gran Marcos López sostiene que está viendo al mejor niño y que quienes le critican no ven la Premier. OK: si no es el mejor Torres, lo parece. Otra cosa es que le luzca; en este Chelsea, lucir… ni Pelé con 20 años. Sobre su rendimiento, que algo en función del equipo estará, digo yo es sospechoso que él, el ‘9’, sea el mayor asistente. Se le ve rápido, suelto, enérgico, muy Torres rodeado de tipos lentos la mayoría como el caballo del malo y previsibles como el Barça cuando el Madrid le adelanta: es culpa de los árbitros. O de Franco. O de los dos, ¡qué más da!

No sé qué carallo pinta Torres en el Chelsea, qué le va a aportar… pases milimétricos a su cuenta corriente al margen. Es una pena que no juegue en este Madrid que sale de atrás al galope: se le habría quedado pequeño el Bernabéu. O en el Barça de las quejas, imagínenlo rodeado de colegas ligeros de cabeza y piernas, listos para lanzarle como Xavi en la final de la Eurocopa o así. Todo aspirante a la próxima tendrá en Torres a un mal amigo/enemigo. Está jugando muy bien y ya demostró que vale para las grandes citas. Detallito a tener en cuenta, ¿eh?

Torres, en fin, tiene cosas de Raúl en que haga lo que haga, y mira que hace, le niegan el pan y la sal. Como con Torres, los que más le gritan a Raúl no ven la Bundesliga. Y si la ven, como si ná. Recuerdan lo de Clemente y las vacas de Ibarrondo: llevan 50 años viendo entrenar al Athletic desde sus pastos, pero de fútbol no han aprendido nada. Una pena.

- Columna publicada en el Diario Marca

 

The Kid

Marcos López . Periodista

25-01-2012

Un ‘9’ se traduce en goles, asistencias e influencia en el resultado. El killer es el jugador más numérico, un especialista que empieza a no ser necesario a medida que el fútbol total avanza y el gol es como la presión, de todos.

Hubo un tiempo donde el fútbol español no exportaba a jugadores. Ausencia de recursos en la Selección y peleas por fichar a los killers europeos que contrasta con el overbooking actual. Uno de los nuestros, Fernando Torres, es motivo de análisis. Sequía de goles, ausencia de confianza del entrenador y algunas dudas sobre su calidad. Palabras fáciles, tópicos inusuales que se derriten cuando lo ves en acción.

Está rápido, veloz, tirando un desmarque tras otro y siendo protagonista de las acciones más sorprendentes. La pasada semana una chilena para quitar el hipo y esta semana un remate de alta escuela. Con el exterior, utilizando al defensa para engañar al portero. Levantó al público de sus butacas. Le falta el gol, pero está, participa y se le ve con otro grado de madurez. He visto un Torres más goleador, pero nunca tan buen jugador como esta temporada.

En el Chelsea, Villas-Boas quiere recuperar la esencia de 1-4-3-3, con el contraataque, y ahí, como dice la canción, sólo hay un ‘9’: Fernando Torres.


- Columna publicada en el Diario Marca (25-01-12)

 

El reposo del purasangre al pasar la meta

Kiko Narváez . Comentarista

17-11-2011

El rostro de Torres aúna todavía velocidad, potencia y elasticidad. Unos segundos antes había exhibido a Lahm esas virtudes dejando al descubierto la matrícula del lateral alemán. Ese cuadro es la instantánea del reposo del purasangre después de cruzar la meta. Cuántas generaciones de internacionales que nos quedamos a las puertas por un linier, un gol fantasma, un travesaño, una tanda de penaltis… siempre por ese mínimo detalle que nos daba la espalda. Todas esas generaciones de internacionales empujamos a Fer para llegar a picarla, para conseguir ese gol que nos alivió a todos.

El gol de Torres nos dio la tranquilidad. Por fin el fútbol, el deporte rey de España, daba una alegría. Con ese gol se acababan de un plumazo los reproches, los chistes, las canciones que siempre utilizaban al fútbol como el deporte del fracaso recurrente en los cuartos de final.

Los que vestimos La Roja, los que nos dejamos todo por cosechar un campeonato, esos que tanto amamos este deporte, nos quitamos con el gol de Torres la mochila de impotencia y frustración, cargada campeonato a campeonato porque siempre nos salía cruz. Nunca olvidaré cómo disfruté el día que, por fin, cayó la moneda de cara en el Prater de Viena. Abellán me aconsejó que acompañase a la expedición de la Cope a la final. ¡Y cómo disfrutamos!

Cuadro en el museo de la RFEF de Torres marcando el gol a Alemania

Pérez sala gritaba “¡Goooooool!” En la tribuna de prensa todos los medios nos mezclamos en ese abrazo que se extendió desde Viena por toda España. Damián lloraba. Yo me metía en el micro de Onda Cero. Todos gritábamos como locos ese gol que tanto habíamos esperado. Allí lo disfrutamos in situ con una filosofía futbolística propia, con un juego preciosista, bonito y bueno, siendo fieles a la pelota. Todos querían que llegase el segundo y el tercero, que por juego merecimos más goles ante los alemanes noqueados, pero yo reconozco que internamente luchaba porque el partido acabase 1-0, para que el gol del Niño, a quien di la alternativa en Albacete el 3 de junio de 2001, para que ese polluelo rojiblanco fuese el protagonista de la instantánea del futuro como lo fue, tantos años, la foto de Marcelino. Es un pasado reciente, pero está entre los goles históricos y me enorgullece mirar al lado y compartir historia con El Niño.

 

- Columna publicada en el Diario AS (16-11-11)

 

Hasta la médula

María José Navarro . Periodista

18-10-2011

Si tras escuchar el enésimo comentario negativo sobre Torres perciben justo después el ruido de un sable, sepan que hay un torrista cerca. Los torristas, que somos muchos y cada vez de más malas pulgas, estamos hartos de escuchar ciertos comentarios sobre este jugador admirable nacido para su desgracia en la patria de Caín. Hartos de repetir su historial resplandeciente, sus goles en las finales de torneos de selecciones que dieron a España tres de los cuatro títulos que él tiene. Hartos de hablar de que llegó a la selección siendo un niño y que ahora, con sólo 27 años (pero pinta de hombretón y sentido común de notario) lleva más internacionalidades que nadie a su edad. Hartos de contar que cuando él no está en campo el resto tienen más difícil hacer su juego, porque siendo una estrella trabaja como un peón. De repetir cómo, siendo un chavalín, se echó a la espalda como un valiente el peso del orgullo de un equipo enorme maltratado por su propia directiva. De recordar que, en el Liverpool, tenía el mejor promedio anotador de la Premier y eso que su equipo no era puntero ni él un simple rematador. Torres, jugador inmenso que en cualquier otro país sería respetado y venerado, es criticado a pesar de su historial y de ser la estrella de un grande de Inglaterra, mientras nadie se pregunta por qué van convocados suplentes de otros equipos más protegidos. Aunque se hable sin ver sus partidos en Londres, aunque se le compare cómicamente con jugadores voluntariosos con rachas anotadoras de dos partidos, las cosas son como son pese a quien pese. ¿Será, oh Caín, el precio de defender cierto escudo?

 

- Columna publicada en La Razón (17-10-11)

 

De oídas

María José Navarro . Periodista

12-07-2011

No vi el gol. No lo vi. Estaba encerrada en un baño. Al igual que había sucedido con la Eurocopa, las cosas de la Selección había que verlas con los amigos del Atleti. Entonces, el del Atleti, había marcado el gol que nos hizo campeones y ahora, al del Atleti, le hacía falta que los del Atleti se reunieran para desearle al chaval lo mejor. Había sido un Mundial puñetero, desagradable para Torres y para los que le debemos tantas tardes de orgullo en el Calderón. Así que quedamos en vernos un ratito antes para hacer la lista de idioteces oídas en las semanas previas y apuntamos en una servilleta sucia los nombres de los «expertos analistas» que habían cambiado cromos a las primeras de cambio y con argumentos sumamente ventajistas. Hora y media antes, nos comían los nervios. Sale una cerveza, salen tres más. Llamo a mi madre. Madre, cómo está la cosa. De bote en bote Albacete, ya. Te he dicho muchas veces que no digas que Iniesta es feete, madre, que es paisano y es un fenómeno. Bueno. Lo vas a ver, ¿no? Sí, aquí, vestidos de Torres. Tengo cuarenta y tres años, madre, y creo que me puedo vestir de lo que quiera. Ea, venga. Luego te llamo, madre. Hala, besaco. Y empieza. Ataque al corazón. Mahou. Angina de pecho. Ictus. Mahou. Alguien pide un gotero, una enfermera, un Lexatin. Mahou. Y, de pronto, sale Torres. Me voy, al baño, no puedo. Y cuando llevaba encerrada un rato, rezando con la taza como reclinatorio, suena un estruendo que no alcanzo a comprender.Y al fondo del pasillo, unavoz que viene a por mí: ¡Albaceteeeeee!

 

Abramovich, encantado con Torres

J.G. Matallanas . Director Adjunto del Diario AS

14-05-2011

El multimillonario dueño del Chelsea se encuentra satisfecho de la fuerte inversión que realizó el pasado mes de enero para fichar Fernando Torres. Roman Abramovich ha comprobado como el tirón comercial del delantero de Fuenlabrada ha hecho que triplique la venta de camisetas del Chelsea. Además del éxito en el ‘merchandising’, el magnate ruso no ha perdido la confianza en ningún momento en Torres y cree que su sequía goleadora acabará la próxima temporada cuando rejuvenezca y potencie la plantilla con nuevos refuerzos estelares. Y tirará de talonario.

 

 

Artículo publicado en el Diario AS (15-05-2011)

Fuenlabrada number 9

Rubén Uría . Periodista de Eurosport

24-03-2011

James Allen decía que "aquel que quiere conseguir poco, debe sacrificar poco; aquel que quiere conseguir mucho, debe sacrificar mucho; y aquel que quiere conseguir el máximo, tiene que sacrificarlo todo". Torres sacrificó su sitio natural en el santoral en la religión atlética para volar lejos del Calderón; se marchó a Liverpool ganando menos dinero y se convirtió en reclamo publicitario y jugador franquicia "red" en una sola temporada, donde batió todos los registros goleadores; ahora ha sacrificado su estatus de ídolo, cuando lo más cómodo era quedarse, y ha vuelto a hacer las maletas para mudarse al barrio pijo de Londres, Chelsea, como referencia de la Torre de Babel de Abramovich. "Mi carrera parecía oscura y terminada y necesitaba un nuevo reto". Cientos de hinchas del Liverpool, tras la tocata y fuga del Peter Pan de Fuenlabrada, quemaron su camiseta, renegaron de su "number nine" y le tacharon de "Judas Scum". Con su decisión de hacer las maletas en busca de títulos, Fernando cambió el "nunca caminarás solo" por el "sólo quiero caminar". Arriesga todo al blue para cuadrar el círculo. Atlético, Liverpool y ahora Chelsea. La apuesta implica un triple salto mortal con tirabuzón. Héroe eterno para unos y traidor coyuntural para otros, Fernando Torres afronta un desafío mayúsculo, mejorar sus prestaciones y hacer campeón al Chelsea. A golpe de realidad, su tarjeta de presentación ha sido una bendición para sus clubes: Cada vez que se ha marchado ha roto el corazón de sus aficionados, ha dejado un saco de goles y además, un saco de dinero para los propietarios.

Su nueva experiencia en Stanford Bridge no está siendo color de rosa. Aún no ha dejado sentir su influencia en el equipo, no acacaba de asimilar los esquemas y empieza a detectar que le falta un pasador que sepa explotar su velocidad pura con espacios. A eso hay que unirle la acidez crítica de la prensa inglesa, respetuosa pero durísima, que le está pasando factura porque aún no ha conseguido perforar la meta contraria. Tras un debut más accidentado que afortunado, Fernando fue el blanco fácil de los tabloides. "El perdedor de 50 millones de libras", tituló The Independent; "Un español errante en Chelsea" pronosticó The Sun; "El peor debut de un fichaje desde Chris Sutton", sugirió The Daily Telegraph. Después de cinco partidos sin ver portería, Fernando Torres está en boca de todos los aficionados ingleses: "Aquí, en Inglaterra, el peso de la historia te pisa cuando las cosas no salen bien". Es el peso de la púrpura, el de los 58 millones de euros que el Chelsea ha pagado por su fichaje. Nada nuevo para un chico acostumbrado a soportar la presión y convivir con ella, de cerca, sin haberse arredrado nunca. Que se lo pregunten al Atlético, donde fue figura, líder y capitán cuando aún tenía dientes de leche. O a Rafa Benítez, que se encomendó a su carisma y sus condiciones de potro, para mantener a un Liverpool venido a menos en la elite inglesa.

Fernando Torres, Fuenlabrada Number 9, podría haberse conformado con poco, debutar en la selección y haber sido flor de un día que brilla en los amistosos; también habría podido poner su ego por delante de todo, avalado por su histórico gol a Alemania en Viena; y también podría haber renegado de Vicente Del Bosque en Sudáfrica, aireando su malestar a través de los medios de comunicación. No fue así, siempre puso al colectivo por delante de sus intereses y se sacrificó asumiendo todos los roles que le tocó interpretar: Supo ser relevo de la generación de Raúl, no le quedó grande el traje de héroe en Bélgica, no fue ególatra cuando anotó el gol que nos dio la Eurocopa, no se hizo el remolón cuando tuvo que desgastar defensas para hacer brillar a Villa y no armó ruido, ni montó quilombo, cuando Fernando Llorente dio un paso al frente. También fue un ejemplo cuando, lastrado por una lesión muscular, se dejó el alma para perseguir una pelota imposible y darle un segundo aire a España. Sabía que, si forzaba el músculo en exceso, corría un serio riesgo de lesión. No tenía necesidad de hacerlo, pero lo hizo. Torres corrió, rescató la pelota y se rompió. Dispuesto a sacrificarlo todo para conseguir lo máximo, celebró aquel Mundial en muletas. Es posible que el fútbol no tenga memoria, pero gestos como aquel son los que inspiran a las personas.

- Columna publicada en Eurosport (23-03-11)

 

“He venido al Chelsea a por un sueño”

J.I. Gallardo y M.A. Lara . Subdirector y Periodista del Diario Marca

11-03-2011

Ha cambiado el rojo por el azul. Una ciudad industrial como Liverpool por una capital cosmopolita como Londres. Una casa en Woolton por otra en Cobham. Ha cambiado, en definitiva, el Liverpool por el Chelsea.

Un salto de apenas 400 kilómetros geográficos pero de enorme alcance futbolístico. “He venido al Chelsea persiguiendo mi sueño”, confiesa Fernando Torres apenas mes y medio después de su vertiginoso traspaso, por 58,8 millones de euros, el más alto protagonizado por un jugador español en toda la historia.

El Niño nos recibe en el Wyndham Grand Hotel de Chelsea, cerca de su nueva casa –la de Liverpool se la ha vendido a Luis Suarez. El cambio de equipo no ha modificado la expresión serena de su rostro, ni su sonrisa, ora dulce, ora maliciosa.

Charlamos durante una hora frente a los ventanales del hotel, situado a la orilla de un coqueto y exclusivo puerto fluvial. Aborda todos los temas con una madurez aplastante. Se le ve reflexivo y feliz. Aunque la prensa inglesa ha afilado los colmillos contra él, no pierde su autoestima. Sabe lo que quiere y va a por ello. Olaya, Nora y el pequeño Leo le dan fuerza: “Quiero títulos”, reconoce sin intención de ser pretencioso.

Fernando Torres llevaba varios meses rumiando la idea de cambiar de aires. El tren de Abramovich apareció el pasado verano y lo dejó pasar. Desdiciendo el refrán, la locomotora multimillonaria del ruso volvió a presentarse en Anfield el pasado mes de enero. El Niño no se lo pensó y se subió casi en marcha.

Hizo falta incluso una llamada in extremis a Miguel Ángel Gil para cumplir con una cláusula contractual por la que el dirigente del Atlético debía autorizar el traspaso. Gil no puso ninguna objeción. ¿Cómo ponérsela a alguien que lleva tatuado el escudo rojiblanco en su ADN?

Pero ahora es uno más de los blues. Su nueva afición le ha acogido con un cariño entusiasta y él está deseando devolver ese calor con goles. De momento, las dianas se le resisten. “Ya llegarán”, afirma con confianza. Por ahora ya ha logrado olvidar los tumultuosos primeros días.

Se siente tranquilo y concede a MARCA la primera entrevista a un periódico desde que es jugador del Chelsea. Posa con la soltura de un profesional y la complicidad de un amigo. Bebe pausadamente un batido de vainilla mientras responde con profundidad a cada pregunta.

Es el mismo chaval que un buen día salió de Fuenla, aunque ahora ya piensa seriamente en ganar la Premier League y la Liga de Campeones. Todo llegará.


- Columna publicada en el Diario MARCA (11-03-11)

 

El (mejor) emigrante

María José Navarro . Periodista

07-02-2011

Con tanta bronca, tanta crisis y tanta nube negra en el horizonte, está el país para emigrar. Está para irse a ver mundo y volver tras las próximas elecciones, cuando le hayan salido hojas a los árboles que han plantado en el Manzanares y cuando se haya esclarecido finalmente si Pedrito, el del Barça, lleva o no bigote.

Yo tenía mis dudas hace un tiempo (sobre emigrar y sobre Pedrito), pero ha llegado Elvira Lindo y me lo ha dejado claro. Ya sabe la Lindo que yo siempre le hago caso, y eso que emigrar es duro, aunque se sea alto y guapo. Si no, que se lo pregunten a Fernando Torres. Torres, ojito derecho de servidora, está en boca de todos por haber producido un terremoto grado catorce en una escala de cinco. Fernando Torres, capitán de nuestro Atleti cuando aún no tenía bigote (como Pedrito) y único motor encargado de arrastrar toneladas de aficionados deprimidos, fracasos continuos y directivos sin moral, se hartó un buen día tras jugar contra el equipo de Pedrito y emigró. No se fue con boina y gallina pero sí siendo un chavalito y con más responsabilidad de la que se aguanta a su edad.

Llegó a un club histórico y lo rindió a sus pies, y mientras se hacía el ídolo de la afición local, en casa, bajo el signo de Caín, se le tiraba con bala. Pero mientras su figura crecía, la de su club se desvanecía. Mientras se iban buenos jugadores y las deudas ahogaban al equipo, el reloj no se paraba y el historial de Torres, campeón de Europa y del Mundo, no crecía a nivel de club. Ya en el Atleti aguantó más de lo exigible por no defraudar a los suyos, y en el Liverpool le empezaba a pasar lo mismo. Tomó por primera vez la decisión de mirar por él antes que por el resto e imaginamos que, con mucho más dolor que nosotros al pensar en los miles de aficionados a los que rompía el corazón, rompió otro récord.

Los que somos de Torres, que somos muchos y muy forofos, nos alegramos de que tenga posibilidades de ganar más cosas y, a la vez, nos da una pena horrorosa el pensar en la afición de Anfield, tan fiel, tan cálida y ahora tan triste y a la espera de una explicación que sin duda tendrá, conociendo a Torres. Y a Torres, que antes que nada es de los nuestros, le deseamos toda la suerte del mundo y le recordamos que, cuando se harte de ser nuestro mejor emigrante, aquí estaremos esperando.

Columna publicada en el Diario La Razón (04-02-2011)

 

 

Ferdinand I de Inglaterra

José Manuel Cuéllar . Periodista del Diario ABC

17-11-2010

No le paran ni las lesiones, que las ha tenido y tiene a pares. Tantas casi como goles marca, que los consigue, y muchos, a poco que esté sano. La trayectoria de Fernando Torres en Inglaterra empieza a pasar de muy buena a histórica.

Esta es su cuarta temporada en el Liverpool, pero ha tiempo que el ex atlético entró en la historia de los ‘reds’ pues ya ostenta un récord: el jugador más rápido en marcar cincuenta goles en la Premier. Este año Torres fue elegido entre los mejores 50 delanteros (el 29) de toda la historia de la Premier.

Pero más allá de todo eso, Torres va lanzado esta campaña, una campaña en la que el Liverpool más necesita de su concurso pues no levanta cabeza y se debate en la mitad de la tabla, con posibilidades incluso de irse a posiciones peligrosas. Las cifras de Torres mantienen a su equipo en un nivel aceptable, sobre todo las que consigue en Anfield Road. En casa, Fernando ha conseguido 41 goles en 43 partidos, pero su promedio comparativo es aún mejor si sumamos los tantos que ha conseguido fuera de Liverpool.

- Cifras inigualables

En los cuatro años ingleses, Torres ha conseguido 61 goles en 91 partidos de la Premier con un promedio de 0,67 tantos por encuentro. Es un promedio muy cercano al de Didier Drogba y superior al de Wayne Rooney. El delantero del Chelsea llega a 0,69 por encuentro mientras que el ariete del Manchester United se queda en 0,60, con estadísticas miradas en el mismo tiempo que Fernando lleva en la liga inglesa.

La trayectoria de Fernando Torres siempre ha sido muy buena y habría sido mejor de no mediar tanta lesión. Así, el año pasado quedó sexto máximo goleador con 18 goles a pesar de que estuvo una gran parte de la temporada parado por distintas dolencias.

De seguir a este ritmo, el ariete español logrará más récords. Sumando todas las competiciones, ya suma más de cien partidos y 61 goles. Tela.

 

Torres, el gran socio de Villa

Miguel Ángel Lara . Periodista de Marca

18-08-2010

Ha pasado un mes del Mundial y ya se puede analizar todo con frialdad, sin la sangre caliente. A Fernando Torres, que no estuvo bien, le cayeron de todos los colores. Hubo quien razonó las críticas y hubo, demasiados, que estaban esperando a El Niño con el cuchillo entre los dientes para hacerle pagar tributos antiguos.

Que el Torres del Mundial no fue, ni de lejos, el jugador que conocemos es una verdad como un templo, pero lo mismo lo es que las dos actuaciones más grises del mejor goleador del Mundo, David Villa, llegaron en los dos partidos en los que no tuvo al ‘9’ como socio, ante Alemania y Holanda.

Del Bosque siempre destaca que Torres ofrece muchas cosas al equipo, un equipo que por su forma de jugar, innegociable por éxitos y vistosidad, no es el que más se adecúa al juego del ariete del Liverpool. El trabajo, el sacrificio y el despliegue de Torres es fundamental para que Villa siga haciendo goles con La Roja. El guaje no se discute; El Niño tampoco.


Columna publicada en el Diario Marca (18-08-2010)

 

La foto de mi vida

J.A. Sirvent . Fotógrafo Web Fernando Torres

11-08-2010

Es el partido soñado por todos, la final de la Copa del Mundo de fútbol en el estadio Soccer City de Johannesburgo. España acaba de ganar el Mundial y los que estamos allí nos sentimos unos privilegiados, aunque estamos agotados de cansancio tras 31 días de trabajo en Sudáfrica.

Es medianoche ya, España es Campeona del Mundo y nos embarga la emoción, pero comienza la otra gran batalla: los redactores gráficos siempre queremos capturar las mejores imágenes de nuestros jugadores en la celebración con la Copa del Mundo en la mano. Muchas de esas instantáneas quedarán para la historia, posiblemente servirán para generaciones futuras, pero en ese instante, en el momento de la pelea, no te acuerdas de eso. Las reflexiones vienen más tarde.

Con la cámara en la cara retratando a Andrés Iniesta, el protagonista del partido, necesito tomar un respiro para tranquilizar el estado de tensión en el que me encuentro; en ese preciso momento, al levantar la mirada al frente, observo un gran número de fotógrafos que gira hacia mi derecha abriendo un pasillo frente a mí.

En ese instante veo la figura de Fernando Torres acercándose hacia mí con una gran sonrisa. Todo queda para mí en un segundo plano. La victoria, el título, las peleas con los compañeros, el cansancio… Las lágrimas me invaden y no sólo por ver a España Campeona del Mundo, sino porque han pasado doce años y muchos sueños se han convertido en realidad.

Fernando Torres y J.A. Sirvent en el Soccer Stadium (11-08-10) Foto: Pablo García

Recuerdo a ese muchacho rubito de tan sólo 15 años de edad… recuerdo que le he visto crecer partido tras partido, foto tras foto… Ahora, con 26 años, ya no es sólo ‘El Niño’, es un jugador Campeón del Mundo y le veo acercándose con una ligera cojera, atravesando ese escenario donde tan sólo unos momentos antes Nelson Mandela hacía su aparición en el césped con una esplendorosa y cálida ovación.

No sé cuantas, pero quizá cientos o miles de fotografías se me agolpan: su etapa juvenil, el debut con el Atleti, los éxitos internacionales con las categorías inferiores de España, sus carreras en el Manzanares, su adiós, su paso al Liverpool, su padre, su mujer, su niña… En ese instante me di cuenta de que mi gran amigo era campeón del mundo y no pude contener las lágrimas, en ese momento mi comentario fue el siguiente: “Fernando, todo lo bueno que te pasa en la vida es por la gran personal y profesional que eres. Ya tienes un Mundial. Te quiero, tío”.

Fue realmente apasionante ver a todo un Campeón del Mundo, Campeón de Europa y el estandarte del Liverpool ser tan vulnerable como cualquier mortal. Eso me hace pensar que Fernando Torres sigue y seguirá siendo esa gran persona de la cual me siento orgulloso de poder conocer, al igual que de compartir este momento con todos vosotros.

Esta fotografía la hizo mi gran amigo Pablo García, fotógrafo del Diario Marca y, como podéis ver la foto lo dice todo. Ese gordito tan feliz junto a Torres soy yo y doy las gracias al fútbol y a la afición española por tan inolvidable momento en mi vida. Gracias Fer.

 

A contracorriente

María José Navarro . Periodista

06-07-2010

El 29 de Junio de 2008 no quedé con nadie. Me encerré en mi casa, encendí­ la tele y sufrí­ durante bastante rato hasta que un muchacho de Fuenlabrada con pinta de arcángel interceptó un pase en profundidad y se fue de Lahm por potencia. Fernando Torres marcaba el gol del triunfo de España y la calle estallaba en júbilo y los amigos se abrazaban y se brindaba en los bares, pero yo me pegué una llorera de las gordas con la cara tapada de tanta felicidad, tanta, que no encontraba consuelo. No soy objetiva con Torres y, además, hace mucho que no disimulo ni me enredo en discusiones. Soy de Torres como lo es una de los hijos que crecen y no te dan más que motivos de satisfacción. Lo soy como se es de las personas a las que admiras por haber elegido siempre el camino más largo y más difícil, por huir de los atajos y de las recompensas rápidas, a las que veneras por apreciar el esfuerzo sin trampas.

Leo estos dí­as, también en alguna columna de este periódico, que sin Torres puede ser más fácil ganar a los alemanes. Oigo fallo cuando no marca, y cuando no marcan otros oigo ocasión de gol. A mí­ la tripa me pide darle la razón a esos que claman por la titularidad de Llorente (esos que han descubierto hace diez minutos a un jugadorazo que lleva muchas botas gastadas mostrando su clase) y dejar de sufrir, aunque creo, sinceramente, que Llorente no habrí­a mejorado lo que Torres ha hecho hasta ahora. Al rato, sin embargo, la cabeza me aconseja entender que le exijan más que al resto, incluso injustamente, como le pasa a los mejores. Ante todo responderá Torres, estoy convencida, como sabe, con la seguridad del que cree en lo que hace sin flaquear. Estamos esperándote, Fernando.


Columna publicada en el Diario La Razón (06-07-2010)

 

El compromiso de Fernando Torres

Gaspar Rosety . Director de Medios de la R.F.E.F.

06-07-2010

En las vísperas del partido más importante de la historia, como bien ha remarcado el capitán, Iker Casillas, conviene efectuar una reflexión, tal vez breve pero intensa y profunda, sobre el papel desarrollado por Fernando Torres en los últimos meses. Tras sufrir una dura lesión, su periodo de recuperación se pronosticó en los límites de la participación en el Mundial. Torres ha sido un futbolista ejemplar desde que se inició en las escalas inferiores del Atlético de Madrid, club que le catapultó a la fama internacional. Jamás se le ha escuchado una palabra más alta que otra y su única poreocupación ha sido la de estar disponible para su entrenador y jugar allí donde fuese requerido, en el área, a la izquierda o a la derecha. A cuantos rodeamos el mundo del fútbol, y especialmente de La Roja, nos consta el grado de esfuerzo que Fernando tuvo que hacer para llegar a la Ciudad del Fútbol Español el pasado 24 de Mayo, recuperado y listo para para ponerse a las órdenes de Vicente Del Bosque. Torres se sometió a largas y durísimas sesiones de recuperación, sesiones de siete y ocho horas diarias, en ejercicios y máquinas, durante su estancia en Liverpool, con objeto de estar a punto para defender la camiseta de la Selección. Hizo un esfuerzo superlativo, en el silencio de los gimnasios y de las clínicas, en el silencio de las conversaciones con los médicos y los fisioterapeutas, en el silencio de su intimidad, consciente de su importancia para el equipo nacional. Si no llegaba a tiempo, Torres no quiso jamás que fuera por culpa suya.

Llegados a este punto, con el Mundial a la vuelta de la esquina, se sometió a controles y pruebas con los servicios médicos de la Selección, con los que estuvo en permanente contacto y alcanzó, así, en ese silencio que sólo quien sufre sabe valorar, el punto preciso para colaborar con su fútbol al éxito de España en Sudáfrica. Su trabajo en Austria, en el valle de Montafon, resultó extraordinario, lleno de ilusión y de horas y horas de trabajo en solitario mientras sus companeros disputaban partidos y entrenamientos.

A Fernando Torres se le ha censurado y criticado, desde la ignorancia y la incomprensión más dolorosas, sus actuaciones en el Mundial exclusivamente porque no ha marcado goles. Todavía. Y digo todavía porque la hora de Torres llega en cualquier minuto. Pero mientras eso sucede, su dedicación y su esfuerzo por llegar, por marcar, su labor ingrata de perseguir defensas, de buscar los desmarques de apoyo y de ruptura para fijar a dos defensas o arrastralos con él y liberar espacios para otros companeros, siguen mereciendo nuestro más sincero y cálido elogio o, lo que es lo mismo, nuestra más intensa gratitud.

Por su compromiso para venir, por su esfuerzo para trabajar, por dejarse la piel en cada partido para ayudar a sus compañeros, con el mérito y el éxito y la importancia que todos ellos saben que tiene para el colectivo, Fernando Torres se ha ganado a pulso el aplauso de las personas que, en verdad, saben de fútbol y conocen este mundo. El Niño ha marcado goles importantes en otras competiciones y en otras fases y nos regaló un golazo para la historia en la final contra Alemania disputada en el Práter vienés. Los jugadores como Torres no generan dudas porque mueren por la casaca de su país, porque tiene la calidad y el coraje necesarios para llevar el 9 de España, que lucieron desde Zarra y Di Stéfano hasta Quini, Santillana o tantos otros. Dudar de Torres implica dudar del equipo y este equipo se ha metido entre los cuatro mejores del mundo con Fernando Torres. Con los demás y con Fernando, que es uno más de esta plantilla maravillosa, dirigida por Vicente del Bosque y capitaneada por Iker Casillas, la referencia del fútbol español y el mejor portero de los últimas décadas.

Declaro y proclamo mi fe ciega en Fernando y espero y deseo que pueda lucir ante los ojos del mundo, como lo lleva haciendo casi diez temporadas en el firmamento de las mejores estrellas. Como futbolista y como persona, Torres lleva el 9 a la espalda pero se merece un diez. Por eso, me gustaría volver a verlo sonreir. Será la sonrisa de todos los que sentimos esta Selección, representativa de un sentimiento global y colectivo.


Columna publicada en rfef.es (06-07-10)

Pregunte a Villa si debe jugar Torres

José Antonio Martín (Petón) . Ex-Jugador y Periodista

05-07-2010

Me pide Relaño con su habitual perfidia que añada mi nombre al debate, tan aburrido, que arrastra tras de sí Fernando Torres. Que Fernando Torres es un indudable fuera de serie no admite discusión salvo para quien no haya visto la Premier League en sus últimas temporadas. Aún ajeno a las sensacionales retransmisiones de José Manuel Díaz en TVE, sólo empeoradas por su comentarista, puede el ignorante futbolístico salvarse con la mera cuenta: que sume goles, los divida por partidos, y sabrá quién tiene las mejores marcas en esa competición. Contra la evidencia no se discute. O sí: los muy zoquetes, los maniáticos fóbicos o los provocadores, que muchas veces reúnen las dos primeras condiciones. En cuanto a los servicios prestados a la Selección, con ser de alto calificativo lo que se ganó con sus goles en el anterior Mundial, o por máximo anotador de la selección en la fase clasificatoria que nos llevó a la Eurocopa, todo lo empequeñece la picada sobre el portero alemán que nos redimió de tanta tarde triste porque España no. Ese gol sólo lo podía marcar Fernando Torres: nadie puede mezclar astucia y toque con una potencia tan desmesurada. Otros tienen otras virtudes; para ese gol campeón sólo valen las suyas.

Ahora viene lo de que si sí, que si no. Estos debates, cuando se está ganando son de mucha pereza. Torres sólo ha dejado de ser titular un día: el día que perdió España ante Suiza. El rendimiento del combinado tiene a su lado la victoria; suficiente. Para que no sea de tanta belleza su juego hay varios factores que cuentan, no es el menor que algunos de los futbolistas que lo hilvanan salen de lesiones o fatigosísimos y complicados finales de temporada. Sin embargo surgen como Casillas en el momento definitivo del penalti en cuartos. Otra vez. El nueve es uno de esos dañados en la salud. Recuperado, pero no en la forma descomunal que tenía justo antes de la segunda operación, da lo que el equipo pide de un delantero que mejora cada partido y ayuda a sus compañeros. Que el próximo artículo se lo pida Relaño a Villa; tal como lo cuenta el guaje lo entenderán mucho mejor.


Columna publicada en el Diario AS (05-07-10)

 

La hora de los cazadores

Antonio Sanz . Periodista

01-07-2010

Han pasado cuatro partidos, más de doscientos minutos de juego y las escopetas han disparado directas al corazón de Torres. Mientras la recuperación de Xavi es efectiva, Puyol lidera la zaga, Iniesta suma más que multiplica y Xabi Alonso diseña un torneo inmaculado, el delantero centro de La Roja es sometido a debate nacional. Llorente jugó bien ante Portugal, cambió la dinámica del partido y aceleró las pulsaciones de España, pero no concretó las ocasiones de que disfrutó.

El ecosistema del fútbol patrio regula el periodo por el que transcurre el proceso de recuperación del ariete del Liverpool, pero aplaude cualquier motivo para cambiar al portador del 9. En un campeonato del Mundo, no existe espacio para recuperar la forma, comprar la chispa, adquirir el tono o facturar frescura.

Torres aglutina dos operaciones de menisco en noventa días y dos vueltas a la normalidad. Si en la primera todo funcionó a velocidad de vértigo, la segunda, a la vista está, transita con lentitud. El madrileño afronta el reto de Suráfrica con el riesgo que supone para su imagen el rendimiento exhibido.

No se esconde: la busca, la pelea, la pierde, la quiere, la regala pero para alabar a Llorente, no es determinante ajusticiar a Torres. Aunque para los cazadores, sí. Sin embargo, no es un Mundial de jugadores que dejen la boca abierta. Drogba, Rooney, Etoo, Cristiano o Anelka abandonaron por la gatera.

Además, Messi y Kaká pedalean para unirse a Higuaín o Tévez, el uno, y Luis Fabiano o Robinho, el otro. No es consuelo de tontos, es reconocer que Villa y los citados han pegado un golpe de pedal para asociarse lejos del pelotón. En todo caso, el seleccionador no cuestiona a quien ha cumplido con el colectivo.

Ahora resulta que anotó con fortuna en Viena y que debe aprobar como un meritorio cada vez que se enfunda la camiseta. Con todo, los cartuchos siguen con pólvora. Los cazadores respiran engreídos. Son los mismos que crecen en las malas porque en las buenas desaparecen como el ruido de las nueces. Ah, Luis Aragonés continúa con el discurso catastrofista. Claro, debemos comprender que si España alcanza la gloria, él escribirá la historia como medalla de plata.


Columna publicada en el diario Público (01-07-2010)

 

No hagamos debates

Johan Cruyff . Leyenda del F.C. Barcelona

01-07-2010

Fernando Torres no está fino. Ha estado tiempo lesionado y aún no ha cogido el ritmo de competición. En cambio, Fernando Llorente parece ir como una moto. Ante esta realidad, ¿quién debe ser titular ante Paraguay? Quien se atreva a decir a Vicente del Bosque quién debe jugar desde el inicio cometerá un sacrilegio futbolístico. Nadie como el seleccionador para saber lo que tiene que hacer. Solo él sabe cómo están los jugadores, cómo puede reaccionar uno u otro si se queda en el banquillo, cómo pueden ayudar ambos al grupo a partir del rol que les toca desempeñar.

Ahora muchos piensan que Llorente tiene que ser el titular. Pero, ¿cómo puede afectar a Torres la suplencia? ¿Es seguro que saliendo con Llorente de inicio la selección jugará mejor? ¿O es preferible reservar al del Athletic para el tramo final? Incluso se puede dar la situación de que mates a los dos: Llorente puede hacer un mal partido como titular y Torres puede hundirse viéndose de suplente. Sólo Del Bosque sabe lo que tiene que hacer. No entremos en debates inútiles.


Columna publicada en El Periodico (01-07-2010)

 

F9T vs. CR7, el duelo definitivo

J.G. Matallanas . Director adjunto del Diario AS

29-06-2010

Además de la batalla que se librará en el centro del campo entre el trivote de Queiroz y el doble pivote de Del Bosque, reforzado por la versatilidad de Xavi (¡debe bajar a buscar la pelota para iniciar el admirado mundialmente tiqui-taca español!), el otro duelo que monopolizará la atención del planeta fútbol esta noche en el estadio Green Point de Ciudad del Cabo será el protagonizado por Fernando Torres y Cristiano Ronaldo. F9T vs. CR7 es una confrontación de Play Station. Los dos futbolistas más mediáticos a nivel mundial de España y Portugal saben que hoy no se pueden esconder, saben que se juegan mucho. Tanto CR7 (lo prefiere a CR9 y está a la espera de si se queda el '7' también en el Madrid, con permiso de Raulito) como F9T (nombre de su empresa y de su web), se sacrifican más para el colectivo en sus selecciones. Pero en un partido del KO, en un 'mata-mata' que dicen los brasileños, tanto el de Fuenlabrada como el de Madeira esta noche deben aparecer sí o sí.

Para Del Bosque, Torres al setenta por ciento es tan vital que lo alinea así convencido. La repercusión de España en Sudáfrica llega de la mano de El Niño, idolatrado por todos. Torres se considera en deuda con estos fieles africanos que ya le agasajaron de cariño en la Copa Confederaciones. Y, aunque lo suyo son las finales, y le hace el trabajo sucio a Villa de mil amores para que el Guaje sea el Pichichi, hoy quiere ser importante. Como Cristiano. Con permiso de Carvalho, Bruno Alves y de Ramos y Puyol que se lo pondrán en japonés.


Columna publicada en el Diario AS

http://mata-dor.blogspot.com

España aguarda al Niño

Luis Martín . Periodista del diario El País

20-06-2010

El paradigma del fútbol de Fernando Torres remite a la final de Viena y se resume con el gol que dio la Eurocopa a España. "Ni siquiera fue un pase perfecto" recuerda Xavi, que fue, claro, el que lanzó al Niño, y a España, camino de la gloria. Torres supo recoger el envío, algo corto, y con el control iniciar la carrera camino del área de Alemania. Ante su potencia, nada pudo hacer Lahm, que sucumbió como el portero, vencido ante un toque sutil. Gol, gloria y la esencia del Niño elevada a su máxima potencia. Ya lo dice Xabi Alonso, que fue su compañero en el Liverpool: "Es potencia, velocidad y remate". Torres es mucho. "Para frenarle", advierte Albiol, "dependes de que él no tenga su día y juegues el partido perfecto".

"Hay muy pocos como él en el mundo", dijo siempre Luis Aragonés, que fue su entrenador en el Atlético antes de exprimir todo su talento en La Roja, más un abuelo que un padre y muchísimo más que un simple entrenador para ese que llaman El Niño. Madrileño de Fuenlabrada (1984), sufrió en el aprendizaje con Zapatones. "Entonces, era muy joven y no entendía muchas decisiones", dijo más tarde, agradecido, cuando ya era the spanish number 9, o sea, el delantero centro del Liverpool y referente de la selección.

Llegó justo al Mundial por una operación en una rodilla. Solo él sabe el esfuerzo que ha hecho para estar en Sudáfrica. Su sonrisa es la mejor de los baremos. "Llevo dos semanas trabajando a tope con los compañeros. Estoy listo", dijo ayer. "Para lo que haga falta", añadió; "si juego, perfecto; si no, a arropar desde el banquillo, pero la unión tiene que ser más fuerte que nunca". Sale Torres en el debate sobre qué debe hacer Del Bosque en el segundo partido. Se apunta la idea de prescindir de Busquets, que jugó un buen encuentro ante Suiza y al que ayer defendían sus compañeros por los alrededores del hotel, y se da por hecho que el seleccionador debe recuperar el dibujo con dos puntas para ganar profundidad.

"Villa y yo ya hemos jugado juntos muchas veces. Es una de las variantes que tiene este equipo. Hemos de ser fieles a nuestra manera de jugar, pero respetando el alma, que es tener el balón", avisa Torres. El delantero del Liverpool y Villa han jugado juntos 37 partidos entre oficiales y amistosos: en ellos, el primero ha marcado 14 goles mientras que el segundo ha firmado 26.

"El balón es el alma", dice El Niño. Por eso insiste en la importancia de que el equipo se mantenga fiel a su manera de jugar: "No podemos cambiar ni volvernos locos. Hemos de confiar en lo que hicimos para ser considerados favoritos. El estilo lo marcan Busquets, Alonso, Xavi, Cesc... El estilo es tener la pelota, jugarla y buscar el gol. No vamos a empezar ahora a lanzar pelotazos...". Convencido de que contra Suiza se hizo lo correcto -"tener el balón y esperar que se abrieran"-, sostiene que el plan funcionó, salvo en un detalle. "Si no marcas, no ganas, pero no vamos a cambiar nuestra idea por tener un día malo. El único fallo fue no marcar", insiste el pecoso delantero español, que hace cuatro años se fue de Alemania con tres goles en el saco.

Futbolista tremendamente vertical, capaz de alargar el campo como nadie, con Torres siempre pasan cosas. "Le puedes buscar en corto porque aguanta y juega bien de espaldas. Pero, si se activa al espacio, no hay quien le pare", explica Xavi. "Tiene una potencia impresionante y es un incordio para los defensas porque se mueve mucho. Es complicado seguirle a todas", interviene Cesc, que agrega, rendido: "Cuando se lanza, es imparable. Es como un caballo". "Torres, vente al United", se leía en una pancarta colgada de una grada del estadio de Durban el pasado miércoles. "No lo olvides, tú eres rojo, tú eres el número 9", decía otra. Rugió la grada cuando le vio asomar. No fueron tan solo los aficionados españoles, apenas 3.000, los que celebraron verle; fue el mundo el que le dio la bienvenida. El Mundial quiere ver a The Kid; España aguarda al Niño.

Artículo publicado en El País (20-06-10)

 

Torres arrasa entre la gente sudafricana

J.J. Santos . Jefe de Deportes de Informativos Tele 5

10-06-2010

Doce y media de la noche en Poch, pueblecito donde va a vivir España desde mañana. Ni un alma por la calle. Venimos sin cenar de Johannesburgo y encontramos un sitio de comida para llevar. En la puerta, dos chavales negros que, al oírnos hablar, comienzan a entonar la canción que escucha, cada día de partido, Fernando Torres en Liverpool. Mientras esperamos el pedido, llegan otros tres jóvenes, estos de raza blanca y comienzan a vociferarnos que vamos a ser campeones del mundo gracias a los goles del Niño. En apenas cinco minutos, dos manifestaciones de admiración casi idénticas. Torres es nuestro jugador franquicia.

La influencia de la Premier en África es total. Han sabido vender su producto mejor que nadie. Cuesta creerlo, pero las estrellas del campeonato inglés superan en popularidad a los de nuestra Liga. Hoy por hoy, Torres es una de las diez grandes figuras exportables al resto del mundo. Eso, y el famoso gol de la final de la pasada Eurocopa, hacen de nuestro delantero el rostro más carismático de España en el Mundial. Porque Fernando, además, vende sencillez y accesibilidad. No duden que ahora mismo, en popularidad, está a la misma altura de Messi o Cristiano. Si empiezan a caer sus goles y, además, Sudáfrica no llega lejos, tendremos unos aliados en la afición local.


Columna publicada en el Diario AS (Diario 10-06-2010)

 

Con la cara de Albacete

J.G. Matallanas . Director adjunto del Diario AS

09-06-2010

Fernando Torres estaba como un toro desbocado. Necesitaba volver a jugar como se necesita respirar. Y necesitaba volver a marcar. Desde el pasado 22 de abril, cuando fue operado del menisco, sólo pensaba en reaparecer. Ha cumplido los plazos y ayer volvió. Y marcó. Y demostró que está hecho un toro. Había quien albergaba dudas sobre su recuperación y ayer las disipó (igual que Cesc). No sólo por su gol, sino por su solvencia en todos los lances que participó, especialmente cuando porfió con el portero y provocó el rechace que Pedro transformó en un gol sutil (muy importante también que el canario también vea puerta con España como en el Barça).

Kiko lo mandaba por SMS nada más marcar: "¡Vamos, crío, vamos, con la misma cara de Albacete". Su ídolo recordaba el día del debut con el Atleti y el cambio de 'look' que ha rebobinado a Torres diez años. El Niño ha vuelto. Y está bien. Tenemos un equipazo. Y al héroe de Viena en forma. Podemos, Pescue, podemos.

 

Columna publicada en el Diario AS (09-06-10)

 

Una titularidad sin debate

J.G. Matallanas . Director adjunto del Diario AS

07-06-2010

Estamos a nueve días del debut mundialista de La Roja y Del Bosque ya va viendo color. Su principal preocupación, la rodilla de Fernando Torres, ya ofrece todos los síntomas de total recuperación. Toda la rehabilitación de El Niño ha sido tutelada por el cuerpo médico y técnico de la Selección y si se produjo un pequeño parón fue por el ansia del propio Fernando que realizó una carga de trabajo excesiva que le obliga a frenar una sesión de trabajo. Desde su primer entrenamiento con el grupo, Torres sorprendió yendo a tope, apurando y pelando al máximo hasta la última pelota. Pelea por su sitio en el once en cada balón. Lo suyo hubiera sido jugar unos minutos ante Corea del Sur. Tendrá esos minutos, probablemente, ante Polonia en Murcia.

Si no jugará ni un minuto en ese último amistoso de mañana no sería preocupante. Sus sensaciones son buenas y, aunque en el primer partido es bastante improbable que juegue de principio, la titularidad de Torres no admite debates para el seleccionador. Para Del Bosque, el delantero de Fuenlabrada es vital. Tras el debut ante Suiza, se abrirán los debates de cómo ubica juntos a Villa y a Fernando. El Guaje y El Niño, cuando se han encontrado en condiciones, han compartido titularidad en la era Del Bosque. Ya en la etapa de Luis había opiniones que apuntaban que el tiqui-taca se reducía con los dos juntos. Pero Aragonés también los ponía siempre cuando los tenía aptos. Si en tu equipo cuentas con dos de los mejores delanteros del mundo, deben jugar juntos.


Columna publicada en el Diario AS (07-06-10)

 

El espolón de Viena está listo

Diego Torres . Periodista de El País

27-05-2010

El peluquero de Fernando Torres volvió a sorprender a la gente que se dejó caer por la concentración de la selección en Las Rozas . Abolidos los flequillos, las ondas y las mechas, el nuevo corte del delantero remite al cuerpo de marines. Él lo justifica en su reciente paternidad. "Tengo que parecer un padre", dice, pensando en su hija Nora.

Con pelo o sin él, Torres está en Las Rozas y su presencia infunde confianza en el vestuario. Hay goleadores que meten goles casi siempre y hay goleadores que casi siempre marcan en los partidos decisivos. España tuvo a muchos goleadores pero pocos fueron resolutivos en los grandes torneos. De Puskas a Raúl, la historia de la selección es un camino que suele embarrarse al llegar al área enemiga. Fernando Torres es una excepción. A diferencia de Villa, que ha marcado en 18 de los últimos 20 partidos oficiales disputados con España, las intervenciones de Torres han sido más espaciadas y más valiosas. Lo hace desde que era un quinceañero. Marcó en la final del Europeo sub 16 y lo ganó, marcó en la final del Europeo sub 18 y también lo ganó. Solo celebró dos goles en la Eurocopa de 2008, pero la segunda vez que lo hizo fue para constatar la victoria sobre Alemania en la última noche del torneo, en la final de Viena. Desde entonces, la figura inquieta y alargada del nueve se ha convertido en algo más que una referencia futbolística para la selección.

Torres es el espolón del equipo. La insignia del éxito. Su carácter le ayuda. "No tengo ninguna duda de que mucho antes del inicio del mundial estaré al 100%", avisó ayer. "Estoy muy contento por la recuperación. Hace más de cinco semanas que me operé y el plazo para el regreso lo marcamos en seis semanas. Se ha cumplido. Ya mismo puedo entrenar y creo que el próximo lunes estaré practicando con mis compañeros como uno más".

El punta del Liverpool, de 26 años, se recupera de una operación del menisco externo de la rodilla derecha después de que se lo partiera en el partido que el Liverpool disputó con el Benfica en la Liga Europa. Ahora espera estar listo para el debut de la selección contra Suiza el 16 de junio. En la sesión de ayer, Vicente del Bosque dispuso una formación de 4-5-1, con Llorente como ariete, solo arriba. El punta del Athletic ocupó el lugar que Del Bosque tiene reservado para Torres como única referencia, para que aproveche su poderío físico y reciba más balones. Desde que empezó a dirigir al equipo, el seleccionador ha buscado fórmulas alternativas para concentrar volantes en el medio y abrir el campo para penetrar por afuera. Silva o Navas por la derecha, y Villa, Mata o Pedro por la izquierda tendrán esta misión. Torres no marcó ni un solo gol en la fase de clasificación y Del Bosque quiere poner las condiciones para aprovecharlo más.

Torres se manifestó con una gran determinación al hablar de sus perspectivas para el torneo africano: "Cuando escuchas a los entrenadores de las otras selecciones, cuando escuchas a la afición, ahora sí hablan de España como un gran favorito. La verdad es que en la historia nunca habíamos sido los favoritos, pero ahora sí porque nos lo hemos ganado a pulso. Somos el equipo más completo y fuerte. Pero eso no quiere decir que vayamos a ganar el mundial. Desde la Eurocopa de 2008 la base de la selección es más o menos la misma y hemos acumulado una gran experiencia. Experiencias positivas como la Eurocopa, y negativas como la Copa Confederaciones. Seguimos teniendo hambre de fútbol y queremos hacer historia".

 

Columna publicada en el Diario El País (27-05-10)

 

La recuperación de Torres es el primer gol de La Roja en Sudáfrica

Diario MARCA . Editorial

25-05-2010

Fernando Torres ha aprovechado hoy las páginas de MARCA para lanzar un mensaje a la afición española. El delantero del Liverpool tiene la certeza de que llegará al cien por cien al Mundial. Desde el mismo momento en que cayó lesionado, El Niño se fijó el objetivo de estar en plenitud de condiciones para el Mundial. Y, como casi todo lo que se propone, lo ha conseguido. Su recuperación es la mejor noticia que pueden recibir los millones de españoles que sueñan con ver a La Roja levantar al fin la Copa del Mundo.

Los 23 representantes de La Roja garantizan calidad, mentalidad ganadora y máxima entrega. Nadie en el mundo puede competir con ellos en estos aspectos. El único punto débil podría estar en el apartado físico. No porque a los nuestros les falte preparación, sino por la enorme carga de partidos que arrastran. Pocas selecciones llegan a Sudáfrica con más minutos en las piernas, porque pocas tienen a tantos jugadores en la élite del fútbol europeo. Pero la afición puede respirar tranquila. Los nuestros estarán bien. Saben que esta cita puede ser la más importante de sus vidas y, además, cuentan con la ventaja de tener a Vicente del Bosque. La experiencia y la sensatez del seleccionador son la mejor garantía de que La Roja llegará a Sudáfrica en el mejor estado posible.

Ningún equipo puede llegar fresco al Mundial después de diez meses de competición. Los partidos pesan, y mucho, para todos. Pero la diferencia de tono físico puede marcar la diferencia en los momentos decisivos. Por eso es tan importante el trabajo que empezó ayer en Las Rozas. Recuperarse física y psicológicamente de una temporada durísima al tiempo que se prepara una competición de máxima exigencia en la que un error puede ser definitivo. Ése es el reto.La tarea no es fácil, pero tenemos las mejores armas: unos futbolistas entregados, un técnico experto y la ilusión de un país.

 

Fernando Torres-Atlético, una película de amor

Juanma Trueba . Periodista del Diario AS

13-04-2010

Lo que hizo Fernando Torres el 30 de junio de 2008 fue un insólito acto de fidelidad. En el festejo por el campeonato de Europa, culminado con un gol suyo (lo que hacía imposible el segundo plano), el Niño, ya ídolo del Liverpool, se acompañó de una bandera española con el escudo del Atlético. Extasiados como estábamos, el gesto se perdió entre los chistes de Reina, el "viva España" de Xavi y las habilidades de Capdevila con los vasos de tubo. Sin embargo, el hecho merece ser recuperado ahora como testimonio del amor verdadero.

Para entender mejor lo sucedido hay que situar el acto en las coordenadas precisas. Imaginen la resaca y la euforia, la tensión liberada después de tres semanas de competición y 44 años sin ganar el torneo. En situaciones así los hombres se vuelven lenguaraces, inestables (ver a Güiza en la foto), asfixiantemente cariñosos y, sobre todo, sinceros. En tales circunstancias ningún error es mentira y ningún peligro parece demasiado.

Y aquí había riesgos. Mostrando el retrato de la primera novia, Torres bien podía haber sido amonestado por el Liverpool, que aquí ejerce de esposa. Y antes que en Hicks y Gillet (millonarios de película de los Hermanos Marx), pienso en Benítez con bata guateada y rodillo de amasar.

- Exhibición.

En su viaje por La Castellana, Torres también pudo encontrar el reproche de algunos madridistas, getafenses, rayistas o transeúntes independientes (si existen), porque igual que se recomienda no mezclar la política con el deporte, tampoco se aconseja exhibir los sentimientos íntimos en las fiestas populares.

Pero lo hizo. Mientras otros lucían banderas autonómicas o recuerdos para mamá, el Niño se declaró español de patria grande y atlético de patria chica. Para que lo viera el mundo, incluido el condado de Merseyside.

Hay quienes se tatuan el nombre de una amada y tiempo después, jubilados los afectos, deben dibujarse un dragón donde ponía Carolina. Fernando Torres hizo justo lo contrario. Aceptó el traspaso pero no cambió la piel. Y llegado el momento de máxima expectación, hizo declaración pública de su amor. Otros alquilan aviones con pancartas que sobrevuelan playas para pedir la mano de una bañista o con ese mismo objetivo decoran profusamente los túneles de la M-30, te quiero Noelia. Se puede discutir la contaminación y el buen gusto, pero no hay quien niegue el romanticismo.

- Debate.

Ahora que se cuentan las horas para la visita del Liverpool, en el Calderón discuten sobre el recibimiento a un Torres que quizá tampoco venga esta vez. No se comprende ni el debate ni el resentimiento, si lo hay. Se podría decir que desde el verano de 2007 el Atlético juega con once y un delantero en el Liverpool. Más que un traspaso aquello fue como abrir una embajada, como inaugurar tienda en Anfield. No fue mala operación: se ingresaron 36 millones de euros y se ganó un aliado que, queriéndolo o no, asegura la no intervención.

Si faltara de nuevo a la cita, que nadie se aflija. Es muy probable que Torres regrese tras el Mundial en autobús descapotable, acompañado de oso oloroso, madroño en flor y colchón a rayas. El Mundial lo merecería. Y el amor, también.


Columna publicada en el Diario AS (13-04-10)

 

La obligada ovación que nunca llega

Iñako Diaz-Guerra . Periodista del Diario AS

13-04-2010

Habrá quien celebre la probable baja de Torres. No yo. Habrá quien sitúe el bien deportivo del Atleti por encima de cualquier sentimentalismo. No cuenten conmigo. Habrá quien piense que el Niño fracasó marchándose al Liverpool a ganar unos títulos que no han llegado. No estoy de acuerdo. Habrá (sé que hay) quien le considera un traidor a los colores. No me hagan reír. Que Torres no vuelva al Manzanares, que su rodilla le arrebate la merecida ovación que ya le negó el club al cerrar las puertas del estadio en su despedida, que por segunda vez el reencuentro se frustre, sólo me genera rabia. Ni un atisbo de sonrisa.

Porque el Niño es responsable directo de que el Atleti sueñe hoy con la Europa League y la Copa. Primero, porque nadie me va a quitar de la cabeza que, sin él, el descenso habría acechado en los primeros años del regreso a Primera. Segundo, porque el dinero que dejó en caja trajo dos piezas claves en esta potencialmente fabulosa temporada: Forlán y Reyes. Y en cuanto al éxito de su marcha a Anfield pues sí, hoy es evidente que United o Chelsea habrían sido mejor elección, pero el Liverpool había ganado una Champions y jugado otra final en los tres años anteriores a su llegada. Y allí ha crecido hasta ser el héroe de una Eurocopa y Balón de Bronce. Considerar eso un fracaso es tan ridículo como pensar que fue un traidor por dejar un barco sin más rumbo que el que él marcaba sin ayuda.


Columna publicada en el Diario AS (13-04-10)

 

Fútbol y menisco

Pedro Guillén . Traumatólogo

13-04-2010

Conocemos la cara desagradable de la meniscopatía externa por ser de evolución más tórpida que la interna. Por su movilidad y por su tamaño es más fácil que presente complicaciones postratamientos quirúrgicos o no.

Los traumatismos en la cara externa de la rodilla - como le pasa a Raúl ahora – no son los causantes de roturas meniscales sino de parameniscitis, patologías que aparecen en la periferia del menisco. Normalmente el menisco se rompe en flexoextensión activa y no en un traumatismo. Con reposo habría buena evolución. No suele haber derrame y el arco de movilidad es normal, aunque duele en la máxima flexión y extensión.

El menisco externo es el que da más problemas en el postoperatorio. Unas veces porque se extirpa muy parcialmente, y da problemas el resto meniscal, y otras porque se extirpa mucho y aparecen patologías en el cartílago. Esta última es de aparición tardía.

Las molestias en el compartimento externo tras minesectomía parcial artroscópica exige un tiempo de reposo para apagar el proceso inflamatorio. Muchas veces al realizarse una nueva resonancia, por si se ha rerroto el menisco que se respetó con muy buen criterio. En resumen, el compartimento externo exige un tratamiento más largo que el interno.

 

Columna publicada en el Diario MARCA (13-04-10)

 

Super héroe Torres

Luis Villarejo . Periodista

29-03-2010

Está feliz Vicente del Bosque. Fernando Torres la volvió a liar este fin de semana. Su hermoso gol express al Sunderland nos muestra que sigue siendo el mejor número 9 del mundo. Ver puesta en pie a la grada de Anfield cuando Rafa Benítez le dio un descanso, llena de orgullo a todos los españoles que ven a Fernando ese futbolista maduro, con temple y repleto de ilusión por levantar este verano la Copa del Mundo en Sudáfrica.

Suma 18 goles. Cifra alta teniendo en cuenta su larga ausencia por lesión. Una lesión que no le dejaba rendir al cien por cien y superada ya tras su operación, se ve a un Fernando Torres eufórico, rápido, letal en el golpeo y con sangre fría en el área, con una experiencia ya que le sitúan como gran argumento de los españoles, que le consideran como uno de los factores determinantes para el Mundial.

El 9 de España alegra la cara a Gerrard. Hay un Gerrard en el Liverpool, con Torres y otro sin Torres. Lo muestran las cámaras cuando enfocan al capitán del Liverpool. Y es que el talento de Fernando permite a Gerrard ser más feliz, contar con mayor ayuda a la hora de resolver los partidos. Gerrard sabe que un balón interior a Fernando lleva el sello de gol. Que un desplazamiento en largo, que un desmarque de ruptura, va a dar premio al Liverpool.

Y si Gerrard es feliz, por tener al lado a Torres, Anfield lo percibe. Y Rafa Benítez tiene que saludar durante el partido a The Kop, a la grada simbólica, porque la maquinaria funciona. La atmósfera optimista que circula por España con nuestra selección se vive también en otros países. En Inglaterra, sin ir más lejos, la misma pasión que palpa Del Bosque, la siente Fabio Capello en Londres y por supuesto Dunga, en Brasil.

Me gusta que Fernando Torres juegue en Inglaterra, en un gran club. Está lejos del ruido de la Liga BBVA y escucha de cerca la ambición de Carragher, Gerrard, de Lampard, de todas las estrellas inglesas que viven en su mundo y que consideran también a Inglaterra como máximo aspirante al Mundial.

Fernando está en el buen camino. Tras el éxito de su libro en el Reino Unido, próximamente saldrá a la venta un cómic extraordinario. Los dibujos en color de este nuevo ‘Super héroe’ son de una calidad excepcional. Una vez más, la gente que le rodea, el departamento de comunicación de Bahía, va a apuntarse un tanto más en la trayectoria del futbolista. En España hay muy buenos futbolistas, pero a veces muy solos en el día a día, a la hora de elaborar estrategias.

A Fernando Torres le apasiona el fútbol. Se nota enseguida que no es un advenedizo. Cuando ganó la Eurocopa, con un gol que nos emocionó a todos, tuvo la mente lo suficientemente clara como para dedicar el título a todos aquellos internacionales que en algún momento de la historia, vistieron La Roja. Ese detalle es de un tipo diferente. Y el fútbol español lo apuntó. No se le olvidará.

En el vestuario del Liverpool se sigue muy de cerca la Liga BBVA. O mejor dicho, el radar del fútbol lo tiene Jamie Carragher. Hace unos años, ‘Carra’ le preguntó al gran Fernando Morientes por un niño que se asomaba al Sevilla de nombre Jesús Navas. No tiene mal gusto Carragher. El día que ficharon a Fernando Torres, los capitanes alucinaron. No hacía falta informes. Carragher y Gerrard lo saben todo de la Liga española. El derby lo vieron todos por televisión.


Columna publicada en Sportyou blog (29-03-10)

 

Torres, al ritmo de Rooney

Javier de la Peña . Periodista

16-03-2010

Fernando Torres volvió a liderar al Liverpool frente al Portsmouth. Dos goles y dos asistencias para el delantero 'red' que lo sitúan con 15 dianas en el casillero de la Premier. El internacional español volvió a demostrar que es el talismán que necesita Rafa Benítez para colarse entre los cuatro primeros clasificados a final de temporada

Torres se colocó con 15 tantos, lejos del pichichi que en estos momentos ostenta el delantero del Manchester United Wayne Rooney, pero con unas cifras dignas de elogio. El delantero de Fuenlabrada ha tenido una participación intermitente en la presente campaña debido a las lesiones y sólo ha jugado 19 de los treinta partidos disputados por el Liverpool en la competición casera, pero aún así saca una media de casi un gol por partido. Primero los abductores y después la rodilla le han apartado de los terrenos de juego casi la mitad de la campaña pero su olfato goleador sigue intacto. Si las lesiones le hubiesen respetado, Torres podría estar ahora mismo en la pelea por el pichichi y la bota de oro con los mejores delanteros de Europa.

Con la salida de Cristiano Ronaldo del Manchester United, Rooney se desató como el '9' que necesitaban 'los diablos rojos' para luchar por la Premier en ausencia del crack luso. El internacional inglés ha visto portería en 25 ocasiones en 28 partidos que ha jugado, números similares a los que lleva Fernando Torres en sólo media temporada (15 goles en 19 partidos).

Ahora que parece totalmente recuperado de sus problemas físicos intentará ayudar al Liverpool a asaltar la cuarta posición de la tabla y asegurar la participación 'red' el año que viene en la Liga de Campeones.

La asignatura pendiente del '9' del Liverpool esta temporada es Europa. Torres no vio puerta en los tres partidos que jugó en la Champions y tampoco en el último encuentro de Europa League frente al Lille. El jueves tiene una nueva oportunidad para iniciar la cuenta europea ante el conjunto francés en el estadio que lo adora y que canta al unísono su canción, Anfield.


Columna publicada en el www.elmundo.es (16-03-2010)

 

La pesi y la rodilla del Liverpool

José Antonio Martín (Petón) . Ex-Jugador y Periodista

13-03-2010

El jugador red estaba tirado en el suelo junto al banquillo. Acababa de recibir una entrada de asustar. Gritaba agarrándose la pierna: "Mi rodilla, mi rodilla". Bill Shankly salió disparado del foso, se acercó al damnificado y le soltó imperativo: "¡Levántate ya, esa no es tu rodilla, es la rodilla del Liverpool!". Aseguran que lo dijo Bill Shankly, pero lo dudo, al legendario entrenador no le pudo dar tiempo a decir tantas cosas como le atribuyen. En el caso de Fernando Torres, no hubiera sido preciso recordarle de quién era su rodilla, o su pubis. Le entregó al equipo colorado el sufrimiento del que padece osteopatía, lo sabe quien lo arrastró: cuando estornudas se te clava un pincho afilado sobre la ingle, sufres al ponerte los pantalones, te despiertas al girar en la cama en un espasmo de dolor. Y no puedes jugar sin calmantes.

Mas sobre ese dolor, que al final mitigó, qué paradoja, el descanso que le impuso un menisco roto, otro dolor sobresale: el futuro del equipo, y su futuro que va pegado. El club precisa calidad para su once y lo ve todo el mundo, esa es la clave del triunfo, no hay éxito sin futbolistas y la ausencia de Xabi Alonso resuelve esta teoría. Mientras, la alegría del pueblo, la Selección, agita su esperanza al pie del verano y eso le conforta. La Roja le dio el nueve y el nueve a la Roja, en tres finales distintas, los goles de la gloria. Un chico de Fuenla que avanza en su vida con los mismos amigos, diciendo pesi.


Columna publicada en el Diario AS (13-03-10)

 

 

La contrarreloj de Torres

Luis Martín . Periodista de El País

03-03-2010

Fernando Torres se partió una rodilla el 13 de enero, contra el Reading. Tres días después, en Barcelona, se puso en manos del Doctor Cugat. Esa misma tarde, por la clínica Quirón pasó Fernando Hierro, el Director Deportivo de la Federación. "Estaré en París", le avisó, recién salido del quirófano, el delantero centro del Liverpool. "Tómatelo con calma", le aconsejó Hierro. Durante 38 días, Torres ha vivido en el gimnasio, sin tregua, con Edu, Paco y Gonzalo, los fisioterapeutas españoles del Liverpool. No ha concedido entrevistas y ha suspendido, al menos, cuatro rodajes publicitarios. El 21 de febrero reapareció contra el Manchester City. El sábado pasado culminó sus primeros 90 minutos en semanas marcando el gol de la victoria sobre el Blackburn.

En el camino, Torres se ha comprado dos perros, ha viajado un par de veces a Madrid y Compostela -su esposa, Olalla, a la que conoció con 16 años, es de allí- y se ha tatuado el nombre de su hija, Nora, en un antebrazo.

Rafa Benítez habría preferido que se quedará en Melwood, pero The Kid llegó ayer a París con la Selección. Hoy no será titular, aunque Vicente del Bosque piensa darle minutos. "Es un futbolista importante", aseguró el seleccionador. "Un referente en este equipo y un veterano pese a su juventud", dijo, el capitán, Casillas.

Con 25 años, Torres ha jugado 71 partidos y marcado 23 goles con España, aunque no juega desde el 10 de octubre, contra Armenia. Villa sólo le ve méritos: "No hay ningún delantero con su potencia". "¿No ha visto los goles que mete. Es un futbolista enorme, de trascendencia mundial", apunta Xavi. En Liverpool lo saben: ningún futbolista alcanzó antes los 50 goles en la Premier y sólo Gerrard vende más camisetas. Hoy, Torres vuelve en un duelo grande. No pensaba perdérselo.

 

Columna publicada en El País (03-03-10)

 

Fernando Torres, Liverpool´s number one

Pablo Brotóns . Periodista de Marca

16-12-2009

Cien partidos como cien soles con la histórica camiseta del Liverpool. No son pocos. Fernando Torres alcanzará esta noche esa cifra en Anfield. Y lo hará a lo grande. El jugador que dio a España la victoria en la Eurocopa 2008, con su gol en el Prater Vienés, presenta mejores números que cualquiera de las vacas sagradas que le han precedido en las filas de los ‘reds’. - Documento completo en PDF -

Su media de goles es sensiblemente mejor que la de mitos del pool como el gran Kevin Keegan – algo denostado, bien es cierto, por marcharse al Hamburgo- o el escocés Kenny Dalglish. Extremos en su caso, pero casados con el gol en una época, finales de los 70 y comienzos de los 80, en la que resultaba mucho más sencillo acertar con la red contraria fruto de las tácticas ofensivas de entonces.

Pero Fernando Torres también presenta mejores números que los últimos grandes mitos de Anfield. El ‘9’ por excelencia del Liverpool en los que todo el mundo piensa –Ian Rush, Robbie Fowler y Michael Owen- se ven superados por ‘The Kid’ en una estadística que no ofrece lugar a dudas. A falta del partido número 100, que disputará esta noche, Fernando ha marcado 60 goles en 99 encuentros oficiales. Es decir, una media de 0,60 tantos por partido que mejora la del ahora ‘Diablo Rojo’ Michael Owen, que consiguió 158 goles en 297 partidos.

El galés Rush y el inglés Fowler que, a diferencia de Torres y Owen, convertían el área en su hábitat natural y, sobre todo, exclusivo, también figuran por detrás del delantero de Fuenlabrada en la media de goles por partido. Bien es cierto que en su caso hablamos de un número de encuentros jugados más que respetable: 660 para Rush y 369 para Fowler. Habría que esperar unos cuantos años para establecer una comparativa similar, siempre y cuando Fernando Torres continúe ligado al Club del Mersey.

Las lesiones han impedido a Fernando Torres mejorar aún más sus números. En su primera temporada en Anfield, la 2007-08, disfrutó de la continuidad necesaria para ganarse el corazón de los aficionados de los ‘reds’ a las primeras de cambio. Y él respondió con fútbol y goles. Tanto en la pasada campaña como en la presente, las cosas no han rodado bien en absoluto en este aspecto. Con eso y con todo, Torres marcó 17 goles en la 2008/09 -14 de ellos de Premier- y en la actual, en la que únicamente ha podido jugar 15 partidos, su balance es de 10 tantos.

El pasado domingo, en un choque muy importante ante el Arsenal, Rafa Benítez tenía previsto que Fernando Torres jugara 75 minutos como máximo. Las circunstancias del encuentro obligaron a que permaneciese los 90 minutos sobre el césped. Esta noche, ante el Wigan, su concurso debe ser fundamental para enderezar el rumbo de un Liverpool que anda a la deriva dentro y fuera de sus fronteras.

Torres tiene a tiro pulverizar otra marca ante el conjunto entrenado por Roberto Martínez. Está a dos goles de alcanzar los 50 en la Premier League. Lleva 48 en 68 encuentros. Rush necesitó 84 para llegar al medio centenar; Fowler, 88 y Dalglish, 98, los mismos que Owen. No extraña que ‘The Kop’, la grada con el sabor más auténtico del fútbol inglés, rinda pleitesía a su niño y le eche de menos por culpa de las malditas lesiones.

 

Artículo publicado en el diario MARCA (16-12-2009)

 

El gol no es un problema para España… ni para Torres

J.G. Matallanas . Redactor Jefe de la Cadena Cope

16-10-2009

La aparición estelar con La Roja de Álvaro Negredo en Bosnia aumenta aún más el potencial de nuestra selección. Tan amigos de debates y polémicas que somos los españoles, y mucho más los periodistas deportivos, ya se ha empezado a hablar de los quebraderos de cabeza que tendrá Del Bosque para configurar la lista de convocados definitiva para el Mundial 2010.

En lugar de sentirnos privilegiados por contar con delanteros de primer nivel Mundial empezamos a hacer quinielas no sólo de los que irán convocados sino de quién o quiénes serán titulares. Fernando Torres y David Villa son fijos. Como titulares los dos juntos o uno de ellos solo. Dependerá del rival y de las circunstancias que Del Bosque elija, en caso de jugar sólo con un punta, a Torres por delante de Villa o viceversa.

Dani Güiza, si rinde durante la temporada al nivel de los últimos años, cuenta con todas las papeletas para ser el tercer delantero. Sus condiciones le hacen un delantero diferente que puede desbloquear un partido en cualquier momento como ya ha demostrado con la selección, y Del Bosque le valora mucho.

Negredo y Llorente, por tanto, lo tienen más complicado, porque es complicado que en la lista vayan más de tres delanteros. Además, en la última convocatoria aparecían como delanteros Silva y Mata.

Queda mucha temporada y puede haber contratiempos en forma de lesiones o baja forma y hasta mayo no se decidirá el seleccionador. Negredo debutó a la grande y en su segundo partido demostró que puede jugar con España sobrado. Y que se podía haber quedado en el Real Madrid para ser titular. Igual le sucedió a Fernando Llorente cuando debutó.

El debate siempre es bueno y enriquecedor. Sucede que aún hay gente que duda de Fernando Torres. Están en su derecho. Es cierto que el delantero madrileño no tiene el mismo acierto de cara al gol en la selección que con el Liverpool, pero con La Roja marcó el gol que tenía que marcar, el que nos dio la Euro2008. Y la historia esperará de nuevo al ‘Niño’ en la final del Mundial 2010, que esta selección, el equipo que mejor juega al fútbol del planeta en la actualidad, puede alcanzar si se mantiene el nivel de exigencia, de disciplina y con la cuota de fortuna necesaria…

Montar un debate alrededor de Torres como pretenden algunos periodistas sistemáticamente es tan absurdo como si en Portugal lo montaran con Cristiano Ronaldo. Fernando Torres, por más que les pese a algunos que no pueden olvidar su pasado colchonero, es el tercero en el FIFA World Player y en el Balón de Oro por detrás de Cristiano y Messi. España cuenta con los mejores jugadores del mundo entre los que está Torres. Pero al único jugador de la selección española que realmente desea fichar Florentino Pérez es Fernando Torres. El gol de España está asegurado con Torres. Y con Villa, Güiza, Negredo y Llorente.


Columna publicada en El Confidencial (16-10-09)

 

Torres golea más con el Liverpool que con España

Joaquín Maroto . Periodista del Diario AS

22-09-2009

Fernando Torres ha tenido un comienzo espectacular en la Premier, como siempre desde que llegó al Liverpool. Su progresión no tiene parangón: 44 goles en 64 partidos. Es titular indiscutible desde que pisó Inglaterra y en este momento es segundo en la tabla de goleadores con cinco tantos, uno menos que Rooney, el delantero del Manchester. El Niño hace un gol cada 123 minutos.

Con la Selección no alcanza estos números, pero igualmente está a un gran nivel: 23 tantos en 70 partidos, uno cada 183 minutos. Además, en su cuenta hay que apuntar el gol más importante de España en los últimos cuarenta años: el que le marcó a Alemania en la final de la Eurocopa.

El estilo de juego del Liverpool favorece a Torres. Sus compañeros, especialmente Kuyt, son especialistas en abrir huecos, y él en aprovecharlos. En la Selección sucede a la inversa: él suele ser el que arrastra a los defensas por velocidad y potencia y esos espacios los aprovecha Villa, que en el primer año de Del Bosque al frente de la Roja ha sido el jugador más efectivo (13 tantos) por los seis que ha firmado el ariete del Liverpool.

En estos registros hay que tener en cuenta que mientras que en el Liverpool ha jugado casi 7.000 minutos, en la Selección poco más de 4.000. Torres sólo ha jugado completos 15 de los 70 partidos que ha disputado con España.


Columna publicada en el Diario AS (22-09-09)

 

Fernando Torres, el ariete que lo tiene todo

Ángel Cabeza . Redactor Jefe del Diario Marca

08-09-2009

Sólo por lo que sucedió el 29 de junio de 2008 en el estadio vienés del Prater, Fernando Torres (Fuenlabrada, 1984) se ha ganado el cielo futbolero. Y de largo.

Con el gol que batió a la altiva Alemania y que supuso la mayor alegría colectiva del fútbol español, el ariete del Liverpool tendrá para siempre un sitio en nuestros corazones. A los 22 jugadores que defendieron La Roja en aquella Eurocopa les debemos agradecimiento eterno, pero a este espigado hincha del Atleti le tendríamos que pagar un plus por la felicidad suprema que nos hizo vivir.

Lo del Niño Torres estaba cantado desde el principio, desde que era un pispajo de la cantera del Atleti y el chivatazo de un periodista le llevó a ser representado por Bahía, seguramente la agencia de futbolistas más importante de este país. De entonces ahora, desde los modestos campos de tierra del sur de Madrid, hasta Anfield y los mejores escenarios del mundo, Fernando Torres ha ido engrandeciendo sus cualidades hasta convertirse en un futbolista al que muchos aficionados consideran el mejor delantero del planeta.

Y no sólo eso. Desde muy joven ha desempeñado responsabilidades muy por encima de las que correspondían a un futbolista de su edad. Fue el carismático capitán del Atlético en una de las peores épocas del club, y el referente absoluto de las gradas del Calderón desde que estrenó la rojiblanca del primer equipo hasta que tuvo que marcharse, y aún en estos días. Fernando siempre ha sabido aguantar la presión y ha conseguido un hito: que ni uno solo de los irreductibles colchoneros le haya olvidado. Todo un récord en este mundo del fútbol donde cambiar de colores es como hacerlo de borceguíes.

Futbolísticamente es un portento. Basta con poner el vídeo de cualquiera de sus partidos, basta con haberle visto jugar un sólo encuentro. Hábil, muy rápido, listo, solidario con sus compañeros, excelente rematador, incansable atleta, compromiso total. Lo tiene todo para ser recordado muchos años.

A la hora de escribir estas líneas Xavi barre en la encuesta de MARCA.com. Es justo, pero también lo es pulsar el botón de votación por uno de los grandes delanteros de nuestra época, que tenemos la inmensa suerte de que sea de los nuestros.


Columna publicada en el Diario Marca (08-09-09)

 

 

Mucho remate, poca puntería

Luis Martín . Periodista de El País

25-06-2009

España dispuso anoche de 17 saques de esquina y tiró a puerta en 29 ocasiones, pero sólo ocho de ellas entre los tres palos. Y, cuando atinó a colocar el balón, apareció el portero, Howard. Así que se fue del partido sin marcar por primera vez en el torneo y por tercera en los últimos 36 encuentros. Y no sería porque Fernando Torres no tratara de guiar a España por el camino del gol. Suele decir Xavi que muchas veces a The Kid sólo se le reconoce cuando marca, por lo que parece justo recordar que ayer trabajó de lo lindo para nada. En la izquierda, Torres; por la derecha, Torres; al remate, Torres. En el primer tiempo, desactivado el centro del campo, jugando los dos volantes, Riera y Cesc Fábregas, más cerca del pico del área que de la banda para abrir paso a Ramos y Capdevila, el madrileño hizo el petate y decidió buscarse la vida a veces por la izquierda y bastantes otras por la derecha. "He salido mucho a las bandas porque así le hacía daño al defensa central, pero nos ha faltado acertar", explicó Torres.

Siempre que encaró por la banda, el delantero hizo pupa y buena parte de los 11 remates de la selección en el primer tiempo fueron ocasiones generadas por El Niño, que se alejó de los centrales dispuesto a abrir vías hacia el gol. Cada vez que encaró a Onyewu, su marcador, le retrató porque carece de cintura. Así que Torres llevó peligro casi siempre, aunque sólo remató dos veces, por nueve Villa.

"Veintinueve remates a puerta. Con eso está dicho todo", resumió Xabi Alonso. "El fútbol lo pusimos nosotros. Ellos fueron un frontón", analizó Xavi. "Hay días que no entra", dijo Mata. Y Cesc apuntilló: "Remataba, remataba, y ellos la sacaban con el pie, con el culo... No hay que quitarles el mérito, pero nosotros lo hemos puesto todo".

Torres se convirtió muchas veces en el inicio antes que en el final en los ataques, por lo que, fuera de zona para el remate, resulta comprensible que rematara menos que Villa e incluso que Sergio Ramos. El sevillano, por eso de que España sacó mucho desde la esquina en el primer tiempo y parecía un delantero en el segundo, llegó a posiciones de gol con mayor frecuencia que Torres. Allí, en la suerte suprema del gol, otra vez Villa no estuvo fino. Como en otros partidos, El Guaje personificó la falta de puntería de la selección.

Torres, al que de nuevo la afición surafricana demostró su respeto y afecto con numerosas pancartas, defendió incluso la zona del área de penalti en los saques de esquina contra España en un alarde de solidaridad poco común en los delanteros de su nivel. Dispuesto siempre a asumir responsabilidades, tan pronto vio que Riera se metía en el partido convertido en extremo, por un lado, y que Ramos hacía lo propio por la derecha, volcado en el ataque, Torres pisó el área buscando el remate o los pases interiores de Xavi. Se asfixió, clavado entre dos moles en el eje de la defensa. Los centrales se dieron un festín despejando balones, así que España probó el chut desde lejos. Hasta Piqué y Puyol se animaron en el ataque. Pero no hubo manera.


Columna publicada en el Diario El País (25-06-09)

 

Sudáfrica, loca por Torres

Luis Martín . Periodista de El País

16-06-2009

Ni Kaká ni Villa. Sudáfrica vive entregada a Fernando Torres como no se recuerda devoción igual en la historia de la selección española. Si el domingo las gradas estaban repletas de pancartas de apoyo con su cara y su nombre en las telas que colgaban de los balcones del estadio, ayer la fiebre fue a más con el cambio de residencia de La Roja. Nunca un futbolista español había despertado tal pasión más allá de nuestras fronteras. Varios seguidores del Liverpool montaban guardia a las puertas del hotel donde se hospeda la selección rindiendo pleitesía a su 9, los niños visten con una camiseta roja, del club inglés o de España, y existe un club de fans del conjunto y de él en Sudáfrica. No es una moda, es una devoción.

"Lo noté el primer día. No me cansaré de darles las gracias. Es muy bonito y emocionante ver a niños con mi camiseta y notar tanto cariño como el que percibí en el campo. Me siento como en casa", aseguró ayer Torres. "En parte, es lo que da jugar en un equipo como el Liverpool, con seguidores hasta en el último rincón del mundo", añadió. La relación entre el conjunto del Mersey y Sudáfrica viene de lejos. No en vano, The Kop significa La colina en afrikáner y si la grada más emblemática de Anfield lleva ese nombre es en honor a un regimiento de granaderos de Liverpool que fueron aniquilados durante la guerra con los boer en Sudáfrica. Además, Bruce Grobelaar, mítico antecesor de Reina en la portería de los reds, nació en Durban.

Torres también agradeció a la selección el trato que recibe en Sudáfrica. "Hacemos un juego que gusta en todo el mundo y yo tengo la suerte de jugar de delantero y meter goles", dijo. "Todo lo que le pase al Niño es poco", razona su compañero de equipo y selección Arbeloa. "A menudo, transmite una imagen que no se acerca a la realidad. Es un tipo entrañable por mucho que ante los medios se ponga una coraza como protección", añade el lateral.

La fama de Torres no conoce fronteras. Media Sudáfrica persigue su autógrafo.

 

Columna publicada en El País (16-06-09)

 

Fernando Torres, un tipo de fiar

José Antonio Martín (Petón) . Ex-Jugador y Periodista

28-04-2009

Fuenlabrada, salvado el Oceáno, limita con Liverpool. Por el norte. Liverpool creció más tenaz que linda, más lista que coqueta, al paso de su vecina Manchester cuando aquella de la Revolución Industrial. Está hecha de un gris que sale del río Mersey como salía del Sena el fluido que desinhibía a los parisinos en el sueño de Boris Vian: hace cosas raras: raros músicos, equipos de fútbol raros, muy raros.

El Mersey pasa al costado de Fuenlabrada por la Aldehuela, El Bañuelo, La Pollina y el Cerro de la Cantueña; entre el taller, la nave y el trigal, Fuenlabrada también limita con Madrid.

Fernando Torres es de Fuenlabrada. Es gallego, de Liverpool y de Madrid. Fernando Torres es de Fuenlabrada. Y sus amigos de hoy, los que acuden a verle a su casa tranquila de Woolton, también son de Fuenlabrada. Son los compinches muy bucaneros que le esperaban a la puerta de su casa para ir a jugar al balón en la calle ¡parad que viene cocheee! cuando tenían seis años, tres después del desastre financiero que provocó el pecoso: tiró por la ventana el camión hucha donde se guardaban los ahorros de los hermanos. Ni la prisa que se dieron Mari Paz e Israel sirvió para recuperar la inmensa fortuna que regó de monedas de peseta la acera de la calle Alemania. El padre, Jose, y la madre, Flori, hubieron de convocar consejo familiar y se reunieron los dos con ellos mismos para tomar medidas preventivas a fin de moderar la actitud del pequeño, claramente dadivosa. La conclusión de la cumbre fue no exagerar, quizás no fuera espíritu despilfarrador sino mera travesura, y repetir con el chaval el mismo método educativo que habían utilizado con los mayores. Por ahí empezó a labrarse el éxito de Fernando Torres, por la siembra y el cuidado en el trazo de la arada que sobre él marcaron sus padres.

Ni un capricho de benjamín, ni una hora de estudio perdonada, ni una mentira reída, ni un desliz sin reprimenda. Por eso fue un estudiante sin suspensos y un muchacho atento al compromiso, la responsabilidad iba en el código de los Torres con las lentejas, la ropa limpia y las botas de fútbol. Ese era el truco, las botas de fútbol; por ahí tenía pillado el menor de la familia al forofo del balompié José Torres y por ahí enganchó el más listo del barrio a su señora madre: Flori cambió la sesión de tarde por viajes al campo de La Mina en Carabanchel, al Cotorruelo, a Navalcarbón, a Santa Eugenia y a un ciento más detrás del minifutbolista y al lado de su marido. Con once años era el delantero centro del Atlético de Madrid, el Aleti para los suyos.

Ahí empezó el recorrido que le ha puesto frente a The Kop, el legendario gradón del Liverpool. El fútbol crecía en él; los veranos más, compitiendo en las playas de la Costa de la Muerte con chicos mucho mayores que él. Cuenta Valle Inclán que en los campos de ese lar coruñés vio a campesinos detrás del buey vestidos con frac. Salían de los baúles que despanzurraba la escollera, trajes de etiqueta de los barcos naufragados. Al pie de esos acantilados mágicos, conoció Fernando a Olalla. Ella 15, él 17. Y Olalla, como aquel día, 7 años después. No es lo normal en una estrella pero este hombre, El Niño, de 25 recién cumplidos, el tercero del mundo, atlético y “red”, los mismos amigos, los mismos asesores, la misma novia, el mismo nudo familiar, se define por la lealtad. Muere por los suyos.

Fernando Torres, un tipo de fiar.

 

Columna publicada en la revista Vogue (Abril 2009)

 

Torres, ya te vale

Javier G. Gómara . Periodista de Mundo Deportivo

03-04-2009

Me llama un amigo atlético: "¿Has visto la entrevista a Torres en La Razón? Ya le vale al 'Niño'. Mucho decir que es rojiblanco y ahora le recomienda al Kun que se vaya. Si fuese del Atleti no diría eso". Estaba indignado. Y mucho más cuando le dije que estaba de acuerdo con el de Fuenlabrada. Le expliqué mis argumentos, y aunque no colgó muy convencido, me acabó dando la razón. Dudar del corazón de Torres a estas alturas es ridículo. Lo demostró en la Eurocopa, en Anfield tras marcar al Madrid o cuando lucía el brazalete del Atlético por los campos de España, que los del Viejo Continente ni los cató. Y no por él, precisamente.

Siempre he defendido a Torres. Nunca lo he ocultado. Puede que sea partidista, pero en sus palabras sólo veo una crítica al actual Atlético de Madrid, no al que él empezó a querer desde niño, cuando su abuelo le inculcó el sentimiento rojiblanco. Al club que perdió una centenaria grandeza en cuestión de años. Al que pasó de luchar por ganar títulos a celebrar una clasificación para la UEFA. A ese club es al que critica. Al que tuvo que dejar viendo que las promesas se convertían en utopías año tras año. No quiere que su historia la repita Agüero. En esa entrevista, el fuenlabreño también dice que se marchó con la pena de no haber hecho los deberes de rojiblanco. Le hubiese gustado ser el Gerrard, el Raúl o el Xavi del Atleti. Pero Liverpool, Real Madrid o Barcelona han estado a años luz de la entidad colchonera en los últimos años. Y eso no es culpa de Torres. Y de mi amigo tampoco.


Columna publicada en Mundo Deportivo (01-04-09)

 

Fernando Torres, grande de España

Pablo Brotóns . Periodista de Marca

02-04-2009

España pierde en Estambul por 1-0. Segundo tiempo. Balón al segundo palo y penalti cometido por Uzulmez. El defensa del Besiktas desvía con las manos un balón que se ya se colaba en la meta de Volkan Demirel. ¿Quién estaba allí para rematar ese balón? Fernando Torres, delantero del Liverpool y ex del Atlético, que ha vestido la camiseta de la selección española en 61 ocasiones con 25 años recién cumplidos. Lo comento por si hay algún despistado al que se le han escapado estos pequeños detalles.

El penalti lo transforma Xabi Alonso, centrocampista también del Liverpool, y el gol de la victoria, tras gran jugada de Güiza, Albert Riera, otro red. Como bien es sabido, el de Anfield es el segundo equipo de los buenos atléticos. Y el que aporta hasta cinco jugadores al combinado dirigido por Vicente del Bosque.

La selección española ganó la Eurocopa de 1964 con el gol de Marcelino y la del 2008 gracias al tanto de Fernando Torres, el único de la final. Este artículo únicamente pretende responder con datos a los que se tiraron todo el santo partido del Alí Sami Yen turco criticando al '9' del Liverpool, por cuyas venas corren torrentes de sangre rojiblanca, rojigualda y roja a secas. Y como Torres ha sido, es y siempre será santo y seña del Atlético de Madrid, de ahí que este artículo quepa que ni pintado en este blog.

Para los que no saben de esto. No lo digo yo. Emilio Butragueño (¿les suena?) lo repitió una y otra vez durante el España-Turquía en el Bernabéu: "A mí Fernando Torres es un jugador que me encanta. No sólo porque es un goleador. Hay que ver sus desmarques, los espacios que abre a sus compañeros y cómo trabaja para el equipo. Es algo difícil de apreciar, sobre todo por televisión donde no se ve la totalidad del campo". Amén.


Columna publicada en Marca.com (02-04-09)

 

La entrevista falsa de Fernando Torres

J.G. Matallanas . Redactor Jefe de la Cadena Cope

26-03-2009

Sucedió la semana pasada. Una agencia le había ofrecido al diario Marca una entrevista de Fernando Torres que el primer periódico de España se disponía a publicar a doble página el pasado viernes tras negociar un precio por un contenido que le pareció muy interesante. Cuando responsables de Marca se pusieron en contacto con Antonio Sanz, Director de Comunicación de Bahía Internacional, empresa que representa a Torres, para informarle de que publicaban al día siguiente esa entrevista, se llevaron la desagradable sorpresa de que el delantero del Liverpool no había concedido declaraciones a ninguna agencia. Resulta que la entrevista era falsa.

Marca reaccionó con celeridad, levantó las páginas de la entrevista de Torres y tras analizar lo sucedido junto a Antonio Sanz han decidido realizar medidas legales contra la agencia que intentó venderles una entrevista que no se había realizado. La agencia, según cuentan, tiene fama de seria y nunca había cometido un error de ese calibre. Pero por el interés de Marca y del propio Fernando Torres, las cosas no van a quedar así y puede haber denuncia conjunta del prestigioso diario deportivo y la agencia de representación de futbolistas Bahía Internacional.

Existe una preocupación creciente entre los profesionales del fútbol que trabajan en Inglaterra por la proliferación de entrecomillados que no han dicho y son rebotados en España como ciertos. A Rafa Benítez le ha sucedido en varias ocasiones en los últimos meses, con motivo de las negociaciones para su renovación y en otros asuntos, y también ha sufrido el mismo problema el propio Torres, por lo que sus representantes han decidido cortar de raíz e ir de la mano de Marca para que no se repitan estas prácticas de ofrecer unas declaraciones como auténticas cuando el protagonista no ha realizado entrevista alguna.


Columna publicada en www.elconfidencial.com

 

El periodismo fantasma de Inglaterra

Antonio Sanz . Periodista

25-03-2009

Nos hemos mal acostumbrado a reconocer como óptimo todo aquello que llega del extranjero. Pues bien, lamentablemente, los medios de comunicación cometemos frecuentemente el error de admitir como verdadero declaraciones o informaciones que importamos, con el único apellido de citar el periódico que lo publica. Esta costumbre, casi siempre, se presenta con el sello de las islas británicas. No seré yo quien enmiende la plana a los sensacionalistas ingleses, pero sí seré quien denuncie la falta de criterio para ‘comernos’ todo lo que procede de los tabloides. No podemos meter a todos los periodistas británicos en el mismo saco, tampoco lo pretendo, pero nuestras páginas webs le han tomado el gusto a rebotar todo lo que huele a polémica.

Un ejemplo práctico. El diario As nos descubre en su portada que el Real Madrid aspira a fichar a Gerrard. Qué curioso. Un par de días después el ‘Sunday Mirror’ ofrece a sus lectores en su desayuno dominical unas declaraciones de Fernando Torres sobre el asunto. ¿De dónde sacó el firmante del artículo esas palabras si en la Premier League no existen zonas mixtas habilitadas? ¿Se metió en Melwood un día antes del choque ante el Manchester United? ¿Se solicitó la entrevista al departamento de Prensa del Liverpool? Respondo: no hubo ni encuentro ni petición, pero esas palabras de Torres, tan falsas como alta credibilidad le dimos en España, vieron la luz inicialmente en Internet y posteriormente en el papel. ¿Quién es el culpable? ¿El que se las inventa en Inglaterra o el que las difunde aquí conociendo el pelaje de este determinado abanico de medios…? Reflexionen.

Y un aviso a navegantes. Determinadas agencias inglesas están ofreciendo a los medios de comunicación españoles ‘entrevistas fantasmas’ con los futbolistas más mediáticos que actúan en la Premier. Así Gerrard, Torres o Ronaldo son dibujados con falsas palabras sin destacar grandes titulares en sus aparentes manifestaciones…Que nadie pique en el engaño. Ni el lector, ni por supuesto el editor.


Columna publicada en www.sportyou.es (24-03-09)

 

Cristiano, Bugs Bunny y Florentino Pérez

John Carlin . Periodista

23-03-2009

Ramón Calderón emergió esta semana de la tumba que él mismo se cavó para contarnos en la cadena SER que Cristiano Ronaldo ficharía por el Real Madrid en verano. El propósito del ex presidente del club fue dejar claro que su némesis y probable sucesor, Florentino Pérez, no debería recibir las gracias en el caso de que el portugués abandone el United por el Madrid. Porque fue él, Calderón, quien le ató.

Lo patético del caso es que, una vez más, Florentino, sin mover un dedo, le ha ganado la partida. El pobre Calderón nos recuerda a aquel obstinado cazador en los dibujos animados de Bugs Bunny. Una y otra vez, el cazador intenta pillar a Bugs, pegarle un tiro y acabar con él, pero, una y otra vez, de manera infalible, Bugs, frío como una zanahoria, se sale con la suya. El cazador vuelve y vuelve a intentarlo, no se rinde nunca, pero el tiro siempre le sale por la culata.

Con sus declaraciones sobre Cristiano, Calderón ha hecho dos favores a Pérez. Primero, si el jugador ficha por el Madrid, es posible que no dé el resultado esperado y, en ese caso, Pérez tendrá una coartada. No fui yo. Esto se consumó en un acuerdo previo a mi llegada. Pero, segundo y más importante (y más en serio), Calderón ha dado a Pérez, sin querer, una sana advertencia. Le habrá hecho reflexionar sobre la viabilidad de fichar al balón de oro portugués. Porque, como Calderón demostró durante sus dos años y medio en la presidencia, un fichaje suyo era una garantía de despilfarro. Donde ponía el ojo, fallaba, con pocas excepciones, el tiro.

Reflexionemos un poco sobre Cristiano, que se supone que costaría unas tres veces lo que costó Fernando Torres al Liverpool. Una de las lecciones que Florentino puede haber extraído de su época galáctica es que hay que fichar jugadores que poseen una fuerte personalidad competitiva, además de un gran talento. En este terreno, con Cristiano, afloran las dudas.

Mete goles por un tubo contra los Bolton Wanderers, los Fulham, los Middlesbrough..., pero su trayectoria en los partidos de máxima presión, contra rivales de envergadura, no es buena. Para elegir algunos ejemplos entre muchos, hizo poco en la final de la Champions contra el Chelsea la temporada pasada y, encima, falló un penalti. Hizo menos todavía para la selección portuguesa durante la Eurocopa que ganó España con un gol de Torres en la final. Y, en el partidazo de la temporada en la Premier League, la derrota del Manchester contra el Liverpool por 1-4 hace dos sábados, metió un penalti, pero, por lo demás, no se le vio. A diferencia de Torres, que en aquel partido, al igual que en la humillación del Madrid cuatro días antes, fue un torbellino.

Tampoco hay que simplificar. Cristiano anotó 42 goles la temporada pasada. Tiene un disparo formidable, un regate potente y va muy bien de cabeza. Se mereció su balón de oro, el primero que gana un jugador del Manchester desde los tiempos de George Best. Pero la diferencia con los que serán dos de los grandes candidatos para el premio este año, Torres y Messi, es que el portugués da la impresión muchas veces de no jugar para el equipo, sino para sí mismo. Tanto Torres como Messi, en cambio, juegan como si estuvieran dispuestos a morir por la causa. Por eso Torres es más querido por los fans de Anfield y Messi por los del Camp Nou que Cristiano por los de Old Trafford. Torres se desvive por la camiseta y Messi posee incluso más habilidad natural que Cristiano, pero siempre da el ciento por ciento y nunca pasa inadvertido.

Cristiano será un buen chaval en privado, ¿quién sabe? Pero en el campo tiene toda la pinta de ser un tonto engreído. Calderón vio en él mucho que le gustó, quizá porque en parte le recordó a sí mismo. Pero no está del todo claro que el portugués sea lo que necesita el Madrid para la gesta que se le exigirá la temporada que viene.


Columna publicada en El País (22-03-09)

 

Torres, el ‘Niño’ más grande

Manel Bruña . Periodista de Mundo Deportivo

20-03-2009

El pasado 10 de marzo, Fernando Torres se convirtió en el ídolo de tres aficiones: Liverpool, Atlético de Madrid y Barça. De las dos primeras ya lo era, pero la azulgrana lo subió a los altares ese día. Su gol al Real Madrid dejaba a los blancos prácticamente fuera de la Champions League y, de paso, él le pasaba factura al club blanco, que le amargó muchas noches en la Liga española cuando militaba en el Atlético de Madrid. Ese 10 de marzo, Fernando Torres se tomó cumplida venganza y le volvió a dar una nueva alegría a 'The Kop', que le idolatra, algo que repetiría cuatro días después con su tanto en Old Trafford al Manchester United.

Allí, en 'The Kop', esa mítica grada de Anfield, se alojan los seguidores más acérrimos y bulliciosos del Liverpool. Si ellos te dedican una canción es que has triunfado en Anfield y Fernando Torres ya la tiene. Se llama 'The Armband Song' (La canción del brazalete) y habla del olfato goleador de Fernando Torres, así como su procedencia desde el fútbol español. Fue la recompensa de 'The Kop' a la primera temporada espectacular del 'Niño' en la Premier League. Fernando Torres llegó en verano de 2007 a Liverpool con la presión de ser el fichaje más caro de la historia del club inglés. 36 millones de euros por un futbolista que Rafa Benítez veía como la piedra angular de su Liverpool. El 'Niño' dejaba el calor de la Liga para empezar una aventura en otro país y en otro campeonato muy diferente al español. Los aficionados españoles conocían perfectamente a Torres, pero en Inglaterra no sabían mucho quién era ese delantero alto y rubio que mucha pinta de español no tenía.

Lo descubrieron al instante gracias a sus goles, que le han hecho entrar en la historia del Liverpool. Con un mes jugando en la Premier fue elegido por todos los aficionados como el mejor jugador 'red' de agosto. Pero no paran ahí sus logros porque poco después se convirtió en el primer jugador del Liverpool que consiguió dos 'hat trick' consecutivos en casa desde el año 1946 y en marzo es nombrado 'jugador del mes' de febrero en la Premier. Acabó el campeonato inglés con 24 goles –el primero en anotar más de 20 en una temporada desde que Robbie Fowler lo hizo en 1996– y con 33 entre todas las competiciones.


- Imagen del club

El Liverpool se dio cuenta enseguida de que Fernando Torres era la imagen a explotar y empezó a hacerlo. Su figura es omnipresente en la tienda oficial del club, en su web y en todas las páginas de internet relacionadas con el club inglés. Junto con Gerrard, es el auténtico icono de la entidad y ambos son los ídolos de Anfield.

Evidentemente, las marcas publicitarias no dejaron pasar la oportunidad y se apuntaron al 'carro' de Fernando Torres, que ahora mismo es protagonista de infinidad de campañas. Ya sean deportivas como de colonias o grandes almacenes. También su presencia en internet es apabullante y su página oficial, 'www.fernando9torres.com', es una de las más visitadas por los internautas hasta el punto que la colapsaron cuando España ganó la Eurocopa con un tanto suyo. Eso, sumado a su gran temporada, le valió para ser tercero en el Balón de Oro y en el FIFA World Player.

Fernando Torres ya no es ninguna sorpresa en su segundo año en el Liverpool, pero los elogios no cesan. Su compañero, Steven Gerrard no duda en calificarlo como "mágico. Es el mejor delantero del mundo y mucha gente coincidirá conmigo". Mucha gente no, todo el mundo y especialmente el futbolístico. Los 'grandes' se han fijado en él y su nombre siempre está en las quinielas de traspasos millonarios. El Barça siempre lo ha tenido en mente para repatriarlo a la Liga. Él nunca ha escondido que le encanta el juego de los azulgrana y a punto estuvo de vestir la camiseta del Barça, pero no se acabó de concretar la operación. Ahora, Torres sólo piensa en el Liverpool y no contempla salir del sitio donde el 'Niño' se ha convertido en el más grande.


Columna publicada en Mundo Deportivo (18-02-09)

 

El Arcángel

María José Navarro . Periodista

17-03-2009

Para muchos atléticos, si no todos, Fernando es más que jugador. Para la afición rojiblanca su llegada al primer equipo fue la del Elegido.

Para una, se lo advierto, es difícil hablar aquí de Torres con tan poco espacio porque una, y no es la única, ve a Torres como ven a las folclóricas sus madres: su niña es la más guapa, la más alta, la mejor. Porque para muchos atléticos, si no todos, Torres es más que un jugador. Cuando llegó al equipo, tan niño y con tantas pecas, volvió de pronto el Atleti grande, el del contraataque y los lunes de orgullo. Para una afición apaleada por una pésima gestión y un equipo en segunda, su llegada fue la del Elegido, Neo, el que guiaría de vuelta a casa a aquellos que no aceptaban hacer lo que la masa. Pero, como en los cuentos, había dos problemas. Una directiva nefasta que ni quiso ni supo ver qué jugador tenía delante, que fichó «patos sosas» sin entender qué habría pasado si hubieran fichado buenos jugadores. Y una Prensa que, aunque ahora se pliegue a la evidencia, pasó años sin ver más que defectos y comparaciones absurdas como aquella de Portillo. Con todo lidió Torres como sabe: con la seguridad del que cree en lo que hace. Hasta que se hartó y se fue a un club bien gestionado. Nunca le culpamos, sino que le deseamos suerte y aún ahora, a pesar de que todavía hay quien quiere hacernos creer que está presto a unirse al lado oscuro, seguimos sin perdernos sus partidos con esa mezcla de rabia por verle jugar lejos y de admiración por verle. Por verle con ese aire de Arcángel, rubio e invencible, mientras destroza defensas y marca los golazos que ojalá estuviera marcando con nosotros.



Columna publicada en La Razón (16-03-09)

Los ´ochomiles´ de Torres

Kiko Narváez . Comentarista

16-03-2009

¡Tiembla Juanito Oiarzabal! Fernando Torres lleva escalando, semana tras semana, «ochomiles», dejando la bandera de definición, calidad y madurez en lo más alto. Todavía estoy saboreando la acción técnica del taconazo a Cannavaro en los primeros metros de la subida del partido ante el Madrid, un gesto técnico a la altura de los elegidos como Zlatan Ibrahimovic.

El «Balón de Oro» del italiano aún debe estar descifrando la acción que le hizo en unas décimas de segundo, quedar apartado y a Fernando cara a cara con Casillas. Mientras seguía con ese regustillo dulce apareció Vidic disfrazado de Lahm y Van der Sar disfrazado de Lehman para evocar en el «Teatro de los Sueños» el jugadón de la final de Viena. Una vez que le comió la tostada al defensa, volvió el «Niño» a bajar pulsaciones y revoluciones para iniciar la remontada del Liverpool ante el Manchester United.

Torres ha superado definitivamente el mal de altura y hace las ascensiones sin oxígeno como cuando estaba en Fuenlabrada al nivel del mar. Lleva un equipazo detrás. Kuyt, Mascherano y Skrtel son «sherpas» del lujo, Xabi Alonso, Pepe Reina y Steven Gerrard son los guías del ascenso permanente del Liverpool. El capitán «red» está en muchas quinielas para salir, algo que no me cuadra que se consume porque, más que enfundada, lleva tatuada la camisa roja del equipo de Anfield Road. Le va a repasar el tatuaje estos días, por cierto, Leo Tattoo, el tatuador que me pintó a mí la rojiblanca. Como jefe de expedición, Rafa Benítez, que siempre les prepara una hoja de ruta perfecta (le ganó la doble partida a Juande: la de ajedrez de la ida y la de fútbol de la vuelta).

El «Niño» continúa su imparable ascenso a la élite y no tengo ni idea de dónde está su cima porque su progresión no nos deja de alucinar, incluso, a los que siempre confiamos en él. Sus recursos son inagotables, no nos deja de sorprender con acciones nuevas, con lances como el que le hizo a Cannavaro en Anfield. Mientras tanto yo seguiré disfrutando viendo el partido desde el campamento base con la tranquilidad de que Torres ha enganchado su vagón a una estrella para seguir el camino hacia arriba. Siempre hacia arriba...


Columna publicada en La Razón (16-03-09)

 

La consagración de Fernando Torres

J.G. Matallanas . Redactor Jefe de la Cadena Cope

12-03-2009

Le faltaba la guinda. Le faltaba hacer un gran partido ante el Real Madrid. Y lo hizo. Siempre destacó en sus duelos contra el eterno rival con la zamarra colchonera, pero esos derroches físicos, esas galopadas, esa brega, esa potencia y velocidad innata que le convierte en un futbolista superlativo, esas enormes condiciones no se traducían en goles. Y cuando un delantero no marca no aprueba la asignatura global de un partido. En el Atlético caminaba solo, quería hacer la de Maradona en cada jugada, la ansiedad por devolver a su equipo del alma en la elite le pudo muchas veces, especialmente contra el Real Madrid. Atacaba solo y bajaba a buscar la pelota, y tenía que bajar a defender los córners, y se desgastaba, se desgañitaba, se desesperaba y no marcaba todos los goles lo que podía y sabía marcar.

Y Torres marcó muchos goles de colchonero (91 tantos en 243 partidos oficiales). En el Liverpool lleva 43 goles en 70 partidos oficiales. El salto de calidad es una evidencia. En la final de la Euro2008 en Viena ya se consagró con la selección española dando el título a España con su golazo a Alemania. Pero ante el Real Madrid y en Anfield (hay que respetar los mitos y la mística del fútbol, no se puede titular ‘Esto es Anfield, ¿y qué?) cuajó una actuación sensacional liderando junto al todocampista y excelente futbolista Steve Gerrard (“¡Es el mejor!”, repite Torres desde que se entrenó la primera vez con el capitán Red en Melwood) la maquinaria perfecta de Rafa Benítez que apabulló a un Real Madrid de fin de ciclo.

Fernando Torres respeta mucho al Real Madrid. Y el recibimiento que le dispensó la afición del Real Madrid en el partido de ida en el Bernabéu le motivó sobremanera, le excitó hasta tal punto que jugó una hora con el tobillo como una bota en la ida y saltó al campo en la vuelta con el tobillo sin curar. El respeto y ‘odio’ que le tienen los seguidores merengues en su mayoría se puede equiparar (por motivos muy diferentes, por supuesto) al que provocaba Luis Enrique cada vez que regresaba a Chamartín como culé. La vinculación entre Torres y el Atlético será eterna y se magnificó cuando en Anfield su mera presencia provocó que la afición madridista metiera en el partido al Atlético de Madrid por los constantes cánticos contra el eterno rival, como el propio Torres reconoció. Eso es un acicate para un atlético de corazón, que se marchó frustrado de su equipo del alma por no haber podido lograr sus objetivos (no pudo y no le dejaron porque el proyecto deportivo no estaba a su altura como futbolista ni a la altura de la historia del club como se ha demostrado con su permanente crecimiento en el Liverpool).

Torres no traicionó al Atlético como repite con inquina y obsesión algún exégeta del Sentimiento Atlético. Al Atlético le traicionaron sus propietarios hace tiempo provocando su empequeñecimiento paulatino que provoca que grandes futbolistas como Torres, y en un futuro no muy lejano el Kun Agüero, tengan que abandonar sus filas para crecer como jugadores. En su actuación ante el Real Madrid en el partido de vuelta de octavos de final de la Champions League, en su excitación al encarar el partido, en su motivación extra, tuvo mucho que ver su corazón rojiblanco, que nunca será trasplantado por más que ahora sea más rojo que blanco. Torres se ha consagrado. Y aún cuenta con margen de aprendizaje y de progresión. Su carrera recién empieza.

 

Mata-dor

 

Torres da la razón a Anfield

Diego Torres . Periodista de El País

11-03-2009

Casi inadvertido, esquinado entre la muchedumbre, había un paño rojigualdo pequeño, con un estampado del Liverbird, el pájaro mitológico del escudo del Liverpool, y una leyenda escrita en español: "Por su brazalete reconocerás que es un rojo". El estandarte estaba entre las 20.000 personas que ocupaban la grada poliédrica, la rampa de más de 100 metros de ancho que llaman The Kop en honor a los fusileros reales muertos en una guerra colonial. Allí sobresalían cuatro banderas y cientos de pequeños estandartes. En una de las grandes banderas destacaba Bill Shankly, el legendario manager, con los brazos abiertos; en la otra, el rostro accidentado de su sucesor, Bob Paisley, ganador de cuatro Copas de Europa; en la tercera, una serigrafía de Rafa Benítez con la leyenda Siempre se puede, y en la cuarta, una silueta de Fernando Torres celebrando un gol. Era el único jugador representado en gran tamaño.

Para una afición tan celosa de las formalidades, el reconocimiento resultaba impactante. No era casual. De un tiempo a esta parte, Anfield se ha convertido en una especie de santuario dedicado a la veneración del delantero rubio. Hasta el minuto 3 del partido parecía exagerado. Cosas del marketing. Pero en ese momento Torres recibió el balón, se fue de Cannavaro con un taconazo y se quedó solo ante Casillas. No fue gol porque el portero estaba inspirado y sacó el tiro con la puntera de su bota.

La acción del primer disparo a puerta tuvo un efecto intimidatorio. Fue una maniobra elegante, oportuna y precisa, la clase de movimiento que distingue a los jugadores con magia. De alguna manera, anunció la sentencia del Madrid y el nombre del verdugo. Lo supieron los jugadores visitantes, que empezaron a temblar, y lo su-po Anfield, que se arrancó con su canción más repetida. Un rugido armónico y multitudinario: His armbrand proved he was a red, Torres, Torres / You'll never walk alone it said, Torres, Torres/ We brought the lad from sunny Spain / He gets the ball, he scores again / Fernando Torres Liverpool's Number nine.

En los 20 minutos que siguieron, Torres se convirtió en el conductor del asedio a la portería del Madrid. Recortaba a Lass, burlaba a Cannavaro, se iba de Pepe y litigaba con Heinze. Les ganó a todos. Sólo Casillas se le resistía.

Antes del partido, John Toshack, ex entrenador del Madrid y ex jugador del Liverpool, se confesó: "Si me hubieran preguntado por Torres, no le habría recomendado nunca. Con el Atlético nunca metió más de 14 goles. No lo veía en el Liverpool. Pero me equivoqué. ¡Es impresionante!".

El curso pasado, Torres se convirtió en un jugador fundamental para que el Liverpool alcanzara las semifinales de la Champions. Ayer asumió su protagonismo con una naturalidad asombrosa. Cada uno de sus desmarques desató el pánico en la defensa del Madrid. Cada saque de Reina, buscándole, se transformó en una operación con grandes probabilidades de éxito. En uno de esos saques de portería, el Madrid cavó su fosa. Los medios centros no acudieron. Cannavaro se dejó sorprender por el bote y, cuando Pepe intentó cortar, Torres le puso el cuerpo y entró al área. Abrió para Kuyt y, ante la salida de Casillas, se desmarcó hacia adentro pidiéndole al holandés la devolución. Recibió y remató a gol. Fue la primera estocada. La celebró dirigiéndose a los hinchas del Madrid llevándose la mano al oído y señalándose el 9.


Columna publicada en el Diario El País (11-03-09)

 

La noche que Torres estaba esperando

Fran Villalobos . Redactor de Marca.com

11-03-2009

Fernando Torres tenía subrayada en 'red' la noche del 10 de marzo en su agenda. El Real Madrid visitaba por primera vez Anfield y había más de uno esperando a los blancos. El primero en la lista era el delantero español, que se lesionó en los primeros minutos de la eliminatoria en el Bernabéu y se tuvo que marchar entre pitos en la segunda parte. Una vez más, no había logrado marcar en el feudo madridista, donde no le perdonaron por su pasado rojiblanco aunque hubiese sido el héroe de la Eurocopa con su gol en la final ante Alemania.

Dos semanas después, la eliminatoria se decidiría en Anfield y Torres no quería perderse uno de los partidos de su vida por nada del mundo. "Fernando sólo había podido ejercitarse ligeramente durante tres días pero quería jugar desesperadamente ante el Real Madrid", afirma Benítez. El internacional español tuvo que emplear sus dotes de persuasión para convencer al técnico del Liverpool de que estaba para jugar, aunque su tobillo no estaba del todo recuperado. "Torres hizo todo lo posible para que le dejase jugar, hablamos mucho antes del partido y mantuvo que estaba al 100%"

Sin embargo, no era así. El propio Benítez ha revelado que Torres tuvo que ser infiltrado y que jugó con un fuerte vendaje. "Necesitó una inyección en el tobillo y le aplicaron un vendaje muy fuerte. Jugar contra el Real Madrid, teniendo en cuenta su pasado en el Atlético de Madrid, era muy importante para él. Creo que fue una decisión acertada asumir el riesgo".

- Gerrard sabía que Torres se iba a salir


Que Torres tenía unas ganas inmensas de jugar contra el Real Madrid lo corrobora también Steven Gerrard, que se mostró impresionado por la actitud con la que encaró su compañero el partido. "Fernando estaba muy motivado en el vestuario antes de saltar al campo y no me sorprendió que jugase tan bien como lo hizo.

Torres deslumbró desde el primer minuto con un regate a Cannavaro, las tuvo tiesas con Heinze y logró sacarse la espina de la ida marcando al cuarto de hora. Forcejeó un balón con Pepe que fue a parar a Kuyt, que asistió al centro para que Torres marcase el 1-0. Miró al árbitro y, una vez confirmada la legalidad del tanto, señaló su nombre en la camiseta con orgullo.

"Estoy seguro de que disfrutó con su gol", afirma Gerrard, que no ahorra elogios para su mejor socio. "Su regate en el primer tiempo fue de estrella mundial y con su actuacuión demostró que para triunfar necesitamos mantenerle en forma". Y lo que dice Gerrard, va a misa en Anfield.


Columna publicada en Marca.com (11-03-09)

 

La torre que no consiguió Florentino

Antonio Sanz . Periodista

25-02-2009

La cita llega con cuatro meses de retraso. Si las fanfarrias anunciaban su presencia en el estadio amigo, los clarines y timbales ordenarán la puesta de largo en un escenario extraño, hostil e incómodo para él. El Calderón lo esperaba puesto en pie para agradecer su dedicación y cariño a los colores de su infancia. Hoy, las cañas se tornan lanzas. Por eso, para empezar quiero aclarar a todos los seguidores que Torres sí ha marcado en el Santiago Bernabéu. Fue el 2 de enero de 2002 en un partido ante el Real Madrid con motivo del Trofeo Madrid 2012, que el Ayuntamiento local promocionaba para difundir la imagen de la candidatura olímpica.

Cierto que se trataba de un amistoso y que nadie le da ningún valor, pero sobre el césped merengue en el momento del gol y en contra del ataque atlético los blancos conformaban el siguiente cuarteto defensivo: Salgado, Hierro, Karanka y Raúl Bravo. El portero era Carlos Sánchez, actual guardameta del Castellón. Esa noche, el entonces presidente Pérez apuntó la matrícula del rubio de Fuenlabrada. Dicen ahora que aquel gol no sirve porque no es partido oficial. Me encantan los puristas. Cuando el viento sopla a favor, vuelan. Cuando lo hace en contra, sobrevuelan.

El Liverpool no llega a Madrid en su mejor momento. Con Gerrard, el futbolista franquicia, saliendo de una lesión muscular, Torres se ubica en el centro de la diana como única referencia temeraria. No existe mejor objetivo que acorralar al 9. Un delantero mal querido por la facción más ultra de la entidad, pero ansiado por los amantes del fútbol. Empezando por quienes fueron candidatos a la presidencia del club.

En el verano de 2006, tras el abandono de Florentino Pérez y la brevedad en el mandato de Fernando Martín, se convocaron elecciones para elegir mandamás en Concha Espina. Cinco aspirantes se lanzaron al ruedo. Dos de ellos trataron de convencer a Torres para formar parte del reclamo de votos. Incluso, representantes de estas dos candidaturas se presentaron en las oficinas de Bahía Internacional para entablar negociaciones con la empresa que lleva los asuntos del futbolista. Ambos se llevaron la misma respuesta: la negociación debe ser con Miguel Ángel Gil y con el Atlético porque el jugador no escucha ofertas.

El objetivo era incluir el nombre de Torres en las listas de fichajes futuribles, tal y como hicieron con un compañero suyo. Pero el contragolpe de los pretendientes no fue batirse en retirada. Advirtieron que si ganaban las elecciones acudirían al Manzanares para realizar una propuesta irrechazable. Ninguno de los dos ganó, pese a que el dúo partía como favorito en aquellos extraños, oscuros y polémicos comicios.

La presencia de Torres en el feudo madridista estará salpicada de furor. La última ocasión en que el delantero del Liverpool se enfrentó a Casillas logró batirlo por primera y única vez. Esa misma mañana, en el hotel de concentración rojiblanco, el dueño de la entidad aventuró el desenlace. "Hoy, te desvirgas", le dijo al entonces capitán con un café como testigo, previo a la charla que afrontaría posteriormente Aguirre con el grupo. Y acertó. El grito de la afición celebrando el tanto superó los cien decibelios en un radio de acción de dos kilómetros desde el Calderón. Por poner un ejemplo, en un concierto de rock se alcanzan ciento veinte decibelios o el despegue de un avión coloca la aguja en ciento cincuenta. El Niño y los seguidores colchoneros se sacaban una espina que noventa minutos a noventa minutos sangraba a borbotones.

Objeto de deseo


Mientras, oteando desde su atalaya, ya lejos de la presidencia, asiste siempre Florentino Pérez. En público reprime sus pensamientos, pero en privado atiza a sus asesores deportivos con la conveniencia de fichar a este goleador consagrado que, además, agrupa lo que este dirigente persigue lejos del campo: educación, elegancia, imagen y glamour.

La simbiosis entre Torres y el Liverpool ha sido total desde el primer minuto. Desde que aterrizó en la ciudad del Mersey ha encontrado un club y una afición que implora su figura. El reto impuesto por los medios de comunicación nada más llegar era comprobar si el number nine sería capaz de marcar más de 20 goles en la Premier, cifra que sólo Fowler, Rush y Owen habían sido capaz de lograr en los últimos veinte años. Muchos goleadores lo intentaron antes, pero todos fracasaron.

El reto de Anfield
Con este reto arrancó el Niño en un país extranjero, en una Liga diferente y sin apenas conocer el idioma local. Torres, además, se estrenaba en la Champions, competición que año tras año seguía a golpe de mando a distancia desde el sofá de casa. La obsesión de Benítez y de la entidad era que el madrileño conociese cuanto antes la historia de los reds. De este modo, sus primeras noches británicas transcurrían en el apartamento que ocupaba a ritmo de DVDtres discos digitales que ofrecían los mejores momentos del club del Merseyside y de tomos recordatorios de la historia.

Ya desde el primer día escuchó el nombre del escocés Bill Shankly y las anécdotas que presiden los rincones más emblemáticos de Anfield, la tercera catedral de la ciudad. Por ejemplo, llama la atención la estrechez del vestuario, la altura de las perchas de la habitación visitante o el mítico cartel del "This is Anfield". Vamos, historias que fascinaron y calaron en la personalidad de un joven con raíz pura rojiblanca.

Y es que tanto a Houllier como a Benítez se les ocurrió sugerir la posibilidad de ampliar el vetusto y escueto dressing room local. Sin embargo, toparon con la personalidad de quienes lucen el brazalete. El capitán es algo más que sortear el campo y firmar el acta. El peso específico que representa la figura frenó en seco la génesis de la obra. La explicación no es dudosa: "Si en esta caseta se han vestido los más grandes y han ganado títulos, no entiendo los motivos de la ampliación", sentenciaron primero Fowler y Gerrard después.

También se repite la frase de quien fue manager de los reds en la década de los sesenta: "Hemos puesto las perchas más altas de lo normal. Así el adversario pensará: ¡qué altos son estos tíos del Liverpool!". Tácticas para tocar la moral, intimidar, hacer un poco más grande el escudo. Por eso, Shankly decidió colocar el cartel justo a la entrada del túnel que accede al terreno de juego. La leyenda de "Esto es Anfield" pone en guardia a quienes van a afrontar un encuentro, dado el calor que desprenden las gradas, de alta tensión. Es cómo avisar que espera una pradera con terror.

Todo esto espera al Real Madrid en un par de semanas. Antes, esta noche empezará a escribirse otra leyenda: la del asalto de Torres a La Castellana.


Columna publicada en el Diario Público (25-02-09)

 

El impacto de Fernando Torres

John Edwards . Columnista del Daily Mail

20-02-2009

Pocas veces se cuestiona el juicio de Ferguson, pero hay quien dice que se equivocó con Torres. Intentó ficharlo antes que Benítez pero dudó: a pesar de su talento, decía el escocés, no marcaba muchos tantos. 18 meses y 42 goles después, Ferguson seguramente se arrepiente de su errónea decisión sobre un goleador cuyo toque letal ha incendiado el fútbol inglés. Benítez no se lo pensó tanto y en pocas ocasiones hará una inversión mejor: le costó 21 millones de libras y se trajo a un ídolo. O así consideran en Anfield al español, que ha alcanzado en una temporada el Olimpo en el que están otro héroes como Rush y Fowler. A Fowler le llamaban Dios en The Kop, así que alcanzar esas alturas tan pronto es un dato incontestable de su talento y, por encima de todo, del cariño que se le tiene en las gradas del estadio.

Fuera del campo, Torres ha aprendido inglés con rapidez y ya ha hecho una entrevista a fondo en Sky en su lengua adoptiva. Su comportamiento en el campo (se temía que le gustara tirarse mucho) ha sorprendido: a sir Alex el primero, como ha admitido. Sabe crear sus ocasiones y con velocidad batir a unos centrales que en Inglaterra no saben pararle. Hay quien cree que su recuperación de los problemas musculares permitiría al Liverpool ganar la primera Liga en 19 años. El Madrid es diferente y resolver esa duda (¿puede ser tan bueno ante defensas más experimentadas?) le servirá para crecer.


Columna publicada en el Diario AS (20-02-09)

 

En la hora de la verdad

Pablo Brotóns . Periodista de Marca

13-02-2009

His armband proved he was a red Torres, Torres
You'll never walk alone it said Torres, Torres
We bought a lad from sunny Spain
He takes the ball, he scores again
Fer-nan-do To-rres, Liverpool's number nine

No. Fernando Torres, el número nueve del Liverpool, nunca caminará solo tal y como ya rezaba su brazalete en la época de capitán del Atlético. La afición de Anfield le idolatra, él no puede fallarla y no falla. Recoge el balón, remata, marca y vuelve a marcar. Como ante el Chelsea. Como en Portsmouth. En la hora de la verdad.

Decíamos ayer, es decir, en el verano del 2007, cuando Fernando decidió aceptar la oferta del Liverpool a costa de alejarse de su soleada España, que Fernando había entrado por la puerta grande en un fútbol tan clásico y amante de lo suyo como el inglés. 70 partidos oficiales con la camiseta de los reds y 42 goles después, su media continúa siendo mejor que la de todas y cada una de las vacas sagradas del olimpo de Anfield. Owen, Rush, Fowler, Dalglish, Keegan, Barnes... Todos a la estela de este crack madrileño que aún no ha cumplido los 25 años.

Ni cinco inoportunas lesiones musculares, una detrás de otra, han podido contener la imparable ascensión de Fernando Torres. Tampoco le han ayudado, es indudable, los continuos cambios de acompañantes en ataque. Peter Crouch se fue, llegó Robbie Keane, no cuajó, y también se fue. La tercera alternativa (para mí la primera y así lo escribí en su momento) es el holandés Kuyt, que la mayoría de las veces juega, sin embargo, pegado a la banda. Como Benayoun y Babel. Qué decir del mismísimo Gerrard actuando de segunda punta... Todo esto deja al number nine como el llanero solitario y condenado a pegarse con los Ferdinand, Terry o Touré de turno. No importa. Quién dijo miedo.

Entre tanto, Fernando ha recibido el reconocimiento internacional colándose por méritos propios en el podio de los mejores jugadores del mundo del año 2008. Cristiano Ronaldo, Messi y Torres coparon los tres primeros puestos en el Balón de Oro y FIFA World Player. Así se escribe la historia y así la está protagonizando The Kid. No, no se me ha olvidado. Conviene recordarlo para que quede bien claro. La selección española es campeona de Europa porque ganó a Alemania en el Prater de Viena con un gol de Fernando Torres.

 

...pues el paraíso era Liverpool

Luis Nieto . Director de www.as.com

09-02-2009

Torres ha cambiado muchas veces de peinado, casi nunca de equipo y nunca de chica. No se sabe bien qué rareza supera a la otra en un futbolista que 313 partidos y 113 goles después es en esencia el mismo al que vi por primera vez en mayo de 2001. Visitó AS con tres madridistas (Diego León, Palencia y Jesús) y otro atlético (Sergio Torres). Acababan de aterrizar como campeones de Europa Sub-16. Fernando había sido elegido máximo goleador y mejor futbolista del torneo. Un tanto suyo le dio a España el título (lo mismo que en la final del Sub-19 de 2002 o que en la Eurocopa absoluta de 2008, ambos ante Alemania, país magnánimo que no le ha prohibido la entrada) y en la redacción fue el que menos habló. Por timidez, por modestia o por sensatez, tres camisetas que se trajo del juvenil.

No me sorprende su admiración por Gerrard, encargado de que nadie malgaste la herencia del Liverpool. Él ya estuvo ahí antes en el Atlético. Un encargo fatigoso para un juvenil. En Madrid fue el adolescente huérfano condenado a sacar a la familia adelante. En Inglaterra es un futbolista maduro y liberado. En números redondos, aquí marcaba en un partido de cada tres. En la Premier, en dos de cada tres. Y además, cuando saca a pasear al perro, no le aguardan reproches sino dos señoras que le sonríen y le cantan su canción. Dice que el Atlético es la ansiedad. Y Liverpool, un paraíso pasado por agua.

 

Columna publicada en el Diario AS (08-02-09)

 

En el césped del Prater

Pablo García . Fotógrafo de Marca y colaborador F9T

18-12-2008

Fernando se metía al vestuario. Era el último de los jugadores de la Selección que seguía celebrando la victoria en la Eurocopa. Después de casi un mes concentrados en la lejana Austria y de haberle hecho más de una y dos fotitos, cuando se metía al vestuario me dice riéndose, “pero niño ¿me vas a seguir haciendo fotos?” a lo que yo le respondo “qué va, ahora nos tenemos que hacer una tú y yo juntos de recuerdo para que mis amigos se crean que he estado aquí”. Él aceptó sin problemas y la gente de España me dijo que el momento en que nos estábamos haciendo la ‘fotillo’ salió por la tele. La verdad es que es un recuerdo imborrable, lo único que no tiene foco… ya se sabe, me pudo la presión de disparar y posar a la vez con el autor del gol en la final.

 

Fernando Torres y Pablo García sobre el césped del Prater

Muchas gracias, Fernando, por las facilidades que me diste trabajando allí, ya que te pedí hacer un montón de fotos para el periódico y siempre aceptabas, cosa que no era fácil. Un abrazo.


Foto: Pablo García

 

Fernando III del Planeta Fútbol

J.G. Matallanas . Redactor Jefe de la Cadena Cope

03-12-2008

No hubo sorpresas. El Balón de Oro recayó en Cristiano Ronaldo. Era lo normal porque la campaña del portugués ha sido excepcional y realmente se lo merecía. Por más que en la Euro2008 no estuvo a buen nivel con Portugal, con el Manchester United se salió. El segundo en la votación de los periodistas de France Football ha sido Lionel Messi. El argentino es, a día de hoy, el mejor del mundo, el que mejor está. Su temporada no ha sido tan completa como la de Cristiano, pero los que han votado han considerado que era el segundo.

Pero lo más destacable es la presencia de Fernando Torres en la tercera posición. El delantero madrileño no aparecía en ninguna de las quinielas que se hacían en España para este prestigioso galardón. El gran favorito en nuestro país era Iker Casillas, que finalmente ha resultado cuarto en la votación. Pero ha sido Torres el que ha sido nombrado el tercero del mundo, puesto que será refrendado, sino superado, en la votación del FIFA World Player. Fernando Torres, a quien en España algunos le siguen negando el pan y la sal, es considerado Balón de Bronce.

Es destacable que el cuarto sea Casillas y el quinto Xavi Hernández, que fue elegido el mejor jugador de la Euro2008. Al igual que el séptimo aparezca el gran David Villa y el undécimo el gran Marcos Senna. Es un reconocimiento al equipazo que fue, que es y que será la selección española, probablemente el mejor equipo del mundo en la actualidad y uno de los mejores conjuntos de la historia.

Torres se lo ha ganado. Torres se lo merece. Ya está en la senda de ganar títulos con su club y títulos individuales. Su tercer puesto evidencia su progresión en la última temporada y que su marcha al Liverpool fue un acierto, porque en el Atlético su margen de mejora, que aún tiene, parecía agotado.

Torres es un mito del fútbol español. Su gol en la final de la Euro2008 ante Alemania le ha convertido en una leyenda del fútbol español. Su gol dio un título a España, como 44 años antes se lo había dado un gol de Marcelino. El Balón de Bronce le reconoce mundialmente lo que aún le niegan algunos en España. Fernando III del Planeta Fútbol. Y llegará a ser Fernando I. Más temprano que tarde, Niño.

www.mata-dor.com

 

 

Fernando Torres, gran embajador

Luis Carlos Peris . Periodista

20-11-2008

Estaba bajo la amenaza de un estancamiento a la sombra del Vicente Calderón. Fernando Torres era el ariete español más talentoso de los últimos decenios, a su excepcional calidad física había que añadirle una más que estimable calidad individual, pero vestido a rayas en la ribera del Manzanares, Fernando Torres no rompía en lo que se esperaba. Se había convertido en icono colchonero, pero la dinámica de mediocridad en que estaba sumido el equipo había hecho metástasis y esa esperanza de enorme futbolista estaba atascada. Se esperaba mucho de él, pero alternaba en exceso la cal con la arena y así no hay manera.

Sumido el Atlético en una rutina poco ganadora, el gran ídolo estaba destinado a ser la víctima principal de tal estado de cosas. Cada verano, el rumor de un traspaso. Hasta que, tras un rosario de posibles destinos, se consumaba su marcha a la Premier. Las condiciones de Torres se consideraban idóneas para hacerse un hueco en el gran escaparate inglés, en Liverpool lo esperaban con expectación y mucha curiosidad, a su favor jugaba que el entrenador era un compatriota y desde el minuto uno, el madrileño se hacía ídolo de Anfield. Tan ídolo como podía ser Gerrard, el gran capitán de los reds y buque insignia de la tropa que adiestra Rafa Benítez.

Treinta y seis millones de euros ingresaba el Atleti por Torres, pero tamaña cantidad de dinero no iba a suponer un contratiempo para el Liverpool. El de Fuenlabrada no sólo justificó su fichaje sin pérdida de tiempo en adaptación alguna, sino que lo rentabilizó a golpe de goles. Treinta y tres goles en su primer año inglés es una cifra récord, algo impensable hasta ahora. Como guinda para el gran pastel, el gol de pícaro y buen futbolista que le daba a España la Eurocopa. Con lo de Luis Suárez en el Inter de Helenio Herrera, esto de Fernando Torres es el mayor éxito que el fútbol español exportó allende nuestros confines. Además, Cristiano habrá de esperar.


Columna publicada en el Diario de Sevilla (20-11-08)

 

Capello votó a Torres en el FIFA Player

Joaquín Maroto . Periodista

14-11-2008

A primeros de diciembre, la FIFA dará a conocer los tres finalistas del FIFA Player 2008. Entre ellos estará muy posiblemente Torres, que entre otros ha recibido el voto de Capello. El FIFA Player se elige con los votos de los seleccionadores y los capitanes de las 208 selecciones afiliadas a la FIFA, aunque las de Etiopía, Samoa y Kuwait no votarán en esta edición porque están suspendidas. Si se mantiene la actual tendencia de voto, Torres será finalista. Como también Cristiano Ronaldo y Messi, que cuenta con la mayoría de los apoyos de la Confederación Suramericana de Fútbol.

La Eurocopa conquistada por España en Viena estará representada en el FIFA Player. Torres se perfila como nuestro representante, aunque Casillas también suma votos y Villa (el preferido de Blatter, que no vota pero manda) es ya un jugador reconocido a primer nivel mundial. Quedan dos grandes premios individuales por entregarse, el Balón de Oro y el FIFA Player. Cristiano Ronaldo es el favorito en ambos, pero sería raro que el mismo jugador se llevara ambos trofeos el mismo año. Saldremos de dudas el 12 de enero de 2009, en la gala que se celebrará en Zúrich.


Columna publicada en AS (14-11-08)

 

Uno de los nuestros

Francesc Aguilar . Subdirector de Mundo Deportivo

06-11-2008

Fernando Torres nació y morirá siendo del Atleti. Lo lleva en la sangre. Dudar del 'Niño', criticarle como han hecho algunos, porque simplemente juntó las manos en un forzado aplauso cuando Gerrard marcó el 1-1 de penalti inventado por el árbitro, es totalmente injusto. Suerte que los hinchas de verdad del Atleti saben que es uno de los suyos, por eso, cuando se cruzaron con él en Anfield antes de entrar en el partido y durante el encuentro le vitorearon.

Fernando tuvo la oportunidad de irse al Real Madrid y al Barça y dijo no. Rechazó unas ofertas que a otros les hubieran hecho dudar. Torres simplemente dijo que no, gracias. Resistió durante años al acoso anual de los 'grandes' de media Europa para seguir siendo el capitán del Atlético. Se puso el brazalete cuando apenas si era mayor de edad y lo llevó con orgullo como pocos. Sudó la camiseta hasta desgastar los colores. ¿Recuerdan?

A quienes dudan de Fernando les diría que buscaran en una videoteca o en 'You tube' la imagen de Torres tras perder el Atlético 0-6 ante el Barça. Su cara lo decía todo, estaba destrozado, roto, como los miles de seguidores que llenaban el Manzanares y que no dejaron que caminara sólo ni el equipo ni su capitán.

Su respeto y amor por el Atlético de Madrid era tan grande que se arriesgó a fichar por el Liverpool, por irse a la Premier League, por alejarse de su Fuenlabrada, de su familia, de sus amigos. Y, de propina, las arcas rojiblancas ingresaron una suma de millones que sirvió para remodelar y reforzar la plantilla que acabó logrando el billete para la Champions, que volvió a estar con los grandes del Viejo Continente, 11 años después del 'doblete' histórico.

Qué decir de cuando junto al resto de internacionales españoles, que habían acabado de obtener la Eurocopa, con gol de Fernando Torres, el 'Niño' lució la bandera del Atlético en lo alto del autobús que recorrió Madrid. No la soltó en toda la fiesta.

Tuve la suerte y el honor de entrevistarle la semana pasada en las instalaciones de Melwood. Me encontré a un crack, como futbolista y como persona. Lo que más me impactó fue su sencillez, humanidad, proximidad y sinceridad.

Quienes crean que Fernando Torres cogió el dinero y salió corriendo del Atleti no le conocen ni por asomo. Le costó mucho tomar esa decisión. Fueron muchos "puñaditos" como dice él, los que debieron sumarse para que diera ese paso tan difícil.

Quienes están cerca de él en Liverpool, como su amigo y compañero Pepe Reina, como su colega Xabi Alonso, podrían explicar cómo salen disparados de donde jueguen con el Liverpool si hay partido del Atleti por la tele. Se reúnen en casa de uno u otro y no se pierden detalle del cuadro colchonero. 'The Kid' sufre y vibra con 'su' Atleti. Pero es también un gran profesional que pertenece al Liverpool. Quienes le han puesto a los pies de los caballos por aplaudir tímidamente el gol de penalti de su capitán y amigo Steven Gerrard, le deben una disculpa a Fernando.

Pero no se preocupen, tendrán ocasión de hacerlo cuando de aquí a muchos años, deje el fútbol y se convierta en un socio más de grada del Atleti que junto a su familia, a su 'panda' de amigos, a su afición, le verán sufriendo y disfrutando en la grada como un 'indio' más.

Columna publicada en Mundo Deportivo (06-11-08)

 

Una ilusión hecha añicos

Antonio Sanz . Periodista

27-10-2008

Para empezar les recomiendo una fantástica novela. Seguro que les aportará más que este relato. Se trata de contar por qué ‘La elegancia del erizo’ transmite tanto ingenio como su autora, Barbery. Desde su lectura, considero que es posible convertir siempre en jamás. Quizá por eso me tomo con optimismo la ausencia de Fernando Torres en el Atleti-Liverpool. Pese a que la afición rojiblanca tenía preparada una fiesta para devolver mucho a quien ha dado tanto por la institución. Porque no se engañen. Más de diez mil atléticos de toda España compraron su entrada para agradecer en mayúsculas el arrojo mostrado por un tímido muchacho que buscó reconquistar la historia en rojo y blanco. Quizá porque se marchó sin poder despedirse. Quizá porque, como nunca pensó marcharse, el sorteo de la Champions le otorgaba la oportunidad de sacarse una espina que clava como flecha envenenada en su esbelta figura. Por todo esto, el partido era apasionante y para no perdérselo. Era un torrente de deseos y de esperanzas que hoy queda sucio por una traidora e inesperada lesión. Casi tres semanas de reflexión ante noventa minutos de desconsuelo. No importa. Un siempre en el jamás y algún día jugará la Champions en el Calderón…le deseo.

Por teléfono le comuniqué el emparejamiento a Torres. Por circunstancias aéreas, no estaba con él. Margarita Garay, el pulmón de Bahía Internacional, me lo pasó. “Cuéntame el sorteo”, me pide ante la imposibilidad de seguirlo. Media hora más tarde, sale la dichosa bola. Antes, dos llamadas: “Marsella y PSV”, le apunto. “¿Y el Atleti?”, me cuestiona. “Aún nada”, le apremio. Y sale el Atleti. Petón lo celebra mientras mi angustia crece por un momento. “¿Se lo has dicho ya a Fernando?”, me reclama quien considera que el destino ha vuelto a tomar justo partido. “Aún no, me estoy reponiendo”, le contesto. “No seas blando y díselo ya. A él le va a encantar”, sentencia Martín Otín. No lo tengo tan claro, medito. Marco el número y suena. No contesta. Llamo al de Margarita. Lo mismo. Petón es un martillo: “¿Lo sabe?”. No, aún no, grito sin escucharme. El teléfono comienza a hervir: el Txoko: -“lo sabía”, exclama-, Bonilla, Romero, Álvaro, el ‘Gafas’, Matallanas, Perfe, Duro, Félix…me llama hasta Paloma. Y llega su turno. El Atleti, titubeo. “¿En serio?”, me suelta. No bromeo, le respondo, porque no me hace ninguna gracia. “Bueno, pues os vamos a ganar”, me salpica con ironía y con garbo quien ha defendido la camiseta del Atleti en casi 250 partidos anotando casi un centenar de goles en encuentros oficiales. Me vacila quien es más atlético que el oso del madroño. Me pone a prueba quien se ha dejado su pubertad con el único objeto de coronarse con la camiseta que sudó más de doce años. Sí, desde aquella prueba aprobada en el Parque de las Cruces a la que le llevaron José y Flori. Luego, Israel confirmó en las listas que colgaban de un viejo corcho del Vicente Calderón la nota donde tantas ilusiones quedaban chafadas.

Pero se decidió a probarse fuera de su casa. Encontró acomodo en Liverpool. Asumió su leyenda, no levantó la voz, dejó 36 millones de euros en la cuenta de La Caixa que el Atleti dispone en el Calderón y, con la misma modestia que le acompaña y con escasas lecciones de inglés, cruzó en avión el Canal de La Mancha. Cerezo le despidió temprano en una jornada siniestra para la historia atlética. Otros optaron por tomarse vacaciones. Pero estaban todos los importantes en una despedida funesta, tan negra, que éste fue el color que eligió para vestirse esa mañana. Dieciséis meses después, casi vuelve al mismo lugar. El mismo que ahora le ha invitado al palco es quien meses antes había solicitado su venta. No tan lejos queda un consejo de administración en las oficinas del estadio. El presidente afrutado toma la palabra : “Si es verdad lo del Inter, hay que vender a Torres”. El Inter de Milán está dispuesto a pagar 38 millones de euros. Es el verano de 2006. Nadie lo pelea porque no es la primera vez que lo argumenta. Pero el dirigente levanta la voz. “Este niño no nos va a dar más”. El resto de asistentes mantiene un inquietante silencio. Cerezo encuentra en el vicepresidente García Abásolo un extraño aliado que también aplaude la venta. Antonio Alonso, otro vicepresidente, actúa con tibieza mientras un atlético de corazón como Lázaro Albarracín alucina con el escenario. Miguel Ángel Gil destroza el castillo: “Fernando es intocable. No hay nada que discutir. Es un gran chico, el mejor del equipo y nuestra locomotora comercial. Sigue aquí mientras él quiera”.

Antes de la lesión de Bruselas, Torres se llevó el primer pescozón en forma de sanción de UEFA. Reconocía a Casillas -tan absurda como estéril y falsa la campaña del pique y celos entre ellos- que no jugaría nunca en el Calderón en Liga de Campeones. La UEFA daba marcha atrás mientas el destino traicionaba su deseo con una rotura de fibras. Lo tenía todo medido: no celebraría si marcaba, la llegada silenciosa en el autobús por las calles de Madrid, la entrada por la puerta cero, el abrazo a Alberto Unsaín en la puerta de la caseta local, el choque de manos con Bastón, una sonrisa pícara para el doctor Villalón, una mirada sencilla para su amigo Leo Franco, penetrar en el vestuario ajeno, pisadas por el túnel visitante, subir las escaleras por el foso enemigo y posar en el once inicial con Manu, Alberto o cualquiera de los chicos de la escuela de promesas atlética. Tal y como le sucedió a él en la noche del Atleti-Ajax cuando actuó como recogepelotas.

El Atleti ha querido que esté en el Calderón. Incluso ha trasladado su invitación a Rafa Benítez. El manager del Liverpool ha dado su beneplácito, pero Torres quiere recuperarse cuanto antes para poder estar en la vuelta en Anfield. Ya llegará el momento de recoger la insignia de oro y brillantes que le ha prometido Miguel Ángel Gil. Pasear la bandera del Atleti en la celebración de España cautivó a quienes dudaban de la fuerza de sus colores. Despejó incógnitas y asumió el papel de ser el único representante del Atleti en la Eurocopa. Bueno, también Luis Aragonés. Hoy, sumido en la tristeza, Fernando está en manos de los fisios. Veremos si son capaces de ponerle a tono para poder presumir de ‘red’ dentro de quince días.


Columna publicada en el diario Público (19-10-08)

 

Mi historia sobre Fernando

Luis Cuenca . Webmaster de www.fernando9torres.com

20-10-2008

Fernando. Mucho se ha escrito y hablado alrededor de este español, futbolista de profesión. Según su D.N.I tiene 24 años. Según la responsabilidad que lleva a sus espaldas, la que ha llevado desde los 17, su madurez, su carácter, su discurso,… apunta muchos más. Y es que a este Fernando le tocó madurar rápido. Algo tuvo que ver, imagino, el ser bandera del tercer Club de España por títulos y el primero por afición. Yo creo que eso también se lleva en los genes. Ganador se nace, aunque hay que cultivarlo para recoger fruto. Hace mucho que rompe moldes, pero al teñir la franja blanca de rojo en Liverpool ha deslumbrado más a extraños que a propios con su fútbol.

Hace 13 años una buena amiga me habló de Fernando por primera vez. Entonces era un crío espigado que chutaba de miedo en campos de tierra. “Va a ser un ‘crack’” me decía ella. Entonces pensé que la fuente manaba contaminada: total, es el niño de sus ojos, qué va a decir. Poco a poco fue a más el resonar de su nombre en los mentideros del balón. Una tarde en Albacete emprendió su camino al Olimpo, sin vuelta atrás. Los acontecimientos se sucedieron vertiginosos, a cuál mejor: jugador de Primera, internacional absoluto, máximo goleador nacional, objeto de deseo para los grandes… Va a ser que la fuente era pura y cristalina, rectifiqué.

Cuando fiché por su equipo de mecánicos ya era un grande, hace unas cuatro primaveras. Digo mecánicos porque un buen amigo me dijo entonces que “trabajar con Fernando es como subirse a un Ferrari”. Me gustó el símil automovilístico. Era un futbolista con excelente motor, excelente diseño y muy seguro. Noble, rápido, potente y con pocos kilómetros. Al final ha resultado también excelente en fiabilidad, porque eso lo dicta inexorable el tiempo. Cuatro años después ha seguido imparable su progresión natural sin averías, como la seda, y va quemando etapas. Siempre acaba por batir cronos y callar bocas, matemático.

Ahora muchos lo llaman el ‘Niño’ de España, quizá porque sentenció una Eurocopa con la ‘roja’. Nada menos. “Su gol lo pudo marcar otro”, dicen algunos. Cierto, pero fue él. Igual que la Sub-19, igual que en la Sub-16. Se dice que ligar una vez con la más guapa puede ser suerte, dos menos, pero tres… con tres no caben dudas, aunque sí despiertan los celos y envidias. No sé si Fernando es un ‘crack’ o no lo es, llámelo usted como desee, pero sí sé que por méritos es el ‘9’ de España y uno de los mejores del Mundo. Eso no es márketing, eso no es suerte. Eso se gana trabajando y es un hecho.

Otros lo llaman ‘The Kid’. “Están locos estos ingleses”, dicen otros desde el sofá al estilo Obelix. Pero los números no engañan y Fernando también ha cumplido en Inglaterra y Europa con las expectativas, e incluso las ha superado. En Anfield ya es leyenda y parece no tener techo. Quizá no lo tenga. Quizá lo mejor este aún por llegar. La experiencia me dice que cuando se trata de Fernando siempre lo mejor está por llegar y, ocurra lo que ocurra, desde su sitio web oficial lo mostraremos a todo el Mundo.

 

El Niño y su escudo

José Miguélez . Redactor Jefe del Diario Público

26-07-2008

El Niño ofreció un bonito gesto para la reconciliación. En su tarde más hermosa, en la resaca del título europeo, agasajado por todos los españoles, bajo el efecto cegador de los focos de medio planeta, agotado por la euforia, endiosado por la carrera que dobló a Lahm y a todos los maleficios, ebrio de gloria, Fernando Torres aún encontró un rincón para acordarse de sus orígenes y de su verdadero corazón, que, pese al desencuentro, aún bombea sangre rojiblanca. El Niño recogió la bufanda y la trompeta que lanzó a la cara de los que se decepcionaron por su huida del Atlético, su palabra incumplida, su negocio de la fidelidad, y se lanzó hacia la reconquista.

Ya lo dijo durante la Eurocopa:


- Pregunta. No hay atléticos en la selección.
- Respuesta. Sí, hay uno.
- Pregunta. Bueno, claro, Luis Aragonés.
- Respuesta. Entonces hay dos.

Y el lunes, sentado en lo alto del autobús de la apoteosis, agarrada la bandera española con la mano derecha, saludando con la izquierda, el Niño sujetó con las piernas, bien visible, un enorme escudo del Atlético. ‘Aquí campea un atlético’, le quiso decir a quienes le adoraban desde abajo. Premeditado o espontáneo, el mensaje conmovió a quienes iba dirigido, esa tribu de los sentimientos. Al fútbol lo mueven los símbolos. Y esa foto de Torres protegiendo y luciendo el escudo rojiblanco en mitad de la gloria tuvo mucho más que un carácter simbólico. Le tocaba a Fernando dar el primer paso. La canción perdida vuelve a brotar natural de las gargantas heridas del Manzanares. El Niño se ha subido de vuelta al santoral.

 

 

El rito de Luís funcionó con Torres

José Félix Díaz . Periodista de Marca

08-07-2008

Luis Aragonés es muy dado a las supersticiones, a los ritos. Le gusta tener todo bajo control con el fin de evitar que por cualquier descuido se ponga en peligro el triunfo de su equipo. En todos los partidos del Mundial, en el día anterior al choque, Luis saltaba al terreno de juego el primero y se dirigía a la portería en la que iba a estar la afición española, tocaba el larguero y pisaba la línea de gol. Y así partido tras partido.

El día de la final, minutos antes de que el árbitro pitara el inicio del partido, Luis usó otro de sus rituales. En esta ocasión, el elegido fue Fernando Torres, al que “quiero como un hijo pese a que él se cabree conmigo más de la cuenta”. Ese día, antes de saltar al campo, Luis hizo un aparte con el delantero. Le miró a la cara, bueno, “a los ojos” como le gusta decir al técnico, y le dijo que iba a marcar dos goles, que iba a ser decisivo en la final. Acto seguido y con los dos pulgares le hizo una señal en la frente, un beso y le mandó al césped a cumplir la premonición. 

Dicho y hecho. Torres logró el tanto de triunfo que dio el título a España. Tras la fiesta y la celebración, Torres se acordó del ritual de antes del partido, buscó a Luis y le dijo: “Míster, qué culo tiene”. Y tan felices los dos y tan felices millones de españoles.

 

Columna publicada en Marca (08-07-08)

 

 

Torres de grandeza

M. Ángel Hergueda . Columnista de www.elmundo.es

30-06-2008

Se paró el tiempo cuando esa pelota superó el cuerpo de Lehmann, describió una mínima parábola, botó y entró empujada por todo un país, mansa, llena de gloria. El gol, ese gol inmortal vale una Eurocopa, el título de mejor jugador de la final y pone a Fernando Torres en la cima del fútbol, esa que ya había apuntado durante una magnífica temporada en el Liverpool.

Fue una arrancada que retrató la indecisión de Lahm y Lehmann y un toque preciso que dejó helado a todo el fondo alemán, impávido ante la precisión del Niño. Ya lo había hecho dos veces antes, en las finales de los Europeos sub-17 y sub-19 ante Francia y Alemania. Y en ambas marcó.

Estaba escrito que la velocidad del Niño iba a decidir el partido. Sobre todo tras un torneo donde también había conocido el lado amargo. Siempre había sido el primer relevo para Aragonés, el mismo tipo que le dio los galones del Atlético, en Segunda División, allá por la primavera del año 2001.

Cuando veía la tablilla, Fernando torcía el gesto. Pero luego, entre partido y partido, su padre futbolístico le logró convencer, en privado y en público, de que este torneo estaba destinado para él. Sólo había marcado ante Suecia. Había tenido muchas más situaciones, pero siempre sobraba un recorte o el disparo pasaba silbando junto al poste.

Pero la final le dio la revancha merecida. Se dirigió junto al córner, se llevó el dedo a la boca, como ese niño que siempre fue, se tiró de rodillas y cantó el gol que soñaron 45 millones de españoles que ya le reverencian casi igual que Anfield. Porque en Liverpool, nadie lo olvida, ya festejó 33 dianas en tres competiciones, 25 de ellas en la Premier League.

Benítez se lo llevó para allá a cambio de 36 millones y ese chico de Fuenlabrada, todavía con pecas de cadete, se convirtió de golpe en la referencia de los 'reds'. Con esa vitola llegó a la Eurocopa. Y con las ganas de demostrar que las críticas recibidas con la Roja eran injustas.

Había un halo de malditismo también con esa camiseta. Una lesión le impidió jugar en Aarhus, el partido decisivo ante los daneses. Era octubre de 2007 y nadie daba un céntimo por el grupo. Mucho menos tras la ausencia del referente en ataque. Sin embargo, Tamudo hizo un favor que también es justo recordar.

Nunca lo tuvo fácil Fernando. Tampoco con España, donde debutó en septiembre de 2003 con 19 años ante Portugal. Tuvo que esperar hasta abril siguiente para liberarse con su primer gol. Fue en el Luigi Ferraris de Génova. La sombra de Raúl seguía siendo enorme. Tampoco ayudó el fracaso en la Euro de 2004. Ni el mal partido de octavos del Mundial de 2006. Ahí ya tenía los mandos. Pero faltaban dos años para ese gol de Viena. Ese que le coloca como favorito para el Balón de Oro. Ningún español lo agarra desde 1960. Quizá, 48 años después, Luis Suárez encuentre sucesor.


Columna publicada en www.elmundo.es (30-06-08)

 

Torres dejó detalles muy buenos

Pedro Pablo San Martín . Subdirector Diario AS

23-06-2008

No era un día propicio para Torres. Italia levantó dos muros, el primero de ellos con dos centrales potentes con Chiellini y Panucci, que fueron como lapas para el niño. El sistema de juego ‘azzurro’ y el toque de España no le favorecían al niño, ya que siempre recibía en desventaja o en posición difícil para resolver.

Sin embargo, hay que darle su mérito a Torres. A pesar del negro panorama, tuvo fuerza e inteligencia para organizar algunas acciones de mucho mérito. Por ejemplo, dejó sentado a Zambrotta en un recorte precioso que luego no supo culminar con un buen disparo. Y también abrió huecos para que Villa, Silva e Iniesta llegaran en diagonal en numerosas ocasiones. Este trabajo de desgaste tuvo mucho mérito ante una defensa italiana experta y sobria.

Torres fue a más en la segunda parte, iniciando arrancadas de categoría, una de ellas ante Panucci, al que burló y después centró a Villa en clara situación de gol, pero Chiellini se cruzó. Torres estaba concentrado y seguro, pero Luís Aragonés sorprendió cuando le sustituyó en el 84’ por Güiza. Villa estaba jugando bastante peor…

 

Columna de Pedro. P. San Martín publicada en AS (23-06-08)

 

 

Cuando te hace un guiño la buena suerte

Antonio Sanz . Periodista

13-06-2008

Luis Aragonés mantiene desde siempre que la suerte, como acción fortuita o casual, no existe. No he conseguido que me cuente quién le condujo hasta esta tesis. Pero asume que lo que reina en todos los órdenes de la vida es la buena o la mala suerte. El debut de España en Austria ha estado presidido por la más óptima de las fortunas. Y así lo reconoce el seleccionador y así sucedió en los momentos puntuales del partido: Zyrianov mandó un balón al poste cuando lo fácil era superar a Casillas y empatar o cuando la buena suerte sonrió a Luis con el desenlace del choque que forzó la ley del contragolpe, estilo de juego cuyo sello histórico pertenece al entrenador madrileño desde su inicial etapa en el Atleti. Y es que la tarde se había puesto británica.

En el césped, sólo uno de nuestros ‘ingleses’. El y Villa se desenvolvieron como dos mariscales de campo. Ni se arrugaron, ni se escondieron. Es más, tocaron a dúo como solistas. Más generoso Fernando que David, pero con más pólvora el asturiano que el madrileño. Bueno, hasta que el genio de la suerte decidió el enésimo castigo a Torres. El ‘7’ puso taquígrafos a la decisión del seleccionador y reconoció, al dedicarle los goles, lo que el entrenador se negó a premiar. El gesto, que fortalece al grupo, dibujó una sonrisa pícara en ‘el niño’ para hacerle olvidar el golpe del cambio. Un dato para todos: Luis ha alineado en 41 partidos a Torres, pero en sólo 12 ocasiones ha disputado los noventa minutos. Y en esa docena de encuentros al completo, el ariete de Liverpool ha marcado 10 goles. En un partido rápido y vertical, con espacios y con el contragolpe como arma arrojadiza, el ‘9’ volvía otra vez a sumar desde el banquillo. Porque para ser justo, a Luis, una sustitución extraña, le salió bien. Ahora, el técnico desliza un presunto enfado y desafía. Suena más al lógico principio de autoridad que a otra cosa. Recuerde míster cuando usted era jugador. Cuentan que le sentaba a cuerno quemado cuando sus nalgas reposaban en el cemento.

La eterna canción del cambio no debe oscurecer una noche ofensivamente brillante de España. Con David Villa en un magnífico estado de forma y en racha goleadora, las lagunas son defensivas. Mejoró Puyol, más cerca del buen central que lidera al Barça, y equilibró Senna. El brasileño, el único que se tocó el corazón con la mano cuando sonaron los himnos nacionales, lideró con fortaleza, colocación y sentido. La creatividad partió de Xavi, y funcionó. Quizá porque lo que más cerca tuvo fue su propia sombra y participó tan libre, como abiertos fueron los espacios que nos dejaron. Y Rusia, mal. Y Hiddink, sin cintura. Decepcionante el papel del combinado ruso: sin cerrojos en defensa, sin ideas en el centro del campo y sin tino en ataque donde se golpearon con la madera. Para España todo son loas, pero recuerden: esto no es como empieza…

 

Columna publicada en el Diario Público (12-06-08)

Foto: J.A. Sirvent

 

Luís-Torres: mírense a los ojos

J.G. Matallanas . Redactor Jefe de la Cadena Cope

12-06-2008

Luís Aragonés y Fernando Torres mantienen una relación de amor-odio desde que el técnico empezó a entrenarle en la 2001-2002, cuando ascendió al Atlético a Primera. La versión más tensa de su relación ha vuelto a aparecer tras el enfado de Torres por la sustitución ante Rusia. Hace una semana, en Santander, Luís le dijo a Torres que era imprescindible para él, que iba a ser importantísimo en la Selección para la Eurocopa.

Una hora después del partido ante Rusia, el seleccionador comentaba: “Para mí, es titular indiscutible y no se debe enfadar  porque le cambie”. Torres cree que si le consideraba imprescindible no le debe tratar así. En zona mixta, el Niño declaró que se había enfadado en caliente, pero que luego su mosqueo era consigo mismo por no haber jugado a un nivel superior y que Luís no le cambiase, precisamente por lo que quiere el técnico de sus jugadores.

Pero ayer, Luís echó gasolina a una hoguera de la polémica que se podía haber apagado en privado, como tantas veces. ¿Por qué dijo Luís que esto no iba a quedar así? ¿Fue premeditado por su parte alimentar la polémica? El Seleccionador considera que Torres se está equivocando y no ha querido tener en cuenta sus declaraciones públicas, en las que aseguraba que el enfado es consigo mismo y que entendía que Luís le quitase para reforzar el centro del campo. Torres cree que si le considera imprescindible no le puede convertir de nuevo en el primer cambio, como ha sucedido en 30 de los 41 partidos que Luís le ha alineado de titular.

La cohabitación entre Luis y Torres siempre ha sido complicada. El ahora seleccionador siempre ha confiado en sus condiciones físicas y en su potencia, pero dudó de sus condiciones técnicas y de su margen de progresión y llegó a recomendar a Jesús Gil que lo traspasara. La progresión de Torres en el Liverpool ha provocado que Luis valore más al Niño, pero no hasta el punto de considerarle intocable, porque, de jugar solo con un punta, Villa es el titular para Luis. Torres no quiere crear ningún cisma en el buen rollo que se palpa entre los seleccionados. Y ha sido Luis el que la ha montado diciendo enigmáticamente que “esto no puede quedar así”. ¿Le dejará en el banquillo? Nadie lo cree.

La relación entre Luis y Torres siempre ha sido difícil. En los momentos más críticos, los dos se esfuerzan al máximo para creer uno en el otro, aunque el delantero quizás se esfuerce más que el técnico. En los picos de amor entre el entrenador y el jugador, el rendimiento de Torres ha sido máximo a las órdenes de Aragonés, como en el Mundial de Alemania. Lo suyo es que se miren a los ojitos y se digan todo lo que se tienen que decir, que no se guarden nada y que aparquen sus rencillas de aquí al final de esta Euro2008, porque que su relación sea buena es clave para que España tenga posibilidades reales de ganar el campeonato.

 

Columna publicada en Marca (12-06-08)

Foto: Pablo García

 

Torres o el regalo de la generosidad

J.J. Santos . Columnista del Diario AS

11-06-2008

Los goleadores natos, de cuando en cuando, se acuerdan del compañero mejor colocado. De cuando en cuando, corren para tapar el hueco que ha dejado el medio. Este de cuando en cuando no es el caso de Torres. En el Atlético aprendió la cultura del sufrimiento, pero también la de la solidaridad. ¿Doce kilómetros por partido? Y lo que haga falta. Ayer era el día para el lucimiento de los delanteros. Torres sacrificó esa batalla personal desde el comienzo. Su regalo a Villa para abrir la lata rusa fue el comienzo de una goleada que nos hace soñar nuevamente con el título. Pero hizo mucho más. Basculó por todas las zonas de ataque, incordió, metió el cuerpo y protestó.

Pero, por encima de todo, me quedo con dos detalles. El primero tiene que ver con la forma de celebrar los goles con Villa. Ahí no había fingimientos, sino satisfacción. El egoísmo del delantero centro no apareció por ninguna parte. El segundo detalle lo vi cuando Luis decidió cambiarle, para mi gusto, y seguro que para el del Niño también, demasiado pronto. Ni una mueca de desaprobación. Todo lo contrario, palmadita para Cesc y gesto de cariño para Luis. Así se hace equipo, así se llega lejos, centrándose en el grupo...


Columna publicada en Diario AS (11-06-08)

 

El Niño alcanza las bodas de oro

José Miguélez . Redactor Jefe del diario Público

10-06-2008

Una leyenda urbana que ha dejado correr el seleccionador le señala como culpable de la derrota de España ante Francia en el último Mundial. Al menos, del gol decisivo. “Yo le dije a uno: usted lo que tiene que hacer es aprender tres palabras en francés; y en las faltas se acerca a Vieira y le distrae”. Llegada la hora, Francia se adelantó (2-1) con un cabezazo de Vieira en una falta. Fernando Torres, el encargado de la vigilancia, se lo comió. Al pasar junto al banquillo, Luis le encaró con ganas de retorcerle el cuello: “¡Pero no se lo había dicho! ¿Qué ha pasado?”. “Míster, Vieira aprendió antes el español”.

Una estadística, en cambio, bendice la presencia del Niño en el equipo nacional. En una fase de juego gris con el Atlético, Luis decidió dejarle fuera de la convocatoria. “Para que aprenda”, fue la versión que deslizó entre sus confidentes. 15 de noviembre de 2006. España jugaba un amistoso en Tenerife contra Rumanía y perdió (0-1). Han pasado casi dos años. Fue la última derrota de esta selección. Luis no ha vuelto a dejar fuera a Torres salvo causa de fuerza mayor.

La relación de Torres con la selección comenzó hace ya cinco años en Portugal y esta tarde alcanza sus bodas de oro. El Niño cumple ante Rusia su partido número 50. Y eso que en su debut, con Iñaki Sáez, al que ya tuvo como maestro en las categorías inferiores, a Torres le dieron ganas de marcharse. Tenía 19 años y Couto y compañía le cosieron a patadas. “Ya se lo avisé”, comentó Raúl. “Iba a ser un debut muy difícil ante unos defensas muy duros que iban a darle”, añadió, “pero es el camino que tiene que seguir: Torres es el futuro del fútbol español”.

No fue una invitación al optimismo su segundo intento, cuatro días después. España jugaba la clasificación para la Eurocopa ante Ucrania. Penalti. El Niño, que se anima y lo tira. Y lo falla. La crítica se ceba con el error. Al día siguiente, en el entrenamiento de su equipo, Gregorio Manzano, su entrenador, hizo por fotografiarse junto a Torres mientras le enseñaba a no fallar más tiros. El carácter de Torres se hizo roca tras esa máxima pena.

Ocho meses más tarde, El Niño vio puerta por primera vez con la roja puesta. Un amistoso en Italia. 1-1. “No hay mejor sitio que Italia para estrenarse con un gol”, comentó entonces al tiempo que agradecía la asistencia de un fenómeno: “Necesito jugadores como Valerón que saben poner el balón arriba bien”.

Su trayecto con Sáez fue contradictorio. Fijo en las listas, pero no tanto en las alineaciones. El técnico le veía grandes virtudes, pero también defectos: el control de balón, su forma de perfilarse y definir... Llegó la Eurocopa y Sáez no apostó por Torres de inicio hasta el último encuentro, ante Portugal. Al Niño no se le vio. España cayó eliminada y el entrenador, destituido.

Con Luis Aragonés, al principio, Fernando Torres se tomó mal ser siempre el primer cambio, cualquiera que fuera el resultado. Lo comentó en alto y Luis le desafió. Le mantuvo en Bélgica (octubre de 2005), en un partido que se enredaba, decisivo para la clasificación del Mundial. Torres cumplió. Se asoció con Reyes, marcó dos goles (uno pasará a la posteridad como el gol de Matrix) y metió a España en el desempate.

Desde entonces es indiscutible. Se consagró en el Mundial (pese a Vieira) y, salvo por lesión, ya no se ha caído del once. Hoy se estrena en la Eurocopa con el cartel de futbolista más mediático de cuantos participan. Añorado en el Atlético. Héroe en el Liverpool. Esperanza en la selección. Desde hoy ya son 50 partidos.

 

Columna publicada en 'Público' (10-06-08)

Foto: J.A. Sirvent

 

Club de socios de Torres

José Luís Hurtado . Periodista de Marca

04-06-2008

El Liverpool tiene letra en su canción. España no. Al último atrevido casi le mandamos a Gladiator. Ni siquiera el rojo de las dos camisetas es similar. Sin embargo, por la cuenta que nos trae, el Fernando Torres de la Premier debería tener una fotocopia en la selección.

Nunca es fácil la cohabitación de dos goleadores, dos tipos que tienen las arrugas de la frente con el dibujo de las redes de las porterías. La historia es un puñetazo en la esperanza. Salva, Correa, Kiko, Diego Alonso, Javi Moreno, Nikolaidis, Kezman, Mista y hasta el propio Kun Agüero no formaron una sociedad inolvidable con Torres en el Atleti. Lo mismo sucedió para el '9' en la selección con Raúl, Morientes, Tamudo… A una semana del debut ante Rusia, se busca Física y Química entre Villa y Torres. En su juego y estilo no hay nada para sospechar que son clones, aunque a veces los killers del área están más cómodos sin gente de su gremio alrededor. Le pasaba a Hugo Sánchez en el Madrid.

Torres necesita sentirse importante. Los 33 goles de su temporada de estreno en el Liverpool son suficientes para que no se le vea como un cuerpo extraño. Si Gerrard le ha entendido no hay motivo para pensar que no lo puede hacer Xavi. Iniesta le conoce desde crío y le destripa todos los movimientos. Villa tampoco es una estatua en el área. Se mueve, regatea y golpea tal y como le guía su frente.

El problema es que la explosión de este Beatle Torres ha coincidido con un socio vestido de rojo como Dirk Kuyt. Va a resultar casi inútil buscar alguien así en la selección. Es mejor confiar en la Física y la Química. Luis Aragonés  sabe que cambiar de moto en mitad de la curva es muy arriesgado. Eso complica mucho encontrar una buena letra.


Columna publicada en Marca el 03-06-08

 

 

Y esa tarde me senté en ‘The Kop’

Antonio Sanz . Periodista

20-04-2008

No es habitual que un periódico serio y respetado como es ‘The Times’ levante una sonora alarma con el Liverpool y con la figura de una de sus estrellas: Torres. En Inglaterra son los llamados tabloides -Prensa sensacionalista- quienes trasladan una visión dramática sobre lo que sucede. Pues bien, la noticia que escupía el viernes el prestigioso diario londinense es más propia de los segundos que de su historial por el tono catastrofista. No porque aireen la deuda de la entidad. No porque la esencia de la información sea errónea. Pero no es cierto que la única solución es poner al ‘9’ en el mercado. El intento de torpedear a los ‘reds’ deja un poso amargo en la afición. Cuentan que el victimismo preside buena parte de los movimientos en Anfield y que Londres no ayuda al club más laureado de Inglaterra. Y eso lo saben en Liverpool. Y eso lo asumen a orillas del Mersey con dosis de indiferencia. Por eso, cuando anuncian que los bancos forzarán a vender a Torres, los ‘scousers’ giran el cuello, piden otra pinta y apuestan por su favorito para ganar la carrera de caballos que se iniciará a continuación. Bastante tienen, piensan, con la pelea, ya trasladada a los medios, que mantienen los dueños norteamericanos, viejos amigos pero con nuevas e insalvables diferencias en la gestión y en la elección de los gestores deportivos y ejecutivos de la nave.

Todo esto sucede la semana que el Liverpool recuerda a sus muertos. La tragedia de Hillsborough cumplía el pasado martes diecinueve años. Aquella tarde del 15 de abril de 1989 el estadio de Sheffield se convertía en un campo de batalla donde perecían 94 personas, dos más fallecerían cuatro días y cuatro meses después, para completar la lista de 96 finados. Hinchas ‘reds’ que acudieron a ver la semifinal de Copa en terreno neutral entre su equipo y el Nottingham Forest. Murieron aplastados contra las vallas por asfixia. Además, más de 700 heridos con irrecuperables daños psicológicos. Las causas, según el informe de la investigación, se debieron al exceso de aforo y al estadio, que no cumplía los requisitos de seguridad. La asociación de víctimas denunció negligencias policiales por la falta de médicos y ambulancias, por la nula cintura del jefe policial al no permitir que se abrieran las salidas de emergencia o por qué se encontraban tres mil seguidores en un sector donde sólo cabían mil seiscientos. Resulta que desde que conocí Anfield anhelaba sentarme en la grada de ‘The Kop’ por su mística. Durante los partidos no es posible. No venden entradas de la zona. Desconocía que el destino me conduciría al campo la sobremesa del martes y que por fin me sentaría en ese fondo. Pero era un fondo en silencio. Muy lejos de la algarabía habitual de los sábados. Asistí al oficio religioso al que acudieron más de 8.000 personas que no quisieron dejar caminar solos a quienes faltan desde hace casi cuatro lustros. Con ellos, la plantilla de jugadores al completo, representantes de la Academy -fútbol base-, empleados o dirigentes en un acto sencillo y ejemplar. Un recuerdo respetuoso y honroso. El corazón a flor de piel y el alma cubierto de rojo. El padre de una de las víctimas acongojó a los asistentes con su discurso. Lágrimas y unión de un club que se resiste a doblar la rodilla pese al imperialismo que apremia del sur.


Columna publicada en el diario Público (20-04-2008)

 

Cuando Fernando se hizo mayor

Antonio Sanz . Periodista

10-04-2008

Estadio de Anfield, en Anfield Road, en el barrio obrero de Anfield. Horas antes del comienzo del partido los pubes cercanos mantienen un ritmo frenético en los grifos de cerveza. Los puestos de comida echan humo. Las planchas de cocina dan salida a hamburguesas, salchichas y a las míticas ‘chips’ que con las salsas amortiguan el río de cebada que transita por el estómago. Mientras, en una estrecha y austera caseta, pero con peso suficiente de historia sobre los ladrillos, aguardan los ‘reds’ una nueva batalla.

 

Desde que pones un pie en el estadio, confirmas que el espíritu de ‘The Kop’ destila energía que se inyecta en los protagonistas. Fernando Torres ya sabe que cuando juega ante esa grada le penetra el veneno del gol. Y esa seguridad se convierte en puntería. Y esa puntería le ha convertido en el jugador más querido del Liverpool. Comparte cartel con Gerrard. El gran Gerrard. El mismo al que admira por su personalidad y por su fútbol. Son quienes reciben más cariño. Ellos, y Benítez. El manager es punto y aparte en Anfield.

 

El día después de la noche que cayó el Arsenal ha retratado a Torres. Me he trasladado a un domingo no tan lejano. Fernando batió a quien tantas tardes había seguido desde la grada: Molina. Ese gol, con maniobra de sombrero, descubrió a quien ayer asombró. Su entrenador decidió que no atendiese las más de cuarenta entrevistas que aguantaban en lista de espera. Ayer, no recibí cuarenta, pero sí un alto número de respuestas mediáticas, incluido un entrenador metido hoy a periodista, dispuestos a reforzar el éxito de Fernando.

 

Su mejor sonrisa, la que ofreció junto a Mascherano al acabar el choque y que retrató la televisión, es suficiente para conocer su estado de ánimo. Me dicen que Torres se ha hecho mayor. En el fútbol, nació adulto, creció como un veterano con problemas en la escuela y hoy es un niño que se siente tan mayor como demostró en aquella prueba del Parque de las Cruces.

 

 

Columna publicada en el Diario Público (10-04-08)

 

Torres afina

Nico Abad . Periodista de Cuatro TV

15-03-2008

Como en el fútbol todo es opinable y nada es demostrable (Vicente del Bosque dixit), cuando Torres firmó su segundo hat-trick consecutivo con el Liverpool hace pocas semanas, hubo gente que analizó la situación diciendo que la liga inglesa es muy mala, sólo hay cuatro equipos buenos, y que los centrales de la Premier son todos muy flojitos. Por eso me alegré de que marcase en San Siro frente al Inter en la vuelta de octavos de Champions.

Fue su gol vigésimo sexto con los Reds. En 35 partidos ha marcado 26 goles (19 en liga, cuatro en la Liga de Campeones y tres en la Copa de la Liga). Sus estadísticas demuestran que es el mejor goleador del Liverpool en las últimas seis temporadas y el mejor delantero que haya visto Anfield en los últimos 20 años. Es decir, ya tenemos un delantero bueno con números buenos. Si estuviese en el colegio no le podrían decir aquello de "es inteligente, pero si estudiase más sacaría buenas notas". Ahora ya tenemos al niño inteligente que saca buenas notas: Fernando Torres.

Si hacemos caso al principio de la Navaja de Occam (la explicación más sencilla es probablemente la acertada), debemos creer que Torres ha crecido gracias a lo que significó para él su salida del At. de Madrid. Ya no es el único jugador en el que se depositan las esperanzas temporada tras temporada, y aún más importante, ya no es el capitán. Se le nota feliz con la camiseta del Liverpool, pero aún más si la foto se la hacen al lado de Gerrard.

Le adora la afición y lo reclaman los históricos de ese club. Souness dijo el otro día unas palabras sabias en El Informe Robinson, de Canal Plus: "A mí me gustaría ver más a Torres en el equipo titular, porque el equipo es más fuerte siempre que jueguen los mejores. Un futbolista nunca se cansa de jugar al fútbol. Lo que te cansa es la derrota."

Por una vez podríamos empezar a construir la casa por el tejado: Torres es el delantero centro indiscutible de España para ir a Austria y Suiza. Ya queda vieja aquella confesión off the record de un seleccionador que dijo: "no puedo tener a todo el equipo construyendo la jugada para que Torres falle en el control."

 

Columna publicada en 'Mediapunta' (15-03-08)

 

Torres, bandera del fútbol español

Guillem Balagué . Periodista de The Times

13-03-2008

Deberían escuchar a los comentaristas de las televisiones británicas hablar de Fernando Torres. No unos cualquiera, sino Alan Hansen, Mark Lawrenson o Graeme Souness, que suman entre todos ellos un total de siete Copas de Europa. Hablan de nuestro Torres, si se permite la expresión ahora que al ex atlético lo ha adoptado el país entero, con una admiración profunda. Se sabe que el británico medio hace leyendas de cualquier cosa que le impresiona y que representa a sus países, pero si dudamos del modo extremo en que defienden lo que también consideran suyo, como mínimo nos podemos quedar con la idea de que Torres es la principal estrella de la Premier.

Vuelvan a leer lo que se acaba de escribir y recuerden que hace cuatro años nadie se fiaba de un futbolista español. Hoy hay en Inglaterra un compatriota determinante que marca goles esenciales y al que se le tiene miedo. En el titular de la crónica de ayer, The Times se apuntó al homenaje tácito, ese que dice que The Kid es tan bueno que ya se cuenta con sus goles. "Un gol habitual para Torres, una noche histórica para el fútbol inglés". El Independent se deja de remilgos y titula "Torres ejecuta el plan con una precisión sublime", más de acorde con el tipo de adjetivos y descripciones que llenaron ayer las páginas de los diarios. "No hay un delantero más letal en toda Europa", insiste el Telegraph.

Siempre que ha estado disponible, a Torres lo han sufrido todos los rivales menos dos equipos: ante el Birmingham y el Portsmouth se quedó en el banquillo y sus entrenadores respiraron aliviados. Dos empates. Hay dos versiones de lo que ocurrió a continuación. Su estado de forma actual se puede entender a partir de las lecciones que aprendió aquel día (la titularidad no está garantizada) y del descanso que tuvo. O es posible que Rafa Benítez se diera por aludido tras la pobre respuesta del equipo y decidiera que la alineación empezaba por Torres. Lo más seguro es que haya un poco de todo, pero el Liverpool sabe que tiene todo un lujo en su nueve. Y el fútbol español una nueva bandera: Fernando Torres.


Columna publicada en el Diario AS (13-03-08)

 

¿Es Fernando Torres el mejor delantero del mundo?

Enric Corbella . Periodista de Marca.com

11-03-2008

En Inglaterra en general y en Liverpool en particular están alucinando con Fernando Torres. 'The Kid' se ha hecho un sitio entre los grandes de la Premier ('Mejor Jugador de Febrero') a base de goles, y compañeros suyos de la talla de Steve Gerrard se atreven a proclamar a los cuatro vientos que "no le cambiaría por ningún jugador del mundo". El gran capitán del Liverpool lo tiene claro: "Fernando es fantástico".

'El Niño', que todavía tiene 23 añitos, ha encontrado en Anfield el lugar ideal para desarrollar su indiscutible talento. El punta español ha cambiado los 'melonazos' que sufría en el Vicente Calderón por las asistencias que recibe en 'The Kop', ha cambiado los farragosos sistemas defensivos de la Liga por los mayores espacios de la Premier, y lo que es más importante, en el Liverpool es un pilar importante y no el 'jugador franquicia' que tenía que asumir todas las responsabilidades (lo que le ha liberado de la injusta presión que sufría). Estos condicionantes, más la incuestionable sapiencia de Rafa Benítez, han catapultado al fuenlabreño a la elite de los '9' mundiales.

Sus números esta temporada avalan a Fernando Torres como uno de los mejores delanteros centros del planeta. Este curso ha logrado tres 'hat tricks' (Reading, Middlesbroughy West Ham), lleva 25 goles (19 en la Premier, 3 en Copa y 3 en Champions) en 29 partidos, ha entrado en la historia del Liverpool (al conseguir dos 'hat tricks' consecutivos en la Premier), es segundo en la lucha por el 'Pichichi' de la Premier (el líder es Cristiano Ronaldo con 21 goles), es cuarto en la lucha por la 'Bota de Oro' (le preceden Cristiano Ronaldo, Luis Fabiano y Huntelaar) y a estas alturas de la temporada ha superado su récord goleador (en el curso 03-04 marcó 21 goles entre Liga y Copa con el Atético).

Pero 'El Niño' no es sólo goles. Torres también es presión, desborde, exhuberancia física, visión de juego... y tiene todavía un lustro para seguir creciendo y mostrar su mejor cara como futbolista.

Con todos estos condicionantes en Inglaterra ya le están empezando a colgar el cartel de mejor delantero centro del mundo pero... quién es realmente el mejor delantero centro del planeta.

 

Columna publicada en www.marca.com (11-03-08)

 

Torres siente y sabe qué es el Liverpool

Michael Robinson . Ex-Jugador y Periodista

28-02-2008

Me reuní con Torres en Anfield. Le enseñé cómo era el Liverpool en el que yo jugaba hace 20 años y él me enseñó el de ahora. Dimos un paseo por Anfield, la mítica grada ‘Kop’ y repasamos el ‘You’ll never walk alone’. Después nos reunimos con Pepe Reina, Álvaro Arbeloa y los emblemáticos futbolistas Kenny Dalglish y Graeme Souness.

Fue un encuentro en el que hubo un enorme respeto por ambas partes. Nosotros parecíamos unos viejos leyendo el menú con gafas pero, cada vez que hablaban mis compañeros, ellos escuchaban con reverencia. Me quedó la sensación de que sienten que están en un lugar muy grande y tienen que jugar con unos fantasmas gigantescos de su pasado. Nosotros estábamos con tres españoles entrenados por un español (Rafa Benítez) pero que tenían el mismo concepto del Club que hace 20 años.

Fernando Torres me causó una enorme y bonita sorpresa por su humildad. Siente y sabe qué es el Liverpool, la representación de la gente de clase obrera. Las victorias son una reivindicación de la felicidad y Fernando lo sabe y se identifica al 100%. Él siente hoy lo que yo sentía, por ejemplo, en 1983. Me topé con un chico muy culto.

Tengo envidia sana de que él sea el ‘9’ del conjunto en el que yo jugaba. Lo nuestro es una reivindicación de un estilo de ver la vida. Existe un hermanamiento con la afición que hace que salir del túnel de Anfield sea como un flechazo de Cupido del que no hay retorno. Torres lo capta muy bien y yo puedo descansar en paz la noche anterior a un partido.

 

Declaraciones publicadas en el diario 'AS' (28-02-08)

 

Fernando se adueña de Anfield

Julio César Iglesias . Periodista

26-02-2008

Fernando Torres dedicó el fin de semana a explorar el paraíso. Se adueñó de Anfield, el factor rojo del fútbol, en tres llegadas. Para el Niño Torres, el partido del Liverpool ante el Middlesbrough era exactamente un caramelo envenenado. Según dicen, los nuevos dueños del Club habían puesto en cuarentena a Rafa Benítez, así que una derrota local ante el Boro sería una excelente excusa para darle el finiquito. Si despedían a Rafa, su valedor, todas las vigas del equipo empezarían a crujir y, como se sabe, el fútbol es un castillo de arena construido sobre una montaña de espuma. El futuro podría desplomarse con él.

Aquélla tensión no era nueva en la vida de Fernando. Antes de finalizar su etapa juvenil había interpretado un incómodo papel de redentor: para muchos seguidores del Atlético de Madrid era el símbolo de la resurrección pendiente. No le faltaban argumentos, aunque quizá careciese de la aureola que distingue a los elegidos, su complexión atlética y su velocidad terminal resolvían por sí solas la mitad del problema.

Paradójicamente, sus cualidades eran también la causa de sus limitaciones: sus maniobras tenían la tensión de una carga de caballería, pero exigían un temple final que estaba fuera de su alcance. A menudo, la enorme facilidad con que irrumpía en el área se convertía en una enorme dificultad para cerrar la jugada. Marcó grandes goles, pero muchos le recuerdan por los que falló.

El sábado, sobre el rojo profundo de Anfield, uno de los colores primarios de este deporte, consiguió el ‘hat trick’ con el que había soñado desde que llegó: un gol sobre el alambre, otro con mando a distancia, y el último, de descuidero, con la ganzúa de la bota. Desde aquí los celebramos con él.

 

Columna publicada en el diario Marca (26-02-08)

 

Por qué los titulares sobre Torres vuelven a España

Sid Lowe . Periodista

22-01-2008

 

Descanso en el Santiago Bernabéu. Real Madrid-Lazio. Último partido de la fase de grupos de la Champions League 07/08. 80.000 espectadores echan mano de sándwiches envasados, gigantes barras de pan acompañadas de jamón serrano y echan un trago a sus botas de vino. En lo alto, en lo más alto del estadio, las pantallas gigantes dibujan titulares sobre el resto de partidos de la jornada. Un delgado delantero vestido de rojo, rubio y de complexión atlética, supera a dos defensas y empuja con clase el balón al fondo de la red.

El de al lado dice “por todos los santos”. “¿Ha sido Fernando Torres?” y asiente pensativo. Tras una pausa añade: “espero que no nos toque en octavos de final”, todo con una mezcla de incredulidad y terror.

Torres ha sido reconocido desde hace mucho tiempo como uno de los grandes talentos del fútbol español, desde una edad muy temprana. Ha marcado 64 goles para las categorías inferiores del Atlético desde los 13 años y ha sido nombrando el mejor futbolista Sub-15 del país. También ha ganado los Campeonatos de Europa Sub-16 y Sub-19 marcando el gol decisivo en la final y siendo el máximo goleador en ambas ediciones.

Fue el máximo goleador del Atlético en todas y cada una de las temporadas que jugó en el Vicente Calderón, y sólo una vez en cinco temporadas otro jugador del club registró una mayor cifra de goles que él. Torres marcó 75 goles en 173 partidos, siendo en dos ocasiones máximo goleador nacional de la Liga y sin bajar nunca de diez goles. En las últimas cuatro temporadas, sólo Eto’o y David Villa marcaron más goles que él.

Aún mejor para la afición del Atlético era el hecho de que él fuera uno de ellos, un rojiblanco de nacimiento desde que su abuelo lo llevara al Calderón, y que ha resistido a los cantos de sirena de los mejores clubes, fiel a su equipo en las duras y las maduras.

El problema era que casi siempre se trataba de duras. Durante mucho tiempo el Atlético ha sido ‘el pupas’, el gafe. Un club en donde cada año la afición se dice a sí misma “este va a ser nuestro año” sólo para tener que aceptar después que, en realidad, este año no va ser su año. Sólo uno más para continuar inventado cada vez más peculiares, incluso ridículas formas de tropezar justo cuando parece que podría ser su año.

El Director Deportivo del Atlético, García Pitarch, admitió en una ocasión que “es increíble que Fernando esté todavía con nosotros”. Pero, mientras la afición creía en sus palabras, el delantero –capitán desde los 19 años, un fan del Club- se encontraba acérrimamente ligado al Club. De hecho, él era el Club.

Esto significa dos cosas. Por un lado, que los fracasos del Atlético se convertían en los fracasos de Torres, desasistido por el hecho de que una Prensa pro-madridista se carcajeaba con cada desplome del Atlético. Por otro lado, Torres estaba obligado a soportar casi toda la presión sobre sus hombros, dentro y fuera del campo. Cuando partió del Calderón, el jugador se quejó de que, durante mucho tiempo, él se vio obligado a cargar con mucha responsabilidad; que firmar por el Liverpool era tanto un privilegio como un “descanso”.

Había pocas dudas acerca del talento de Torres, pero para algunos también había llegado a tener algo de actor de comedia, gafado por algunos fallos increíbles y, sobre todo, por las debacles del Atlético, principalmente ante el Real Madrid. En diez partidos contra sus vecinos Torres sólo ha marcado un gol y su equipo nunca ganó; antes del Mundial ’06 el 80% de los participantes en una encuesta de Marca, muchos de ellos aficionados del Real Madrid sin duda alguna, pronosticaban que no entraría en el once de Luís Aragonés. Los aficionados del Real Madrid solían reírse de él y algunos medios se sentían a gusto con la broma. Ellos buscaban una rendición de los Atléticos, alegando a voces la estupidez de aquéllos que se atrevían a creer, de aquéllos que les decían: “esta vez Torres marcará, ya lo veréis”.

Y todavía aquí, en el Santiago Bernabéu, era un aficionado madridista el que decía que no quería encontrase a Torres en octavos de final, expresando su incredulidad a la vista del maravilloso gol que había marcado el joven madrileño. Al igual que los aficionados españoles se han sorprendido por el hecho de que lleva ya 17 goles esta temporada. Es claro que marcó goles para el Atlético, algunos también fantásticos, pero no fue tan prolífico como está demostrando en Anfield. La vuelta de la tortilla ha sido espectacular para ambos, Torres y sus críticos en España.

Torres se liberó al dejar atrás Madrid. Rafa Benítez tenía razón al pensar que el estancamiento de Torres era debido al estancamiento del Atlético. Como Torres admitió recientemente en FourFourTwo, había mucha gente del Atlético que se escondía tras él, demasiada responsabilidad para sus hombros. El juego en Inglaterra, añadió, le sienta como un guante. Es más rápido, más libre, más directo, las defensas dejan más espacios. No está llamado a participar en la construcción, sólo estar listo para acabar las jugadas. Su físico se adapta a la Premier. Le ha permitido convertirse en mejor jugador.

También ha permitido a los españoles admitir que es un jugador mejor. Al dejar el Atlético y fichar por el Liverpool, el ‘Spanish Liverpool’, él ha llegado a ser propiedad de todos, alabado por Atléticos y Madridistas por igual. Por su juego brillante, y por hacerlo en un club que no está sometido a los prejuicios que el Atlético, sin los estigmas provocados por una Prensa madridista, su éxito ha tenido una cálida bienvenida. “Torres”, dice el ex del Barcelona Julio Salinas, “está demostrando que es una super estrella”.

El caso es que tenía que demostrarlo. Y no hay duda de que lo ha hecho. Para aquéllos que le defendían, su éxito ayuda a la causa. “Los críticos tenían razón”, escribió Tomás Guasch para el diario AS en tono sarcástico, “Torres no tiene mucho de goleador”. Para los que no estaban seguros de él, su éxito ha sido una sorpresa bienvenida, prueba de que quizás el problema estaba en el Club, no en él.

Para la afición del Atlético ha sido especialmente gratificante porque ha llegado sin el amargor de la debacle en su equipo. Sin Torres, el resto de la plantilla ha dado un paso al frente y el equipo por fin remonta el vuelo. Todos salen ganando, Pero no sólo ellos. El éxito de Torres es el éxito de todos, una fuente de orgullo propio para todos. Es uno de los nuestros, haciendo las cosas bien por allí.

Los goles de Torres se exhiben en cada noticiero de cada canal de television. La crónicas del partido no son crónicas sino reportajes de Torres, e incluso han traducido su pseudónimo –El Niño- al ingles –Kid Torres-.

Las noticias sobre Torres llenan las páginas de los periódicos cada día, la cobertura televisiva de la Liga inglesa se ha convertido en la cobertura de Torres, incluso cuando –siendo sinceros- no debería ser así. La pasada semana, el canal de television pública TVE emitió el Liverpool-Middlesbrough en vez del Chelsea-Tottenham. “No disfrutamos mucho del partido”, reconoció el comentarista, “pero estoy seguro de que habrán disfrutado del fantástico gol de Torres”. 

Como un columnista comentó el día siguiente: “Torres ha demostrado que hizo lo correcto. De hecho, debió haber fichado antes por el Liverpool”

Anfield estará de acuerdo sin duda.


Columna de Sid Lowe para www.liverpoolfc.tv

 

Torres y la crítica con olor a revancha

Ángel Luis Menéndez . Periodista del diario Público

08-01-2008

Todavía no se habían enfriado las canillas de Leacock, central del Derby Country a quien Fernando Torres tumbó el miércoles tras tirarle un vertiginoso túnel entre las piernas, aún crujía la cintura de Moore, el otro central del mismo equipo al que El Niño sorteó de una zancada, apenas se había incorporado Price, el portero que se estiró en balde ante el latigazo zurdo del delantero español, cuando los críticos arañaban los oídos de la cordura. “¿Cómo estará la Liga inglesa para que la estrella sea Torres?”, argumentan los necios cargados de inexplicable desdén.

 

 

La figura de Torres no admite debate. Se puede, incluso se debe, polemizar desde el ángulo positivo. En éste y en cualquier caso. Es un ejercicio que mantiene vivo el fuego del fútbol. Pero negar la importancia del jugador español, rechazar la categoría de emblema del Liverpool adquirida en menos de seis meses retrata a quienes lo hacen. Dibuja un perfil mezquino de los que nunca le han pasado una. Siendo jugador del Atlético, era presa fácil. Ahora, convertido en caza mayor, o disparas desde una elevada atalaya de credibilidad o haces el ridículo. Criticar hoy a Torres es despreciar todo lo que significa el fútbol inglés. Más allá del juego, que, repito, siempre admite discusión (no para mí), significa ningunear una Liga donde se mantienen bellas tradiciones ancestrales, se respeta al rival y se tiene en consideración especial al aficionado, alma de un deporte convertido en espectáculo.

 

 

Cargar sin ton ni son contra un chaval cuyo comportamiento ha sido ejemplar y modélico desde que aterrizó en el fútbol profesional es ruin e inadmisible. Son ataques gratuitos que antes olían a recelo y que ahora tienen un indisimulado tufo a envidia y rencor. Pretenden pasarle factura por haber destrozado sus agoreros pronósticos de fracaso en la Premier. Tenían el puñal afilado y son incapaces de envainarlo.

 

 

Columna publicada en el diario Público (28-12-07)

 

 

 

Para los que no saben

Pablo Brotóns . Periodista de Marca

28-12-2007

Fernando Torres es el mejor goleador en la historia del Liverpool a día de hoy. Es un dato, un hecho. No admite discusión alguna. Ha marcado 12 goles en 19 encuentros oficiales, es decir, una media de 0,63 tantos por partido. Mejor que Owen (0.53), Rush (0.52), Fowler (0.49), Dalglish (0.33), Keegan (0.30) o Barnes (0.26) en el total de sus respectivas carreras. Sí, lo sé. Es una media difícil de mantener o de aumentar con el paso del tiempo. Pero el análisis va más allá. Torres, Don Fernando, ha vestido la camiseta de la selección en 45 ocasiones, marcando 15 goles. Sólo tiene 23 años. Ahí está su imparable progresión. Para los escépticos. Para los incrédulos. Para los que no saben.

Fernando ya se ha medido al Chelsea y al Arsenal. Lo que le espera hoy en Anfield no tiene nada que ver. Es su bautismo en el clásico de los clásicos. Un Liverpool-Manchester United nada menos. Donde uno se hace hombre, O donde los hombres, como él, demuestran que son los más grandes.

 

Columna publicada en el Diario Marca (16-12-07)

 

Torres ya es vital para el Liverpool

J.G. Matallanas . Redactor Jefe de la Cadena Cope

13-11-2007

Fernando Torres estaba ansioso. Tenía unas ganas enormes de reaparecer. El Liverpool no podía con el Fulham. Benítez sacó a The Kid y Torres decidió el partido. Un saque largo de Pepe Reina, un buen control con el pecho, un gran recorte y un remate raso con la izquierda. Así puso patas arribas Anfield. Regresa Fernando tras la recaída de su lesión y lo hizo decidiendo un partido. Luego Gerrard puso el 2-0 en el marcador al transformar un dudoso penalti.

Fernando Torres estaba ansioso por reaparecer. Desde que se lesionó el pasado 12 octubre en la previa del partido ante Dinamarca, tan sólo había actuado 45 minutos el pasado 28 de octubre ante el Arsenal, encuentro en el recayó de su lesión muscular. Rafa Benítez le dio entrada avanzada la segunda parte y en el minuto 81, cuando un decepcionante 0-0 parecía que se iba a quedar en el marcador de Anfield, Torres marcó el gol que abrió la victoria de los de Rafa Benítez.

Torres deseaba estar en la convocatoria de Luis Aragonés para jugar los dos últimos partidos de clasificación ante Suecia e Irlanda del Norte. Pero el seleccionador no ha creído conveniente incluirle en la lista para evitar una recaída y porque apenas había competido desde que se lesionó en Dinamarca. Pero Torres demostró ante el Fulham que ya se ha recuperado. El delantero del Liverpool, salvo el imprevisto de la lesión, ha realizado un brillante arranque en la Premier League. Ya ha marcado 5 goles (también hizo un hat trick en la Carling Cup) y ya empieza a ser vital y decisivo para el conjunto de Rafa Benítez.

A Fernando le han bastado tres meses para demostrar el acierto de Benítez en su fichaje. Aún le queda un largo camino por recorrer, pero los aficionados del Liverpool ya disfrutan con sus goles y le empiezan a considerar uno de sus ídolos. Y, aunque no esté en la última lista de convocados para la selección, es uno de los fijos de Luis Aragonés para la Eurocopa 2008. Torres suma y sigue…

 

Javier G. Matallanas www.mata-dor.blogspot.com

 

El destino le debe un derbi al niño

Iñako Diaz-Guerra . Periodista del Diario AS

21-08-2007

Llegaba la semana del derbi y Fernando Torres se transformaba. Intentaba disimularlo; seguía quedándose horas atendiendo a los aficionados, sonreía ante los inevitables "¡este año sí!", respondía a los medios con la mejor sonrisa forzada que podía improvisar... Pero durante esos días era un tío serio, muy serio. El grado de seriedad que sólo puede entender quien ha crecido atlético en Madrid durante las últimas décadas grises (tirando a negras), quien ha aprendido por las malas que una victoria en el derbi es la única manera de acallar chistes sin gracia durante unos meses, el equivalente a levantarle la novia al matón del instituto, a poner en evidencia ante la clase al profesor déspota. La (momentánea) victoria del débil, un acto de justicia (poética), una dulce venganza (transitoria), la felicidad (pura y dura).

Todo eso sentía Torres antes de enfrentarse al Madrid. Si para los demás un derbi era algo más que un partido, para él era su vida en 90 minutos. Lo era todo. De ahí su seriedad. Y como la vida es caprichosa y bastante perra, le golpeó sin piedad. Nueve veces saltó al campo convencido de que era la buena y nueve veces se fue a casa mordiéndose los labios. El premio a tanto deseo fueron cuatro empates, cinco derrotas y mil pesadillas con Casillas. Y la obsesión con el gol, ése maldito gol que no llegaba. Hasta el pasado 24 de febrero.

Mientras el balón no tocó la red, el Niño ni se movió, esperando a Iker. Entonces estalló como nunca le habíamos visto: gritó, corrió, se agarró la camiseta porque sentía que las rayas rojas se le estaban grabando en el pecho (si no las tenía ya). Daudén, Zé Castro e Higuaín evitaron después la victoria del Atleti y Torres se fue a Liverpool sin ganar un derbi, pero por un momento todo fue perfecto. A otros podría bastarles, no a quien creció sabiendo todo aquello. Volverá, es su destino.

Columna publicada en el Diario AS (21-08-07)

 

¿Quién mejor puede entender?

Javier Elizalde . Escritor

01-08-2007

Él que ha vivido un descenso

con ascenso de abonados,

que ha escuchado amables cánticos

tras los penaltis fallados,

que ha salido a dar la cara

por proyectos fracasados,

él que ha sido timonel

cuando naufragaba el barco.

 

Quién mejor puede entender

su ancestral filosofía

“Nunca caminarás solo”

que sus gargantas recitan.

 

Creado por los reservas

de otro club de la ciudad,

tardarían muchas décadas

en empezar a triunfar,

pues las mayores lecciones

las derrotas nos las dan,

para aprender a ganar

hay que aprender a luchar.

 

Quién mejor puede encajar

en un club tan peculiar,

quién mejor puede entender

el valor de caminar.

 

Él que ya vivió un descenso

con ascenso de abonados,

que ha recibido cariño

en lo bueno y en lo malo,

 

quién mejor puede entender

que caminar sólo puedes

tras tu camino emprender.

                                  

 

 

Javier Elizalde Blasco

4 de Julio de 2007

 

Foto: Pablo García

 

Un hueco a Fernando en ‘The Kop’

Pablo Brotóns . Periodista de Marca

18-07-2007

Ventiséis minutos de juego en un bolo veraniego son más que suficientes para comprobar que Fernando Torres va a sentirse como pez en el agua en Liverpool. Su velocidad y su capacidad de desmarque causarán estragos en el fútbol inglés. Mejor con Kuyt a su lado, como ayer, que con el gigantón Crouch. El holandés ve muy bien el fútbol y es un jugador de equipo, nada egoísta. El otro ‘tulipán’ recién aterrizado, Babel, también apunta buenas maneras. Gerrard, Xabi Alonso... en fin, que el nueve de los ‘Reds’ le queda bordado.

 

El Liverpool ha hecho un gran negocio con Fernando. Y Fernando no defraudará a uno de los equipos históricos del fútbol mundial. Por Anfield han pasado grandes delanteros. Keegan, Dalglish, Rush, Owen, Fowler... A orillas del Mersey, en ‘The Kop’, la tribuna más famosa del universo futbolístico, ya pueden ir haciendo hueco para el sexto hombre. En la otra orilla, la del Manzanares, hay un vacío imposible de llenar.

 

 

Columna publicada en el diario Marca 18-07-07

 

Foto: www.liverpoolfc.tv

 

El adiós de F. Torres, divorcio amistoso

Jorge Valdano . Ex-Jugador y Periodista

09-07-2007

De ‘Niño’ a hombre, de símbolo a gran negocio, del Atlético de Madrid al Liverpool: Fernando Torres. Tengo la impresión de que este sincero matrimonio se rompe porque la pareja evolucionó de manera distinta y eso, irremediablemente, termina en incompatibilidad de caracteres. El Atlético no quería su marcha y Torres no quería marcharse, pero el fútbol tiene imperativos que superan lo puramente sentimental.

 

Digamos, con todo el respeto del mundo, que el problema es fácil de identificar: en estos momentos hay en Europa muchos equipos mejores que el Atlético (los que juegan competiciones europeas, si queremos un marco referencial), pero pocos delanteros mejores que Torres. Lo cierto es que el esfuerzo de Torres no alcanzó para que el Atlético creciera a la altura de su ambición, y para un jugador de su categoría las semanas sin competiciones europeas son largas y tristes. Si las tensiones entre estas dos realidades contrapuestas, se alargaron en el tiempo, fue gracias a un ejercito de paciencia y lealtad por parte de Fernando que es muy difícil encontrar en estos días y espero que se le reconozca. El divorcio deja dinero, grandes recuerdos y el escudo dignificado. Se lleva el futuro.

 

 

 

Columna publicada en Diario Marca el 07-07-07

 

 

Foto: David López

 

 

Don Enrique, ¿por qué tenía tanto miedo?

J.G. Matallanas . Redactor Jefe de la Cadena Cope

06-07-2007

Miércoles 4 de julio. Estadio Vicente Calderón. 9:45 de la mañana. Despacho de Enrique Cerezo (un anexo al despacho del desaparecido Jesús Gil, que se conserva como museo). El Presidente del Atlético de Madrid, rodeado de su ‘entorno’, con la traidora ausencia de Miguel Ángel Gil Marín, recibe a Fernando Torres, que llegaba acompañado de su ‘entorno’. A Cerezo se le nota nervioso, muy nervioso. Quedan unos minutos para la rueda de Prensa de despedida de Fernando Torres como jugador del Atlético de Madrid. Don Enrique consigue balbucear dos preguntas: “Bueno, ¿esto cómo es? ¿qué vas a decir? Le tranquilizan. Cerezo no se lo cree. Insiste. “¿Pero desde cuándo decimos que manejamos la oferta?”

 

El acuerdo, como adelantó Abellán en El Tirachinas de la COPE, se produce el 19 de Junio cuando Gil Marín, Manuel García Quilón y Rafa Benítez se reúnen en Madrid para cerrar el traspaso sin la presencia de Bahía Internacional, empresa que representa a Torres. Fernando da la cara. Una vez más, como desde los 17 años, asume su responsabilidad como el oso y el madroño del escudo. Yo no tenía dudas de que Fernando asumiría su parte de ‘culpa’. Pero, ¿por qué Cerezo pidió árnica esa mañana a Torres? ¿Por qué estaba tan nervioso? ¿sabía Cerezo que ‘Calam’ había cerrado el acuerdo sin su presencia? ¿Por qué Cerezo y Abasolo, Vicepresidente, apoyaron en el Consejo de Administración la venta de Fernando? ¿Por qué Cerezo se encarga de filtrar el reconocimiento de Torres en Liverpool? ¿por qué dirigió la opinión de columnistas para que atacasen a Torres? ¿A qué tenía miedo? A ver si lo aclara, Don Enrique.

 

 

Columna publicada en el Diario Marca 06-07-07

 

Foto: David López

Días tristes, nos dejan dos niños

F.J. Díaz . Periodista de AS

02-07-2007

El Niño se nos marchará del Atlético mañana o pasado. Emprenderá un viaje cercano y ya conocido para muchos jugadores españoles, rumbo a la Premier. Otro niño, este más pequeño, también se nos marchó el sábado. Emprendió otro viaje, ese algo más desconocido para nosotros, para los mortales. Estos dos niños harán que este verano de 2007 ya siempre se nos vaya a quedar en la memoria. Fernando, el Niño del Atlético, llenó de sueños a la afición rojiblanca estos últimos años. Daniel, el niño de dos años y tres meses que nos dejó el sábado, llenó de ilusiones la casa de nuestro amigo José Antonio García Sirvent, compañero del Mundo Deportivo, y su mujer Mavi. Torres nos dará que hablar en estas próximas horas y ojalá que todo el año en el Liverpool. Daniel nos ha hecho ver que hay cosas más importantes que el fútbol y que éste debe servir de diversión y de unión.

Daniel empezaba a dar sus primeras patadas al balón quizá soñando con ser algún día lo que todos los niños quieren ser: un Torres rojiblanco, un Raúl madridista o un Ronaldinho azulgrana. Ahora, ese ángel travieso ya nos está mirando desde ahí arriba. La familia rojiblanca se queda huérfana pero la vida sigue. El ángel travieso velando por nosotros y el Niño de Fuenlabrada haciendo felices a otros. No será fácil reponerse a la pérdida de Daniel. Forlán, Quaresma... Ellos intentarán cubrir la del Niño. La del pequeño Daniel se intentará con el calor y el cariño a Sirvent y su familia.

 

 

Columna: F. Javier Díaz, publicada en el Diario AS

 

 

Fernando Torres, Bahía Internacional y todo el equipo responsable de www.fernando9torres.com desean transmitir su más sincero pésame al periodista, amigo y colaborador de este 'site' José Antonio García Sirvent y su familia por el reciente fallecimiento de su hijo, Daniel García. Descanse en paz.

 

 

 

¡Gracias Fernando, por permitir al Atlético seguir vivo!

Manuel Esteban . Redactor Jefe de AS

29-06-2007

Mis primeras noticias sobre la existencia de Fernando Torres me las dio Petón el año 2001 en Valencia durante la presentación del libro “Mi querida vieja” escrito por Alfredo Relaño y Enrique Ortego. Comiendo una paella en 'La Pepica' hablamos del Atlético del ascenso y me colocó de delantero centro al Niño. Me sonó a sueños de un colchonero de los pies a la cabeza, cuando me explicó que era el punta de los juveniles y que tenía unas condiciones que iban a sorprender al personal. Cuando debutó en Albacete para marcar el gol de la victoria que permitía seguir aspirando al ascenso al conjunto de Carlos Cantarero me quedé de piedra. El chaval tenía 17 años y apuntaba unas condiciones mucho mejores de las que uno podía pensar.

 

A lo largo de estos años, Fernando ha sido algo más que un futbolista. Se ha convertido en el icono, el símbolo del tercer equipo más importante de España. Se ha ganado el respeto y el cariño de los hinchas que llenan el Calderón. Con sus goles y su fútbol se ha convertido en titular indiscutible de la Selección y tanto Real Madrid como Barcelona han llamado a su puerta. Ha madurado a marchas forzadas y lleva el brazalete de capitán con total solvencia. Siempre ha rechazado los cantos de sirena de  los más poderosos de Europa, pues su objetivo era pelear por la Champions y poder llegar a ser el protagonista de un doblete como el que vivió de recogepelotas en la campaña 95-96.

 

Los números avalan la trayectoria de Fernando entre la élite. En las últimas cinco campañas ha sido el máximo goleador nacional, con la virtud de no tener un pasador a su lado y siendo él mismo el que se fabricaba la jugada y la culminaba. Ha sido la nota positiva de una afición desengañada desde hace tiempo de la entidad y que ha encontrado en Torres el espejo en el que se ha mirado. Sus declaraciones de amor eterno al color colchonero, en memoria de su abuelo que le hizo querer a este conjunto, han sido la bocanada de aire puro en una nave que ha ido a la deriva. No le ha importado manifestar que nunca se marcharía al eterno rival, el Real Madrid y se ha tenido que morder en muchas ocasiones la lengua para no explotar ante las decisiones absurdas que veía en su casa.

 

La fama nunca le ha atropellado y no ha sido pieza apetitosa para la Prensa. Sabe medir perfectamente todas sus declaraciones y no le ha importado ser un luchador ante los directivos en defensa de sus compañeros. Ha levantado muchas envidias y ha sabido encajar las etapas de vacas flacas, refugiándose con su gente. Disfruta yendo a los conciertos de su amigo Dani, el solista de El Canto del Loco y asume su condición de abanderado atlético. Nunca le pone mala cara al crío que le pide un autógrafo o la fotografía de turno. En un mundo mediatizado por la publicidad no se le ha visto en las revistas del corazón ni tampoco en la televisión. Asume su condición de futbolista, pero cuando se viste de pantalón largo se refugia con su gente.

 

Para desgracia de los atléticos, mucho me temo que nos quedan pocos días de disfrutar de su presencia. Se merece que lo dejen salir  por la puerta grande. Le han prometido durante muchos años compañeros de lujo y está viendo que su posibilidad de codearse con los grandes en la Champions se le escapa de las manos. Fernando Torres es un ganador nato y sería una traba no lograr ese reto y saber que tiene todas las condiciones para ser el Van Basten español. La afición atlética lo comprenderá y ya lo tiene colocado en su pedestal junto a gente como Gárate, Escudero, Leivinha, Baltasar, Ayala... El Niño ya es todo un hombre y se ha ganado su gran oportunidad. Por desgracia en su Atlético no le están dando el momento mágico de ser importante. Torres se lo debe a su abuelo y está convencido de que puede sumar todavía muchos títulos a una vitrina repleta de copas a nivel juvenil. ¡Fernando, gracias por permitir al Atlético sentirse vivo durante siete años!.

Foto: Pablo García

Debemos comprender a Fernando Torres

José Ribagorda . Periodista

26-06-2007

 

 

Decida lo que decida el jugador más importante que hemos tenido los últimos años, debemos aceptarlo. Ojalá se decante por seguir vistiendo la camiseta a la que tantas veces ha honrado y continúe portando el brazalete de capitán que con tanto orgullo ostenta. Pero si opta por irse, nadie se lo podrá reprochar. Son demasiadas temporadas malgastando su enorme talento en proyectos insolventes. Su conducta ha sido intachable. Ha dado todo lo que tiene, que es mucho. Particularmente, no puedo olvidar su derroche en aquellas duras temporadas en Segunda. Pero tengo también muy presente que estos mediocres años, ha sido el único (y hago hincapié en lo de único) que me ha hecho sentir orgulloso de ser seguidor de este equipo ingrato donde los haya.

Para Fernando Torres, haga lo que haga, sólo tengo palabras de agradecimiento. Por los momentos que nos ha hecho vivir como el gran futbolista que es. Sus goles inverosímiles o sus portentosas arrancadas siempre me han emocionado. Siempre ha sido un ejemplo a la hora de escenificar el esfuerzo y el compromiso con unos colores. Nunca se ha escondido y ha dado por este equipo muchísimo más de lo que este equipo ha dado por él. Nuestro Niño se nos ha hecho hombre y está en todo su derecho de buscar lejos del Calderón la gloria y la proyección que aquí únicamente ha encontrado a medias. Un jugador de su nivel escribirá páginas inolvidables allá donde vaya. Eso sí, su corazón siempre estará con nosotros. Eso, al menos, me consuela.

 

 

 

Columna publicada en el Diario AS (26-06-07)

 

Foto: José Antonio García Sirvent

 

 

La felicidad de Torres

José Luís Corrochano . Periodista de Onda Cero

09-03-2007

Recuerdos. Me dijo Méndez: “Vamos a Fuenlabrada a por tres chavales que han ganado la Nike Cup con el Atlético”. Pues vamos. Calle Alemania y los tres chavales en el coche rumbo a Capitán Haya en Madrid. Una hora después, allí estaban los tres sentados, con su chándal del Atleti y su cara de niño (A Torres aún no se le ha quitado). Méndez me había dicho que el de las pecas era un fenómeno, el segundo era Matallanas (sí, el hermano de Mata). Y el tercero, aún hoy no sé quién era. Fernando dice que puede que fuera Molinero. Tal vez. Sería un ventajista sí dijera que ya sabíamos que triunfaría, pero no si digo que Méndez se enganchó a él desde entonces. Y él, a mí.

 

Le pregunté hace un año a Leo Franco si no le sorprendía que Fernando Torres hubiera aguantado el peso del club durante tanto tiempo y con tanta juventud. Su respuesta me sorprendió, pero fue agradable: “No, cuando conocí a su madre lo entendí” (Gracias, entonces, a su madre). La última vez que vi a Torres fue a principios de esta temporada. Durante la entrevista le felicité por su madurez y a la gente de su entorno por retenerle en la tierra. Cosa nada fácil en los tiempos que corren.

 

El juego. Mírenlo. Párense a mirarlo. Pero mírenlo un rato... ¿A que sí? ¿A que no hay ninguna duda de que como él no tenemos tres o cuatro? Si le vieran por primera vez y les dijeran que es alemán, holandés o inglés, lo creerían. Por condición física y por estilo. La rapidez a la que controla el balón, los remates que hace y sobre todo los goles. Cuando usted lea esto, seguro que el último que ha marcado ha sido bueno.

 

La selección. Él ha ganado con España. Ya sabemos que de pequeño, pero ha ganado. Muchos de los que ahora juegan en las selecciones inglesa, alemana, italiana, francesa... saben cómo se las gasta. En torno a él, y a gente como Iniesta, Sergio Ramos, Casillas, está nuestra felicidad.

 

Su futuro. Sólo a él le corresponde, y los demás sólo podemos opinar. Así que aquí queda mi pensamiento: el día que se vaya (si es que lo hace) no habrá tiempo para el reproche. Ha sido ilusión, patria y banderín de enganche desde que era un niño. Compromiso indudable. Pregúntenle si se imagina viendo desde fuera como su Atleti gana un título. Dicho esto, él también merece ser egoísta. Merece disfrutar de la Champions, ser feliz. Merece ganar... Si es que así él lo decide.

 

 

Foto: José Antonio García Sirvent

 

A conquistar tu ideal

Javier Elizalde . Escritor

26-12-2006

Qué pocos supieron verte

con la paz que da el domingo,

deleitándose en tu risa,

en tus gestos y en tu ritmo.

 

La impaciencia desbordaba

como un río de aguas bravas

al que añoraba un Mesías

desde épocas lejanas.

 

El contagio o la venganza

con desatada pasión

hervía en quien se empeñaba

mostrar su equivocación.

 

Te bautizaron el Niño

pero qué pocos veían

la comprensión y el cariño

que todos niños ansían.

 

Ellos están enzarzados

por ver quién tiene razón,

no tiene que ver contigo

su tozuda obstinación.

 

El fútbol no se ha inventado

para callar otras bocas,

sembrar asombro o elogios,

navegar en barcas rotas.

 

El fútbol, como la vida,

fluye por un ideal,

tan fuerte como una roca

tan profundo como el mar.

 

No quiero verte en portadas,

que digan que es tu mundial,

lo que quiero que te lleve

a conquistar tu ideal.

 

 

 

Ilustración: Rafa Noguera Fernández

 

Poemas de Fútbol (Javier Elizalde)

http://www.bioterraviva.com/poemasdefutbol.htm

 

 

 

 

El Señor de los Anillos

Alfredo Duro . Periodista

30-11-2006

Una catarata de números parecen haberse apoderado de la escena en la que se mueve Torres. Números tiranos y fríos, que se mueven al antojo de los que entienden que la matemática está por encima del talento y la voluntad. Dicen que Fernando está acumulando el mayor período de tiempo sin marcar de jugada, que físicamente está bajo, que ha perdido chispa, que le falta confianza, que se sigue dejando el balón atrás, que no sabe definir, que ya está bien de darle bola, que …. Por si eran pocos, los números y sus eventuales amos han sellado una alianza con el seleccionador nacional, que en otra ridícula pirueta en forma de convocatoria ha decidido prescindir de “el niño” como antes hiciera con Guti, Joaquín o Raúl. Al final, seleccionador, amos, números y vulgares defensores de la estadística han llegado al convencimiento que están ejerciendo una cruzada didáctica en la que Torres, lejos de ser una víctima, es poco menos que un elegido: “¡¡¡¡… para que aprenda!!!!”.

 

Pues eso debe ser. Habrá que aprender a cargarse a la espalda, siendo un imberbe, con el centenario escudo de un club al que licenciados ilustres han dejado en segunda división. Habrá que aprender a asumir responsabilidades propias y ajenas al ver que durante largo tiempo te han rodeado de medianías sin ambición. Habrá que aprender a salvar la cara y algo más del que ahora te limpia de manera chabacana, con goles en Bélgica (0-2 en Bruselas) para que él y otros puedan presumir de Mundial. Y habrá que aprender a llegar al Mundial y estar a la altura, aunque sea marcando goles como el del debút ante Ucrania y la definición con Túnez cuando pintaban bastos.

 

Ha sido el propio Fernando el primero en reconocer que su principio de temporada está lejos de responder al nivel que él mismo considera exigible. La carga de trabajo después de un Campeonato del Mundo afecta en distinta medida que en temporadas regulares, y Torres, por mucho que algunos se empeñen, no es ajeno a este tipo de influencias. No hay razón alguna para mantener que los años futbolísticos tienen la misma frecuencia de rendimiento, y menos que en ningún otro sitio en el Atlético de Madrid, donde se ha elegido una nueva pareja de baile para el nueve, Agüero, sin que por el momento sus caminos sean capaces de coincidir en el punto futbolístico adecuado. Pero coincidirán, y entonces seguiremos hablando de números y voluntad.

 

La de Fernando Torres sigue siendo inquebrantable, tanto como la de personajes del celuloide como Frodo, Aragorn, Legolas ó incluso el enano Gimli, infatigables en el cumplimiento de su misión: destruir el anillo único y acabar con el poder de Luis Aragonés y los de siempre (perdón, me refería a Sauron). Porque sigue siendo Torres y no otros el que mejor representa la esperanza y el futuro. El que no esconde su destino y el que encarna todo lo que de epopeya y aventura sigue teniendo el Atlético de Madrid. En esa épica tarea, a mí me corresponde encarnar la sabiduría de Gandalf por lo que deduzco que la victoria ya tiene dueño. Entonces seremos nosotros los que elevando la voz al viento nos hagamos oír: “…¡¡¡ para qué aprendan!!!

 

 

Foto: José Antonio García Sirvent

 

 

La esperanza del Atleti

Iñaki Dufour . Periodista Agencia EFE

02-10-2006

Cada conversación actual de un aficionado del Atleti aún mantiene una ilusión renovada. Da igual lo que ocurrió el domingo anterior, en el partido más próximo o en la temporada anterior. Siempre queda alguna dosis de fe en sus palabras, de que pronto volverá a saborear el éxito o de que presumirá en el bar de alguna nueva gesta de su equipo. Y, en cada charla, sobresale Fernando Torres. Su talento, velocidad, habilidad, perseverancia, entrega, disparo, solidaridad, carácter, exigencia, remate y tantas otras cualidades le han dado al ‘9’ rojiblanco un merecido puesto entre los grandes futbolistas del Atlético de Madrid.

A sus 22 años. A esa edad, el delantero ya ha asumido la responsabilidad y el desafío de liderar el tercer conjunto de España en sus momentos deportivos más complicados, ha sido el máximo goleador del equipo durante las últimas cuatro campañas, el internacional del Atlético con más partidos con la selección española y ocupa el undécimo puesto entre los máximos anotadores de la historia del club rojiblanco con 62 goles. En ese último aspecto, sólo le superan nombres tan ilustres como Escudero, Luis Aragonés, Gárate, Adelardo o Enrique Collar, entre otros.

Le sobran argumentos, dentro y fuera del campo, para ser uno de esos inolvidables futbolistas que llenan las páginas del centenar de años del club. Y, encima, en unos tiempos en los que el negocio devora cada día más el simple juego y espectáculo del fútbol y en el que sólo queda un espacio reducido a algunos futbolistas para la fidelidad a los colores, Fernando Torres es del Atleti. Y juega en el Atleti. Lo hace desde que era un chaval. Esta temporada cumple su séptimo curso en el primer equipo. En el recuerdo de la afición aún se mantiene aquel tanto de Albacete, aquel imparable cabezazo a centro de Iván Amaya. Fue la esperanza del equipo, por aquel entonces en el ‘infierno’ y en los momentos más delicados de su historia.

Ese gol revitalizó las opciones de ascenso a Primera División, hipotecadas por la irregularidad de anteriores partidos. Hoy, como aquellas últimas jornadas de la campaña 2000-01 cuando debutó o los cursos posteriores, Fernando Torres sigue siendo la esperanza de los seguidores del Atlético.

Hace una década de los últimos trofeos del club, del histórico ‘doblete’, que Torres, por ese entonces con doce años, vivió desde la grada. Hoy, él quiere vivirlo sobre el terreno de juego, donde desea recuperar cuanto antes la grandeza del Atleti. Ese es su sueño. Y el de los aficionados.

Quizás sea esta temporada. Quizás este año sí.

 

Foto: José Antonio García Sirvent

De ayer hacia la Historia

Rocatallada .

19-09-2006

Rasga el viento.

 

Vuela o parece que vuela pero vuela.

 

Lleva a la espalda la Historia como una montaña que nace de sí mismo pero viene de atrás, maciza y vertical.

 

Mil rostros, cien mil gritos, millones de nostalgias tendidas al futuro, le acompañan. Pesan. No se ven. Pesan.

 

Y cuando corre, vuela. Y vuela cuando vuela.

 

Nueve mil veces nueve, en las malas más nueve, reclama la victoria que fue para ser otra vez aunque no la consienta el espíritu blando dueño de la moneda.

 

(Escúpeles, que tu sonrisa, y el viento al sonreír, les llene la cara de vergüenza y envidia)

 

Nueve mil veces nueve, sabe sin enseñanza, lo sabe porque sí, que es una medusa la derrota, y es un grito a los suyos cada vez: es una medusa la derrota ¡rugid cada mañana: soy de un equipo campeón que a veces pierde!: rugid cada mañana y rugidlo conmigo.

 

Rasga el viento, Torres; torres en rojo y blanco elevan tu silueta, convertidas en piernas te sostienen, buscando el horizonte (el gol: la vida) te proyectan. Lo alcanzas y al tocarlo, ya tuyo, nuestro, entero, las torres hacen cielo y las torres son Torres, delantero.

 

La tarde o la pasión de la patria que es muchos juntos tras un común deseo. El equipo es la patria. No es más. Es sólo eso. Es todo, sólo eso.

 

Y son las voces de los muertos que gritaron tu nombre cuando tu nombre era el de un bailarín negro: con el nueve Ben Barek, de un galán angoleño: con el nueve Mendoza, de un vasco bonaerense: con el nueve va Gárate y con él todos ellos. Los muertos, nuestros muertos, un siglo sobre ti.

 

Mira alrededor, y si hay quien no lo entiende calla, el silencio es desprecio. Continúa.

 

Sonríe gran pequeño que la bandera está de tu mano sujeta; desbocado el latido se alza; mientras creces, se yergue; conquistado el momento, vuelve el ayer y es hoy. Y tú vas por delante, compañero.

 

 

 

Foto: José Antonio García Sirvent

 

 

Y Fernando dijo ´no´... (A marcharse del Atleti)

Antonio Sanz . Periodista

14-09-2006

Se han dicho muchas cosas de cómo le ha ido el verano a Fernando Torres. Se ha especulado. Se ha vacilado sobre su futuro. Se le han puesto varias camisetas. Se le ha querido desprender de la rojiblanca. Todos habíamos comprado licencia para opinar. No importaba que se engañase a la opinión pública. Sólo importaba un titular: “Torres se marcha del Atleti”… ¿Por qué?

La sexta temporada de Fernando Torres en el Manzanares fue decepcionante. Tan decepcionante que no sólo Torres expuso su queja y su amargura en público. “Estoy quemado”, llegó a decir el capitán de la nave. El director deportivo, Toni Múñoz, decía adiós y en la zona noble del Calderón más de uno se mostraba dubitativo sobre su propio futuro. Era lógico. El alumbramiento de Bianchi nos permitió soñar a todos. Creer en algo. Admitir que el futuro se presumía más esperanzador. Las perspectivas halagüeñas maquillaban lo que a la postre se convirtió en un descorazonador año. Sólo la energía con que llegó Pepe Murcia logró salvar a un equipo cuya hemorragia ya ahogaba y que supo cortar a base de ilusión (también de conocimientos) el joven, pero prometedor, entrenador cordobés. Visto así el panorama y a punto de levantarse el telón en Alemania, nacieron los primeros visionarios. Aquellos que habían desembolsado mentalmente tanto dinero cómo para comprar casa en Londres o Manchester. Aquellos que si el rumor partía de detrás de los Alpes trasladaban, sin rubor, el domicilio a Milán. Aquellos que apostaban euro a euro que el destino mudaba el pensamiento de Fernando.

Pues bien, la realidad es que si Fernando hubiera tomado la decisión de querer marcharse, posiblemente habría puesto en un singular aprieto a la única persona que se ha negado a venderlo sistemáticamente: Miguel Ángel Gil Marín.

Para los que hablan de que el entorno ha querido mantener vivo al ‘Niño’ en el mercado, les vendría bien tirar de hemeroteca y recordar cuándo el Atlético desechó la propuesta en firme de dos grandes de Italia, de Serie A, o cuando su nuevo director deportivo, García Pitarch, admitió que además de Leo o Maxi, Fernando también rechazó contratos multimillonarios porque quiso seguir de rojiblanco. Y para éstos, los incrédulos, va dirigido el último capítulo.

Fernando también dijo ‘no’ al Real Madrid. Bueno, para ser justos, a dos candidatos a la presidencia del Real Madrid. En las oficinas de Bahía Internacional se recibió la visita de un miembro de una de las candidaturas favoritas para ofrecer una suculenta comisión a este despacho para poder utilizar la bandera de Torres como reclamo para ganar las elecciones. El ‘caso Figo’, como antes el ‘caso Futre’, estaba en el espejo. Y desde Bahía Internacional, esta vez, ni se le mandó al Paseo de los Melancólicos. No por el estado de ánimo del madridista y sí por la manera de actuar de esta, mi, empresa. No se negocia con el nombre de Fernando. Y no termina aquí. Unos días después, llamaron de otra candidatura favorita –obviamente tampoco la ganadora-. Y más de lo mismo. Ni vayas a ver a Miguel Ángel Gil, se le dijo, porque nada tienes que hacer. Fernando estuvo informado en todo momento de los movimientos del mercado. Ya estuviera en Dubai, París o Madrid. Por eso, Fernando, con el paso de los días, volvía a sonreír. Y así se lo hizo saber tanto al entrenador como al consejero delegado. Su grado de implicación con la causa rojiblanca jamás perdió enteros.

Así son las cosas y así han sucedido. Tan claro como que Torres ha firmado un año más con el Atleti, porque esa es la duración que han querido en el Manzanares. Porque no todo se compra con dinero, no todo. El resto son milongas o querer engañar a la gente.

 

Foto: José Antonio García Sirvent

 

Una historia de amor poco frecuente

Iñako Díaz-Guerra . Periodista de AS

10-08-2006

No creo en la fidelidad incondicional, me parece sobrevalorada. Todo el mundo estudia otras alternativas, duda y, a veces, cambia. Es normal, es humano. Las cosas duran lo que duran, se disfrutan y si acaban, duelen. Todo lo que termina, termina mal. Es ley de vida. Pero la gente utiliza conceptos como traición o mentira muy a la ligera. Son acusaciones muy graves que, si algún día deja el Atlético, acabará teniendo que soportar Fernando Torres. Y será una injusticia bestial.

Sí creo en la memoria, pero a veces es demasiado frágil. El Niño ha podido marcharse cada verano desde hace cinco años y no lo ha hecho. Y tenía motivos sobrados para ello, no nos engañemos. Se han sucedido las decepciones y han llegado pretendientes más ricos y más guapos. Aquí sigue. No lo olviden.

Ante todo, creo en los sentimientos. Torres renovará un año más. Quizás sea un gesto más simbólico que efectivo (si decide irse, lo hará), pero está diciendo quiero al Atleti, creo en él, este año va a ser el bueno y, si es el malo, lo habré intentado todo. Ese amor a prueba de bombas me alucina y me admira. Tal vez no dure siempre, pero mientras lo haga, disfrútenlo. Es una bonita historia.

 

Columna publicada en el Diario AS (10-08-06).

Foto: J. A. Sirvent

 

La forja de un campeón

Ramón Marcote . Preparador Físico

27-06-2006

Le veo correr, le veo luchar, le veo talento, cada vez le veo más talento, le veo ilusión, le veo derrochar pasión, le veo dejarse el alma y el corazón, y sin duda, le veo querer ser campeón. Y todo eso no es fruto de la casualidad. Eso se lleva dentro, con eso se nace y con eso llegará tan lejos como él quiera llegar.


Todo esto me hace recordar a aquel niño que conocí hace 11 años ya. Era un día cualquiera de una tarde de verano en la Playa de Estorde (en Cee, mi pueblo, en la provincia de La Coruña), donde Fernando y su familia suelen pasar las vacaciones, cuando mi hermano pequeño se acerca con su nuevo amiguete, se llamaba Fernando; era bajito, delgado, espigado, rubio pecoso y tremendamente tímido, pero eso sí, con una mirada decidida y que denotaba una gran seguridad en si mismo. Mi hermano, insistente como ninguno, defendía a capa y espada que este niño era un fenómeno jugando al fútbol porque había fichado por el Atlético de Madrid, y me repetía una y otra vez que tenía que dejarle jugar con nosotros en los partidos que organizamos en la playa.


Así lo hicimos. En uno de los muchos partidos de fútbol que solemos disputar en la arena de la playa le pude ver jugar por primera vez. En una hora de partido no le escuché ni una sola palabra, su timidez se lo impedía, pero sin duda pude ver a un niño con corazón de campeón. Corrió, luchó, peleó... No escatimó ni un solo esfuerzo, no renegó de ninguna pelea, no se acobardó con ningún rival por muy mayor que fuera. Y además, manejaba el balón y el juego de una manera inusual para un niño de su edad. No nos lo podíamos creer, tenía 11 años, estaba jugando con gente de 16- 20 años y se dejó el alma como si fuese el partido más importante de toda su vida. ¡Por Dios, simplemente era un partido en la playa! Nunca podré olvidar ese día porque al finalizar el partido todos nos rendimos ante ese niño, y no pudimos hacer otra cosa que felicitarle.


Ese espíritu de sacrificio unido a un extraordinario dominio técnico y a su capacidad de interpretación del juego para un niño de su edad nos sorprendió a todos. A partir de ese día comenzó a participar en todas las pachangas que se organizaban, ya no tenía que pedir permiso para poder jugar, nosotros le buscábamos para que jugase. Nos había conquistado en un solo partido. Cuando caía la tarde, a eso de las ocho de la noche, la pandilla solíamos organizar un pequeño torneo en la arena seca, lo llamábamos 'el Mundialito'. Lo organizábamos tarde porque a esa hora ya no quedaba mucha gente en la arena de playa…y bueno, un poco de cortesía siempre está bien. Este torneo consistía en un todos contra todos con un solo portero. Los jugadores que conseguían marcar un gol salían de partido y descansaban hasta que tan sólo quedaba uno, que era el eliminado, y así sucesivamente hasta se eliminaban todos los jugadores excepto dos. Estos dos disputaban lo que llamábamos la gran final. Esta gran final la ganaba el primero que lograra tres goles. Como se puede entender este juego era un ‘rompe-piernas’, donde la resistencia y la fuerza solían ser los verdaderos jueces del 'mundialito' mucho más que el propio fútbol.


A pesar de ser tan solo un niño de 11 años, Fernando era de los que solía jugar las finales. Al cabo de los años los finalistas seguíamos siendo casi siempre los mismos, pero si los primeros años, cuando Fernando contaba con 11, 12 o 13 años nos resultaba relativamente sencillo vencerle, cuando ya contaba con 13, 14 y 15 años era Fernando quien contaba sus finales de 'mundialito' por victorias. A medida que se iba haciendo mayor y más fuerte decidimos llevarlo con nosotros a los torneos de verano de fútbol playa que se celebran en pueblos de la Costa de la Muerte. Fueron varios los torneos que disputamos juntos, y hubieran sido más si la profesionalidad no hubiera llamado a su puerta. Nuestro equipo era un equipo de amigos rebosante de ilusión y ganas de disfrutar del verano con el deporte que más nos apasiona, el fútbol. Nunca conseguimos ganar ningún torneo juntos, pero puedo decir que nunca he disfrutado tanto como compartiendo campo con Fernando Torres.


La pasión, el coraje, el pundonor y el amor propio con el que disputaba cada minuto, son dignos de elogio y motivo para sentirme orgulloso, ahora cuando es uno de los futbolistas más importantes de Europa, y sobre todo cuando tan sólo era un niño.


Recuerdo los mundialitos, los torneos de penaltis, los partidos en arena mojada, los campeonatos de fútbol 7 en arena de playa, los torneos de voley playa, las torneos de baloncesto, pero sobre todo recuerdo las risas, las conversaciones, los abrazos, las bromas, los juegos. Recuerdo su timidez, su espontaneidad, su amabilidad, su disponibilidad, su saber estar, su humildad... Y lo que más me enorgullece, es que hoy 11 años después, ese niño que un día conocí en la playa, sigue siendo igual. Y ésta es sin duda su mayor virtud. Ha conseguido crecer tanto que todas sus virtudes personales y futbolísticas han conseguido confluir hasta convertirle en una persona y en un futbolista extraordinarios.


“La forja de un campeón, un futbolista que empezó a ser campeón cuando era niño, y un niño que siempre tuvo alma de futbolista y corazón de campeón”.Su predisposición, su derroche físico y sus manifestaciones creativas cada vez más frecuentes en el juego, intrincadas en un funcionamiento colectivo cada vez más definido de nuestra selección están consiguiendo hacernos vibrar como nunca con ‘la roja’. ¡Gracias España, gracias Fernando! Me emociono al hablar tan libremente del pichichi del mundial, pero es que yo le conocí con 11 años y le vi crecer jugando al fútbol en arena, por lo que para mí sigue siendo un ‘niño’.


Un niño que, ¿por qué no?, y aunque parezca un poco osado permítanme esa licencia, tal vez haya forjado en la arena de la playa de Estorde gran parte de sus virtudes futbolísticas y personales.

 

 

 

Fuente: El Blog de Matallanas, http://mata-dor.blogspot.com

 

 

El factor sorpresa

José Manuel Cuéllar . Periodista del Diario ABC

08-06-2006

Va a empezar el Mundial y Torres ya está allí. No ha tardado mucho en presentarse en el mayor campo de batalla que en el mundo hay. Tiene 22 años y parece que le conocemos de toda la vida, que lleva en los terrenos de juego desde que tenemos conciencia, y eso habla de su grandeza. Se presenta en Alemania con la esperanza de toda una nación detrás, lo mismo que lleva años con la ilusión de los rojiblancos en sus hombros.

 

Es algo que no se le valora, pero el chico lleva cargando baúles de los demás desde que subió a la primera plantilla. Es por eso que ahora confiamos en él, porque sabemos que tiene espaldas anchas y piernas ligeras. Hay otros factores por los que hemos de confiar en Fernando. No es sólo porque sea muy bueno, un tipo rápido, potente, habilidoso y con un espíritu irreductible. Es, sobre todo, porque no le conocen. Parece un asunto baladí, pero no lo es. No es un jugador que haya exhibido sus armas en el extranjero, ni que haya paseado su velocidad por Europa o por las competiciones continentales. Al igual que cuando Raúl apareció por primera vez en estos torneos, Torres puede sorprender a los defensas que no están familiarizados con su manera de jugar. No es lo mismo ponerte un vídeo de un jugador que haberte enfrentado a él cinco o seis veces, prever sus reacciones, sus parones, sus acelerones. Y en esto Fernando es un maestro. En buscar huecos en los carriles del ocho y del diez, en buscar la espalda, en arrancar con un mínimo de ventaja. Si hace eso se acabó. Estás muerto.

 

Existen más condicionantes para ser optimistas: el entorno. Pocas veces tendrá Fernando la posibilidad de surtirse de la clarividencia de jugadores como Cesc, Xavi, Raúl, Xabi Alonso... Pasadores de primera. Y para él es una posibilidad única de enriquecerse, de limar aristas técnicas, de coger una experiencia que le va a curtir y servir para ser mejor jugador de lo que aún es. Es importante porque muchas veces nos olvidamos de que se trata de un chico de 22 años, de un jugador que, en condiciones normales, aún estaría en fase de aprendizaje. Y Torres, por mucho camino abrupto que lleve recorrido, aún está en esa etapa.

 

Puede que lleve muchos años en Primera, pero con tanto tiempo que tiene por delante seguirá creciendo y creciendo. No le queda tanto: algunos controles más colocación del cuerpo en pegada, un toque más de frialdad en las situaciones límites (eso lo da la edad), y listo. Ya es un jugador superlativo, pero lleva camino de convertirse en algo más que un jugador de fútbol.

 

 

Halo de crack

Antonio Ruiz . Periodista de la Cadena SER

25-04-2006

No hace falta pasar mucho tiempo al lado de Fernando Torres ni someterle a una exhaustiva analítica futbolística para darse cuenta de que posee ese halo que tienen los grandes, esa atmósfera especial que distingue sólo a unos pocos. Casi desde que se asomó a este gran circo del fútbol le ha acompañado una marca indeleble que le convierte en ídolo para la legión atlética y villano para los rivales, justo las señas de identidad que suelen acompañar a los cracks de verdad.

 

Y cuando hablo de crack me quiero referir exactamente a un crack en formación, un futbolista de 22 años que lleva cuatro temporadas sosteniendo la responsabilidad del éxito de un club grande como el Atlético, máximo goleador nacional de la Liga los dos últimos años, objeto ya de ofertas millonarias por parte de los mejores clubes del mundo, icono futbolístico para los niños de media España y con una capacidad inagotable para regalar ilusión a la multitud que se le acerca en busca de una foto o un autógrafo. Es, precisamente, en estos momentos cuando uno se da cuenta del carisma que tiene el Niño para esa masa menuda del fútbol que ve retratado en Torres todos sus sueños, esa infinidad de niños aspirantes a futbolistas y esa otra legión de nenas que le miran también con fervor pero con otros ojos. Para todos ellos siempre tiene o intenta tener un huequito.

 

Me acuerdo de una anécdota que contaba la madre de Fernando en una radio cuando el Niño acababa de llegar al primer equipo. Doña Flori fue preguntada cómo encajaría su hijo la incipiente fama que se acercaba y ella contó que un día viendo un entrenamiento de la selección española en Boadilla del  Monte Fernando se acercó junto a otros niños para que aquellos internacionales le firmaran un autógrafo sin éxito y fue tal el berrinche que se llevó que le prometió a su madre que si algún día estaba en ese lugar nunca le iba a negar un autógrafo a nadie. Y hasta hoy cumple siempre su promesa.

 

Retomando lo de crack, señalo lo de crack en formación porque Fernando tiene la esencia, el talento y un sinfín de facultades que le identifican como tal pero cada día, y le quedan muchos de futbolista de elite, tiene que seguir esculpiendo su perfil por una sencilla razón natural. En el fútbol, como en la vida, la experiencia es la que define el crecimiento y madurez del individuo y el Niño se está haciendo a gran velocidad pero aún no está acabado. Es demasiado joven como para pensar que Torres es ya Torres y si mantiene su contrastada progresión estamos aproximándonos al crack que muchos pensamos será en breve. El no es tonto y aprende rápido para limar sus defectos y potenciar sus virtudes.

 

En cualquier caso, yo he tenido la inmensa suerte de presenciar en primera fila el viaje del Niño desde que aterrizó frente al Leganés con 16 años hasta el día de hoy. Aquel espigado imberbe que ya despertaba mucha curiosidad por sus marcas en las inferiores del Atlético y del equipo nacional se asomaba a la historia del Atlético dispuesto a escribir una bonita página. Y sobre él se puso todo el peso del escudo de este club. La maltratada afición rojiblanca instalada en el pozo de la Segunda recibió al Niño casi como una señal divina y se postro a adorarlo. Pronto dibujo su primer gol en Albacete, aquel balón largo de Amaya que definió magistral Torres y luego muchos mas de todos los colores con el Atleti y la Selección.

 

Yo no tengo ninguna duda, Fernando Torres representa uno de los últimos grandes impactos del fútbol español y esta llamado a pulverizar números a lo largo de su carrera. En los últimos 30 años, tal vez desde la aparición de aquel Emilio Butragueño que llamó tanto la atención en los 80, no había aparecido en el fútbol español un referente tan señalado. Siendo mucho y bueno lo que ha dado ya, lo mejor de Torres esta por llegar y los que creemos en el futbolista le esperamos sin condiciones ni excusas.

 

La única pena es que la referida progresión natural del Niño se pueda completar con otro escudo y otros colores, ojalá no sea así y la maltrecha afición atlética pueda disfrutar muchos años de sus goles. Que el Niño siga significará que el Atlético sigue siendo grande.

 

 

Foto: J. A. Sirvent

 

 

El poder de su mente

Luis Villarejo . Periodista

14-03-2006

En el fútbol del siglo XXI, la fuerza mental es el elemento que diferencia a los buenos de los excelentes. Hay una raya que divide y separa a unos de otros. No es fácil convivir con la presión como compañera de viaje en un mundo tan contaminado como el fútbol, que vive al día, que escruta cada movimiento de los futbolistas de élite. Y donde el ventajista, es el rey.

 

Fernando Torres ha pasado esa prueba del algodón en varias ocasiones. Ha superado esa tortura psicológica que consiste en poner contra la pared a un gran futbolista, recordándole en víspera de los partidos, los minutos que lleva sin marcar un gol. Ese apunte hortera, que en plena esquizofrenia incluye en los días sin gol la suma de los meses de verano, en vacaciones cuando no hay fútbol, o que incorpora a la estadística que ilustra las 'vacas flacas' días o meses de lesión -le acaba de pasar a Raúl-, ha sido ampliamente superado por Fernando Torres.

 

Es una alegría para el fútbol español contar con el apoyo de Fernando Torres. El Atlético de Madrid siempre contó con delanteros de ensueño. Fue un placer para la vista ver la elegancia de José Eulogio Gárate en los años 70 y más tarde aprender con Leivinha. 'Leiva' fue el primer tipo que hizo una bicicleta en un campo de fútbol en España. Y una bicicleta de verdad. Con clase y con definición. Hay algunos que hacen ese regate y se van al córner. Leivinha se iba a la portería y definía.

 

Luego llegó el arte de Kiko. Un personaje fascinante. Fernando Torres recogió su testigo. Y es en la actualidad un referente de este país. A Torres le falta un título para agrandar su figura. Que ya es inmensa. De ahí su mérito. Estar tan arriba sin fotos de títulos no es nada fácil. A final de esta temporada, Torres va a recoger un trofeo simbólico, que es un pasaporte especial. El visado para su primer Mundial. Fernando va a entrar en una nueva dimensión.

 

Jugar un Mundial trasciende. Hay un antes y un después en la trayectoria de un futbolista. Él va estar en el mismo escenario de Drogba, de Henry, de Ronaldo, de Gilardino, de Hernán Crespo, de Rooney. Y esa 'Liga' no se juega todos los días.

 

Para los que queremos a nuestra selección es loable y plausible ver el cariño y el interés que pone Fernando cada vez que acude a una cita de Luis Aragonés. Llega al hotel con buena cara. Rueda los anuncios con alegría. Se le ve implicado. Hasta en eso es inteligente. Ojalá todos fueran como él y acudieran tan felices a un mundo diferente, como es el equipo nacional, que seguro le va a servir de trampolín en verano para lo que él quiera.

 

Si desea seguir en el Atlético y en la Liga española, bien. Si le apetece otra aventura, también. Los profesionales dignos y comprometidos tienen derecho a elegir su futuro con libertad. Y él esa elección se la ha ganado a pulso. Ojalá Fernando Torres siga saltando vallas y absorbiendo fútbol. Fútbol en estado puro.

 

 

 

Foto: J. A. Sirvent

 

El motivo

Jaime Rodríguez . Periodista de El Mundo

02-02-2006

En los últimos años, para acudir al Vicente Calderón hay que tener una fe inquebrantable en los colores rojiblancos, disfrutar de bastante tiempo libre o ser un apasionado del riesgo. A falta de buen fútbol, quizá la gente busque otro tipo de sensaciones más extremas siguiendo a un equipo con querencia al dramatismo. Pero actitudes masoquistas aparte, la mayoría de los aficionados atléticos han dado con el incentivo apropiado para pagar religiosamente el abono temporada a temporada o retratarse en el Pay per view cuando toca partido fuera de casa. Fernando Torres es el motivo. Así lo reconocen muchos hinchas y así lo creemos otros tantos periodistas.

No es fácil escribir de este Atlético post-ascenso que nos toca vivir/sufrir. Las crónicas pueden convertirse en un suplicio o en el calco de la que has tecleado quince días antes. Mismo encuentro, mismo resultado, peor a veces. Sin embargo, un chaval ha sabido brillar en la aridez de la época más gris del club. Nos ha dado un motivo para llenar páginas sobre el Atlético de Madrid.

Torres ha crecido y ha tirado del vestuario desde su poderosa juventud. Guardó el brazalete de Kiko y se puso a correr, con muchos seguidores detrás. Fernando corre y la grada se levanta. Sabe que algo puede suceder. Dos, tres, cuatro pases en horizontal sin ambición... Hasta que el nueve la pide, la busca o incluso la roba con hambre a un compañero, ansioso por ayudar a ese escudo querido, con el que gozó como seguidor desde la grada el lejano año del doblete. No quiere irse sin más, desea ganar en rojiblanco.

De ese espíritu indómito parte la esencia de su fútbol. Puede y debe progresar por exigencias de su fecha de nacimiento, pero lo hecho está ahí. La mentira en el fútbol se desmonta pronto y Torres tiene ante sí la oportunidad diaria de ser mejor, para bendición de su Atlético.

Este chico de barrio, como lo somos tantos (él de Fuenla, yo de Alcorcón), hace ruido. Su forma de ser, sus peinados o la fotogenia para la publicidad le han convertido en un icono que rebosa el terreno de juego. Moneda de dos caras, que sirve a sus detractores más arcaicos para reprocharle los flirteos con el glamour. Pero la pose se compagina con el gol en el Atlético y con la selección. La noche que dio el vital triunfo a España contra Bélgica -medio pase para el próximo Mundial-, muchos tuvimos motivos de orgullo. Como Curro Romero, el mismo Raúl González o celebridades de las artes, Torres divide. Torristas o anti. No hay tibiezas, una intensidad que los mediocres jamás provocarán.

Y en el estruendo, tras la aparatosidad que acompaña a una estrella del deporte, surge una persona gentil, capaz de dar las gracias a un redactor por realizarle una entrevista, a pesar de haberle machacado con una sesión fotográfica de 40 minutos. O valiente ante la avalancha de aficionados que le piden autógrafos a la puerta de la Ciudad Deportiva de Majadahonda. Otros huyen por la puerta de atrás. Él no, porque sabe que están allí por él. Es su motivo.

 

Foto: J. A. Sirvent

El ´Niño´ de sus ojos

Alberto R. Barbero . Periodista de Marca

12-12-2005

Hola. Me llamo Jimena y tengo mes y medio. Soy la abonada 50.927 del Atlético de Madrid. Mi papá me ha contado que los de la web de Fernando Torres le encargaron hace días un artículo. No se lo vayan a decir ustedes a nadie, pero papá me ha pedido que lo escriba yo. Dice que él no sería objetivo. Que no podría serlo. Yo no sé lo que es una web ni lo que significa ser objetivo, pero papá también me ha susurrado que a Torres le llaman el 'Niño', así que, por lo visto, soy la más indicada. La verdad es que a papá le brillan los ojos cuando enseña a sus amigos mi carnet rojo y blanco. Entre nosotros: yo creo que a él le gustaría tener uno. El problema es que, aunque papá dice que esa costumbre se está perdiendo, los periodistas no dejan constancia de sus colores. Papá es periodista, pero todo el mundo conoce sus colores. Algo falla.

 

Así que, pequeñita como soy, tengo que referirme a Fernando Torres. Yo, la verdad, todavía no he visto un partido de fútbol. En realidad me cuesta fijar la mirada más allá de las caras de papá y mamá. En todo caso tengo la impresión de que, a la que me deje, papá me llevará a ver un partido en el Calderón. Papá le tiene cariño al ‘Niño’. No debería contarlo (ya saben: es periodista...), pero se lo tiene. Cuando el Atlético juega papá está trabajando y no puedo verle, pero cuando juega la selección se pone muy nervioso viendo a Torres. El otro día iba a tirar un penalti y papá no quiso mirar. Luego se puso a gritar para celebrar el gol. Porque fue gol. Mamá se asustó y casi se le cae algo al suelo. Yo no podía decir nada, los niños no hablamos, pero me hubiera gustado decirles que todo era muy divertido. Papá dice que Torres va a jugar el Mundial.

 

Y es que papá me ha contado algunas cosas sobre Torres. Una cosa es que no escriba el artículo y otra que no me ayude. Dice que apareció en el primer equipo del Atlético a los 17 años y, para que entienda de cuanto tiempo se trata, me explica que un año tiene doce meses. A mí me queda mucho para tener 17 años. En cualquier caso parece que, según papá, en España son muy pocos los que a esa edad juegan en un equipo como el Atlético. Papá dice que Torres es muy bueno, pero que, precisamente por jugar en el Atlético, lo tiene más difícil que otros. Dice que los mismos que ayudan a jugadores que llevan otros colores parecen estar deseando que a Torres le salgan mal las cosas, pero añade que si le salen bien son los primeros en decir que ya lo habían dicho ellos. Yo eso no lo entiendo. No sé, los adultos parecen muy complicados.

 

Torres se convirtió en un motivo de alegría para gente que, la verdad, no estaba teniendo muchos en los últimos años. Por eso los suyos, los del Atleti, quieren tanto a su ‘Niño’. Papá me cuenta que siempre hay quien dice que Torres se va a marchar del equipo, pero que de momento ahí está... y ya se ha convertido en el más ‘veterano’ de la plantilla. He puesto comillas en veterano porque no sé bien qué significa. Creo que es algo así como todo lo contrario a mí. A papá le gustaría creer que todavía hay futbolistas que conservan la ilusión de pequeños. Me cuenta que Torres iba al Calderón cuando era un chaval. Lo llevaba un abuelo al que Torres quería un montón. Papá espera que el escudo de la camiseta sea aún más importante que los títulos que se pueden ganar en otros clubes (me ha dicho que lo ponga así, clubes, pero mira que suena mal...). Papá quiere que Torres se quede.

 

Tengo que irme pronto a la cama, ya comprenderán, así que voy acabando: Papá dice que a las niñas les gusta mucho Torres, y que a cualquier ciudad que va el Atlético hay cientos de personas esperando al ‘Niño’, y que no es fácil centrarse con tanta popularidad pero que él lo consigue, y que es muy buen tipo y participa en un montón de actividades benéficas, y que la gente que lo rodea también contribuye a que sea así de majo, y que es muy buen futbolista se pongan como se pongan los malotes que no le quieren, y que los árbitros no le protegen, y que, y que, y que... Papá no para de hablar y yo creo que para eso podía haber escrito él este artículo. Papá no dice nada malo de Torres. Me da que le haría ilusión que yo lo conociera. Llevarme un día al estadio y hacerme una foto con él. Yo, de momento, he cumplido. Al final y al cabo soy una niña. Nada más. Nada menos. 

 

P.D: Papá ha llegado contento a casa. Siempre me da un beso, pero hoy he notado algo especial. Luego me he enterado de que Torres le ha metido un gol al Alavés. Del resultado no me ha querido decir nada...

 

 

Foto: David López

 

 

 

´Niño´, tú vales mucho

Carlos Aznar . Periodista de Mundo Deportivo

27-10-2005

Por muchos adjetivos que escriba, recursos literarios que utilice, muy poquito voy a descubrir a los que lean estas líneas sobre Fernando Torres. Ya le conocéis y mis compañeros de ‘opinión’ os lo han descrito bien: un chaval de 21 años que lleva con elegancia y humildad lo de ser una estrella mediática, que no se olvida de sus inseparables amigos a pesar de los diferentes decorados en los que se mueven, estandarte de un equipo tan complicado como el Atlético de Madrid, arropado y arropando a su familia. Y en lo futbolista, una grandísima realidad con un potencial descomunal. Y ya está.

 

Mi intención era desvincular este artículo a la actualidad, pero han ocurrido algunos acontecimientos que han obligado a cambiar el rumbo de las teclas. Está claro que sobre Fernando, como sobre cualquier otra persona, habrá opiniones diferentes, todas -o casi todas- respetables. Pero lo que no es normal es que las indudables cualidades -futbolísticas- del 'Niño' hayan sido puestas en duda hasta el punto de cuestionar su presencia en la selección, donde se discutió la conveniencia de su titularidad y las voces más críticas pidieron la cabeza del Torres, que no lograba enganchar un partido más que bueno con la camiseta nacional. ¡Qué mal lo pasaron esos días los que más quieren a Fernando y qué mal lo debió pasar él... ¡qué injusticia! España no carbura y apuntan al último en llegar, al que la 'bendita' envidia nacional colocó en el disparadero.

 

Pero llegó el día que muchos esperábamos. ¡Cómo celebramos los que le apreciamos los dos goles a Bélgica! ¡Y qué primer golazo! Reyes le manda un balón alto y cruzado, Torres salta, prepara la pierna y la clava en el palo opuesto. En ese momento, en Mundo Atlético mandamos a unos cuantos a 'Parla'. Lo del 'hat-trick' contra San Marino fue la guinda. Fernando tapó muchas bocas y los que tanto quieren quitarle las rayas rojas de la camiseta del Atleti tuvieron que agachar, otra vez, la cabeza. Días de regodeo para los 'Fernandistas' (me incluyo, como sospecháis, en este primer grupo), congoja para los que siguen sin admitir que este chaval es un crack y que, además, es del Atleti. Ojalá que Fernando haga otro pleno en el primer partido de la repesca... y en el Vicente Calderón. Del regodeo al regocijo, y de la congoja a la pesadilla. Suerte Fernando y hasta la próxima.

 

Foto: J. A. Sirvent

 

 

La mirada del tiburón

Alejandro Mori Marqués . Periodista de Onda Cero

14-09-2005

El fútbol es sistema, rigor táctico, orden. Pero también es algo vivo, mutable e impredecible. Por eso yo me quedo con la belleza de un juego que produce sensaciones maravillosas.

 

Empecé a tener noticias de Fernando cuando con catorce o quince años en el Atlético de Madrid se sabía de su calidad: “es diferente y muy bueno”, me comentaban los técnicos de la casa, esos que maman y conocen las entrañas de este deporte.

 

Se veía venir y se esperaba a un jugador que lideró a los campeones del europeo sub-16 del 2001. Con diecisiete años Fernando Torres era una realidad que generaba expectación por su velocidad, sus frenéticos desmarques y, sobre todo, por sus goles.

 

Un Atlético, en horas bajas y con la necesidad de un relevo generacional, sufría en la segunda división como un burgués venido a menos. Fue entonces cuando vi esa mirada en sus ojos. Yo estaba en la banda del Carlos Belmonte sentado en la hierba y a escasos metros del calentamiento de ese futbolista que de repente clavó sus tacos mirando al entrenador seguro de si mismo, muy por encima de la presión y con el hambre de un depredador.

 

Esa mirada fría, y a la vez expresiva, la recordaré siempre. A los pocos minutos, y tras sustituir a Kiko, Fernando buscó un balón imposible de Amaya y suspendido en el aire marcó un gol para soñar aquella tarde de Junio.

 

No podía ser de otra forma, él quería entrar por la puerta grande en el Club al que ama. A Fernando Torres tenemos que agradecerle ese aire innovador que ha traído al previsible fútbol español, su rapidez, su valentía y su gol.

 

Si, SU GOL. Porque algunos olvidan que Fernando se ha pasado la vida marcando goles, muchos goles. Una cincuentena en poco más de cien partidos en primera división, e incontables en las categorías inferiores.

 

Por cierto, muchos de sus tantos producidos como final a la jugada que, por necesidades del guión, algunos patentamos como “yo me lo guiso y yo me lo como”. Solo, zigzagueando con potencia y movimientos de escualo sorteando a las defensas y a las patadas.

 

Muchos dicen que tiene que mejorar. Tienen razón. Todos tenemos que hacerlo. Hay que tratar con respeto y normalidad a un futbolista de veintiún años de un altísimo nivel que rebosa talento. Fernando Torres es como es y juega como le señala su instinto. Intenta algo nuevo en cada movimiento y en cada jugada sin importarle nada más que el premio a su imaginación.

 

Fernando, tendré oportunidad de verte sonreír festejando en los próximos años, los goles que marcarás en el Atlético de Madrid y en la Selección. Estoy seguro.

Y entonces reviviré esa mirada. La mirada del tiburón.

 

Foto: Pablo García

 

 

 

El futuro rojiblanco

José María Bonilla . Periodista de Onda Madrid

28-07-2005

Hablar de Fernando Torres es hacerlo de ilusión, de emblema, de carisma, de futuro y de gol.... Sí, de gol... Y hablar de Torres es hacerlo de seriedad, de ganas y de un camino por recorrer que a todos se nos antoja fantástico.

 

Poco podría sospechar un chavalín de 17 años, que debuta en un Club convulsionado, que aquel gol en Albacete iba a significar tanto para la entidad, la cantera y la persona. Llegó en medio de un incendio y se ha convertido en el buque insignia, en el reclamo de todos, en el estandarte de un equipo con 102 años de historia, por que a sus 21 años recién cumplidos lleva el peso del atlético desde hace tres. En él busca el aficionado la esperanza perdida. En Torres encuentra el juvenil rojiblanco el espejo donde mirarse. En Fernando tiene el Club un diamante tan grande, tan sumamente grande en todos los sentidos, que lo está puliendo para convertirlo en lo que todos esperamos.

 

Pero además, Fernando es futbolista. No jugador de fútbol. Futbolista. Por que soñaba con serlo, con explotar sus cualidades en un terreno de juego, con demostrar que su llegada al primer equipo no era una simple cortina de humo. Y lo hizo. Y se ha convertido en el máximo goleador rojiblanco en las últimas tres campañas. Y es que, mal que pese a algunos, Fernando Torres tiene gol. Lo lleva en la sangre, en sus ojos, en las arrancadas frenéticas, en sus disparos, en sus saltos. Tiene el gol en la cabeza. En una cabeza que le funciona a la perfección, porque no es fácil convertirse en ídolo a tan corta edad. Porque no es fácil asimilarlo de la manera que él lo hace y no es ni mucho menos fácil, soportar sobre sus espaldas, temporada tras temporada, el peso de un equipo histórico.

 

Crecerá futbolísticamente, pulirá defectos, calmará el ansia de golear en cada acción y será todavía más grande. Y esa grandeza no se la deben perder los atléticos. Fernando Torres ha mamado la rojiblanca, siente los colores. Y a los atléticos nos ilusiona que algún día el 9 nos devuelva al lugar perdido hace mucho tiempo. Hay futbolista y Atlético. No lo perdamos, sería un error irreparable.

 

 

Foto: J. A. Sirvent

 

 

La realidad del ‘9’ colchonero

Silvia Barba Santamaría . Periodista de TVE

06-06-2005

Os voy a proponer un juego, imaginad por un momento que tenéis pecas, que acabáis de cumplir 21 años y que sois futbolista del Atlético de Madrid. ¡Ah! se me olvidaba, debéis incluir también en vuestra fantasía que sois internacional con España y vuestra 'foto' decora miles de carpetas de quinceañeras. ¿Ya? ¿Os lo imagináis? ¿A quién os parecéis? ¿Cuál es vuestro perfil?

Bueno, pues bien, creo que no variaría mucho del de Fernando Torres. Llevo algo más de seis años cubriendo la información del equipo rojiblanco y durante todo ese tiempo he coincidido con él prácticamente a diario y salvo sus cortes de pelo y algunos pantalones (más modernos ahora) creo que su vida no ha cambiado demasiado. Muchos diréis que la vuestra tampoco, pues mi enhorabuena para vosotros porque nadie debe de olvidar nunca su origen. Además, día tras día me pregunta mucha gente que si Torres ha cambiado, que si ahora es más 'creidillo' o que si la abuela fuma. Pues tendrá que ser eso, que la abuela fuma. Porque Torres sigue teniendo el mismo espíritu que le hizo debutar con 17 años. ¡Que sí! Os lo prometo. Quizá pueda dar una imagen más distante desde los medios de comunicación pero si le conocierais os molaría.

En definitiva, si no existiera habría que inventarlo. Fernando Torres ha aportado mucho al fútbol español. Primero, que la cantera del Atlético de Madrid sea tenida en cuenta; y segundo, que los grandes se interesen por un nacional tanto o más que por el mejor goleador brasileño. Después de estas declaraciones, ustedes dirán que no soy objetiva o que se me ve el plumero. Pero, ¿por qué? No tengo ningún interés más que mostrar la realidad del '9' colchonero. Además, tened en cuenta que nadie está ahí arriba por casualidad y Fernando Torres tampoco.

 

Foto: J. A. Sirvent

 

 

Uno de los elegidos

F.J. Díaz . Periodista de AS

13-04-2005

Dos días antes de su 21 cumpleaños entrevisté a Fernando Torres para As. Me impresionó. Me encontré con un futbolista demasiado maduro para su edad. Demasiado ambicioso para ser un chaval de tan sólo 21 años. En otras ocasiones ya había tenido la oportunidad de hablar con el Niño, pero fue ahí, ahora, cuando le noté más cambiado.

 

Me pongo en la piel de Torres y  no debe ser fácil ser el jugador más representativo, el futbolista más importante de un club como el Atlético de Madrid. Estamos hablando de la que para muchos es la tercera entidad futbolística del país, con todo lo que ello supone. Y da la impresión que él lo asume con mucha naturalidad. Desde pequeño ha sido uno de los elegidos, lo sabe, y lo lleva con la más absoluta normalidad. Pero no debe resultar sencillo llevar en la espalda ese 9 del Atlético y sentirte en el centro del huracán, de las miradas, de los focos y micrófonos todas las semanas, cada día.

 

Torres lo lleva bien. Querido por su afición; odiado y respetado a partes iguales por las demás, el delantero del Atlético sabe, además, que la carrera deportiva es corta y quizá por eso se muestra cada vez más ambicioso, más exigente. Quiere celebrar títulos. Como cuando él era un chavalín y vio a sus ídolos celebrarlos. Me quedo con esos matices que van más allá del terreno de juego.

 

De Torres con el balón en los pies está todo dicho. Uno lleva muchos años cubriendo la información del club madrileño, pero pocas veces se ha encontrado con un fenómeno como el de Torres. Y es ahí cuando uno se da cuenta de que,  éste jugador que tiene enfrente, está llamado a marcar una época. En sus manos, en sus pies, está el poder conseguirlo. Está bien asesorado y eso también es importante. Tanto por su  familia como por su círculo de amistades, Torres se siente querido y a la vez abrigado. Pero no todo han sido halagos, las críticas y los malos momentos, cuando han venido, también le han hecho madurar. Crecer como persona y futbolista. Es una cosa ya dicha mil veces, pero  todo esto curte y si han de llegar, que los palos lleguen cuanto antes.

Fernando Torres ha creado a Fernando Torres. No suele ver partidos de fútbol por la  televisión, prefiere jugarlos. Se sabe imagen de posters, de marcas, de un club, aún así no mira a nadie por encima del hombro. Sigue en el Atlético a pesar de cada día resuenan más cantos de sirenas que le incitan a marcharse a otros lugares donde levantar títulos. Él no quiere, el Atlético le da ese ‘no sé qué’ que no hallaría en ningún otro lugar. Ese es otro matiz que cuenta muchas cosas sobre él. Apenas había cumplido la mayoría de edad y ya le agasajaban fans y periodistas. En unos casos por su físico, aniñado, espigado, con unas pecas aquí, otras allá y un fácil cambio de peinado; en otros, en casi todos, por sus pies. Porque con ellos crea goles, insufla ganas a sus compañeros, se echa a la espalda, al 9, a ese equipo que tiene detrás. Lo ha hecho desde el principio. Quizá le quede afinar en la  definición, templar un poco sus ganas en los unos contra uno. Pero le queda tiempo. Acaba de  cumplir 21. Le sobra talento. Y ganas de seguir modelándose a sí mismo como futbolista.

Cuando le entrevisté me quedé con esa madurez que traspasa el campo y llega a la grada. Ésa que atesoran aquellos que crecen al mismo tiempo que lo hacen sus sueños, sus metas. Ese  día, quizá, comprendí que Fernando Torres había dejado de ser el Niño. Que se había hecho mayor así, de repente, sin que los periodistas, siempre a la zaga, nos hubiéramos dado  cuenta. Ese día comprendí que, quizá, sea su apellido el que más se nombre para hablar del  fútbol español en los próximos cinco años. Y sino, al tiempo.

 

Foto: J. A. Sirvent

 

Especie protegida

Miguel Ángel Méndez . Jefe de Deportes de Onda Madrid

17-02-2005
Escribir de Fernando es fácil. Tanto, como hablar bien de un chaval que ha sabido cargar con un club como el Atlético de Madrid, en el peor momento de su historia, y convertirse en su bandera. No es sencillo asumir con naturalidad y con la sonrisa dibujada en el rostro, pasar de jugar por diversión, a que todo el mundo, para bien y para mal, esté pendiente de tí.
 
Fernando Torres es hoy la esperanza de los atléticos. Ahora que no corren buenos tiempos, el aficionado de a pie del Calderón agradece encontrar en su "Niño", al espíritu rebelde, al que lucha contra los poderosos, a ese que reivindica que no siempre ganen los mismos, y además con arte y buen fútbol. Es Torres su bandera. Y eso no es tarea fácil.
 
Elegido desde pequeño para ser "grande", el fútbol adelantó seguramente su aparición en la élite. Cuando el Atleti parecía varado en el "infierno", alguién se acordó del Niño para apaciguar a las masas. Pero, cosas de cracks, el Niño, no sólo respondió. Con goles, remates, carreras, fintas, carácter, detalles en definitiva de buen fútbol, se convirtió en el oso del escudo. En el que sujetaba un arbol que parecía estar a punto de caer. Luego, de segunda, a la élite, y de ahí a la selección. Fernando se va forjando (y lo que le queda), pero por algo, el Calderón le venera.
 
Para quién crea que destacar es sencillo en un club como éste, no sabe lo equivocado que está. El Atlético es rebeldia, ir contracorriente, disfrutar del momento, pero también es exigencia. Le fastidia perder, porqué en casi 102 años de historia, ha ganado mucho.. Por eso, no vale cualquiera para emblema. Torres se fijó en Kiko, que a su vez, disfrutó con Futre, que desequilibraba como lo hiciera Gárate, que junto a Luis, a punto estuvieron de tocar la gloria de no ser por el gol de aquel alemán de nombre impronunciable. Leyendas, en definitiva, en las que se mira Fernando, y de las que se acuerda el hincha rojiblanco, ahora que no acaba de salir del todo el sol por el Calderón, y en el que se atisba una señal que dice," fútbolista por el que suspira toda Europa, tiene claro que su sitio está junto al Manzanares".
 
Tiene mucho todavía por aprender, pero más aún por dar. El Atleti tiene a su estrella. Y siente en rojiblanco. Cuidenle.
 
 
Foto: J. A. Sirvent
 
 

El gol y la fuerza del sino

J.G. Matallanas . Redactor Jefe de la Cadena Cope

10-01-2005

“En dos años estará en el primer equipo y en tres en la selección absoluta”. Era mayo de 1999. Mi profecía se cumplió. Tampoco había que ser un lince para saber que ese espigado y delgado delantero iba a ser una figura del fútbol, aunque los máximos dirigentes del Atlético no supieran en ese momento lo que tenían en las categorías inferiores y dieran más recorrido a futbolistas menores inflados por la mafia de un representante que tanto daño ha hecho a la cantera rojiblanca. Pero Torres llegó, con urgencia y forzado, quizás, cuando el no ascenso, y el Atlético ha vuelto a tener un futbolista de talla de mundial.

 

Desde los 12 años reunía las dos condiciones más importantes para triunfar en el fútbol moderno: valentía y velocidad. Y gol, siempre tuvo mucho gol, por más que ya instalado en la elite los sabiondos le hayan reprochado con rimbombancia que “no sabe definir”. Las enchufaba, las ha enchufado y las enchufará siempre con facilidad, lo que pasa es que soportar sobre los hombros toda el peso del Atlético de Madrid desde los 17 años hace que te aceleres, que quieras hacerlo bien rápidamente y que de cara a gol te precipites y no tengas esa tranquilidad, esos dos segundos de sangre fría de los grandes definidores, pero Fernando tiene gol, es goleador y marcará muchos tantos como ya está demostrando en su progresión meteórica.

 

Sí coges todos los goles que ha marcado con el Atlético y los pones uno detrás de otro, al visionarles seguidos, alucinas. Cada partido hace una cosa nueva, progresa, realiza un movimiento diferente, es alucinante su versatilidad, su capacidad física, su explosión, sus controles, también muy criticados porque fallaba algunos por ir acelerado, su empuje, su garra, su capacidad de liderazgo, y su valentía.

 

Fernando es un futbolista de códigos. Antiguo, pese a su juventud. Por más que sus ingresos llegan en gran medida de la publicidad, de su imagen, antepone lo futbolístico a lo mediático, el balón al merchandising, aunque realice estos compromisos sin tener que forzar su mejor sonrisa porque es otra parte de su actividad pública. Pero lo que realmente le importa es el fútbol.

 

Ser un ídolo de masas a los 20 años es duro, muy duro. Necesitas una familia buena, estructurada y encantadora como la que tiene Torres. Padre, madre y hermanos que te hayan dado una base educativa para saber afrontar la avalancha de la fama, una popularidad para la que pocos están preparados. Y que en los primeros palos de la prensa hayan aprendido a abstraerse junto a ti. ‘Pierdes’ años de adolescencia dedicado a tu profesión y tu enorme responsabilidad como líder del Atlético. Fernando lo ha hecho, se ha sacrificado, pero siempre manteniendo su círculo de amigos, siempre. Teniendo muy claro y cumpliendo el axioma vital que dice “el que olvida de donde viene nunca sabrá a donde va”.

 

Nos encontramos ante el futbolista que cambiará el sino del fútbol español. Torres es el jugador alrededor de quien la selección española conseguirá su primer gran éxito. La Eurocopa ya era su momento, pero Sáez no acabó de confiar en él. Luis Aragonés, que tanto le apretó en su etapa en el Atlético, sabe que ahora en la selección depende del compromiso de Torres. Y lo tiene. El compromiso de un Niño que sueña con hacernos felices a los atléticos y a todos los españoles.

 

Que no se te apaguen nunca las pecas. Estrellas de nuestro cielo

 

 

J. G. Matallanas http://mata-dor.blogspot.com

 

 

 

Fernando Torres

José Antonio Martín (Petón) . Consejero Delegado de Bahía Internacional

25-11-2004

Fernando Torres. Hoy es el día en el que dicho el nombre parece dibujado todo lo demás: rostro, gesto, presente, ayer, y el aire que le rodea. Más de ochocientas cincuenta mil respuestas en Internet al reclamo FERNANDO TORRES, ciento cincuenta mil si la petición se busca por Niño Torres y otras tantas con definiciones varias que alzan la cifra por encima del millón, nos terminan de aclarar que estamos ante un personaje, alguien del que sabemos. No siempre fue así. Hace poco no era así. Un crío de once años, despierto, pecoso y espigado, siguió aquel día la música de la pelota y a su bote rítmico llegó hasta los campos del Atleti de Madrid. Hechizado. El embrujo del fútbol en un peque que tenía en el balón la prolongación de sí mismo...

Y sólo los suyos sabían algo de él.
 
Fernando Torres. Cada tarde de aquellas era un par de horas menos en la cita con su destino luminoso. Tampoco era muy difícil intuirlo. Bastaba estar ahí, junto a los suyos, y tener los ojos abiertos: lo de aquel chavalín era mágico. Pero no hay magia que dure sin fuerza para sostenerla. Las malas no se me olvidan: una pierna rota, una mano apretada al pie del quirófano, una promesa cumplida "no serán seis, en cuatro meses vuelvo", dos clavículas partidas, alguna costilla, el mordisco del desaliento, soledades, Getafe en primavera y otra vez a subir la montaña, derrotas. Tristeza bajo la sonrisa.
 
Y a los suyos se añadieron muchos más. También suyos.
 
Fernando Torres. Ya veinte años. Sólo veinte años. Todo un camino por delante para recorrerlo a su paso. Será más facil subidos a su página. Bienvenidos.
 
 
 
Foto: J. A. Sirvent