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Torres: “Es un orgullo que los atléticos me vean como uno de ellos”

Lo hizo otra vez. Como en la Eurocopa que apellidó con aquel gol aún inmortal, Fernando Torres volvió a subir el escudo del Atlético a la celebr

14-07-2010

Lo hizo otra vez. Como en la Eurocopa que apellidó con aquel gol aún inmortal, Fernando Torres volvió a subir el escudo del Atlético a la celebración del triunfo español. Fue el primer campeón del mundo en lucir un distintivo diferente al español en el autobús de la victoria, enfundado en una bandera que dejaba ver a su espalda las rayas rojiblancas y el emblema del oso y el madroño. Luego, cuando ya cada cual se sumó a la irreverencia de adornar la caravana del éxito con homenajes particulares, el Niño vivió toda la fiesta con un par de bufandas colchoneras cosidas a su muñeca. Oficialmente, no había nadie del Atlético entre los 23 jugadores de la hazaña, pero Torres se encargó de desmentirlo. "Este triunfo también es del Atlético, está representado por mí", le gritó a la multitud. Al paso por Neptuno, le cedió una cámara a Reina y le pidió que le fotografiase con la Copa del Mundo en la mano y el santuario atlético de fondo.

El Niño se siente del Atlético. Definitivamente no es una pose. En pleno Mundial, cuando todas las mentes sólo procesaban selección, Torres se sintió a gusto hablando y discutiendo sobre el mundo rojiblanco con quien más enérgicamente reprochó su palabra incumplida y su fuga interesada. José Miguélez, del diario Público, reproduce ese debate en las siguientes líneas.


- El Atlético le ha ganado la carrera. Usted lo dejó tirado para ganar títulos de una vez con un club y el que los ha ganado, sin usted, ha sido el Atlético.

Y yo estoy muy contento por ello. Cuando me marché ya le dije que era por el bien de los dos y usted era de los que no me creía. El tiempo me ha dado la razón. Al Atlético le vino bien mi marcha.

- ¿O sea, que este Atlético ganador hubiera sido imposible con Torres?

No, pero quizás habría tardado más tiempo. La idea de volcar en un jugador todo un club es un error. Hay que construir un equipo alrededor de un equipo, no de un solo jugador. Un jugador no gana torneos, gana partidos. Esa fue la clave.

- Ya, pero, sin usted, al Atlético se le ha faltado mucho al respeto dentro y fuera de ese vestuario.

Sí, mucho. Pero conmigo también pasaba. Los resultados mandan y no puedes cambiar la realidad del presente. Había algo que no funcionaba. El equipo no conseguía ni entrar en la Copa de la UEFA. Así te quedas sin argumentos para defender la historia. El Atlético como grande estaba dejando de existir. Había que hacer algo. Un año, dos, tres sin ganar títulos, no pasa nada, puedes empezar otra vez. Pero diez o doce años sin ganar nada y sin ninguna esperanza... No había nadie que fuera a llegar con dinero para invertir, no había una gran cantera a la vista, no había nada que indicara que el futuro iba a ser mejor. La mejor decisión fue irme.

- Pues se perdió las dos finales. ¿Al menos haría por enterarse del resultado?

Las viví muy encima. Más allá de lo que ves por la tele, las vives a través de los mensajes que te manda la gente de dentro del club y los amigos desde la grada. Después del partido de Hamburgo, la gente me mandaba mensajes dándome la enhorabuena. Iba a entrenarme al día siguiente a Vigo y la gente me paraba diciéndome "enhorabuena". No sabía por qué me lo decían, no me daba cuenta. Y es que la gente me sigue identificando con ese club. Y me siento identificado, no lo voy a esconder nunca. Hay gente que reniega de su pasado. Yo no. Vengo de allí y me siento aficionado de ese equipo y lo voy a ser siempre. ¿Qué problema hay? ¿Porque no es el equipo poderoso del que todo el mundo es aficionado me tengo que ocultar? Para mí es un orgullo que los propios atléticos me sigan viendo como uno de ellos. Con el tiempo, o lo han entendido o simplemente me han perdonado. Lo mismo hay quien aún no lo entiende ni me perdona, y lo acepto. Yo, antes, tampoco lo entendía cuando se iban los jugadores. Pero ahora sí. Ahora entiendo por qué Vieri se fue el último día y nos dejó sin delanteros. Y que me sigan viendo como uno de ellos no tiene precio.

- Si de verdad es uno de ellos, ¿entenderá por qué fue más importante la final perdida que la ganada?

Por supuesto. Se había perdido la esencia de la que todos llaman la mejor afición de España, de la afición sufridora que siempre está con el equipo. La gente había vivido muchos desengaños, muchas promesas sin cumplir, estaba dolida. Y el Calderón ya no tenía el ambiente de siempre. Qué mejor momento que la noche del Camp Nou para demostrar a la historia que ellos siguen ahí. Se pueden sentir dolidos, pero cuando les cumplen las promesas que les hacen, siempre están. Es que esa gente se ha sentido engañada muchas veces...

- Y ya le han puesto a De Gea la música de su cántico. ¿Cómo le sienta?

Orgulloso de que haya sido un canterano. Ojalá salgan muchos más. Es una satisfacción increíble ver a De Gea, a Borja, a Domínguez. El futuro de los clubes es la cantera. El Barça es el mejor ejemplo para todos. Si los jugadores de la cantera aportan más del cincuenta por ciento del primer equipo quedará dinero de sobra para invertir en refuerzos y mejorar las condiciones para que la gente trabaje. Son jugadores de coste cero. El otro día me hablaba de los sentimientos. Ya quizás cada vez se juega menos por eso. Se juega por unos objetivos conjuntos, pero si a eso le sumas los sentimientos, que es lo que pone la gente de la cantera, los clubes van a ir a mejor.

 

Una entrevista de José Miguélez para el Diario Público